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Narra Yoongi
No podía reaccionar y al parecer, Jeon estaba en las mismas condiciones que yo. Quedé embobado mirando sus marcadas clavículas y la provocativa curva que se formaba entre su cintura y su cadera. La muchacha sin duda alguna, es un encanto.
"¿Que pensaría aquella chica si pudiera vernos? Seguramente saldría corriendo al ver a dos depredadores comérsela con la mirada"
No fui capaz de entender, cómo Jeon se resistía, viendo todos los dias aquel cuerpito. Verdaderamente debe adorarle.
—Mucho gusto... —dije poniéndome de pie, como si viese a la mismísima reina de Inglaterra. —mi nombre es...
—Min Yoongi... —me interrumpió e hizo una pequeña reverencia.
"No cambias, Jeon" —pensé, mirando como mi amigo, deliraba con solo ver un pedacito de su cuerpo. Lo entendía, después de todo, es la chica que le gusta.
—¿Tú... tú lo conoces? —preguntó desconfiado, cambiando la forma en la que la miraba. Ahora sus mejillas estaban rojas.
—¿Tú... tú me conoces? —Mierda, lo había dicho de la misma forma que Jeon. De seguro también debo haberme visto igual de bobo.
—Si... Yo tomaba clases de piano junto a ti... —dijo sonriendo ampliamente.
—¿Per... perdón? —toqué mi pecho.
¿En que momento alguien como ella estuvo en mis clases? De seguro hubiese recordado a tal monumento.
—Soy cara sucia... —dijo tímida y yo evité reír, apretando mis labios en una línea —La pequeña Choi que fue tu aprendiz por unas cuantas semanas.
Entonces lo recordé. Hace mucho, cuando adolescente, en mis clases de piano había conocido a Solar y a su pequeña hermana. Solar se fue por el área de canto y la pequeña por piano.
Mi mente había borrado o bloqueado completamente aquel recuerdo, hasta ahora.
Fue mi primer amor, amor a primera vista e inalcanzable, pues ella era mucho menor que yo. En ese entonces no reaccionaba de la manera en la que lo hago hoy. Para "enamorarla" comencé a molestar y acosarla de forma negativa. Le decía cara sucia, pues una vez comió un helado de chocolate frente a mi y quedó con el clásico bigote que se les forma a los niños por comer mal.
—Cara sucia... —susurré acercándome a ella.
Al cumplir más avanzada edad, traté de cortar los tontos sentimientos que había criado por una niña pequeña. Cosa que no me costó, pues ella de la noche a la mañana, no volvió jamás. Dejándome con el corazón en la mano.
—Si, Yoongi. Soy la niña a la que amenazabas para que se vaya del conservatorio. —rió con ternura, colocando ambas manos tras su cuerpo, jugando con él a mecerlo tímidamente de delante hacia tras.
—¿Cómo supiste que estaba aquí? —pregunté.
—Tú presencia siempre ha sido muy fuerte... ¿sabias? —ella sonreía tan hermosamente.
Choi, como todos predijeron, se había convertido en alguien de no creer.
—¿Cómo carajos cambiaste tanto? —dije dándole una poco disimulada analizada con mis ojos. —Estás muy...
—Hey... —Sentí el golpe de la mano de Jeon, en mi cabeza.
"celoso" — pensé al instante, Algo molesto, pero a la vez feliz de verla.
—Siéntate, Vant... —Jungkook fue a por ella y la tomó delicadamente de sus manos, para después hacer que se sentara a su lado.
—¿Por qué no vas a vestirte? —le pregunté a mi amigo.
Diablos, se sentía mal... decir algo para que así se fuera y me dejara con ella. Pero las ganas de hablar a solas con mi primer amor, eran inmensas.
—No dejaré sola a Vant... —iba a seguir hablando pero se vio interrumpido. Quedando con la boca entre abierta.
—Ve, no es un desconocido, es Yoongi... —la chica elevó los hombros y sonrió.
Jungkook me lanzó una mirada amenazadora, se veía tan irritado por mi presencia. Me daba a entender con sus ojos, que no debía hacer nada malo.
Levanté las manos inocentemente y sonreí para él, al momento en que se iba.
—Dios, estás muy bella... ¿lo sabías? —dije atontado.
—Bueno... en realidad no, hace años que no me veo... —Dijo amable.
"Mierda, la había cagado"
—Pues eres muy linda... ¿Vant? ¿Ese es tu nombre ahora?
—Así es y te agradecería que no recordarás el anterior.
Y sus palabras se hicieron ley para mi. Estaba sintiendo la misma estupidez que sentí por ella la primera vez que la vi.
—Está olvidado. —dije seguro.
—Gracias. —hizo una pequeña reverencia y volvió a sonreírme. —¿Que ha sido de ti?
No tenía ganas, ni ánimos para decirle a mi primera y única obsesión, que no me había casado con ella como tantas veces lo soñé y en realidad estaba viviendo una vida tranquila junto a otra mujer, que quizás nunca me causó lo que aquella pequeña, a sus siete años.
—Yo... trabajo aquí en el hotel. —respondí lo primero que se me vino a la mente para ocultar mi matrimonio.
¿Que ridículo no? Había hecho lo mismo unos años atrás, para poder recibir atención de Jimin. El mentir a veces se me daba bien, pero ahora estaba terriblemente nervioso. No se debía tomar a la ligera el tratar de ocultar a tu pareja, sin saber por qué carajos lo haces y cual es tu fin.
—¿Eres feliz haciendo eso? —preguntó, ladeando la cabeza, inocentemente.
—Si...
—No lo eres. —sonrió y negó en reiteradas ocasiones —no puedes mentirme, Min Yoongi...
—Yo...
¿Que pasaría si ahora mismo le digo que siempre estuve enamorado de ella? ¿Que aquellas crueles burlas eran solo para ocultar unos sentimientos que creía patéticos? Cuanto... y mierda que cuanto me arrepentía de no haberle dicho nada. Quizás el curso de mi historia hubiese cambiado y yo sería quien disfrutara de su lindo cuerpo y cuidara de ella todos los días, como hoy lo hace Jeon. Jeon... cuanto lo envidio en estos momentos.
—¿Podría... —su inquietante voz dulce me sacó de mis absurdos y matadores pensamientos —¿Podría algún día escucharte tocar el piano, para mi? —No sé cómo, pero aquella chica ahora se veía triste —las cosas han cambiado mucho, Yoongi... y ni siquiera sé si para bien o para mal...
¿Por qué sentía que sus palabras eran tan nostálgicas? ¿Que buscaba decirme?
—Pero me gustaría volver al pasado solo por un día —continuó al no escuchar una respuesta —y estar oculta detrás de aquel oscuro piano, en el que tocabas las melodías más hermosas y encantadoras de todo el mundo.
Así que ella me había escuchado tocar. Jamás la había notado.
"Que imbécil"
—Puedo, si... cuando Jeon te deje.
Parece que esas palabras fueron un activador. Pues dio un pequeño brinco y se acomodó en el sofá.
—Jeon Jungkook... —Susurró y yo pude oírle con claridad. A la vez, odie que sus mejillas tomaran un color carmín solo por decir su nombre. —Él es muy... muy bueno, no será inconveniente.
—Pues entonces solo debes esperarme... yo vendré por ti... —dije cómo si en realidad las palabras que pronunciaba, tomaran otro curso y se transformaran en lo que mi corazón quería decir.
—A ella no le gusta salir... —aquella ronca voz, hizo un completo contraste en mis oídos, era Jungkook.
Quién nos veía con cara de pocos amigos, apoyado en la pared. Estábamos tan sumidos en nuestra conversación que no sentimos que había llegado.
—¿Y quieres que le toque el piano en la cocina? ¿En el sofá? —Pregunté con ironía.
Jungkook pasó por delante de mí y se sentó a unos centímetros de ella.
—Compraré uno... —dijo sin importancia.
Me había olvidado de que mi pequeño amigo podía tener el mundo a sus pies.
—No... —iba hablar, pero Vant se adelantó y respondió fuerte y claro.
Su mirada estaba perdida en alguna parte de la gran sala y el brillo en sus ojos era tan hipnotizante, que traté de ver donde quizás ella podría hacerlo.
—Saldré, Min Yoongi vendrá a por mi... —habló con algo de temor.
"Yoongi 1 / Jungkook 0"
Así estaba él marcador y ni siquiera había tenido que defenderme por si solo.
—¿Qué? —Jeon se sobresaltó —No te gusta salir, Vant, ni siquiera sales conmigo ¿Por qué con el si?
Olvidaba que Jungkook había salido recién de la adolescencia y que podía comportarse como un pequeño niño mimado e irritante.
—Me gustaría recordar...
—¿Recordar que? carajo. —la voz de Jungkook se elevó un poco más de lo normal.
La muchacha bajó la mirada, aumentando las ganas que tengo de recriminarle muchas cosas. Cómo el que se comportara y dejara salir por primera vez a una chica que ha vivido encerrada casi toda su vida.
¿No lo hacía sólo por que iba conmigo y no con él? Que egoísta saliste, mocoso.
—Deberás dejarla ir, sin esas preguntas absurdas... ¿Que acaso la chica tiene que decirte todo? —reclamé.
—Tú no te metas, Yoongi, eres el menos indicado para hablar de moral. —Me apuntó con el dedo índice, haciendo una mueca de asco.
—¡¿Te das cuenta de que estás siendo egoísta!? —Pregunté exaltado.
—¡Tú no sabes nada Yoongi! —gritó con rabia.
Rayos, el ambiente se había puesto inevitablemente tenso. y ninguno de los dos pensaba en la asustada Vant, en medio.
—¡Mocoso egoísta! —grité levantándome —¡yo la conocí primero! —me acerqué a él amenazadoramente y él también se puso de pie —¡yo la quise primero!
—¡¿Egoísta por querer protegerla!? —su cercanía era peligrosa, aún más por sus ojos queriendo asesinarme —¡si la conociste primero, si la quisiste primero! ¡¿Donde carajos estabas cuando casi muere?! —me empujó de los hombros fuertemente —¡¿donde mierda estabas cuando Chanyeol la atacó?! —su dedo índice golpeaba mi pecho —¡responde, príncipe azul! —estaba seguro de que en algún momento me golpearía. Aunque sus palabras dolieron aún más que un golpe —¡¿de verdad te sientes capaz de recriminar mis actos?! ¡Jodido imbecil, sólo mírate!
—¡Mierda Jungkook, ya basta! —también lo empuje, para apartarlo de mi —¡No eres un puto Dios! —escupí —¡admite que todo lo hiciste por pena! —me olvidé por unos instante de todo, la ira me consumía —¡todo fue para ahogar tu estúpido sentimiento! ¡Para no sentirte culpable! —solté el agarre de mi corbata, pues estaba dispuesto a pelear con el —¡Y no seas hipócrita, tú también la abandonaste!
Habíamos olvidado completamente el razonamiento. Los dos mostramos nuestro temperamento, que pocas veces habíamos dejado escapar estando frente del otro.
—Está chica jamás fue abandonada, porque jamás tuvo a alguien... —Su voz hizo que Jeon y yo ablandáramos la mirada y la dirigiéramos a ella —esta chica tampoco necesita protección, si viene la muerte, pues que se la lleve... la muerte menos temida es la que menos duele... ténganlo claro... —se levantó serenamente y comenzó a caminar hacia la habitación —no peleen por mi, en cualquier momento mi cuerpo se hará cenizas y ya no tendrán que mirar... en algún momento mi voz se extinguirá y ya no tendrán nada que escuchar...
Desapareció dejándonos atónitos. Fue una buena forma de separarnos, sin siquiera hacer el esfuerzo por alejarnos.
Jeon rascó su nuca nervioso y luego me miró con algo de arrepentimiento.
Los segundos pasaban tan matadoramente entre los dos.
—Lo siento... —dijo rápidamente sin mirarme.
—También lo siento... te entiendo, Jungkook, ven con nosotros si es que desconfías, para mi esta bien, que alguien la quiera de esa forma —suspiré —tanto como... —también alejé la mirada de mi amigo, arrepentido.
—¿Tanto como que? —preguntó intrigado.
"Tanto como yo lo hice un día" —pensé, mientras dejaba que los latidos de mi pecho, se aceleraran, como hace muchos, demasiados años, no lo hacía. Eran latidos llenos de nostalgia, pues mi corazón sabía que su verdadera dueña, estaba cerca y que no podía hacer ya nada al respecto.
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