FIREPROOF ▲ TEEN WOLF ➅

By MrsMalfoy_

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FIREPROOF | ❝Los hombres lobos no son a prueba de fuego, pero ella sí.❞ [SEXTO LIBRO DE LA SAGA DE FANF... More

-ˏˋFIREPROOFˊˎ-
PRÓLOGO
ACT I. THE WOLVES
II. Investigando a Theo Raeken
III. Desconfianza

I. La balanza se inclina

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By MrsMalfoy_


Sentada en el capó del Jeep de Stiles, observo la redonda e inmensa luna llena que hace acto de presencia en el firmamento oscuro, haciendo que las estrellas centelleantes luzcan opacas. El satélite tiene toda la atención, haciendo que se me dificulte apartar la vista de ella que me llena de una fuerza que va en aumento. A pesar de que ya me he acostumbrado al poder que ejerce sobre los licántropos, sigo sintiendo su magnetismo que busca sacar mi loba interior a la superficie.

Sé que no va a suceder, pero se siente como si todavía pudiera llegar a descontrolarme si simplemente me dejo ir, si permito que su resplandor invada mi sistema, tomando posesión de mi cuerpo.

—De acuerdo, he encontrado unas dos habitaciones en el distrito de Mission, pero son costosas y un par en Haight y Ashbury. También costosas. —La voz de Stiles suena distante, incluso cuando está solo a un metro de distancia, de pie a un lado del Jeep con los codos apoyados en el capó.

Scott se encuentra a mi lado, también abstraído en la luna llena, aunque le está haciendo más caso a Stiles de lo que yo hago. Están charlando sobre lugares para mudarse juntos cuando vayamos a la universidad. Los dejo tener la conversación tranquilos porque tuve la mía con Lydia hace unas semanas y quedamos en que podemos hospedarnos juntas.

—¿Qué hay sobre Berkeley? —pregunta Scott—. ¿Acaso hay muchos estudiantes viviendo ahí?

Stiles asiente.

—Sí, sí, podríamos tratar con Nob Hill, pero el Jeep se quemaría por los embragues.

Scott y yo lo miramos, confundidos porque no teníamos conocimiento previo de que Stiles estuviera incluyendo el cacharro que nos ha acompañado en muchas aventuras, pero que ya ha pasado suficiente. Desde el viaje a México a principios de año no ha sido el mismo.

—¿Vas a llevar el Jeep? —cuestiona Scott.

—Sabes el plan. Nadie se queda atrás. Ese es el plan. —Stiles suena un poco agresivo e insistente, pero lo dejamos pasar porque es su visión de vida. Creo que todos estamos ajustándonos al hecho de que Scarlett se haya ido de Beacon Hills—. Lydia y Payton no van a tener problemas en entrar a Stanford. Kira está pensando en ir a la USF. Malia, uh, va a planificar algo. El plan es perfecto.

Chasqueo la lengua, ladeando la cabeza.

—Suena un poco controlador. ¿Qué tal si queremos salir de California? —pregunto, arqueando una ceja.

Stiles hace una mueca inconforme porque lo he molestado con esto todo el verano. Se cabrea y su rostro se torna rojizo, pero es porque no quiere perdernos. En el fondo también lo entiendo. Conozco lo que es perder a las personas que quieres. Solo no quiere que el plan se arruine y nos quedemos separados por siempre.

—O podemos esperar a entrar a la universidad y después encontrar dónde vivir —sugiere Scott sonriendo.

—Tengo una visión, amigo. ¿De acuerdo? Es una visión hermosa. No arruines la visión. —Sonrío y Stile suspira ruidosamente—. De acuerdo, podemos verificar la Bahía Este. No he buscado en Oakland.

Unos truenos retumban en mi cabeza y vuelvo a mirar las nubes oscuras que rodean la luna, rayos se ven en ellas, amenazando y advirtiendo que una fuerte tormenta se aproxima.

—¿Están bien? ¿Están sintiendo la luna? —Quiere saber Stiles.

Encojo los hombros.

—No es una mala sensación cuando la controlas —digo por mi parte.

—Yo estoy pensando.

Frunzo el ceño.

—¿Sobre qué? —preguntamos al unísono.

—El último año.

Sonrío con melancolía. Estamos próximos a iniciar nuestro último año y parece inverosímil. ¿Cómo es posible que el tiempo siga avanzando cuando nos hemos topado con tantas aventuras y desgracias que podrían cubrir una vida entera?

—¿El último año? Oh, vamos. Eso es nada. Será fácil.

Arrugo el rostro en una mueca.

—Stiles, cuando las personas dicen que algo será fácil termina siendo el peor infierno —murmuro.

Stiles sostiene mi mano.

—No seas negativa.

Ruedo los ojos porque no estoy siendo negativa, estoy siendo realista.

—No, Stiles, Payton tiene razón. Es como algo que Deaton me dijo. ¿Han escuchado lo que es regresión a la media?

Asiento.

—Yo sí.

—Payton, no todos son genios como tú. Déjanos a los normales adquirir el conocimiento —pide Stiles haciendo un puchero.

Le saco la lengua tal y como lo haría una niña pequeña, pero no me importa mucho. Es divertido y la mayoría del tiempo nos comportamos como si lo fuéramos porque hemos vivido demasiada tragedia. Hemos tenido grandes pérdidas que nos han obligado a crecer y madurar incluso cuando solo somos un puñado de adolescentes.

—Es la forma en la que Deaton dice que la vida no puede ser siempre mala o buena. Eventualmente las cosas tienen que volver al medio. Así que piensen en los últimos meses. Las cosas han sido buenas, ¿verdad? Pero no increíbles.

Entiendo lo que quiere decir. Podrían estar mejor si Scarlett no se hubiera ido de Beacon Hills. Extraño a Scarlett. Es lo más cercano a una hermana que puedo tener y ahora está en algún lugar de Sudamérica teniendo mejor vida de la que todos nosotros podemos tener. Lo merece. Sufrió demasiado en su momento y es hora de que le toque vivir lo bueno.

—Sí, pero nadie ha tratado de matarnos en seis meses tampoco.

—Concuerdo con Stiles en eso —digo, ladeando la cabeza un poco.

—Exacto. Hemos estado en el medio por un tiempo. Eso significa que en algún punto la balanza se tiene que inclinar a un lado. Las cosas se van a poner muy buenas de nuevo...

—O muy malas —concluye Stiles.

Parece que el universo trata de darnos una señal porque los truenos se hacen más fuertes, haciendo acto de presencia como si quisieran gritar una advertencia de que no solo una tormenta se aproxima, sino que lo malo también.

Espero estar equivocada.

—¿Creen que ha pasado el tiempo adecuado? —pregunto con cierto temor.

—¡Sí!

Suelto un suspiro mientras volteo, junto a Scott y Stiles, a mirar a Liam que está atado al tronco de un grueso árbol con una cadena que fácilmente es del grueso de mi puño.

—¡Estamos tratando se tener una conversación de adultos aquí! —le grita Stiles, regañándolo.

Aprieto los labios para no soltar una risa porque la verdad es que ha sonado demasiado gracioso.

—Eres dos años mayor que yo —rebate Liam desde su árbol—. Y estoy bien. Solo déjenme ir.

Scott y yo bajamos del auto y los tres nos dirigimos al tronco del árbol. Escucho el tintineo de las llaves en el bolsillo del alfa mientras las alcanza para abrir el candado.

—No es que no confiamos en ti —dice Scott.

—Yo no confío en ti —interviene Stiles y le doy un ligero codazo para que se comporte con Liam.

—Pero luego de la última luna llena...

—Fue un desliz —se defiende Liam haciendo un pequeño mohín.

—¿Un desliz? Una docena de llamadas a la estación sobre un monstruoso chico-perro corriendo por las calles de Beacon Hills desnudo. ¿Eso es un desliz? —inquiere Stiles.

Reprimo las ganas de contarle que hice cosas peores antes de tener el control de mi cambio en la luna llena. ¿Correr desnudo? Eso es literalmente nada. En una noche que perdí el control me metí a una licorera, robé un auto y me desperté en ropa interior en el techo de la escuela.

—¿Por qué estabas desnudo? —Quiere saber Scott.

Liam encoge los hombros.

—Hacía mucho calor esa noche.

Stiles voltea para mirarme. Inmediatamente los demás me observan también, confundidos, pero intrigados por saber la razón por la que Stiles me dedicó esa miradita.

—Yo no duermo desnuda. No entiendo por qué me miran así —digo con rapidez.

Duermo con una camiseta y bragas. Es más cómodo así. No es mi culpa que Stiles haya entrado una vez por mi ventana y se topara con el panorama; el cual fue muy bueno, cabe decir.

—Déjenme ir —insiste Liam, desviando el tema.

Puedo percibir que está un poco incómodo por la posibilidad de que duermo en bolas.

—¿Seguro que estás bien? —le pregunta Scott en un tono suave.

—Lo estoy. No sucederá de nuevo.

Scott asiente, pero no lo libera de las cadenas.

—¿Estás en completo control?

Liam mueve su cabeza en un gesto afirmativo, mirándolo directamente a los ojos.

—Completa y totalmente en control.

En el camino a la escuela para el ritual de último año, dejamos a Liam en el hospital con su padrastro luego de buscar a Malia, rezando internamente para que el Jeep no nos deje a medias. Scott nos abandona en el hospital para buscar a Kira, quien está atrapada en la carretera de vuelta del aeropuerto luego de pasar el verano en Nueva York. 

Puedo oler la ansiedad de Stiles a medida que nos estacionamos en la escuela y también el nerviosismo de Malia mientras espera a que sus resultados de la escuela de verano lleguen. Está en el borde de saber si tiene que repetir el tercer año o si es estudiante de último.

Para este momento la lluvia cae con fuerza, las gotas empapando el camino y causando accidentes. Apenas se puede ver el camino.

—Malia, ¿puedes buscar a Lydia? Dijo que estaría aquí —le digo a la mujer coyote tan pronto nos bajamos del Jeep y empezamos a caminar hacia el interior de la escuela.

Ella frunce el ceño con confusión.

—¿Por qué? —inquiere.

Ruedo los ojos.

—Porque quiero hablar con Stiles. A solas.

—¿Esta es otra forma de decir que van a tener sexo en el baño o...? —Mi mirada es lo suficientemente seria como para hacerla callar—. Oh, te refieres a hablar realmente.

Inhalo profundamente, entendiendo a la perfección la razón por la que Scarlett no era muy tolerante de Malia. Me recuerdo que esta chica pasó un largo tiempo viviendo como un coyote en el bosque y que carece de capacidades sociales, así que solo por eso le sonrío y le hago un gesto con la cabeza para que se vaya a buscar a Lydia y me permita hablar con Stiles a solas.

Quiero saber qué le preocupa, que se desahogue conmigo, que me cuente lo que lo atormenta. No importa que no tengamos muy definida una relación con título, pero somos algo. Más importante que eso, somos amigos. Quiero estar aquí para él si me necesita.

Está apoyado en una columna observando al resto de nuestros compañeros correr bajo la lluvia para encontrarse con el resto de sus amigos, algunos caminando en parejas, riendo y disfrutando del momento como si fuera su eje de vida.

Me aproximo en silencio, toco su hombro para alertarlo de mi presencia y me sonríe un poco. Agarra mi mano, refugiándola entre la suya.

—¿Estás bien? —le pregunto—. Estás ansioso.

—Siempre estoy ansioso —replica.

Muevo la cabeza en un gesto negativo.

—No así. Solo estás así cuando estamos contra el reloj ante un villano que quiere matarnos. —Stiles fija su mirada en mí, quedándose callado, detalle que es inusual en él—. No veo a los malos por aquí y las cosas han estado tranquilas, ¿por qué estás tan ansioso?

Encoge los hombros, haciéndolo pasar como si fuera algo insignificante, pero no doy mi brazo a torcer tan fácil. Continúo pendiente a él sabiendo que va a soltarlo en algún momento. Muy pocas veces puede reprimir lo que verdaderamente le sucede. Gracias al constante peligro, la confianza entre nosotros es bastante fuerte y estable.

—El otro día le pregunté a mi papá sobre sus amigos de la escuela. Adivina con cuántos sigue hablando. Ninguno. Ni siquiera uno. —Su voz anda cargada de preocupación, desbordándose en cada palabra que pronuncia—. Estos eran sus mejores amigos y solo dice que perdió el contacto con ellos. Así que empecé a pensar en las cosas como siempre hago.

—De una manera obsesiva —digo para que sepa que estoy siguiéndole el hilo y no me he perdido en su descarga emocional.

—Sí. Así que estoy pensando, ¿qué tal si Scott es mi mejor amigo ahora, pero no es mi mejor amigo para toda la vida? Y con Scarlett... ya sabes... solo hace las cosas peor.

Sus palabras calan mis huesos hasta enterrarse en lo más profundo de mi ser. Entiendo lo que está diciendo. Entiendo su miedo y preocupación. Son pensamientos normales. A veces la pérdida de contacto entre amigos sucede porque su confianza y conexión era solo temporal.

—No creo que eso suceda entre tú y Scott —expreso con completa honestidad—. He visto tu amistad con él. ¿Recuerdas la noche en la que todos nos volvimos suicidas y Lydia, Allison y tú eran los únicos lúcidos?

Stiles asiente.

—Sí, fue una noche loca.

Concuerdo con él, pero no es lo que quiero decir. No he llegado a mi punto.

—Recuerdo que Scott estaba cubierto en gasolina con una bengala en la mano y logró convencer a Scarlett de que desaparecer el mundo sería la mejor opción. —Mi voz suena un poco ahogada por las emociones que me invaden al recordar ese momento—. Todos estábamos paralizados, solo observándolos. Pero tú entraste con ellos, dijiste que si lo hacían, tendrían que llevarte con ellos. Ustedes son más que amigos, son familia.

» Una amistad así no es efímera. Ustedes no son solo temporales. Scarlett se fue, sí, pero sigue siendo parte de nosotros. Nos llama, se mantiene en contacto y estoy segura de que si llegara a contarle que piensas que la amistad de los tres fenómenos es una pasajera, volvería para patearte el trasero.

Stiles me sonríe. Veo en sus ojos que está agradecido de que haya logrado apaciguar sus preocupaciones con mis palabras. Por primera vez siento que dije lo correcto sin olvidar todas las experiencias que he vivido. Siento que mi consejo ha sido el adecuado.

Da un paso hacia mí, rodeándome con sus brazos. Escondo el rostro en el cuello de Stiles, notando que el olor a ansiedad ha disminuido.

—Recuerdo esa noche, Payton. Sé que dije que Scarlett era la chica más importante en mi vida...

—Lo es —lo interrumpo antes de que pueda continuar—. Es diferente con ella. Es como tu hermana. Tienen una conexión importante de la cual no formo parte y no me molesta, ¿de acuerdo?

—Tengo una conexión directa con Scarlett... o ella conmigo. No sé cómo funciona eso, la verdad. Pero...

—Si dices algo cursi, no te besaré —advierto, arrugando la nariz.

Stiles hace un mohín y se queda en silencio, detalle que me hace reír. La risa es ahogada por su boca cuando posa los labios sobre los míos, ejerciendo una ligera presión que me roba el aliento.

—Solo para dejar algo claro, no me siento del mismo modo con Isaac en caso de que quiera regresar por ti. —La carcajada vibra en mi pecho, pero me mantengo atenta a lo que dice—. No te rías. Hablo en serio. Si vuelve a Beacon Hills, no sé si podré competir con sus bufandas.

—¡Deja de burlarte de su bufanda! —exclamo entre risas. Sostengo su rostro entre mis manos y lo vuelvo a besar, esta vez moviendo los labios un poco, saboreando su boca durante unos cortos segundos antes de que mis sentidos capten el ruido de pasos apresurados en nuestra dirección—. Espera, alguien viene.

—¿Quién?

—Por el amor a Cristo, Liam. ¿Tus padres nunca te dijeron que no corras por un pasillo mojado? —Las palabras que salen de mis labios no son las mejores, pero es lo primero que me viene a la cabeza cuando veo al beta correr en nuestra dirección con Malia a su lado—. ¿Quieren caerse y terminar sin dientes?

—Scott está en problemas —anuncia Liam.

No lo pensamos dos veces al salir corriendo en la dirección que los sentidos agudos nos apuntan. Incluso en la lluvia es perceptible escuchar los sonidos de pelea, gruñidos y golpes. También el ruido metálico de la espada de Kira.

Llegamos tarde porque todo lo que puedo ver es un hombre monstruoso con las garras clavadas en el pecho de Scott, quien está cayendo sobre las rodillas. Kira está al otro lado del túnel y hay un hombre lobo que no reconozco a su lado.

Por un momento siento que el corazón se me cae a los pies porque los ojos de Scott dejan de brillar. Sin embargo, solo dura unos segundos porque recupera su fuerza, sus orbes se iluminan teñidos en rojo y poco a poco se pone de pie. Hace uso de su otra mano para quebrarle el brazo al hombre y se saca las garras que se le quedaron en el pecho.

—No sé quién eres o lo que pensabas hacer, pero te daré una opción de elegir. Puedes quedarte y te romperé algo más, o puedes correr.

—Yo correría —menciona Stiles.

El hombre voltea para mirarnos y se da cuenta de que está derrotado. Somos seis contra uno y anda con un brazo quebrado. No tiene muchas posibilidades a su favor.

Scott y Kira se reúnen con nosotros y todos observamos al muchacho desconocido. Tiene el cabello castaño claro, la piel blanca, ojos azules y labios rosados. Se acerca a la manada con una sonrisa iluminándole el rostro.

—No me recuerdas, ¿o sí? —La pregunta va dirigida a Scott—. Supongo que me veo diferente a cuando estaba en cuarto grado.

Scott hunde el entrecejo.

—¿Theo?

—¿Lo conoces? —Se interesa Malia.

—Solían hacerlo —menciona el chico llamado Theo—. Créanme, jamás pensé que los volvería a ver. Hace unos meses escuché de un alfa en Beacon Hills. Cuando supe que su nombre era Scott McCall, no podía creerlo. No solo un alfa, sino un alfa verdadero.

Puedo oler la desconfianza que desprende el cuerpo de Stiles. No se fía de este tipo y, honestamente, confío en sus instintos como para mantener mi guardia arriba. Ojalá Scarlett estuviera para confirmar si Stiles está en lo correcto o es solo paranoia.

—¿Qué quieres? —cuestiona Scott.

—Solo regresé a Beacon Hills. De vuelta a casa con mi familia porque quiero ser parte de tu manada.

Mientras regresamos al interior de la escuela, Stiles expresa lo desconfiado que está de Theo. Entiendo lo extrañado que está. Este tipo solo apareció de la nada para unirse a la manada. ¿Qué se cree? No aceptamos a las personas solo porque sí. Esto no es un trabajo de escuela, sino líos de vida o muerte.

—No lo hemos visto en años. ¿No lo encuentras sospechoso?

Scott hace una mueca.

—Estoy más preocupado por el tipo que trató de matarme.

—Creo que ambas cosas son importantes. ¿Recuerdan la charla de hace unas horas? Suena a que estaremos yendo de vuelta a lo malo muy pronto —hablo, estremeciéndome un poco.

El teléfono de Malia vibra y ella se apresura en leer el correo electrónico. Su rostro se ilumina con las palabras.

—¡Estoy dentro, pasé! —exclama, tratando de contener su emoción—. Oficialmente soy una estudiante de último año.

Kira se pega a Malia, abrazándola de lado.

—Gracias a Dios. —La voz de Lydia se escucha por todo el pasillo y la vemos dando grandes zancadas hacia nosotros—. ¿Dónde han estado? Toda la clase está aquí. ¿Vamos a hacer esto o no?

Definitivamente vamos a hacerlo. No hay forma en la que no aprovechemos un poco de normalidad antes de que la balanza vuelva a inclinarse. Por eso haremos el ritual de último año.

Nos dirigimos a la biblioteca donde el estante que oculta las iniciales de todos los estudiantes de último año que han pasado por Beacon Hills, espera por nosotros. Hacemos la fila, haciendo nuestro turno para recibir el marcador y así poder escribir las iniciales de nuestro nombre.

Stiles es el primero. Después le sigo yo. Lydia va seguida de mí, luego Kira, Malia y Scott al final. Malia duda unos segundos antes de poner una «T» en su inicial y no una «H», reconociendo a su padre adoptivo y no a Peter.

Scott es quien más tiempo se toma en escribir porque pone «S.M» y se queda pensando unos segundos antes de añadir dos pares de iniciales más.

«A.A»
«S.B»

Sonrío con melancolía, abrazándome a Stiles para sentir su apoyo. Él pasa su mano por mi espalda.

—Hubieran estado con nosotros —dice Stiles.

—Todavía lo están —asegura Lydia.

En mi corazón, sé que lo que dice es cierto.


¡Primer capítulo!
Estoy muy, muy emocionada con Payton y su historia, y con Stayton, ¿para qué negarlo?

Déjenme saber lo que piensan. ❤️

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