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-Cariño, despierta.
-¿M-mamá?-miré a la persona a mi lado, sin comprender qué hacía allí. Confundida, observé a mi alrededor.
Estaba en mi habitación, las paredes no estaban blancas como la última vez, sino de un suave celeste, había otros muebles, nuevos y lujosos. Yo estaba en mi cama, mantas cubrían mi cuerpo, abrigándome.
<<¿Estoy en casa?>>
-M-mamá-sin esperar un segundo, tomé su muñeca y la atraje hacia mí. Rodeé su cálido cuerpo con mis manos, la abracé fuertemente, sin poder creer que la estaba viendo, tocando-Mamá, te extrañé-sollocé contra su pecho.
-¿De qué hablas, tontita? Nunca me fui, estaba abajo haciendo el desayuno para todos-dijo divertida mientras acariciaba mi mejilla-Tuve que levantarme más temprano para prepararlo, pero ya terminé, no queríamos comenzar sin ti.
-¿Queríamos? ¿Todos?-pregunté aturdida. Me levanté rápidamente, y tomé su mano como cuando niña, mientras caminábamos a la cocina.
<<¿Cómo había vuelto?>>
-¡Papá!-grité al instante en que crucé la puerta. Solté a mi madre por un segundo, para correr hacia él y abrazarlo. Al igual que antes, me devolvió el abrazo con confusión.
-¿Qué pasa, pequeña?-dijo extrañado, sin dejar de pasar sus manos por mi cabello. Amaba eso.
-No sé, está rara-comentó mi madre, al mismo tiempo que yo enterraba el rostro en el pecho de papá, escuchando los latidos de su corazón, atrapando su aroma, sintiéndolo una vez más.
-¿Otra vez se cayó de la cama?-dijo una nueva voz, que conocía perfectamente.
Mi corazón dejó de latir al oírlo. Giré mi cuerpo hacia la dirección donde provenía la voz, y me encontré con Ethan, y no estaba solo. A su lado, estaba Izzie . Ambos me observaban con una gran sonrisa.
-¿E-ethan? ¿Q-qué haces aquí?-dije sorprendida-¿Y los demás?
Si él estaba aquí, ¿qué había pasado con los demás? ¿Y Azael? ¿Las gemelas?
Caminé hacía ellos, necesitando comprobar que estaban aquí. Y sí, lo estaban.
-¿Los demás? Estamos todos. Bueno, solo falta una persona-respondió con simpleza, mientras despeinaba mi cabello. Sin decir algo más, los hermanos, mis amigos de la infancia, se adentraron en la cocina, se sentaron y comenzaron a comer. Los seguí con la mirada, me quedé estática bajo el umbral mientras ellos comían y charlaban como si nada.
-Olvidé decirte, él ya vendrá, dijo que había olvidado algo- dijo Izzie, luego de un par de segundos.
-¿Él?
En ese instante, fuimos interrumpidos por el timbre.
-Atiende, debe ser él -comentó Ethan, con la boca llena de galletas, al ver que me mantenía parada sin hacer nada.
Abrí y cerré la boca sin saber qué decir.
-¿Zoe? ¿Me abres?
Azael.
Era él.
Caminé velozmente hacia la puerta, tropezando varias veces en el recorrido. Y cuando abrí, estaba ahí.
En el momento en que sus ojos conectaron con los míos, y lo sentí.
Amor.
Abro los ojos, encontrándome con la oscuridad. Me mantengo quieta sobre el lugar, intentando procesar lo que acaba de ocurrir.
<<¿Acabo de soñar?>>
Trato de recordar con detalles el rostro de mis padres, y sonrío con tristeza. Se sintió tan real.
Un pequeño nudo se instala en mi garganta, y siento las lágrimas calientes deslizarse por mi rostro-Dios-susurro sin dejar de llorar. Aparto las sábanas con cuidado de no hacer ruido, y me levanto. Esforzándome por no tropezarme ante la negrura, camino con cuidado fuera de la habitación.
El dolor me quema tanto que no puedo detenerlo ¿Por qué tenía que soñar eso? ¿Por qué está noche después de todo lo que ocurrió?
Cierro la puerta detrás de mi, y recorro el pasillo. Gracias al par de velas que suelen mantenerse cada varios metros de diferencia logro ver algo. Necesito llegar allí, no quiero que nadie me escuche, no puedo permitirlo.
Reuniendo las pocas fuerzas que me queda, llego al baño. Me precipito sobre el lavamanos y enjuago mi rostro con un poco de agua helada. Apoyo mi frente sobre el mueble por un momento, deteniéndome para tomar varias respiraciones profundas.
<<Necesito ser fuerte>>
Yo estaré aquí, pero al menos ellos están bien. Están juntos, a salvo.
-¿Zoe?-sobresaltada, me encuentro a quien menos esperé ver. Ante su atenta mirada, limpio el resto de agua con los puños de mi camiseta, mientras me elevo. Prefiriendo cualquier cosa menos estar con él, rodeo su cuerpo para salir del baño, sin embargo, cuando estoy fuera, Race toma mi muñeca, deteniendo mis pasos. Con temor, me aparto varios pasos de su cuerpo-¿Qué hacías?-pregunta con cierta desconfianza. Entre las penumbras, analizo aquel ceño fruncido con molestia.
<<Deseo tanto que en algún momento deje de intimidarme>>
Optando por decir la verdad, ya que no tengo ganas de discutir, hablo-Tuve un sueño-murmuro, apartando la mirada de sus ojos.
-¿Y por eso lloras? Eres más estúpida de lo que creí-se burla.
-Pues, eso parece. Soñé con mis padres-admito. La falsa sonrisa que se había formado en su rostro desaparece al escuchar mi aclaración. Dando por terminado el encuentro, es Race quien me hace a un lado, y se aleja de mí, sin embargo, hay algo que necesito decirle, algo que seguramente le moleste. Los gritos de Sook resuenan en mi cabeza, su dibujo y leyenda; también las palabras de Victoria, más ese sentimiento que tengo como si fuera responsable de algo.
Observo su espalda mientras se aleja, y doy una paso, luego otro. Lo hago hasta que se da cuenta que lo sigo y se detiene. Gira, quedando frente a mí una vez más.
Todos seremos diferentes, mostraremos nuestros dolores y tristezas de alguna manera, pero seguimos siendo humanos. Race lo es. Y si intento ponerme en sus zapatos, comprendo su ira ¿Cómo no hacerlo? Y le temo, demasiado. Tengo miedo de que quede cegado por el odio que me tiene e intente nuevamente herirme, pero de todas formas, si pienso por lo que habrá pasado... Él perdió a su familia, lo único que tenía. Eso sí puedo comprenderlo. En algún lugar mis padres están vivos, tal vez no pueda estar a su lado, pero sé que están allí, puedo confirmarlo. Race no.
-L-lamento lo que ocurrió con tu familia-tartamudeo de manera precipitada, me abrazo a mi misma como si eso pudiera protegerme, pero claramente, no lo hace.
-¿Qué?-su voz resuena por los pasillos, la sorpresa y amargura, filtrándose de él. Avanza un paso, por sobre mi, y yo retrocedo-¿De qué mierda estás hablando? ¿Es una broma?-gruñe furioso. Sus manos toman mis hombros con violencia, empujándome contra la pared-¿Cómo sabes? ¿Cómo mierda lo supiste?-demanda con enojo, reforzando su agarre de manera dolorosa. Intentando alejarlo, tomo sus brazos, pero nuevamente vuelve a empujarme contra la pared, esta vez, más fuerte. El golpe provoca que el aire no entre a mis pulmones. Jadeo ante su acción, y una vez más, me acobardo ante su enojo-¡Habla!
-No, yo, Sook, leí-no logro formar una oración con sentido mientras él vuelve a golpearme.
-¿Sook? ¿¡Qué tiene que ver ella!?
-Y-yo, leí su cuaderno, h-abía un poema...decía, decía que Zoe mató a tu...
Sin siquiera poder terminar de explicarme, Race mueve su antebrazo contra mi garganta, evitando que respire. Su rostro se acerca hasta colocarse a un par de centímetros del mío, la oscuridad en sus ojos me permite saber que no me ve a mí-¿Acaso te gusta reírte de mí?
-No, intento entender...
-¿Tu? ¿Entender? No sabes una mierda.
-Por favor, no, lo siento ¡Lo siento!-grito-¡Lamento lo que te ocurrió! Si pudiera, si pudiera hacer algo...
-¿Qué?-susurra confundido como si no comprendiera mis palabras.
Su agarra a penas se afloja, pero es suficiente para que tome una bocanada de aire-Lo lamento, lo lamento tanto, Race.
-¿Lo lamentas? - una extraña risa se escapa desde el fondo de su garganta, una mueca de tristeza cruza por su rostro, desarmándose por un instante.
-Race, suéltala.
-¿Qué estás haciendo, Race?
No hago caso a las nuevas voces, me concentro en Race al comprender la realidad. Tal vez nadie le dijo esas palabras ¿Quién lo haría? Si solo lo sabía la causante de su dolor, y Sook. Por más que le de vueltas, no logro ver a Sook como alguien capaz de disculparse, de acompañar a alguien con calidez-L-lo siento, sé que es doloroso. Lo siento tanto-me disculpo con sinceridad.
Caigo al suelo al instante.
Con la visión empañada por las lágrimas, lo veo alejarse una vez más.
Ahora consciente de mi panorama, me encuentro de frente con Ethan, quien me observa con preocupación. Sin pensarlo dos veces, rodeo su cuello con mis brazos-Me siento tan cobarde-sollozo. Ethan se apoya sobre sus rodillas, y me rodea con cuidado.
-Shh, eres todo menos cobarde-susurra contra mi oído-Eres todo menos cobarde, Zoe.