[deadly poisons]
El lugar estaba oscuro, había velas de color negro encendidas por todos lados, las personas con túnicas rojas formaban un círculo alrededor de aquella pobre chica en vestido rojo atada a la silla en el centro de un pentagrama blanco, ella jadeaba y tiraba de las ataduras intentando salir del ahí, pero al parecer era lo último que ellos planeaban hacer. Aquel voluminosos vestido rojo de encaje dejaba un escote pronunciado a sus generosos pechos bien levantados, los tirantes de encaje cubrían sus hombres bajando como mangas al final de sus muñecas, la falda bajaba algo suelta a la mitad de sus muslos dando una caída de puro encaje descubriendo sus piernas hasta sus tacones de punta color rojos.
Así pero borren el encaje que hay en el escote, está abierto ¿ok? Y es rojo >:
-¡Oh gran Lucifer! Te ofrecemos como sacrificio a esta hermosa chica, el vestido rojo representa como es toda una mujer que conserva aún su virginidad - la joven gimió con la mordaza dentro de su boca - rogamos por tu presencia.
-¿Ustedes en verdad creen que soy un ser tan primitivo como para venir solo porque me ofrecen como sacrificio a esta pobre chica? - todos se giraron a verme sin creer que fuera cierto - la estupidez de los humanos cada vez me sorprende más.
-Si no te atrajo el sacrificio, ¿qué lo hizo? - el que parecía ser su líder dio un paso hacia mi.
-El pentagrama - lo señalé - todos pronuncian mi nombre a diario, Lucifer, pero nadie lo hace de la forma correcta.
-Amo, nosotros solo queremos servirle - todos se inclinaron.
-Todos en este mundo me sirven a mi desde que cometen su primer pecado - sise - no es necesario todo este circo.
Siempre que alguien abría un portal en el mundo de los mortales era muy probable que cuando la sangre tocara las lineas este se activara por completo y toda clase de demonios salieran de aquel infierno. Odiaba las creaciones de dios, pero si dejaba pasar a los demonios a su preciado mundo, comenzaría algo que ninguno sería capaz de parar.
-Lo que acaban de hacer es estúpido - gruñí - no saben las cosas en las que se meten - troné mis dedos apagando todas las velas dejando el lugar en completa oscuridad.
-¿Ho-hola? - la voz de la chica tembló - ¿hay alguien aquí? -ayuda - sollozó.
Encendí las luces para iluminar el lugar de nuevo, un grito de terror salió desde el fondo de su garganta al ver los diez cuerpos desangrados frente a ella, su pecho subía y bajaba aceleradamente tratando de evitar que la sangre tocara sus pies.
Los humanos son tan sensibles.
En un abrir y cerrar de ojos las ataduras y mordaza habían desaparecido sin dejar rastro alguno. El pentagrama del suelo había desaparecido junto con los cuerpos, ella me miró atemorizada ante cada paso que daba.
-¿P-por qué les has matado? - tartamudeo.
-Hace unos minutos ellos planeaban asesinarte y ahora te preocupas por ellos - alce una ceja.
Llegué frente a ella bajando la vista para poder ver fijamente a sus verdosos ojos, inhale hondo su exquisito perfume de jazmín, odié sentir la necesidad de deslizar mis manos por las curvas que el vestido envolvía.
-Mhm, ellos tenían razón - susurré - eres tan inocente que puedo oler lo dulce que eres.
Llevé una de mis manos detrás de su cuello tirando de ella hacia el frente, uní sus labios a los mios ferozmente, su cuello comenzó a arder bajo mi mano, ella jadeo posando sus manos en mi pecho para tratar de alejarme, puse otra de mis manos en su espalda baja juntando nuestros cuerpos aún más, reí mientras seguía moviendo mis labios sobre los suyos, me separé con una sonrisa en mi rostro observando como me miraba perpleja.
-Ahora me perteneces - sus ojos se abrieron a tope.
-¿Qué?
-Debiste quedarte en silencio, cariño, pero ahora me fascinas y te quiero para mi - abrí la puerta - nos vemos luego, Azra.
[...]
La miré reír a la distancia, mordí la manzana roja en mi mano mientras memorizaba cada acción que los dos hacían. Creí haberle dejado muy claro hace unas semanas que ella era mía, estuve algo ocupado pero eso no significa que no me importaba más lo que le había jurado.
Caminé hacia ellos y detuve el tiempo antes de que ese idiota pegara su boca con la de ella, Azra le miró asustada, miro como las hojas de los árboles que caían quedaron congeladas en el aire.
-Creo haber dejado muy en claro que eres mía, preciosa - me miró asustada.
-¿Q-qué estás haciendo aquí? - tiré el corazón de mi manzana a la basura.
-Visitando mi propiedad.
-Y-yo no soy tu propiedad - se levantó - no se que demonios hiciste en mi cuello - levantó su rubio cabello mostrando la marca en la parte trasera de su cuello, sonreí viendo mi marca en ella.
-Las posesiones deben tener la firma del dueño - sonreí - es mi sello, mi forma de decir que me perteneces.
-No se que demonios seas pero creeme que lo último que deseo es ser tuya.
-Mmm, no es como si fuera opcional - reí - ahora, - acomodé un mechón de su cabello tras la oreja - termina con él.
-No - el humor abandonó mi rostro.
-Es una orden - gruñí - termina con él ya, ¿o acaso prefieres que termine yo con él? - sonreí - después de ver como te miraba, deseo romper su cuello.
-B-bien t-terminaré con él... - retrocedió para volver a tomar asiento en la banca.
El tiempo volvió a correr conmigo frente a ellos dos, solo podía verme quien yo quisiera que me viera.
-George - susurró ella - tengo que irme.
-Termina con él - repetí.
-¿Te llevo a casa? - preguntó.
-N-no, ya no podemos vernos...
-¡Sé mas dura!
-¿Qué? - sonrió incrédulo - cariño, ¿qué sucede?
-¡Dile que no lo amas!
-Solo no, ya no puedo estar contigo...
-¿Acaso brome-...
-¡Ahora!
-¡Callate de una vez, maldita sea! - gritó Azra, George la miró desconcertado - y-yo n-no...
-Bien, me voy - se levantó - de todas formas no quería seguir saliendo con una mojigata como tú.
Azra le miró sorprendida mientras el chico se marchaba.
-Los hombres son unos capullos, querida - me senté a su lado - ¿qué pensabas? ¿Qué el te amaba por tus sentimientos? - reí - ese idiota solo quería meterse entre tus piernas.
-¿Y qué se supone que quieres tu?
-Divertirme.
En un abrir y cerrar de ojos ambos ya nos encontrábamos sobre el puente de San Francisco, y al decir sobre, me refiero en la punta mas alta de sus vigas.
-¿¡Pero que rayos!? - gritó tambaleándose, la sujeté de la cintura para evitar que cayera.
-¿No crees que es hermoso? - sonreí admirando el paisaje - puedo tomarte una foto si gustas.
-Claro, y como créditos le pondré mi gran amigo Luci - rodó los ojos.
-No me llames así - tiré de su mano - en realidad odio que me llamen así, prefiero... Shawn.
-¿Shawn?
-Si, ya sabes, S de Satanás, H de Herir, A de Asesinar y N de Noche.
-¿Qué pasa con la W?
-Sin ella el nombre no suena bien y no se me ocurre alguna palabra con esa letra...- una risa salió de sus labios.
-Vino (wine)
-Me parece bien - la acerqué de nuevo a mi cuerpo - tu y yo nos vamos a llevar bien.
[deadly posion]
Pte 1.