Más tarde. Esa noche.
En algún lugar del Grand Line
- Oe, mujer- le llama el peliverde para acercarse a ella- ¿Qué haces aquí a estas horas?
- Sólo aprecio el paisaje- responde sonriendo.
- Te dará un resfriado con esa ropa- habla observando su top y su pantalón corto, le ofrece el abrigo que había llevado consigo por un buen período de tiempo, después de todo, las paredes cambiaban de lugar constantemente.
La pelinegra lo recibe sin borrar su sonrisa, se lo coloca y se dedica a mirar al cielo para seguir admirando las estrellas. Zoro notó su acción y decide hacer lo mismo.
- ¿Intentas buscar algo en las estrellas?
- No lo sé, a veces simplemente es lindo admirar el cielo nocturno, ¿No lo crees así?
Ambos voltean a verse al mismo tiempo, ella le regala una sonrisa que logra sonrojarlo un poco, se sienta a su lado y la rodea con sus brazos.
- Unas simples estrellas no se comparan contigo Robin...- le hace el cumplido sin mirarla, la mencionada se acurruca a su lado y le da un beso en la mejilla.
- Gracias- agradece para acomodar su cabeza en el hombro contrario.
Era consciente de que Zoro no era de aquellos hombres melosos que decía de manera simple y sencilla sus sentimientos más profundos, así que le hacía muy feliz cuando su novio le abría su corazón.
............
Al mismo tiempo, en la cocina del barco, Sanji terminaba de limpiar su lugar de trabajo, estaba tan distraído lavando los platos sucios que no notó cuando una presencia invadió su santuario, reaccionó cuando unos brazos lo rodearon por la cintura.
- ¿Qué demonios?- reacciona de mala manera, observa los brazos que lo abrazaban, distingue unos accesorios femeninos en estos- ¿Nami-san?
- ¿Acaso no sentiste que entré en la cocina?- le pregunta riendo un poco.
- Realmente no Nami-san- dice un poco avergonzado- Creí que ya estabas descansando.
- Quise venir a acompañarte mientras terminas con tus labores aquí- dice sonriendo, a pesar de que el rubio no podía verla.
- Te lo agradezco Nami-san- habla sonriendo- Puedes sentarte mientras termino aquí.
- Esta bien, aunque preferiría seguir abrazándote- apoya su frente en su espalda.
Sanji por otro lado, luchaba con su instinto de pervertido para no tener un derrame nasal, le gustaba tener ese tipo de acercamientos con su novia, había logrado cambiar de a poco su regla de no preferencias con las mujeres, después de todo, a todas las veía por igual, pero desde que conoció a la pelinaranja, no pudo evitar romper su regla y querer conquistarla, al principio su propia forma de ser no le era de mucha ayuda ya que Nami no creía que estuviera hablando en serio, pero con el pasar del tiempo, el cambio de sus actitudes y de su forma de ser con ella, lograron que pudieran comenzar una relación amorosa la cual ha atesorado y ha intentado mejorarla y mantenerla.
- Si así lo deseas- responde sonriendo para seguir con su labor.
Unos minutos después, termina de lavar los platos y los utensilios sucios que había utilizado para cocinar, para servir y para comer junto a sus nakamas. Se voltea para poder mirarla al rostro y admirar su belleza, no se esperaba que esta se inclinara para poder robarle un beso en los labios.
Al principio se sorprende pero termina por corresponderle casi de inmediato abrazándola por la cintura. Luego de unos segundos se separan pero se miran directamente a los ojos.
- ¿A qué se debe tal beso sorpresivo Nami-san?- pregunta sonriendo complacido.
- ¿Qué acaso no puedo besar a mi novio?- pregunta desconcertada, no se esperaba esa respuesta.
- Claro que puedes hacerlo, simplemente digo que me has sorprendido- acaricia su cintura con cuidado- Estas muy hermosa- la halaga, la navegante traía puesto su pijama.
- ¿Con estas fachas?, no te lo creo- responde desvíandole la mirada.
- Por favor Nami-san- llama su atención para que lo mire- No importa lo que tengas puesto, siempre te verás hermosa- la ojimarrón se sonroja y le sonríe.
- Gracias Sanji-kun- apoya su cabeza en su torso mientras es abrazada- He estado estresada estos últimos días por culpa de los retrasos que hemos tenido, hubiéramos llegado ayer a Sabaody.
- No es tu culpa Nami-san- habla intentando calmarla- Has hecho lo posible para que no nos ocurra nada durante el viaje, tanto con el clima como con los Marines.
- Sólo espero que podamos llegar mañana en la tarde- nunca lo había admitido pero le gustaba estar abrazada por los fuertes brazos de su novio.
- Todo saldrá bien, no te preocupes- le besa a coronilla del cabello para disfrutar de ese momento junto a su pareja.
...........
Dos días después
Cercanías del Archipiélago Sabaody
Horas de la mañana
- Nami- la llama un poco temeroso el francotirador- Estamos cerca, ya no tienes porque tener esa cara de pocos amigos.
- ¡¿Cómo quieres que esté contenta?!- gruñe molesta- ¡Debimos llegar ayer en la noche!- se queja, realmente estaba estresada por culpa de ese estúpido viaje- ¡Debí haberme quedado con Luffy en Amazon Lily y así no me hubiera preocupado por intentar llegar entera a Sabaody!
- ¡¿Ahora estás pensando en abandonarnos?!- exclama el doctor con cierto temor.
- Usopp, Chopper- habla la pelinegra- Deben entender que nuestro viaje para volver fue más complicado al que tuvimos para llegar a la Isla de Drum, después de todo, fuimos pasajeros en esa ocasión.
- Eso lo entiendo- hace una ligera mueca- Pero no tiene que culparnos por las tormentas, los barcos de la Marina y los leones marinos que hubo en el camino.
- Lo que más nos retrasó fue la primera tormenta- habla el rubio mientras aleja el cigarrillo de sus labios- Nos tomó por sorpresa de un momento a otro y no pudimos salir de ella fácilmente.
- Extraño al Thousand Sunny- habla el peliceste- Si hubiéramos tenido nuestro Super barco, nada de esto hubiera pasado.
- Pero si nos hubieran atacado los Marines- le recuerda Brook quien tomaba una taza de té.
Jinbēi se mantenía en silencio y sentado en algún lugar de la cubierta del barco, a pesar de que acompañó a sus nuevos nakamas en el transcurso de esos seis meses, habían ciertas cosas que aún le inquietaban, pero no le molestaban, aunque parecía que la tripulación era disfuncional, se notaba que se preocupaban por cada uno de los miembros, incluso trataban de incluirlo en sus juegos o locuras que se presentaron en ese lapso de tiempo, pero había un detalle, el más importante, era el extraño sentido de respeto que le tenían a su capitán, en todo el tiempo en que conocía a Luffy y a los demás notó aquello, que a pesar de ser el líder de la tripulación, este no le tomaba demasiada importancia a ese rol y permitía que sus nakamas le faltaran el respeto y que se formaran grandes caos en el barco que de alguna forma terminaban siendo amortiguados por los golpes y gritos de Nami, era una tripulación bastante extraña y única a la vez.
Usopp visualiza el archipiélago con la ayuda de su telescopio, ríe emocionado.
- ¡Buenas noticias chicos!, ¡Estamos cerca!- todos al escuchar sus palabras sonríen más aliviados, en especial por el mal genio que crecía a cada segundo en la navegante.
Escuchan el sonido de un Den Den Mushi, Chopper corre para ir en busca del caracol para volver y dárselo a Nami, esta lo recibe y contesta.
- ¿Hola?- responde.
- ¡NAMI!- exclama emocionado su capitán al otro lado de la línea, causando que la muchacha casi deje caer el Den Den Mushi.
- ¡Luffy!- lo llaman sus compañeros de juegos felices de escuchar su voz.
- ¡NO ME ASUSTES ASÍ IDIOTA!- le grita molesta- Por un momento creí que era Rayleigh-san- suspira- ¿Qué pasa Luffy?
- Puede que le haya quitado el Den Den Mushi a Rayleigh, ¡No sabía que lo tenía!
- ¿Cómo que no sabías?- pregunta confundido el cocinero- ¿No llevas en Sabaody casi una semana?
- Si, pero Rayleigh los llamaba cuando estaba dormido, ¡Hasta ayer lo descubrí!
La mayoría de los presentes en el barco suspiran pesadamente, su capitán era demasiado despistado.
- Oe Luffy- le llama el vicecapitán- ¿Cómo te fue con la emperatriz?
El pelinegro se queda callado por un momento recordando a su esposa, todos voltean a ver al peliverde por su comentario inadecuado.
- ¡Me la pasé muy bien!- exclama sin mostrarse triste, logrando sorprenderlos a todos- ¡Me divertí mucho junto a Hancock y las chicas!, las extraño, ¡Pero debo cumplir mi promesa a ella!
- ¿Promesa?- pregunta el músico intrigado.
- ¡Si!- ríe- ¡Le prometí que volvería junto a ella siendo el rey de los piratas y que la haría mi reina!
Un silencio momento es opaco por la exclamación de la mayoría de los Mugiwaras, estaban asombrados del grado de madurez que estaba mostrando su capitán, por un momento creyeron que mencionar a su esposa lo haría sentir mal pero era lo contrario, estaba decidido a seguir adelante con sus metas y poder volver sano y salvo junto a ella, con el título que este tanto añoraba tener.
- Es bueno escuchar que está bien- habla más tranquilo Sanji- Escucha Luffy nosotros estamos cer...- se ve interrumpido por un fuerte golpe que azotó a su pequeña embarcación, logrando que perdieran el equilibrio y cayeran al suelo.
Nami en ese transcurso suelta el Den Den Mushi, este rueda por la cubierta, al otro lado de la línea, Luffy escuchaba los gritos de sus nakamas.
- ¡Chicos!, ¡Hola!- exclama alarmado.
- ¡¿Qué demonios es eso?!- escucha la voz de miedo del doctor- Es... ¡¿ES UN LEÓN MARINO?!
- ¡NO ES SOLAMENTE UNO!- se escucha la voz Usopp- ¡SON DOS DE ELLOS!
- ¡HAY QUE HACER ALGO O DESTRUIRÁ NUESTRO BARCO!- chilla Nami- ¡Jinbēi!, ¡Sanji-kun!, ¡Zoro!
- ¡Chicos!, ¡Oigan!- insiste el pelinegro, comenzaba a asustarse- ¡Resistan!
Deja en Den Den Mushi a un lado para poder tomar unas cosas, necesita ir a ayudar a sus nakamas. La puerta del bar se abre dejando ver a Rayleigh seguido de Shakky, los gritos se escucharon a través del caracol.
- Monkey-chan, ¿Qué estás haciendo?
- ¡Mis nakamas están en peligro!, ¡Debo ir a ayudarlos!
- ¿Cómo que en peligro?- pregunta dudosa.
- ¡AHHHH!, ¡Robin ha caído al mar!- se escucha la voz de Chopper- Espera, ¡¡ZORO!!
- ¡Debo ir Rayleigh!
- No puedes exponerte de esa manera, Aún no te han localizado- lo detiene el peliblanco- Si sales por esa puerta vas a crear mayor relevo y creeme que no llegarás a ellos nunca- voltea a ver a la pelinegra y esta asiente- Yo me encargaré de ellos- dice para intentar tranquilizarlo- Te prometo que nada va a ocurrirles.
Observa por unos segundos al que fue su maestro, respira y suspira, intentando calmarse.
- Esta bien Rayleigh confiaré en tí- habla- Te confío la vida de mis nakamas.
- Si- dice- Me voy ahora, volveremos pronto.
Sale del bar para ir en busca de una embarcación para ir a buscar a los Mugiwaras.
..........
- Te veo muy animada Hebihime- habla la peliblanca entrando a la habitación, la pelinegra estaba revisando algunos documentos de enviados por el Gobierno Mundial.
- ¿Me veo así?- pregunta alejando los papeles- Ha estado tranquilo este lugar y no he sentido tanta presión por el gobierno, después de todo, los Mugiwaras no han hecho su acto de presencia tampoco, después de todo, ellos son los más buscados por el Gobierno.
- ¿Estas tranquila por qué aún no ha zarpado al mar?
- Puede ser- habla la pelinegra- Siento que llegará el momento en que nos enfrentaremos y quisiera estar lista para tratarlo como un desconocido.
- Veo que has madurado Hebihime- habla sonriendo- Te ha sentado el matrimonio.
Se sonroja por su comentario.
- He intentado ser una buena esposa- se aleja un mechón de su cabello del rostro, por un momento pudo sentir las caricias del pelinegro recorriendo su cuerpo- Y lo seguiré siendo, por ahora, seguiré con mi vida diaria.
"Sólo espero que ese día no llegue tan pronto". Dice en sus adentros Nyonba. No estaba segura de cómo reaccionarían al verse después de tanto tiempo, principalmente por parte de Luffy, él era demasiado expresivo con lo que sentía y no dudaba que en cualquier momento delatara su relación con la shichibukai, pero, sabía que él no la pondría en peligro diciendo la verdad abiertamente a todos los que estuvieran presentes en ese momento.
- Tus hermanas deben de llegar hoy mismo- habla Nyonba.
- Si, tuvieron que pasar la noche en el Archipiélago Sabaody cuando dejaron a Luffy, de no haber sido así habrían llegado ayer en el transcurso del día.
- Su ida hasta ese lugar fue complicado, ya que debían transportar el barco de Luffy sin ser vistas, lo bueno, es que casi nadie se embarca por estos mares- habla tranquila la mujer mayor.
- Ya quiero que estén en la isla sanas y salvas al igual que las Kujas- mira por el balcón- Siento que alguien de la marina vendrá a solicitar mi presencia como hace unos años y no quisiera que ellas estuvieran a su alcance tan fácilmente.
- Todo estará bien Hebihime, no tienes de que preocuparte.
- Si- vuelve su mirada a los documentos- Por ahora seguiré con mi trabajo.
..........
Más tarde. Esa tarde.
- Tranquilizante Monkey-chan- habla la pelinegra detrás de la barra- Ellos estan bien.
- Pero hace horas que Rayleigh se fue por ellos y aún no aparecen.
- No debieron estar cerca de este lugar, además, si su barco se vió afectado por los leones marinos, recuerda que hay usuarios entre ellos y no pueden dar un paso en falso.
- Es verdad...- habla, aunque seguía desesperado por no tener noticias. En un momento dado, el Den Den Mushi dejó de recibir respuesta del otro lado de la línea y eso lo preocupó más.
Unos segundos después, la puerta del bar se abre dejando ver al peliblanco junto a más personas, este entra dejando la vía libre a sus acompañantes, el primero en entrar fue un hombre peliverde quien carga a una mujer de cabellos negros al estilo nupcial.
Zoro había batallado contra el mar en lugar de los leones marinos, su prioridad fue mantener a salvo a la pelinegra.
El siguiente en entrar fue Franky, aunque se le dificultó un poco, llevaba a Chopper y a Brook consigo, Sanji entra llevando a Nami en su espalda, esta había tomado una buena cantidad de agua y actualmente estaba inconsciente. Fue trabajo de Jinbēi, Franky y Usopp encargarse de los dos leones marinos, lo cual no fue fácil.
- ¡Chicos!- se acerca a ellos, principalmente a los usuarios de akuma no mi- ¡¿Se encuentran bien?!
- Fue muy complicado- habla el rubio- Pero logramos mantenernos a flote mientras obteniamos la ayuda de Rayleigh, si el no hubiese llegado, estaríamos en el fondo del mar- suspira- Ni Jinbēi hubiera podido ayudarnos a todos.
- Nunca volveremos a idear un viaje como ese- habla el francotirador- ¡¡Fueron el fin de las peores vacaciones que haya tenido en mi vida!!- se queja.
- Rayleigh- le llama serio el peliverde- ¿Dónde puedo dejar a Robin?
- Hay que cambiarles de ropa primero- habla la mujer del mencionado- Síganme por aquí, les guiaré a unas de las habitaciones y les pondré algo más cómodo a ellas.
- Gracias Shakky-san- habla el cocinero- De Chopper y Brook me haré cargo, los demás que se cambien por si mismos.
Todos estaban cansados, después de tanto ajetreo, aún les sorprendía el poder haber llegados sanos y salvos a ese archipiélago y a ese establecimiento en concreto.
- Luffy-kun- le llama el Gyogin, este se acerca- Quisiera hablar algo importante contigo.
- Por supuesto- habla sonriendo- ¿Ocurre algo?
Los demás siguieron a la dueña del bar, dejando al rey oscuro, al capitán de los Mugiwaras y al último reclutado de la banda solos.
- Estando en esa isla, pude enterarme de algo que creí que sería de tu interés escuchar.
- ¿Mi interés?- pregunta serio pero confundido.
- Un acontecimiento aun mayor va a ocurrir y tal parece que van a hacerle frente convocando a todos los aliados y funcionarios de la Marina- sus palabras lograron captar la atención del peliblanca, el cual estaba dispuesto a ignorar de lo que pudieran hablar, hubo un instante en que detuvo su acción de servirse una bebida- Cabe una gran probabilidad de que en el próximo acontecimiento de la Marina, tu y la shichibukai Boa Hancock se encuentren en el mismo escenario.
Abre un poco los ojos, no se esperaba tal noticia. El ex maestro del capitán de los Mugiwaras tuvo la misma reacción pero de manera más leve.
- ¿Una nueva batalla como la que ocurrió hace un par de años?- pregunta el mayor.
- Eso parece.
Ambos miran con atención al pelinegro, esperando su reacción. Luffy se lleva ambas manos detrás de su cabeza y le da la espalda.
- Entiendo, gracias por la información Jinbēi- habla con tranquilidad, reacción que no se esperaban- Hablé de ello con Hancock antes de irme de la isla- sonríe ampliamente- Tenemos todo bajo control.
- "¿Bajo control?, ¿Ellos?, ¿Principalmente Luffy?"- dicen en sus adentros, era un descubrimiento extraño, pero si se le veía tranquilo, había algo que el pelinegro no estaba diciendo, esperaban que nada grave pasara en un futuro que los perjudicara a ambos.
- ¡Me alegra que estemos todos juntos ahora!- exclama emocionado- ¡Podremos irnos mañana en la mañana!
- ¿El barco ya está recubierto?- pregunta Usopp apareciendo en el lugar.
- Hoy terminé de recubrir el barco, así que está listo.
- ¿Dónde se supone que está?
- Como en esta ocasión no hya alguien que lo vigilara de los piratas aprovechadores, lo tuvimos que esconder de los ojos curiosos- responde el peliblanco- Mañana los llevaré a ese lugar, estoy seguro que Luffy ha olvidado el camino.
- Bueno.... Shishishi- ríe- Desde que llegué no he salido de aquí, así que no recuerdo muy bien donde los dejamos.
- ¿Por qué no me sorprende?- pregunta en voz alta negando con la cabeza el francotirador.
........
Todos los chicos se encontraban junto a los dueños del lugar, estos estaban disfrutando de una cena caliente, exceptuando de los usuarios de akuma no mi que seguían inconscientes al igual que Nami y el espadachín. Este miraba con atención a su pareja, le preocupaba demasiado el estado de ella. Se inclina por un momento para darle un beso en la mejilla.
- Esto no volverá a pasarte- acaricia su rostro- Nunca, lo prometo.
- ¡Oye!, ¡Zoro!- escucha el llamado de su capitán- ¡Ven a comer!
Se aleja del rostro de la pelinegra.
- ¡Voy en camino!
Le realiza una última caricia a la mejilla de la mujer antes de salir de la habitación y dirigirse donde se encontraban los otros.