VOLVER A VERTE - Omegaverse...

By PatySeok

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HoSeok y TaeHyung se reencuentran después de cinco años. A HoSeok le a ido bien. A TaeHyung no tanto. No es e... More

OMEGAVERSE
PRÓLOGO
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
FINAL
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
HoSeok
TaeHyung
JongSu
❤️VOPE❤️
IMPORTANTE
SHIPP'S

CAPÍTULO 7

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By PatySeok

La primera vez que TaeHyung apareció en la habitación de hotel, con una media sonrisa y una chaqueta negra que apenas protegía su cuerpo del gélido frío, HoSeok sintió que volvía cinco años atrás en el tiempo.

Volvió a sentir el tirón magnético en su pecho que lo instaba a rodearlo con los brazos a darle calor. Volvió a sentir el hambre de sus besos suaves, la impaciencia de convertir tímida en una mueca de placer, el instinto tirando de él hacia... su cuello.

Respiró hondo y olía a TaeHyung, TaeHyung cálido y envolvente y todavía más dulce de lo que recordaba.

-Ven.- murmuró, casi sin darse cuenta, y él obedeció al instante, sonriente.

-¿Me has echado de menos?- murmuró, dejando que lo estrechase contra si. HoSeok hundió su rostro en su cabello, embriagado.

-Siempre, Tae.- susurró casi sin darse cuenta, y él pareció darse cuenta de que la conversión era seria. Le apartó un mechón de cabello de la frente.

-Eso espero.- él tiró de su camisa al instante, empujándolo hacia la cama.

Le llevó menos de un minuto desvestirlo.

(...)

-HoSeok. ¡HoSeok!-

Abrió los ojos con brusquedad. TaeHyung lo observaba desde un lado de la cama, con la cabeza ladeada y una sonrisa divertida curvando sus labios.

-Lo siento.- dijo con voz ronca. -¿Me... he dormido?-

-Sólo diez minutos. Pensé que estabas descansando, pero vi que no me respondías-
HoSeok recorrió su mandíbula con las yemas de los dedos, y TaeHyung enmudeció. Todavía tenía ese rubor agitado en las mejillas, los ojos brillantes, cristalinos.

Quería hundir los dientes en su cuello, quería arrancarle el olor a otro alfa y empaparlo en su propio olor, sólo suyo.

-No quiero irme.- dijo con sencillez, y su sonrisa se volvió triste.

-Tengo que hacerlo, Hobi.-

Pegó los labios a la piel de su hombro.

-No te dejaré ir.- gruñó -No dejaré que te vayas, nunca.-

Lo oyó reír y separó la cabeza para mirarlo, serio.

-Lo digo en serio.- aseguró, y TaeHyung sonrió de nuevo, cálido y tranquilo, casi adormilado. HoSeok perdió fuerza sólo de pensarlo.

«Como siempre debería estar»

-Quédate esta noche.- pidió en un susurro, y él suspiró.

-No puedo, HoSeok.-

-Sólo está noche. Por favor, Tae, llevo... llevo años soñando dormir contigo otra vez. Sólo hoy, te lo prometo.

TaeHyung negó con la cabeza.

-Imposible.- hablaba con suavidad, pero sus ojos eran firmes. Parecía haberse dado cuenta de lo honesta que era su desesperación, de la necesidad y el instinto clavados en su pecho rogándole que no lo dejase ir.

HoSeok suspiró.

-Tae.- empezó despacio -Con... con todo el respeto yo... -

Él frunció el ceño, pero lo dejó seguir. HoSeok cogió aire.

-¿Es porque-- se cortó -¿No te quedas por... algún cliente?-

TaeHyung se quedó quieto.

-¿Cómo?-

-Quiero decir si... tienes que irte por trabajo.- dijo cautela. -Porque puedo... puedo pagarte, ya lo sabes. Si eso te va a evitar problemas.-

TaeHyung sonrió con cariño.

-Eres un amor.- dijo en voz baja, pasándole los dedos por el cabello con cuidado -Pero no es eso. Tengo que volver a casa, simplemente.-

HoSeok se quedó varios segundos en silencio mientras se pensaba si hacerle la pregunta o no.

-¿Tienes... muchos?- preguntó al final, en voz baja -Clientes, quiero decir. Ya... ya se que odias hablar de eso y que probablemente no respondas y que tienes todo el derecho a no responder, pero... necesito... necesitaba preguntártelo.-

TaeHyung parpadeó, serio. Respiró hondo con suavidad.

-No.- dijo al final, conciliador -No muchos.-

Asintió, asintió otra vez, tragando saliva. TaeHyung le leyó el pensamiento, y se separó de él con delicadeza para sentarse en la cama.

-HoSeok.- empezó -No... no pienses en es-

-¿Te han hecho daño alguna vez?- preguntó, incapaz de contenerse. Él se quedó quieto.

-HoSeok-

-¿O él? ¿Te ha hecho daño él alguna vez? ¿Por eso ahora te maquillas?-

TaeHyung cerró los ojos.

-No.- dijo con suavidad. No le creyó.

-¿No? ¿Puedo verte sin maquillaje, entonces? ¿Podemos darnos una ducha?-

Él negó con la cabeza.

-El maquillaje es para que me veas bonito. ¿Qué sentido tendría quitármelo?- dijo con sencillez, y HoSeok tragó saliva con tristeza.

«Quién te ha metido eso en la cabeza»

-No podría dejar de verte bonito, Tae. Eres lo más hermoso que he visto nunca.-

Él sonrió, pero no cedió.

-No me sentiría cómodo.- dijo, sin mirarlo, y HoSeok no quiso insistir.

-¿Pero lo sabes, verdad?- murmuró a pesar de todo -Sabes que me gustarías estuvieses como estuvieses. Me gustarías sin maquillaje, me gustarías con la cara pintada de azul, me gustarías de cualquier forma, Tae.-

Él sonrió. Se estiró para besarlo en la comisura de los labios.

-Tengo que irme en un rato.- murmuró. Respondió con un sonido lastimero.

-No quiero perderte tan pronto.- bromeó, pasándole los brazos por la cintura -Acabó de recuperarte. Invéntate una excusa, yo lo haré.-

TaeHyung emitió un murmullo inteligible.

-No se trata de excusas, Hobi. Tengo que volver, ¿de acuerdo?-

HoSeok se pensó con tranquilidad si debía asumir eso como un adulto o no. Se decidió por lo segundo.

-No.- dijo con tranquilidad, ciñenso los brazos a su alrededor, y él se retorció contra él.

-Sueltame.- jadeó, sonriendo -Suelta.-

Negó con la cabeza.

-Nunca.- TaeHyung se echó a reír mientras forcejeaban; su cabello le hacía cosquillas en la frente, y la vibracion en su garganta era lo más increíble que había sentido bajo los dedos en toda su vida.

Quería hacer reía a TaeHyung el resto de su vida.

Al final, TaeHyung se decidió por hacerle cosquillas para liberarse; funcionó. HoSeok se volvía débil bajo sus dedos, y, de todas formas, siempre le dejaba ganar.

TaeHyung se alzó sobre él con una sonrisa triunfante.

-Ahora tendrás que dejarme ir.- dijo, y HoSeok se limitó a sonreírle.

«Nunca»

(...)

HoSeok volvió a casa sintiéndose sólo un poco culpable. Sólo un poco. HaNeul fingió creerlo y DongYul le pasó los informes del día siguiente por email para que los leyese antes de irse a dormir. Su culpabilidad fue creciendo y para cuando dieron las dos de la mañana, HoSeok estaba tan enfadado consigo mismo por haberse engañado a sí mismo como convencido de que no volvería a pasar.

(...)



La segunda vez fue igual.

Y la siguiente.

Y la siguiente.

Cenaban juntos, pedían champán a las tres de la mañana, se encontraban en casinos abarrotados de gente, en cafeterías diminutas y casi invisibles y en elegantes restaurantes en el centro la ciudad.

HoSeok se volvía más adicto a verlo cada día que pasaba. Sabía que no podía llamarlo ni dejarle mensajes, pero todos sus instintos le gritaban que era con él con quien debería estar hablando, y no con el idiota de su jefe; era a TaeHyung a quien debería estar abrazando cuando se despertaba en la cama.

TaeHyung que seguía igual, encantador, cariñoso, sarcástico, brillante, con ganas de hablar y de escucharlo, con infinita curiosidad por la maraña empresarial en la que HoSeok trabajaba y con una urgencia casi cómica por contarle la música que le gustaba escuchar ahora, los libros que había leído, los viajes que había hecho. Se mantenía hermético cuando se trata de su alfa y de los motivos por los que había desaparecido, y torcía el gesto inevitablemente a la menor mención de HaNeul, pero tadavia era él cada fibra de su cuerpo lo reconocía como si fuese una parte de sí mismo, y le dolía en el pecho cuando tenía que besarlo por última vez y dejarlo ir, siempre dejarlo ir.

Siempre volver a una casa ya extraña en la que llevaba años viviendo. Siempre HaNeul dormida en la cama creyendo con fiereza sus excusas cada vez más endebles, y las montañas de trabajo que carecían y se acumulaban sin que le importarse lo más mínimo. Lo único que importaba era TaeHyung, lo único que esperaba era el siguiente momento de ver a TaeHyung, y el único objetivo que tenía era... TaeHyung.

Lo cual no era la más inteligente.

Porque no podía cortejarlo.

Pero eso no significaba que no pudiese aprovecharlo mientras durase. Era perfectamente consciente de que tarde o temprano, se acabaría. Volvería a su vida de trabajar y mantener a duras penas frías conversaciones con su mujer, pero mientras tanto... tenía a TaeHyung iluminándolo todo. ¿Cómo no iba a aprovecharlo?

DongYul meneaba la cabeza con cariño, pero no lo juzgaba. Era el único que escuchaba sus balbuceos mientras HoSeok intentaba convencerse, más a sí mismo que a DongYul, que podía seguir en la cuerda floja con TaeHyung, podía soportar no saber lo que hacía ni donde estaba, podía superar que perteneciese a otro y que todavía tuviese el sutil aroma de otro en la piel.

DongYul si estaba emparejado desde hacía dos años, pero su omega llevaba mucho tiempo siendo el único de su vida.
Tenía una niña de seis meses, su Omega llevaba con orgullo un anillo dorado en el dedo anular, y el Alfa prácticamente no hablaba de otra cosa que no fueran ellos.

Sabía cómo se sentía encontrar al amor de su vida. Lo que no sabía era cómo se sentía perderlo.

HoSeok si. Lo perdía cada vez que lo recuperaba, inevitablemente, al cabo de un par de horas de conversaciones apresuradas y besos hambrientos.
Y dolía; dolía más de lo que había pensado. Dolía más de lo que pensaba que podía soportar.

Eran las cinco de la mañana cuando HoSeok notó la vibración de su móvil y se dio cuenta de que dolía más de lo que lo consolaba el pensamiento de volver a verlo.

Se levantó se pegó el teléfono a la oreja y no abrió los ojos para responder

-Diga.- murmuró con la voz ronca.
Era TaeHyung; lo sabía por el hormigueo en su propia sangre, por su corazón golpeándole en el cuello con anticipación.

-Siento la hora. Te he despertado. ¿Verdad?-

Se frotó los ojos cansancio.

-Oh no. Es mi hora de calceta. Te estaba haciendo un gorro...-

Lo oyó reír, y probablemente no debería sentir el orgullo burbujeando en su pecho por haber conseguido arrancarle una carcajada.

-Hablo en serio.-

Sonrío.

-No me importa, Tae. Sabes que puedes llamarme cuando quieras.- dijo con cansancio, y lo oyó suspirar.

-¿Podemos cenar mañana? Tengo ganas de verte.-

Frunció el ceño con los ojos cerrados.

-No.- admitió en un susurro -Mañana me voy de viaje. Volveré en un par de días.-

-¿De viaje?- casi oía su ceño fruncido -¿A dónde?-

-A Chuncheon.-Suspiró -Voy a cerrar una compra.-

Le oyó un sonido lastimero.

-¿A comprar qué? ¿No puede ir otro? Es firmar un papel, lo he visto. Tampoco hay que ser un lince. Manda a alguien menos inteligente.

HoSeok río entre dientes.

-No puede ir otro porque la compra es mía.- dijo con sencillez -Llevo tiempo trabajando en ella, y no dejaré que ahora otro se lleve el mérito.-

-Pero yo quería cenar contigo. He encontrado un italiano que tiene la mejor pizza de la ciudad. Y ni siquiera sale en la guía, es perfecto.-

HoSeok Suspiró.

-No puedo, Tae. Es importante.

-¿Que podría ser más importante que comer harina en un antro italiano con el omega más espectacular del planet- TaeHyung se cortó. HoSeok se quedó quieto.

-¿TaeHyung?- preguntó inseguro. Le oyó caminar.

-Si. Sigo contigo, lo siento.- seguía caminando -Está bien. Ahora. ¿Qué es eso tan importante que me roba a mi HoSeok sin piedad?-

Tuvo que sonreír.

-Voy a comprar una empresa de publicidad.-

-Eso no suena ni la mitad de interesante que una cena conmigo. Yo sé brindar en italiano.--

Rió de nuevo.

-Se lo diré a mi jefe. Seguro que lo convenceré.-

Lo oyó suspirar.

-Entonces, ¿puedo llamarte cuando vuelvas?- murmuró, y había casi esperanza en su voz. Habría aceptado cualquier cosa que le pidiese así, suave y cauteloso, como si estuviese tan acostumbrado a recibir negativas que ya estuviera aceptando la suya.

-Claro, Tae.

-¿Estarás el lunes?-

-El lunes estaré seguro.- dijo con firmeza, tranquilizador. Lo oyó respirar hondo.

-Está bien. Pero échame mucho de menos.-

Sonríó.

-Siempre.- repitió.

-No puedo...- TaeHyung suspiró -No puedo esperar para verte otra vez, Hobi. Me duele dentro.-

HoSeok se mordió el inferior. Emocionarse al oír algo así era un lujo que no podría permitirse.

-Y a mí.- murmuró.

Un pequeño silencio.

-No sé qué voy a hacer cuando esto se acabe.- susurró, y HoSeok sintió un jarro de agua fría cayéndole por la espalda.

No era que no lo supiese. No era que no hubiera pensado en eso.

Era que se sentía horrible oírlo en voz alta.

TaeHyung pareció interpretar mal su silencio.

-No digo que quisiera que se acabe.- dijo con rapidez. -Ni que... tenga previsto que se termine pronto. Es sólo que bueno. Ya sabes.- HoSeok abrió la boca para darle la razón, pero TaeHyung siguió hablando -Tienes... esa esposa preciosa y esa... vida estable y perfecta, y... no hay mucho sitio en ella para un ex con el que te ves de vez en cuando y que... lo pone todo en peligro, y todo eso.-

HoSeok intentó hablar a través de nudo que le oprimía la garganta.

-Tú no eres un peligro para mi "vida perfecta", Tae.- dijo con sinceridad -Tú no pones nada en peligro. Esto es una decisión que he tomado.-

Él respiró hondo, tembloroso.

-Está bien.- dijo, como si intentase convencerse a sí mismo -Vale. Yo... ¿Te veré cuando vuelvas, entonces?-

-Si.- respiró hondo -El lunes, ¿de acuerdo?-

-Te llamaré.-

-Adiós.- murmuró HoSeok, sintiéndose los labios insensibles. Colgó intentando ignorar los dolorosos latidos de su corazón, pero apenas le dio tiempo a hacer nada antes de que un ruido brusco le hiciese saltar; HaNeul estaba en el umbral de la puerta.

-¿Con quién hablabas?-










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