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By Mary_lyt

Natasha despertó durante la noche, volteó la cabeza y ahí estaba James, acostado junto a ella, dormido.
Recorrió su torso desnudo con la mirada, hasta el borde de sus boxers. Era simplemente perfecto. Pese a la poca iluminación que había logró ver un rastro de sudor en su frente. Le pareció extraño, no hacía calor. Miró su celular, eran las 2:18 de la mañana. Se imaginó que tal vez se había enfermado pero pronto lo descartó. Él y Steve no se enfermaban por el suero.
Revisó los mensajes. Sólo tenía varios de Wanda. Pero cuando iba a leerlos, sintió que James comenzaba a temblar. Daba pequeños saltos en el colchón.
Nuevamente lo pasó por alto.

- Shhh - fue todo lo que hizo para ayudarlo a seguir durmiendo. Pero no ayudó.

El brazo metálico comenzó a sonar y luego de golpear el colchón lanzó un grito que la hizo saltar y comenzó a hablar en ruso. Daba instrucciones, nombraba personas. Natasha se incorporó, oficialmente asustada y comenzó a moverlo para que despertara.

- James, despierta! Estás teniendo una pesadilla.

- цель была устранена (El objetivo fue eliminado)

- James.

- нет свидетелей (Sin testigos)

- Despierta.

- на участке добычи в 0400 (En el lugar de extracción a las 0400)

Y cuando Natasha puso una de sus manos en el rostro de James, sintió una bofetada para la que no estaba preparada. Todavía no había reaccionado cuando Barnes le apretó el cuello con su mano izquierda. Estaba ejerciendo demasiada fuerza y el aire se le acababa. Comenzó a sentir una enorme presión en su cabeza, los oídos le comenzaron a zumbar.
A estas alturas Natasha ya no pensó más en despertarlo, sólo en defenderse.
Hizo una maniobra y comenzó a hacer palanca con sus piernas para que la soltara. Pero el forcejeo era inútil. Él tenía muchísima más fuerza que ella.
Estaba aterrada. Él no estaba dormido. La miraba fijamente con esos ojos de hielo. Lo pateó en el abdomen, lo que hizo que aflojara el agarre en su cuello. Aprovechó de tomar aire y gritó con toda la fuerza que tenía.

- SOLDAT!!!!

James se quedó quieto, parpadeó primero lento y luego más rápido. Los ojos pasaron de ser de hielo a estar llenos de pánico.

- Natalia...- murmuró soltándola inmediatamente, con el terror grabado en sus ojos al darse cuenta de lo que estaba pasando.

Ella respiraba con dificultad y tosió un par de veces mientras llevaba las manos a su cuello para comprobar que todo estaba bien y que no había alguna lesión más grave. Tenía el labio roto del cual brotaba sangre.
Permaneció sentada en el suelo con la espalda apoyada contra la pared, mirándolo de reojo, siempre alerta.
Cuando él intentó acercarse, Natasha hizo ademán de protegerse. Eso le destrozó el corazón a James que sólo se quedó quieto, arrodillado en el colchón, mientras ella se incorporaba y se encerraba en el baño azotando la puerta.
Se miró en el espejo, tenía un aspecto horrible. La marca en el cuello duraría un buen tiempo, el labio sanaría antes. Pero el corazón, no sabía.
Se lavó la cara e intentó tranquilizarse lo más que pudo.
Su bolso estaba en el baño, revisó entre sus cosas y encontró su pistola. Se odió a si misma por siquiera haberla buscado.
Cuando salió del baño él seguía en el mismo lugar.

- Qué demonios fue eso? - su voz salió extraña debido al daño que le había provocado Barnes.

- Natalia...

- Mi nombre es Natasha - dijo molesta.

- Natasha...lo siento.

- Deja el papel de víctima, Barnes. Basta de disculpas. Empieza a solucionar toda tu mierda - él levantó la mirada sorprendido.

- Eso no es justo - dijo dolido.

- Esto tampoco lo es - dijo apuntando a las marcas en su cuello.

- Sabes que no puedo controlarlo.

- Cuántas veces te ha pasado?

- No lo sé.

- No sabes?

- No había nadie aquí. Como quieres que sepa. Siempre tengo pesadillas.

- Te convertiste en el Soldado!!! - levantó la voz tanto como su afonía le permitió.

- Lo se!!!! Maldita sea!!!! - gritó arrojando una lámpara al otro lado de la habitación, haciendo que Natasha diera un pequeño salto.

Llevó ambas manos a su cabello y cerró los ojos tratando de mantener el control. Natasha sólo veía desesperación en su rostro. Y desde el fondo de su ser sintió que debía salir de ahí. Comenzó a recoger sus cosas y cuando estaba por salir, James se acercó a ella.

- Espera. No te vayas - intentó sujetarla. Pero Natasha sólo sacó su pistola y le apuntó a la cabeza.

- No te acerques - dijo determinada a mantenerlo lejos. Ambos notaron que la mano le temblaba, al igual que su respiración.

James hizo caso omiso de la advertencia y se acercó a ella. Apartó la mano de Natasha y la abrazó hundiendo la cara en su cuello. Ella comenzó a llorar y dejó caer el arma al suelo.

- Perdóname.

- Lo siento, James. Sé que no es tu culpa...me asustaste - dijo entre el llanto, aferrándose a él, sin despegar mas manos de su espalda. El la besó, por todo el rostro, besos suaves y lentos, sintiendo la sal de sus lágrimas. Luego le sujetó el rostro con ambas manos y la miró a los ojos.

- Si vuelve a pasar...dispárame...a matar.

~°~

La noche transcurrió lenta, ninguno de los 2 volvió a dormir. Sólo se quedaron acostados, abrazados. James logró tranquilizarse cuando Natasha dejó de temblar. Hablaron de muchas cosas, de su pasado, de sus misiones, del futuro y finalmente de lo que había sucedido.
Le dieron mil vueltas al asunto, no encontraron explicación. La activación del Soldado era diciendo las palabras que ambos conocían muy bien. Y si nadie las había dicho, nada tenía sentido. Finalmente todo quedó en nada.
Cuando el sol comenzó a asomarse ambos se durmieron, como si la luz del día les diera seguridad.
Cuando despertaron, ambos intentaban actuar como si nada hubiera pasado. Pero les fue imposible. Cada vez que se miraban, enmudecían. Ninguna conversación se dio con fluidez. James no podía quitar la mirada del labio roto de Natasha, y pese a que ella trató de cubrir su cuello con una bufanda, ambos sabían lo que había abajo.
Cuando nuevamente llegó la noche, ninguno de los dos pudo dormir. Natasha se recostó de lado y James la abrazó. Su mano derecha en el abdomen de ella. El aroma de su cabello era delicioso. Era increíble lo relajado que podía llegar a sentirse con sólo oler el cabello rojizo que estaba frente a él.
En un momento ella sujetó su mano, sin moverla de su abdomen.

- No puedo tener hijos - Natasha no supo de donde había salido eso. No era algo que quisiera hablar en ese momento precisamente. James se sorprendió al escucharla. Sabía del procedimiento al que había sido sometida, jamás habían hablado de eso, era un tema difícil. Y le extrañaba que de repente hubiera soltado esa afirmación.

- Lo sé - fue todo lo que pudo responder.

- Crees que eso me hace menos mujer? - él frunció el ceño.

- Qué?

- Ya me oíste.

- No. No creo eso - quitó delicadamente su mano del abdomen de ella y comenzó a acariciar su espalda. Suavemente, subía y bajaba su mano, lo que logró que Natasha lanzara un suspiro y poco a poco se relajara.

- Y si algún día quieres tener hijos?

- Lo único que quiero tener en mi vida es a ti.

Natasha lanzó otro suspiro y nadie dijo nada más esa noche.

~°~

La mañana siguiente Natasha se levantó antes y preparó hotcakes para desayunar.
Luego del desayuno, llegó el momento en que debía volver al complejo de los vengadores. La despedida fue larga, incómoda. James no lograba desviar la vista de las marcas que había dejado en ella. Hasta que por fin Natasha comenzó a bajar las escaleras.

Y sin haberlo deseado ni haberlo previsto, una grieta se había abierto entre ellos.

~°~

- Capitán Rogers, la agente Romanoff acaba de ingresar al sector residencial del complejo.

- Gracias Friday - respondió Steve que estaba en su habitación, rodeado de un montón de papeles correspondientes a la última misión.

Siguió en lo suyo hasta que estuvo satisfecho con su trabajo. Luego acomodó todo y se dirigió a la habitación de Natasha.

- Natasha, podemos hablar? - dijo después de tocar 2 veces y no recibir respuesta.

Momentos después Wanda abrió la puerta.

- No se siente bien. Dice si pueden hablar mañana - Steve frunció el ceño.

- Por qué? Qué tiene?

- El viaje fue largo y tal vez esté agripada.

- Buen intento, Wanda - dijo Steve abriendo completamente la puerta con su brazo derecho.

Cuando entró vio a Natasha. Parada junto a su ventana, le daba la espalda mientras se sonaba la nariz. Wanda prefirió dejarlos solos y salió de la habitación juntando la puerta.

- Nat?

- Estoy bien, Steve. Pero creo que me resfrié. No te acerques, no quiero contagiarte.

- El suero no deja que me enferme - dijo acercándose a ella.

Cuando estuvo a su lado la miró, se veía bien. Pero cuando la hizo girarse pudo ver el corte que tenía en el labio. Ella evitaba el contacto visual así que la tomó de la barbilla para que levantara la cara hacia él. Y en ese momento el enorme moretón en el cuello de Natasha quedó en evidencia.

- Ahora mismo me vas a decir como se llama y dónde encuentro a ese hijo de perra - dijo Steve con una calma alarmante.

- Ya me encargué de eso, Steve - Natasha trató de restarle importancia. Sabía que él iba a reaccionar mal.

- No volverás a verlo, verdad?

- ...es...complicado.

- Complicado? Natasha, ambos sabemos el entrenamiento que tienes y aún así él pudo hacerte esto.

- Fue durante una pesadilla. No fue intencional.

- Por favor. Esto no está bien - dijo él casi en un tono de súplica acariciando su mejilla. Estaban peligrosamente cerca y cuando hicieron contacto visual, todo se vio perfectamente claro para ambos. Pero ninguno dijo nada.
Steve la miraba de una manera en que nunca lo había hecho. Natasha se sentía tan vulnerable, tan pequeña. Odiaba sentirse así. Definitivamente el amor te ablandaba. Y toda la situación por la que estaba pasando lo empeoraba.
El Capitán no podía quitarle los ojos de encima, no soportaba verla en ese estado, necesitaba abazarla y eso fue justamente lo que hizo, sorprendiendo a la pelirroja que luego de la sorpresa inicial, le devolvió el abrazo y cerró los ojos.
Se sentía bien. Se sentía demasiado bien. No se suponía que debiera sentirse así en los brazos de alguien más que no fuera James, pero en ese momento se lo permitió. No se encontraba emocionalmente estable como para ponerse a analizar todo.
La mano de Steve estaba enredada en su cabello, podía escuchar el latido de su corazón en su pecho.

- "Dios, esto no está bien" - pensó Natasha.

Cuando se separaron, Steve descendió despacio su mano desde su mejilla hasta sus labios y suavemente los acarició con su pulgar. Miró su boca y nuevamente sus ojos. Ambos sabían lo que vendría, y casi por intervención divina, el celular de Natasha comenzó a sonar, estaba justo frente a ellos, sobre la cama. Steve desvió la mirada al teléfono.

- Es él? - Natasha no respondió, aún estaba perdida en sus pensamientos. No era una situación que esperara. Y su silencio fue suficiente respuesta para Steve, que tomó el teléfono y respondió - Escúchame bien, infeliz. Si vuelves a ponerle un solo dedo encima a Natasha, te juro que te mato - y colgó.

Natasha estaba en shock. Barnes al otro lado del teléfono estaba petrificado con el celular en la mano. Reconoció claramente la voz de Steve. Miles de ideas comenzaron a formarse en su mente. Ninguna buena.
El Capitán dejó el teléfono nuevamente sobre la cama. Miró a Natasha por un tiempo que se les hizo eterno. Ninguno dijo nada y finalmente Steve bajó la mirada y salió de la habitación.

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