Narra Omar:
Lunes...
Llegamos a casa de Yai a las 11:45 am y ella aún dormía. Como a eso de las 12:15pm, la escuchamos gritar "ayudenme" y corrimos todos a ayudarla, se había caído por pararse sola, le ayudamos a levantar del suelo y yo fui por las muletas que Zabdiel me dejó antes de irse y que traje justo casi ahora desde mi apartamento. Me senté al lado de mi mujer y recibí mensajes de Taisha, la cual no recuerdo en que momento de la noche le di mi número.
En los mensajes...
Taisha: hola hermoso, gracias por la gran noche, espero que se repita.
Omar: hola, no creo que se vuelva a repetir.
Taisha: ¿cómo que no? Si lo haces bien rico.
Omar: mira enserio, no me escribas más, eso fue un error.
Taisha: me dijiste que yo te gustaba.
Omar: te mentí y borra mi número.
Fin de los mensajes...
Salí del trance de los mensajes cuando Rose le gritó a Yai y la empujó por el hombro.
Rose: Yai... YAI hazme caso - dijo y yo solo la miré completamente perdido. Mientras las miraba hablar, mi teléfono sonó y a mí nadie me llama. ¡Oh Dios no...! ¿qué diablos hace esta mujer llamándome? si Yai ve ésto, va a matarme.
Omar: emm... Yo iré a la sala a tomar esta llamada que es importante - dije y solo me fui muy nervioso, estaba demasiado incómodo.
Yai: claro cariño ve no te preocupes.
En la llamada...
Omar: ¿qué haces llamándome loca?
Taisha: Darkiel no puedes hacerme ésto, yo me entregué a ti.
Omar: lo siento Taisha, pero yo me debo a alguien más.
Taisha: eso no puede ser ¿por qué no me lo dijiste?
Omar: tú no preguntaste.
Taisha: igual apuesto que me muevo mejor que ella.
Omar: no se trata de eso Taisha. Es que simplemente amo a Yai. Te voy agradecer que lo que pasó anoche, se quede en una noche de copas, por favor.
Taisha: ok hermoso lo que tu digas.
Omar: gracias, entonces bye, que no puedo hablar mucho ahora.
Taisha: Bye.
Fin de la llamada.
Justo al colgar me tumbé en el sofá a ver televisión y Yai que viene con sus muletas y se me sienta al lado, no puedo sacarme de la mente como fui tan idiota de acostarme con Taisha sin pensar en Yai. Ojalá y no se entere de ésto nunca, porque va odiarme por el resto de su vida.