'Todo final siempre tiene un nuevo comienzo'.
| Barbara West | Birthday disaster.
11:46pm.
Miami, Florida.
— Mierda.
Con cada segundo qué pasaba, soltaba un jadeo. Sentía tanta presión en el pecho qué me costaba respirar con normalidad.
'Más rápido' gritaba mí subconsciente.
— ¡Vamos princesa! — Estaba escapando de la voz detrás de mí.
Me detuve inclinandome hacía adelante con las manos en las rodillas para respirar profundamente.
No estaba pensando con claridad en este momento pero algo sí sabía y era qué no podía huir más. Ya estaba lo suficientemente lejos de casa, completamente pérdida en todo el bosque.
Me volteé pero mientras más se acercaba más sentía el sentimiento de escapar debatir con mí mente optando por defenderme.
Baje un poco para asegurarme de qué aún tenía el arma escondida en mí bota izquierda y la agarré escondiendola detrás de mí.
Intentaba ingeniar un plan rápido antes de qué fuera demasiado tarde pero mí cabeza estaba dando muchas vueltas y no ayudaba en nada.
— Te aconsejo qué no hagas ninguna estupidez. — Su brazo rápidamente llego a rodear mí cuello y me volteó para tener la espalda pegada a su pecho.
Con el repentino giro mí arma cayó en el suelo a unos pocos metros.
'Control Barbara, control'. Me repetía una y otra vez.
— ¿Quién eres? — Escupí con rabia. Sí él estaba aquí, sólo significaba qué mí familia podía estar corriendo el mismo peligro en este momento. — ¿Qué es lo qué quieres?
Estaba haciendo lo posible en despistarlo con las preguntas para poder sacar ventaja en algo.
— Yo soy el qué hago las preguntas aquí am.. — No deje qué terminará la oración cuándo golpee su estomago con mí codo derecho y me gire para golpear su rostro con el otro. Cuándo vi la oportunidad, corrí directamente para agarrar el arma.
— De rodillas. — Apunte hacía él. Lentamente se agachó hasta tener sus piernas en el suelo. Me concentré directamente en sus ojos detrás del pasamontañas. Únicamente la luz de la luna era la qué nos acompañaba.
— Dime quién eres y tal vez considere dejarte ir. — Camine a su alrededor y me sorprendí al ver qué no respondió. Sonreí porqué sabía lo qué eso significaba, con el mango del arma golpee su mandíbula fuertemente recibiendo un jadeo de dolor y la sangre comenzando a brotar por su boca. — Última oportunidad.
En mí mente contaba hasta diez esperando pero lo único qué podía escuchar eran las hojas de los árboles moviéndose. Golpeé de nuevo su mejilla izquierda, y su estomago con mí puño.
Cargué el arma, apuntando en el punto rojo imaginario, sabía qué tenía un disparo así qué no podía fallar. Suspiré lentamente contando hasta tres esperando algún tipo de rendición, la cual no la obtuve. Estaba preparada y justo cuándo iba a disparar, unas luces iluminaron el lugar.
— ¡Esa es mí chica! — Gritaron desde lejos. Fruncí el ceño cerrando mis ojos de las fastidiosas luces qué apuntaban en mí rostro. Conocía esa voz, sin apartar el arma del objetivo, me volteé rápidamente hasta ver figuras masculinas caminando hacía a mí.
— ¿Papá? — Salió cómo un susurro lleno de confusión. El hombre detrás de mí se levantó lentamente y se unió a ellos. — ¿Alguien me explica qué mierda está pasando?
— ¡Feliz cumpleaños kiki! — Recibí un abrazo fuertemente y aún así sabiendo qué era mí padre, no le respondí. Estaba en completo shock aún.
— Señorita B. Tiene mucha fuerza al golpear. — Los demás rieron ante ese comentario y cuándo estaban delante de mí, los reconocí. Era el equipo, junto con otro par de guardaespaldas.
— ¿Vas a explicarme? — Enarqué una ceja aún con el ceño fruncido.
— Es sólo entrenamiento sorpresa cariño.
— ¿Justamente en mí maldito cumpleaños? — Grite alzando mis brazos al aire. No puedo evitar sentirme frustrada.
— Todavía faltan algunos minutos pero sí. — Se acercó para darme otro abrazo y susurrando en mí oído lo mucho qué me amaba. Rodee mis ojos y choque su hombro para hacer mí camino de vuelta a casa.
Entrenamiento sorpresa mí culo.
Lo entendía, sí, tengo qué estar preparada para cualquier situación. Pero, ¿justamente empezando mí cumpleaños?
Maldita sea, tiene suerte de qué el hombre qué contrató no me hizo nada en el rostro porqué a quién estuviera apuntando ahora mismo sería él.
Cuándo llegue a casa, subí directamente a mí habitación ignorado todo a mí alrededor, no estaba de humor. Encendí las luces sólo para encontrarme a mí mejor amiga sentada en mí cama.
— ¡Feliz cumpleaños bebé!
Corrí para responder el abrazo fuerte de Kyla mientras nos reíamos por su actuación ridícula llorando, cuando terminó nos sentamos en los pufs.
— ¿A qué no adivinas? — Alce una ceja mientras respondía las felicitaciones de parte de Seth. El imbécil de mí 'novio'. — ¡Hoy hay fiestas de máscaras en Heaven!
— Mí respuesta es no, ni de coña iremos Ky.
— ¡Vamos Barbs, no seas tan amargada!
Hizo varios pucheros tratando de convencerme y aún así no acepté.
Dylan apareció en el umbral de la puerta, observó toda la habitación y luego se fue. El era algo así como mí guardaespaldas, cuando no estaba conmigo o tenía a alguien más para cuidarme él cubría algunas misiones para mí padre.
— Ni un 'hola'. — Escuche gruñir a Kyla, tarde un poco en darme cuenta de qué se refería a Dylan. Tire mí móvil a un lado y le puse atención.
— Estoy empezando a creer qué sólo vienés a verlo a él.
— No te lo voy a negar. — Nos reímos juntas, aunque una parte de mí tenía algo de celos.
No sé en qué momento se levantó y se sentó a mí lado cuándo sentí muchos jalones de brazo y sonidos raros de llanto, después de unos largos minutos escuchando sus suplicas, me rendí y accedí a su propuesta.
Era mí cumpleaños, después de lo de hace unos minutos, quería un trago. Muchos tragos, los 23 estaban comenzando.
Me levanté para elegir algo en el closet y al ver qué Ky no estaba vestida con ropa de fiesta, supe qué iba a vestir de la mía.
Ky es mí mejor amiga, no tenemos una amistad desde la infancia pero sí varios años, nos conocimos en una cena familiar.
Su padre y el mío estaban empezando a hacer negocios en ese momento. Y hasta ahora somos inseparables.
— Elije tú primero.
Me hice a un lado dándole espacio, ella no tardo en agarrar un vestido qué no usaba mucho, era rojo y corto, tenía un escote cruzado qué hacía resaltar tus senos. Me lo había regalado Seth, pero nunca me gustó.
Supongo qué lo hizo con la intención de verme los pechos. — Es perfecto para ti, ya qué nunca quieres qué te vean directamente a los ojos.
— Feliz cumpleaños, hermanita. — Brad entró para abrazarme y beso mí coronilla. Enarqué una ceja a su dirección cuándo su mirada se dirigió a mí amiga y sonrió. — Kyla. — Murmuró suavemente a lo qué ella sonrió y siguió fingiendo concentración en mí armario.
Cuándo el molesto de mí hermano salió, golpeé su brazo riéndome, ella me dedico el dedo corazón y luego de reírnos, nos empezamos a alistar en tiempo récord.
Me despedí de papá, no sin antes llevarme el mismo sermón de siempre 'no te alejes y no tomes nada qué te ofrezcan' aparte de asignarme cuatro hombres más de seguridad qué estarían apoyando a Dylan.
— Puedes quedarte acá, cualquier cosa qué pase te lo haré saber en el momento. — Entre sin esperar respuesta de su parte. A Dylan nunca le ha gustado dejarme sola, pero cuándo de fiestas se trataba, llamaba mucho la atención tener cinco hombres detrás de ti vestidos de traje.
La música empezó a inundar mis oídos rápidamente y contemple el lugar.
Heaven es conocido por sus fiestas temáticas, sus tragos originales y los tibos de pole-dance instalados en los pisos qué dan hasta el techo. Hay tanta gente ebria bailando qué al principio me es difícil seguirle el paso a Kyla. Todo parece una gran orgía.
El olor del licor es fuerte, pero aún más lo es del cigarro y el de marihuana. Hay gente por doquier besando a otras personas, qué al mismo tiempo vendan a otras, chicos discutiendo chicas y viceversa.
Pero todo llamaba más la atención con el simple hecho de qué era una fiesta de máscaras. Y nadie sabía con quién se estaban ligando.
— ¡Es hora de emborracharse por esos veintitrés años! — No me sorprendí al ser jalada por Ky directamente hacía la barra.
Cuándo nuestras bebidas llegan, miro con los ojos abiertos a mí mejor amiga.
— ¿Seis mojitos? — Ella asintió sonriendo. Contamos hasta tres bebiendo el alcohol de una sola.
Las siguiente dos rondas fueron igual, de tres cada una.
El líquido de los nueve mojitos sin parar hizo cosquillas en mí garganta pero me las arregle para no vomitar.
Pagamos un servicio de tragos por las próximas dos horas y nos dirigimos a una mesa VIP qué para mí sorpresa, estaba Seth y dos de sus amigos.
— Feliz cumpleaños princesa. — No me dio tiempo de agradecerle cuándo me agarró del brazo pegándome hacía él y tener su lengua en mí garganta.
Seth, es de esos tipos de chicos qué necesitan hacerle creer a las personas qué lo rodean qué tienen el control. Él sólo finge tenerlo pero no lo ejerce.
Es por eso qué lo hace tan irritante e imbécil. Estoy con él por costumbre. Tenemos un año juntos y estoy consciente de qué me ha sido infiel, pero aún así no me importa, no sé porqué, simplemente no me da esa sensación de discutir sobre eso.
En los altavoces comenzó a sonar 'crazy in love' de Beyonce.
— ¡Vamos a bailar! — Grito dando pequeños saltitos.
Le agradecí internamente por haberme salvado.
Era mí cumpleaños, y estaba consciente de qué Kyla quería que lo disfrutará. Y no precisamente con Seth.
— Hay qué bailar sensualmente para enorgullecer a Grey. — Sonreí negando con la cabeza repetidas veces. La canción era parte del soundtrack de la película.
Colocó mí pelo a un lado dejando mí espalda descubierta. Tenía una camisa de tirantes negra con brillos y estaba abierta atrás hasta la cintura y una falda alta de cuero qué me llegaba hasta la mitad de los muslos acompañado con mis botas tacón de refill.
No un buen outfit de cumpleaños pero me gusta y no me importaba cómo lo veían los demás.
Iba al ritmo de la canción, moviendo mis caderas lentamente de un lado al otro y moviendo mis brazos alrededor de mí cuerpo y desordenando un poco mí cabello.
Kyla ya estaba bailando con un acompañante y yo seguía estando sola. Podía sentir miradas intensas en todo mí cuerpo así qué cerré mis ojos adentrándome más en la canción.
Tarareaba junto con la voz de Beyoncé.
'Baby, you got me' canté antes de entrar al verdadero ritmo.
Unas manos rodearon mí cintura y pegando mí espalda con el pecho de aquella persona.
Él empezo a moverse junto a mí, sentía su respiración en mí cuello y su perfume inundaba mí nariz.
Mí corazón estaba golpeando demasiado fuerte contra mí pecho haciendo aumentar mis nervios.
Sus manos apretaron fuertemente cuándo hice un movimiento hacia atrás haciendo contacto con su masculinidad e inmediatamente me giró para estar de frente.
Me pego a su pecho poniendo sus manos en él y lentamente abrí los ojos para encontrarme con sus ojos color café oscuros qué me miraban con intensidad. Me hacía sentir cómo sí podía ver hasta mí alma.
Lamio sus labios sin quitar la mirada de la mía, nuestros rostros estaban escondidos bajo las máscaras.
La canción terminó pero él nunca me soltó y supuse qué estaba esperando la próxima canción.
'Not Afraid Anymore' de Halsey comenzó.
Alargue mis brazos hasta rodear su cuello y el paso su manos acariciando mí espalda desnuda causándome escalofríos. Escuche un jadeo de su parte y supe qué era porque estaba sintiendo mis pezones erectos contra su pecho.
El aire es denso alrededor de nosotros y aparte la mirada para meter mí cabeza en su cuello y respirar.
Ante mí acto sentí sus músculos tensarse justamente cuándo la estrofa llega, agarró mí mano y empezó a caminar entre las personas empujando a los qué estaban en el medio.
Lo siguiente qué supe es qué el momento qué Halsey canta 'touch me like you never' y empieza el ritmo más rápido estoy contra una pared sosteniendo su mirada con ese brillo de deseo y lujuria en sus ojos.
Observe sus labios, creo que se dio cuenta porqué sonrió con malicia y sin pedir permiso atacó los míos.
Nuestros labios empiezan a corresponderse y a moverse con rapidez y deseo.
Me alzó para poner mis piernas alrededor de su cintura, sus besos cesaron y ahora estaban en mí cuello, dejando pequeños piquitos mojados, cuando sentí sus labios succionar un poco, deje escapar un gemido.
Me alerté por un momento ya qué no conocía a este chico, no era una santa pero al menos cuándo pasaban este tipo de cosas sabía el nombre y veía su rostro.
Esa alerta desapareció en el momento qué sentí qué me pegaba más a la pared, jale su cabello dorado haciendo qué gimiera levemente y lo bese adentrado mí lengua para jugar con la de él.
Jodidamente nuestro momento fue interrumpido por unos disparos.
Ambos saltamos ante el repentino ruido y me baje inmediatamente de él, se volteó poniéndose delante de mí cómo un escudo y cuándo se escucho otro nos tiramos al suelo.
— ¡Alguien qué me diga ahora mismo dónde está.. — No terminó porque se escucho otro disparo, alce mí cabeza con lentitud para ver qué le habían dado al hombre qué estaba gritando.
El rubio con quién estaba hace unos segundos, me jaló del brazo corriendo en sentido contrario a diferencia de los demás. Abrió una puerta y me di cuenta qué estábamos en la salida de atrás del club.
Seis hombres llegaron rápidamente a nuestro lugar.
— ¡Venga señor, tenemos qué salir rápido! — Fruncí el ceño al escuchar cómo se dirigían a él.
— ¿Estás bien? — Su voz era rasposa y dura, se acercó a mí para examinarme de pies a cabeza. Asentí en respuesta, sintiendo qué no podía articular ninguna palabra ahora mismo. — Necesito qué me digas tu nombre.
Lo pensé bien antes de revelar mí identidad. — Danielle.
¿La verdad? No estaba mintiendo del todo, le di mí segundo nombre. Él asintió y le dijo algo qué no pude escuchar a uno de los hombres qué estaba con él.
Sentí unas manos detrás de mí y me voltee para ver a Dylan, Ky y los otros cuatro hombres de seguridad qué venían con nosotras.
— Maldita sea, ¿estás bien? ¿Te pasó algo? — La mirada de mí guardaespaldas era de preocupación mientras buscaba algún rasguño en mí cuerpo o algo qué estuviera mal.
— Estoy bien, Dy. — Dije antes de volverme y ver a aquel chico hablar con otro de pelo negro, supuse qué sintió mí mirada porqué se detuvo y me observó.
Los hombres detrás de él se dieron cuenta de los guardaespaldas y en cuestión de segundos sus armas estaban apuntando a nosotros, Dylan junto con los demás hicieron lo mismo hacía a ellos.
— ¿Quiénes son? — Grito Dy mientras se posicionada al frente de mí. El rubio extraño tenía su mirada puesta en mí, cómo sí intentará descubrir quién era a través de la máscara.
— Bajen las armas, chicos. — Dio la orden y aquellos detrás de él obedecieron.
Dylan me jalo alejándome de dónde estaba y sólo cuando pase la salida fue qué corte el contacto visual.
— ¿Qué mierda fue eso? ¿Quién diablos estaba disparando? — Grité fuertemente cuándo estaba caminando hacía el coche.
Dylan me abrió la puerta una vez qué llegamos a el, y yo hice caso omiso a su acción esperando qué respondiera.
— Se enteraron qué Barbara West estaba en la fiesta. — Deje escapar una respiración larga y profunda mientras llevaba mis manos a mí rostro. — Y qué Justin Bieber también.
Abrí mis ojos rápidamente con asombro. Dylan no dijo 'creo' ni 'supuestamente', él lo afirmó.
— Ese chico con quién estabas. ¿Cómo se llama?
Me quedé paralizada por un momento pensando en las posibilidades de qué fuera sido él. Pero no podía ser y no podía decirle a Dylan qué no sabía.
— Harry.
El asintió subiéndose al coche y en todo el camino de vuelta a casa no pare de pensar en qué tal vez sí era él cómo tal vez no.
No era posible eso.
Los Bieber son nuestros peores enemigos.