Acosador #PGP2019

By _CatyLoVe_

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Dos jóvenes superhéroes se ven envueltos en un escándalo e intentarán desmentirlo, pero las decisiones que to... More

Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Epílogo
Agradecimientos + Sorpresa
Respuesta personajes + Sorpresa 2
¡Votación!

Capítulo 25

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By _CatyLoVe_

Nathaniel echó su celular en la mochila mientras llevaba medio pan tostado en la boca, sacó del refrigerador un yogurt bebible y lo colocó en la bolsa lateral de su mochila. Tomó el pan después de darle dos mordidas y corrió apresurado a la puerta de su casa.

—Tarde, tarde, siempre tarde —Se quejaba mientras cerraba tras salir y daba un último bocado a su desayuno.

Caminó a la esquina y emitió un sonido similar a un gruñido al ver el semáforo para peatones en rojo.

«Que tengo prisa. ¡Carajo!», pensó empezando a mover su pie izquierdo de manera impaciente.

Al ver que el tiempo para que pudiera cruzar había iniciado se echó a correr para lo más rápido que le fue posible.

Kurtzberg llegaba al pie de los escalones del instituto justo cuando el timbre anunciaba el comienzo de las clases. Se detuvo unos segundos para recuperar el aire y luego subió los escalones de dos en dos para atravesar la gran puerta del François Dupont.

Con un intenso dolor en sus piernas, Nathaniel llegó al aula donde tenía su primera clase. Sintió alivio al ver que la profesora Mendeleiev no estaba.

En su mente maldijo tener el lugar de hasta atrás pues debía subir más escaleras. Al poder tomar asiento en la silla dejó caer su mochila al suelo y su cara en la mesa.

—¿Estás bien, Nath? —preguntó una voz a su lado.

El pelirrojo se incorporó extrañado y su expresión de sorpresa fue visible al ver a cierto compañero sentado a su lado.

—¿Adrien? ¿Qué haces aquí? —preguntó Nathaniel con dificultad, aún no lograba normalizar su respiración.

—Quise sentarme contigo —admitió el rubio con una sonrisa ladina—. Aprovechando que Lila volvió cambié de lugar, espero que no te moleste.

Nathaniel estaba confundido, dirigió su mirada al sitio que solía ocupar el modelo y grande fue su sorpresa al ver que eran Marinette y Lila quienes ocupaban ese lugar. El artista podría jugar que un aura oscura rodeaba a ambas chicas que se daban la espalda.

Ahora Nathaniel miró el anterior puesto de la franco-china, Nino lo había tomado y ahora podía disfrutar de la compañía de su novia.

—Se van a matar... —murmuró el pelirrojo al ver como Dupain-Cheng empezaba a forcejear con la italiana.

—Al menos estamos lejos —comentó Adrien riendo tímidamente.

—Bueno, es una ventaja —Le apoyó Nathaniel pegándose al respaldo de su silla.

—Y entonces... —añadió Adrien mirando a su compañero que lo miró de reojo esperando que continuara—. ¿Me puedo quedar contigo?

—Claro, no me molesta —contestó el ojiturquesa mostrando una sonrisa.

«Pero sí me distrae», pensó el menor dejando de mirar los orbes esmeraldas que caracterizaban a su compañero. Al perderse en ellos no pudo evitar recordar algunos sucesos del día anterior que vivió con otro rubio de ojos verdes.

Kurtzberg se había pasado gran parte de la noche tratando de explicarse a sí mismo el por qué besó a Chat Noir, tenía la seguridad de que se dejó llevar por el atractivo del héroe teniendo una apariencia femenina pero la idea fue desechada después de casi perder el control cuando el portador del Miraculous del gato le hizo una visita y se repitió el evento, al parecer lo que Chat tenga entre las piernas no es relevante para despertar esos deseos en él. Entonces, ¿qué significaba todo eso? ¿Realmente le atraía ese rubio que suele hacer malos chistes?

—¡Suficiente! Rossi, siéntate con Raincomprix. Bourgeois, muévete al lugar de Rossi —ordenó la profesora de ciencias con la impaciencia reflejándose en su rostro.

—¿Cuándo llegó? —Se preguntó el pelirrojo.

—Hace diez minutos, estaba revisando la tarea por filas —aclaró Adrien susurrándole muy cerca de su oído. El aliento del modelo rozando su oreja puso nervioso al artista.

—¿Cuál tarea? —Volvió a preguntar Nathaniel alarmado.

—Los ejercicios de mezclas... ¿Quieres que te los pase? No llevan mucho tiempo.

—Te lo agradecería mucho.

Adrien deslizó su cuaderno por la mesa para que su compañero pudiera copiar la tarea, el pelirrojo se dedicó a anotar las respuestas de los ejercicios sintiendo la adrenalina típica de hacer los deberes en la clase.

—Te debo una, Adrien —afirmó Kurtzberg regresándole su cuaderno al rubio que no dejaba de mirarlo.

—¿Qué tal si me pagas hoy? —sugirió el rubio con notable entusiasmo—. Esta tarde, vamos al centro comercial a pasar el rato. ¿Qué dices?

—Kurtzberg.

El nombrado brincó en su silla al escuchar que le tocaba entregarle la tarea recién hecha a la profesora. Nervioso tomó su cuaderno y bajó los escalones dirigiéndose al escritorio de Mendeleiev.

Agreste vio cómo su compañero se alejaba, aún no recibía respuesta a su invitación, pero le causaba temor la posibilidad de ser rechazado. No quería que Nathaniel volviera a alejarse de él, detestó leer sus mensajes enviados con las palomitas que mostraban el famoso "visto" o a veces solo el "recibido".

«¿Tan difícil era decir de frente: Aléjate, me caga tu presencia, no te quiero», se cuestionaba el modelo al recordar cómo sus intentos de acercarse al artista reservado habían fracasado.

Y ahora volvía a insistir, en la mañana formuló la teoría de que Nathaniel solo aceptaba a Chat Noir por buscar algún beneficio propio, ya que se trata de un héroe, aunque eso iba en contra de la impresión que tenía del menor. Además, sí ese fuera el caso ¿no sería más fácil sacar provecho con él como civil? Es igual de reconocido y nadie ignora su fortuna, en cambio, con Chat lo diferente a lo que podía aspirar era exponerse al peligro por su labor como protector de París.

«No, Nathaniel no es interesado...», aseguró Adrien apoyando la barbilla en el borde la mesa.

—Acepto salir contigo —pronunció el joven de ojos turquesa dejando caer su cuaderno en la mesa.

Adrien recobró la compostura y esbozó una gran sonrisa, tenía una oportunidad de avanzar en su búsqueda de respuestas que no lo dejan dormir por la noche.

Al salir del instituto el guardaespaldas de Adrien llevó a ambos jóvenes en auto hasta la plaza comercial más cercana.

A petición de Nathaniel el primer negocio al que acudieron fue una heladería, abandonaron el lugar con un gran vaso de helado napolitano cada uno.

—¿Jugamos a las veinte preguntas? —propuso Adrien probando un poco de su postre.

—Está bien, tú empieza.

—¿Cuál es tu mayor sueño?

—Wow... Empezamos con lo difícil —bromeó Nathaniel comiendo de su helado—. Pues me gustaría publicar un cómic y que a la gente de verdad le agrade...

—Interesante, tengo aquí al próximo Stan Lee.

—Oye, no soy tan bueno —replicó el pelirrojo con sus mejillas ligeramente teñidas de rojo.

—Lo serás.

—Bueno, ya se verá. Dime Adrien, ¿cuál es tu mayor miedo?

—Perder a mis seres queridos... Los que me quedan —murmuró lo último cambiando su semblante a uno sombrío.

Nathaniel se dio cuenta de su error, rápidamente miró a su alrededor y sonrió al ver un lugar interesante. Tomó la mano del contrario y enseguida se encaminaron a una tienda de cómics, Kurtzberg era el más emocionado con cada título que leía en los estantes rojos. Mientras tanto Adrien solo miraba enternecido al chico que actuaba como un niño.

Posteriormente salieron de la tienda y continuaron caminando por la plaza, encontraron una máquina para jugar Guitar Hero, tiraron sus envases ya vacíos y tomaron las guitarras para poder jugar.

Adrien metió una moneda y esperaron a que les permitiera jugar, estaba eligiendo que tocar cuando la pantalla se pasmó y segundos después mostraba un mensaje que indicaba que se estaba reiniciando.

—¡Ay por favor! —protestó Adrien al caer en cuenta de que su moneda se había perdido—. Que robo.

Nathaniel estaba luchando por no carcajearse, pero le fue imposible al ver la cara rendida del rubio.

—Oye —Se quejó Adrien viendo al pelirrojo divirtiéndose de su mala suerte.

—Ya, perdón —dijo Kurtzberg con dificultad.

—Agh... Como sea.

Agreste se retiró la guitarra y la dejó en su lugar, observó los negocios a su alrededor y su rostro se iluminó al divisar uno en particular.

—Vamos Nath —pidió extendiendo su mano al nombrado. El menor se quitó también la guitarra y aceptó la mano del rubio, quien lo llevó corriendo a un local.

Al entrar al almacén se toparon con un montón de figuras de acción de series y películas populares.

—Wow... —murmuró Nathaniel viendo todos los estantes.

—¡Mira! —chilló Adrien soltando su mano, el pelirrojo lo siguió con la mirada y vio cómo regresaba con un muñeco en sus manos—. Es Chat Noir, dime ¿qué piensas de él?

La pregunta tomó desprevenido al artista, desvió la mirada al notar que la sangre se le iba a las mejillas y aferró su mano al borde su camisa.

«Besa bien», fue lo primero que vino a la mente de Nathaniel. Pero obviamente no podía responder eso.

—Pues... Creo que es genial a pesar de sus chistes malos —Se animó a decir volviendo a mirar al modelo—. Lo he visto en acción algunas veces y me sorprende lo ágil que puede llegar a ser incluso bajo presión.

Adrien sonrió complacido intentando ignorar el comentario despectivo sobre sus intentos de comediante.

—¿Y tú qué piensas de Firefox? —inquirió Nathaniel acercándose a una vitrina donde exhibían una figura del héroe zorro empuñando su flauta.

—Es buen sujeto —Se limitó a decir Adrien luchando por no revelar nada comprometedor.

—¿Sólo eso? —cuestionó el pelirrojo mirando al Agreste con incredulidad.

—Bueno... Es muy inteligente y siempre tiene buenos planes para derrotar al akuma —mencionó Adrien con emoción en su voz—. Admiro que pudo enfrentar las críticas después de su aparición. Demostró ser capaz... Lo de Volpina no quedó en el olvido.

Nathaniel se sorprendió por las palabras dichas por el modelo, podía percibir algo de admiración hacia su alter ego y eso reanimaba su parte ególatra.

—Hey, ¿y si vamos al cine? Quizás haya alguna función interesante —sugirió Adrien regresando la figura al lugar de donde la había tomado.

—Me parece bien —aceptó Nathaniel con alegría.

Ambos chicos salieron de la tienda y acudieron al cine ubicado en el último piso del centro comercial. Eligieron una película de ciencia ficción. Cuando salieron de la sala ya estaba anocheciendo y justo en el momento que llegaban a donde el chófer esperaba al Agreste menor empezó a llover.

Ya que no quería ser una sopa andante Nathaniel no se negó cuando Adrien le propuso que lo pasaran a dejar a la puerta de casa.

Una vez que llegaron a la casa Kurtzberg, Adrien aprovechó para despedirse besando ambas mejillas del pelirrojo y sonrió divertido al ver el aspecto desconcertado del menor. Nathaniel abrió la puerta del auto y descendió con movimiento torpes consecuencia de sus nervios.

—Hasta mañana Adrien, me gustó pasar la tarde contigo —declaró el pelirrojo con sinceridad antes de cerrar la puerta y ver como el vehículo se marchaba.

Soltó un suspiro y al sentir una gota de lluvia que caía en su mejilla decidió entrar antes de volviera a llover.


≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈

¡Maratón 1/5! ¿Por qué? Porque se me da la gana :3

Nos leemos en dos horas~ o menos sí veo muchos comentarios y votos >w<

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