Pasaron las 48 horas, y toda la familia se encontraba en Barcelona, Amaia estaba muy mal, apenas comía, y menos dormía, solo tenía cabeza para su pequeño, ¿qué pasaría si se quedaran solos?, ¿cómo iba a explicárselo?, por la mañana temprano salió rumbo al hospital, en compañía de sus suegros, sus padres se quedaron con el niño, al que también empezaba a afectarle la ausencia de su padre, ya que se negaba a comer, y lloraba mucho durante la noche, algo que ni siquiera hacia de bebe. Primero, Amaia paso al despacho, para hablar con el doctor:
Doctor: Amaia, sigue igual, ninguna evolución, ni positiva, ni negativa, esta sufriendo mucho, no podemos sedarle más, porque no saldría nunca del coma, en la habitación solo podrá estar un familiar, y debe estar lo más tranquilo posible, porque él nota, cualquier sentimiento y eso le puede afectar.
Am: De acuerdo, ¿cree que se salvará?...
Doctor: ¿quiere que le sea sincero?...
Am: Sí, por favor...
Doctor: Esta sufriendo mucho, y solo le alargamos el sufrimiento, solo tenemos una mínima esperanza de que salve y nos aferramos a ella.
Am: Gracias, por la franqueza...
Salieron del despacho, hacia la habitación de la U.V.I., sus suegros estuvieron de acuerdo en que entrará primero, pero ella estaba en shock, su niño podía morir, y ahora, no hacía más que sufrir, se planteaba que era lo que él podría desear, sabía que Alfred era muy activo, y no soportaría quedarse en silla de ruedas, o mucho peor, no poder hablar, y menos, cantar:
Doctor: ¿Segura que quiere entrar?, le puede impresionar mucho verlo, le explicaré que tiene la cabeza vendada, todo el pecho, un tubo en la garganta, una vía de alimentación, el aparato de controlador de latidos y varios sueros, en los brazos...
Am: Doctor, es mi vida, tengo que estar con él...
Amaia entró con los ojos cerrados, cuando el medico cerró la puerta, ella los abrió lentamente, y se le callo el mundo a los pies, y empezó a llorar, no creía ver a su niño así, tenía heridas por todos el cuerpo, estaba tan indefenso, se acerco despacio, y lo abrazó como pudo, sin parar de llorar, le dio un dulce beso en la mejilla.
Am: Ruru,... tienes que ponerte bien,... Carlos y yo,... te necesitamos... no importa como quedes... yo te cuidaré... por favor... no nos dejes... no me dejes que no puedo vivir sin ti...
Así, se convirtió el día a día de Amaia, cada semana, había pasado mes y medio del día del accidente, los periodistas fueron muy respetuosos, y nunca le preguntaban, solo obtenían información por los partes médicos diarios, pero se preocupaban por Amaia, solo salía del hospital, para estar un rato, con el pequeño, ahora tenía que estar más pendiente que nunca de los dos, porque Carlitos, estaba empezando a enfermar, porque no comía si no estaba su madre, y como ella estaba con Alfred continuamente, y escapa cuando su madre se acercaba con él, a la cafetería del hospital.
Amaia accedió a irse a casa al mediodía, para ver al niño, porque Xus se quedaba con Alfred, cuando llegó a casa, el niño estaba llorando:
Am: Mama, ¿qué le pasa?.
JV: Hija, que no hay manera que coma, son las dos, y ni siquiera a desayunado.
Am: Esta bien, déjame a mí.
Se dirigió a la cocina, Carlitos empezó a llamarla en cuanto la vio:
Carlos: Mamaaaaa, mamaaaa
Am: Hola mi bebe, (le cogió, y le dio un fuerte beso), ¿por qué no comes mi amor?.
Carlos: Tigo, mami...
Am: Vale, venga, ¿comemos juntos?.
Carlos: Sí.
JV: Xus a echo lentejas, y yo unos espaguetis con papas.
Am: Él ya tiene sus lentejas, ¿me puedes preparar una ensalada rápida, por favor?.
JV: Claro, pero, ¿no quieres nada más?, mi vida, no puedes seguir a este ritmo, vas a caer enferma tú...
Am: Mama, por favor, el niño... estoy bien, no te preocupes, además, me vuelvo rápido, porque le van hacer unas pruebas importantes a Alfred, y quiero estar...
Carlos: Mama, ¿papi, sige malito?...
Am: Sí, mi amor, pero me ha dicho que te de un fuerte besazo, y que te diga que te quiere un montón, y te extraña mucho...
JV: Cariño, ¿no deberías decirle la verdad?...
Am: Mama, sigue habiendo una esperanza y no pienso dejarla escapar... ¿me entiendes, verdad?...
Patricia: Claro, cariño, pero cuídate...
Amaia estuvo hasta que acostó a Carlitos, regresó al hospital, y a Alfred le realizaron las pruebas, pero el medico no traía buenas noticias, y Amaia debería tomar la decisión más dura de su vida.
Doctor: Amaia, lamento decirte, que no hay novedad, me atrevo incluso que si aún esta vivo, es por que usted le retine...
Am: ¿A que se refiere?.
Doctor: Algunas vez, he podido escuchar, lo que le cuenta, y eso es lo que le hace mantener con vida, pero lo esta pasando mal, las pruebas indican que no saldrá nunca del coma...
Am: (empezaba a llorar) ¿Quiere decir... que... debo...?...
Doctor: Sí, dejarle morir...
Am: No puedo hacer eso... no me puede dejar sola,... mi pequeño no se puede quedar sin su papa... no puede ser...
Doctor: Amaia, es lo mejor, no va a despertar nunca... no vale la pena que tu y tu hijo sigáis esperando algo que no va a llegar nunca, lo mejor es que lo asumáis cuanto antes, sobre todo el pequeño, si me firmas la autorización, le desconectaré...
Am: (lo pensó unos instantes) ¿Puedo despedirme?...
Doctor: Por supuesto...
Aunque quería negárselo, Amaia sabía que era lo mejor, él dejaría de sufrir, y ella... no sabía que iba hacer sin él, pero, tenía a su pequeño, fruto de su gran amor, y por él, tenía que seguir...
Entró a la habitación, y se sentó a su lado, llorando, mientras le acariciaba, le hablaba dulcemente.
Am: Ruru... tengo que despedirme... estas sufriendo mucho... y no quiero que sigas así... será mejor que te vayas... te juro que nuestro hijo... sabrá lo mucho que lo adoraba su padre... te prometo que siempre estarás presente, en nuestras vidas... yo... no podré amar a nadie como a ti... siempre te querré... te amo, te amo...
En ese momento, el aparato que media los latidos había estado calmado, pero ante las palabras de Amaia, empezó a acelerarse, Amaia que se había apoyado en su pecho, a llorar, se levantó, no sabía que hacer, la máquina no dejaba de pitar, cuando estaba a punto de salir a buscar a alguien, noto que algo le sujeta el brazo, cuando miró, volvió a abrazarse a él, Alfred se había despertado, y la miraba asustado...
Am: Sabía... que no nos ibas a dejar... lo sabía... te quiero mi vida... te quiero... todo va a salir bien... te quiero...
El medico entró, al escuchar la máquina y la hizo salir, revisó a Alfred, durante veinte minutos, tiempo en el que ella llamó a la familia, en cuanto vio salir al medico, se dirigió a él.
Am: ¿Cómo está, esta bien, se va a poner bien?.
Doctor: Amaia, la próxima vez que me digan que el amor es la fuerza más grande que existe en la tierra, me lo creeré... aún no debe hablar, pero si lo hace que sea muy bajito, en un rato, le haremos unas pruebas haber si puede volver a caminar,... ya puedes pasar a verle...
Amaia le dio dos besos al medico, y entró, a Alfred ya le habían quitado el tubo, y le dio un besazo en los labios, que cuando se separó, Alfred la sujeto para alargarlo, Amaia le dijo que debía hablar en bajito o evitarlo.
Am: Sabia que no nos dejarías... no me imaginaba la vida sin ti...
Alf: Crees... que voy a... permitir... dejar a las... dos... personas que... más quiero...
Am: Te quiero, mi vida,... escúchame, pase lo que pase, lo pasaremos juntos, ¿vale?.
Alf: Como siempre...
Am: Por cierto, (empezó a besarle por toda la cara), de parte de tu doble enano.
Alf: ¿Qué?...
Am: De Carlitos, esta muy grande, aunque un poco malito,... te extraña mucho...
Alf: Joder,... mi pequeño enfermo... por mi culpa...
Am: Ey, no, al no estar ni tu ni yo, pues se niega a comer, es cierto modo, quise dejarte ir, por él, hace una semana, mi madre lo llevó al pediatra, y dijo que si no comía, tendría que ingresarlo, tiene una depresión...
Alf: ¿Haz estado... cuidando de mí... y de él?...
Am: Claro, todos los días me voy dos horas a casa, a ducharme, cambiarme, y estar con él un ratito, mientras aquí se quedaba alguno de tus padres, o algún compi, mi madre esta siempre con él...
Alf: Siempre a... sido un madrero... te necesita...
Am: En cuanto, te hagan las ultimas pruebas me voy a verle... tu madre viene pronto. Intentaré que coma algo...
Alf: Dile... que son ordenes... de papa...
Am: Se lo diré... pero te recuerdo que nunca le haz dado autoridad.
Alf: A ti... se te da mejor...
Amaia espero por las pruebas el medico le dijo que había posibilidades de que Alfred volviera a caminar, se fue directa a casa, y cuando llegó ni siquiera saludo a la familia, corrió hacia su hijo, lo cogió en volandas, y empezó a besarle, toda la cara, el pequeño no entendía nada, y le encantaba ver a su madre, tan feliz.
Carlos: Mami, ¿qué pasa?, mami...
Am: Mi amor, papa te manda muchos besos, vendrá pronto, me ha dicho que tienes que comer mucho, porque cuando vuelva no va a parar de jugar contigo, papa va a volver cariño...
Carlos: ¡¡¡Sí, papi, vulve, papi, vulve, bien!!!.
Rieron durante un rato, hasta que de repente el niño soltó.
Carlos: Mami, boillo de ocolate.
Am: ¿Quieres un bocadillo de chocolate?.
Carlos: Sí, tigo, mami...
Am: Pues vamos a preparar un bocadillo de nocilla, bien rico.
La reacción del pequeño, termino de alegrar a Amaia, Carlos al ver feliz a su madre, él se puso igual, después de una tarde madre e hijo, Amaia regresó al hospital, Xus ya se había ido así que estaba solo.
Am: Hola mi vida.
Alf: Hola mi amor,... ¿qué feliz estas?...
Am: Sí, tu estas aquí, y nuestro maravilloso hijo, se ha comido un bocadillo de nocilla, un jugo de naranja, dos manzanas, y un plátano, si se enferma será de un empacho...
Alf: ¡Me alegro mucho!... titi, ¿duermes conmigo?.
Am: Claro que sí, ruru.