"De un extremo a otro"

By Carolinatenorio

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"De un extremo a otro"
Capítulo 1
Capítulo 2
Capitulo 3
Capítulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 39
Capitulo 40
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45
Capitulo 46
Capitulo 47
Capitulo 48
Capitulo 49
Capitulo 50
Capitulo 51
Capitulo 52
Capitulo 53
Capitulo 54
Capitulo 55
Capitulo 56
Capitulo 57
Capitulo 58
Capitulo 59
Capitulo 60
Capitulo 61
Capitulo 62
Capitulo 63
Capitulo 64
Capitulo 65
Capitulo 66
Capitulo 67
Capitulo 68
Capitulo 69
Capitulo 70
Capitulo 71
Capitulo 73
Capitulo 74
Capitulo 75
Capitulo 76
Capitulo 77
Capitulo 78
Epílogo

Capitulo 72

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By Carolinatenorio

Narra Julian:

Me quedé conversando con mis amigos y uno que otro trabajador de la editorial, pero Ori no volvía del baño y comencé a preocuparme, ¿Y si se sintió mal?, ¿o si fue a vomitar?, sé lo difícil que es para ella esto de la rehabilitación, no me gustaba que tardase tanto en los baños, fui hacia Sabrina para que así ella se asegurara de que mi duendecito estuviera bien.

-hola, Sabri, ¿podrías hacerme un favor?- ella asintió.

-claro, dime-

-¿podrías ir al baño y asegurarte que Ori esté bien?, esta tardando demasiado- Sabri asintió, tomó su bolso y se disculpó con Nico, este se me quedó mirando con el ceño fruncido.

-¿Cómo va todo?- preguntó metiendo las manos en sus bolsillos.

-bien, solo que todo esto de... ya sabes, su anorexia, es... difícil- mi amigo puso una mano sobre mi hombro y me sonrió comprensivamente, Sabrina regresó con una mueca de confusión en su rostro.

-¿Qué pasa?- ella miró a Nico y se mordió el labio inferior.

-fui al baño como me dijiste, pero ella no estaba ahí- ¿acaso ya había salido?, miré a la mesa donde estaban mis suegros, ella no estaba con ellos, y en la de los chicos tampoco, simplemente desapareció, comencé a buscarla como loco por todo el salón.

-¡Julian!, es hora de la presentación, vamos- Andrew me tiro del brazo pero me libre.

-no puedo comenzar si no encuentro a mi novia primero-

-ella debe de estar por aquí, vamos Julian, ya no hay tiempo, sube- sin poder oponerme más subí al escenario seguido de Andrew, miré a todos los presentes, y fue tal mi sorpresa cuando vi a Rocío en una de las mesas, supongo que ella está aquí por trabajo porque yo no la invité. Pasee mi mirada por cada rincón antes de que Andrew terminara su discurso de apertura y me cediera la palabra, mi duendecito feliz no estaba por ningún lado, ¿Dónde se metió?

-con ustedes, el autor de este libro, Julian Serrano- la gente aplaudió, con paso firme caminé hasta donde se encontraba el presídium y el micrófono.

-buenas noches a todos...-

Narra Oriana:

Una vez que me cansaron mis tacones tomé un taxi de vuelta a casa, saqué mi caja y de ella mi diario, quedaba una última página, lo último que escribí fue esto:

"este año, desee conocer a alguien especial, alguien que cambie mi vida, que vea más allá, que solo me vea a mí, una chica insegura, con un corazón roto que aún puede dar mucho, que no le importe que no sea tan bonita o tan simpática, tal vez cuando salga de rehabilitación lo conozca, no pido que sea guapo, solo que sea una buena persona, que me ame de verdad, que me acepte como soy. Mientras tanto aún sigo encerrada, no sé qué haré cuando salga de aquí, he subido seis kilos, normalmente me mataría, pero me siento bien, incluso me dejan salir a la playa de vez en cuando, es privada y solo pasean por ahí chicas del centro, pero converso con ellas y hasta se puede decir que somos amigas, compartimos el mismo sentimiento, a todas la vida nos trajo hasta aquí de un modo distinto, pero a fin de cuentas terminamos en lo mismo, me da tristeza saber que no todas quieren rehabilitarse, yo sí, estoy cansada de sentirme enferma de mí misma, quiero amarme, quiero amar mis muslos, mis brazos, mi abdomen, mi cara, mi cabello, mis orejas y sobre todo, quiero amar a mi corazón. No deseo volver a mi escuela, ya no quiero vivir con mi madre y su familia postiza, prefiero irme a Londres con mi papá, él martes vino a visitarme, aún estoy muy delgada y se sorprendió, pero igualmente me dijo lo mucho que me amaba, y que si yo quería podía ir a vivir con él, comenzar de cero, conocer gente nueva y seguir la vida"

"Londres es frío y me tocó un clima bastante deprimente, pero no importa, porque es un aire nuevo que llena mis pulmones de alegría, papá lleva una hora de retraso, debe ser porque el vuelo se adelantó, me preguntó cómo será mi hermanastra y mi medio hermano, ¿me querrán?, ¿serán malos conmigo?, quisiera llevarme bien con ellos, ser como su amiga, una tipo relación como mamá con sus hermanos, ellos son tan unidos. Hay lindos chicos por todas partes, uno de ellos me sonrió en el avión camino acá, era guapísimo, pero no hablamos. Mi deseo de cumpleaños aún no se cumple, no he conocido a nadie que me ame de verdad, tampoco es que tuviera mucho tiempo, estuve perdiendo mi tiempo con Fran, me dio un paro cardiaco, estuve en el hospital, me recluyeron en un centro de rehabilitación y cuando salí vine directo a Londres, tal vez aquí si se cumpla, lo deseo con todas mis fuerzas, espero que cuando eso suceda yo sepa reaccionar, tomar ese amor y darlo de vuelta, aprender a hacerlo, aprender a cuidar mi alma y la de alguien más, hoy me despido de ti, ya no escribiré más en estas páginas, (aunque de todos modos queda una), prometo tenerte un final feliz, tú fuiste él único que me escuchó mientras pasaba por todo esto, la próxima vez que vuelva a abrirte, será solo para escribir mi final feliz"

Tomé mi bolígrafo color rosa y me decidí a escribir la última página, tenía tantas cosas que decir:

"querido diario....

Narra Oriana:

-todo esto no sería posible sin mi inspiración, Oriana Sabatini- terminé mi discurso y las cámaras se apagaron, al fin puedo respirar con normalidad de nuevo, sigo buscando a Oriana con la mirada, pero nada,llame a su móvil pero no me contesta, me manda al buzón, después de diez intentos más el número simplemente se encontró fuera de servicio, si ella no estaba aquí ¿de qué servía todo esto?, me disculpé con mis amigos y me fui, no le dije nada a Andrew, seguramente me regañará por irme de mi propia fiesta de promoción, pero no me importa, si mi duendecito no estaba ahí para compartir conmigo no tenía sentido.

De camino a nuestro departamento traté de contactarme con ella, pero su teléfono seguía apagado, hice una parada rápida en una joyería, es precipitado, pero ya no puedo dejar que ella se vaya.

Cuando llegue al edificio me siento aliviado por lo menos su auto estaba ahí estacionado, no pudo haberse ido, entré bastante apurado, las luces estaban prendidas y se escuchaba un sollozo al fondo del pasillo, venía de nuestra habitación, corrí desesperado y la vi sentada frente al espejo, a un lado de ella estaba tirado un diario color morado, rápidamente tomé asiento a un lado de ella, con cuidado la atraje a mí y puso su cabeza en mi hombro.

-¿Qué haces aquí?, deberías estar en la fiesta- negué.

-no, yo debo estar contigo, ese es mi lugar, si tú no estás ahí entonces yo tampoco- su abrazo se hizo más apretado y me sentí mal por verla llorar de ese modo.

-tú eres mi deseo de cumpleaños- dijo ella para sí misma, pero la escuché.

-¿Qué?- ella se secó las lágrimas que estaban por secarse y marcar sus mejillas.

-antes de venir a Londres, en mi cumpleaños diecisiete... pedí conocer a alguien que me amara de verdad, y tú me amas, me ves perfecta, pero no lo soy, tengo miedo de que un día te des cuenta y me dejes- hice que se levantara, la senté en la terraza del departamento y puse mi abrigo en sus hombros para que no pasara frío, traje mi guitarra y mi cuadernillo.

-yo no te amo porque te vea perfecta, te amo porque no lo eres, me gusta todo de ti, y eso cuenta las imperfecciones, todos las tenemos y no debes tener miedo a ser tú misma...- comencé a tocar los acordes de una canción de one direction en mi guitarra, Oriana aún me miraba con ojos llorosos, pero con una media sonrisa en su rostro.

"tu mano encaja en la mía

Como si estuviera hecha para mí,

Pero hay que tener en cuenta

Que estaba destinado a ser

Y estoy uniendo los puntos de

Las pecas en tus mejillas

Y todo tiene sentido para mí.

Sé que nunca amaste las arrugas

Cuando sonríes

Sé que nunca te gustó tu estómago o tus piernas

O los hoyuelos en tu espalda

Pero yo los amo infinitamente.

No dejaré que estas pequeñas cosas

Salgan de mi boca

Pero si es verdad

Serás tú...

Eres tú...

Ellos te han sumado

Estoy enamorado de ti

Y de todas esas pequeñas cosas.

No puedes ir a dormir, sin una taza de té

Y tal vez esa es la razón por la que hablas dormida

Y todas esas conversaciones son secretos que guardo

Aunque no le encuentre ningún sentido

Sé que nunca te ha gustado el sonido de tu voz

Ni el saber cuánto pesas

Y todavía te quedan apretados los jeans

Pero eres perfecta para mí.

No dejaré que estas pequeñas cosas

Salgan de mi boca

Pero si es verdad

Serás tú...

Eres tú...

Ellos te han sumado

Estoy enamorado de ti

Y de todas esas pequeñas cosas.

Nunca te has amado a ti misma

De la forma en la que yo te amo

Nunca te has tratado bien cariño

Pero quiero que lo hagas

Si te dejo saber que estoy aquí...

Por ti

Tal vez te ames, como yo te amo

He dejado a estas pequeñas cosas salir de mi boca

Porque eres tú

Solo tú

Eres tú,

Ellos te han sumado

Y estoy enamorado de ti...

Y todas tus pequeñas cosas"

Con cuidado puse la guitarra en el suelo y ella se abalanzó sobre mí dándome besos por toda la cara y el cuello, con ella era fácil decir este tipo de cosas, y más fácil sería cuando le diera mi regalo. Es algo improvisado, puede que todo me salga mal, pero jamás se dirá que no lo intenté.

-te amo como eres, no necesitas cambiar nada, bueno, tal vez si necesites cambiar algo de ti- ella frunció el ceño, con cuidado hice que se levantara de encima de mis piernas, su cabello estaba suelto y despeinado, su maquillaje manchaba sus mejillas, sus ojos estaban rojos e hinchados, las manos las tenía frías y aún se ve hermosa, lentamente me arrodillé en una sola pierna, y le tomé su mano izquierda cubriéndola con mis manos.

-Julian, ¿Qué haces?- de mi bolsillo saqué una pequeña caja de terciopelo azul.

-si hay algo que me gustaría que cambiaras, ese sería tu apellido, ¿Oriana Serrano, se escucha bien no?, y en lugar de mi novia podrías ser mi esposa, así yo podría molestarte todo el tiempo por lo pequeña que eres, podría tomarte de la mano cuantas veces yo quiera hasta que sea un anciano, te cuidaría todo el tiempo, despertaría viendo esas orejitas que amo, llegaría a abrazarte después de un día de trabajo, comeríamos juntos, escucharía tus reclamos, pelearíamos, nos reconciliaríamos, te llevaría de vacaciones cada aniversario, criaríamos a nuestros hijos juntos, te besaría cada día a cada hora...te demostraré mi amor... hasta que muera- con su única mano disponible se tapó la boca y comenzó a sollozar mientras más lágrimas salían de sus ojos.

-¿de verdad quieres casarte conmigo?, porque si es así, tendrás que lidiar con esto de mi enfermedad, a veces despierto de mal humor en las mañanas, no siempre luzco bien, habrá días en los que me toque ir al hospital de noche, y...- me levanté del suelo sin soltar su mano, con cuidad deposité un beso en su boca que se alargó más de lo debido.

-puedo lidiar con eso... con lo que no podría lidiar es si tú dices que no y desapareces de mi vida otra vez... por favor no lo hagas de nuevo- su mano comenzó a acariciar mi cabello mientras su nariz rozaba la mía, con tacones apenas casi me alcanzaba.

-no... ya no... porque sí me quiero casar contigo- saqué el anillo de la caja y lo deposité en su dedo, encajaba a la perfección, justo como su mano en la mía, ella por fin sería mi esposa, estaríamos juntos para encarar cualquier cosa de ahora en adelante.

-¿enserio amas todo eso de mí?- asentí recordando la letra que acababa de cantarle.

-claro que sí y me faltó una larga lista todavía-

-te amo-

-yo más-

-no empieces- dijo en tono de amenaza, yo solo me limité a besarle la frente.

-nos amamos igual, ¿te parece?- asintió con una sonrisa radiante en su rostro, así la quería ver, si era necesario escribiría una canción por día, para recordarle lo especial que es.

-se me antoja un crepe con crema batida y chocolate- dije de pronto sintiendo mucha hambre, el ruido de mi estómago la hizo reír, nos adentramos de nuevo a la habitación y cerramos la puerta corrediza, sin decir nada y tomados de la mano nos encaminamos a la cocina.

Narra Tato*

Después que Julian diera su discurso salió volando a la calle prácticamente, estaba sentado junto a Peter y Jessica, quienes discutían sobre un jarrón, que rara es esta pareja, aunque me entretuve, ambos son agradables también.

-¿Tato?- me giré un poco sobre mi silla y literalmente casi me caigo, era Ángela, estaba parada detrás de mí con sus manos agarradas unas con otras, parecía una niña recién regañada, ¿Qué se supone que se hace en estos casos?, si hacía mucho no la veía, y la última vez que hablamos le dije que la amaba y le colgué, como soy yo, Tato, solo me quedé ahí mirándola como idiota.

-oye... ¿podemos hablar?- no... bueno en realidad si quería hablar con ella, y besarla también, pero ¿para que lastimarme más?, seguramente ella querrá que yo me aleje definitivamente, oh como siempre me pasa saldrá huyendo alguno de los dos.

-claro...- me puse de pie, iba a disculparme con los demás en la mesa pero todos estaban en sus charlas muy entretenidos, sobre todo Sabri y Nico quienes reían a carcajadas.

Ella me guió hasta un pasillo cerca del baño, detrás de unos grandes peldaños decorados con cintas doradas.

-me alegra que hayas venido- soltó de repente con una sonrisa tímida, mi corazón comenzó a latir tan rápido como un caballo de carreras.

-a mí también me alegra que hayas venido- y no mentía, ¿Qué hace Juli en estos casos?, bueno, el escribe un libro, pero yo no sé escribir de esa forma. Como yo soy un mortal sin experiencia en casos como este, solo haré lo que Tato haría, y no me refiero a huir, mi parte valiente la besaría y no la soltaría jamás.

-estuve pensando en... ya sabes... nosotros- asentí en silencio mientras miraba a sus labios, pensaba en las posibilidades de que ella me golpeara y jamás quisiera verme si la besara, como abogado sé, que el que no arriesga no gana.

-yo también- esta vez no me acerqué lentamente, si no rápido, la acerqué a mí y le di un beso sin titubeos, para el amor no puede haber peros y si los hay, entonces no hay amor.

*narra Maxi.

Todos estaban en pareja y por primera vez me sentí solo, ¿Qué pasaría cuando todos estos enamorados se casaran? y Emilia que no quiere ni hablarme, juro que yo jamás le mentí, seguro Lola le dijo algo antes de irse a nueva york, bueno eso es algo que ya no puedo remediar, así que tendré que arreglármelas yo solo con esa pelirroja que me trae loco, de alguna u otra manera la conquistaré, si algo aprendí de Juli es que hay que luchar hasta el final por lo que quieres.

Todos se lanzaron a bailar cuando la música comenzó y como siempre, Emilia y yo nos quedábamos sentados, ella al otro lado de la mesa por supuesto, pero ahora ni si quiera me miraba,

-¿Qué hacen ahí sentados?, vayan a bailar- dijo Sabri guiñándome un ojo discretamente, suavemente me levanté y le tendí mi mano a Emi, aunque dudó un poco terminó aceptando, sonaba algo romántico, una música con toques de jazz.

-te ves muy linda, bueno tu siempre te ves linda... todo el tiempo... mejor me callo- ella sonrió un poco, eso bastó para que ya no me sintiera tan avergonzado.

-gracias... -

-¿sí?- se puso un poco tensa y comenzó a ver todo alrededor queriendo evitar contacto visual conmigo.

-Sabri me lo contó todo... perdón...-

-¿perdón, por qué?, con lo que mi ex novia te dijo, si yo hubiera sido tú también hubiera hecho lo mismo- Emilia levantó su mano y acarició mi mejilla.

-no es solo eso, Maxi, también soy yo, no puedo creer en nada, no me siento con fuerzas de volver a confiar en nadie- ¿Qué será lo que le pasó?, seguro debió ser muy grave, si pidió los servicios de Eli y estuvo en corte, y él que jamás me quiso decir, por su profesionalismo y todo eso.

-sé que no soy el mejor, pero... si no lo intentas jamás sabrás que habría pasado, por muy bueno o malo que sea- ella dejó de bailar y por ende lo hice yo.

-¿podemos hablar en otro lugar?- asentí y me llevó hasta los pasillos del baño cerca de unos peldaños decorados, muy bonitos por cierto. Detrás de estos se escuchaban risas, entonces vi a Tato y Ángela los amigos de Julian quienes se abrazaban.

-oh, lo lamento, nosotros no...- comenzó a decir Emilia con sus mejillas bastante sonrojadas.

-no, no se preocupen, nosotros ya nos íbamos- ellos se tomaron de la mano y se fueron, sonriéndose y besándose en cada paso que daban.

-esto es algo difícil... yo contraté a Eliseo porque... necesitaba que me ayudara a meter a prisión a mi ex novio... desde el día en que lo conocí hasta el último que lo aguanté él me golpeó, es por eso que no confió en nadie lo suficiente como para dejar que se me acerquen- el corazón se me quebró comprendiendo a Emilia, cuando yo era un niño, mi padre golpeaba a mi mamá, y me golpeaba a mí.

-aunque no lo creas te comprendo a la perfección, mi... mi padre también era violento, golpeaba a mi mamá y a mí también cuando tenía 6 años, luego ella lo dejó... pero no todos los hombres son iguales, cuando mi madre se dio la oportunidad de conocer a mi padrastro, jamás la vi más feliz-

-no lo sé...- me acerqué lo suficiente a ella como para rozar mi nariz con la suya, jamás alguien había hecho que mi corazón se acelerara tanto, nadie.

-solo dame una oportunidad... si quieres primero podemos ser amigos y solo salir, no te besaré si no quieres, tampoco te tomaré de la mano, no te presionaré, iremos a tu ritmo- me iba a ser muy difícil pero si ella aceptaba ser amigos, por mi estaba bien, podría vivir con eso pero no si ella se alejaba.

-creo que podría... ¿amigos?- yo asentí y ella me tendió la mano, yo la tomé pero luego instantáneamente le di un gran abrazo.

Narra Oriana:

-amor, todavía tienes chocolate aquí- Julian decidió cenar primero y luego irse de nuevo al salón de convenciones, se supone que era su fiesta de promoción y el no estaba, tenía millones de llamadas perdidas de Andrew y de seguro por mi culpa se ganaría una buena bronca.

-¿ya esta?- dijo él limpiándose la boca con la mano, yo asentí.

-por fin apareces, Serrano- Andrew no se veía tan molesto como esperábamos, más bien sonreía, Julian me miró extrañado por la reacción.

-lo lamento, fue mi culpa me sentí mal y Juli me llevó a casa a recostarme un momento- Patty sonrió con ternura y besó en la mejilla a su novio.

-¿ves?, te dije que Julian regresaría, ya déjalo que se divierta-

-está bien... pero...-

-pero nada, ahora tu y yo vamos a bailar- Patty tomó del brazo a Andrew y lo arrastró prácticamente a la pista de baile, todo el mundo se divertía, me pregunto dónde estará la estúpida de Rocío y en qué momento se le ocurrirá molestar de nuevo.

-¿esos no son Ángela y Tati?- miré a donde Julian apuntaba, sus amigos estaban dándose un tremendo beso de película.

-sí, si son, pensé que estaban peleados, tú me lo dijiste- Julian asintió.

-pues al parecer ya no, me alegra, ellos dos son el uno para el otro- del otro lado de la pista vi a mi mamá y Pablo acercarse a nosotros.

-¿Dónde estaban?, los estuvimos buscando por todas partes, no había tenido la oportunidad de felicitar a Juli- mamá abrazó a Julian y luego lo hizo Pablo.

-gracias...- dijo Julian mirándome para que yo diera la explicación del porque desaparecimos.

-solo estábamos afuera tomando aire, nada más- Pablo se puso a conversar con Julian y mamá se me quedó mirando detenidamente, luego miró a mis manos y se cubrió la boca con emoción.

-¿es esto lo que creo que es?- miré a mi mano yo también recordando que traía puesto el anillo de compromiso, no me quedó de otra que asentir, mi madre me abrazó con tanta fuerza que sentí me iba a quebrar, Pablo y Julian dejaron su conversación para vernos.

-¿de qué nos perdimos?- mamá tomó mi mano izquierda y se la mostró a su novio.

-¿con que por eso se perdieron?, me alegro mucho por los dos-

-ahora ya es oficial que Juli es de la familia, pero tenemos que planear todo, ¿ya tienen alguna fecha?, tenemos que diseñar tu vestido, hacer la lista de los invitados, ver donde será la recepción, apartar la iglesia y....-

-¡mamá!, tranquila, me lo pidió hoy, no tenemos fecha aún, Julian aún tiene una gira de promoción por reino unido, más adelante será-

-pero prometo será pronto- dijo Julian sonriendo.

Narra Julian:

Una vez que la madre de Ori supo del compromiso fue a decirles a los demás con emoción, mi novia solo torció el gesto y me tomó de la mano mirando a la mesa donde estaban nuestras familias sentadas juntas.

-¿estás listo para la avalancha de preguntas?- me preguntó con una mirada divertida.

-si pude con las entrevistas por la mañana, creo que aguantaré las de mis hermanas y mi mamá- en realidad no las iba a aguantar, mis hermanas y mi madre eran demasiado preguntonas, para todo querían que yo les diera una respuesta, seguramente preguntarían como se lo pedí, cuanto gasté, cuando sería la boda, en fin.

-hola...- dije saludando a todos en la mesa, pero fue más bien como una avalancha, no supe quien me abrazaba y quien no, simplemente escuchaba las voces mezcladas de todos diciendo que ya era hora.

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