1/5
Luego de un rato, después de que Yoandri dejara de forzar la puerta, Christopher se permitió soltarla, ya seguro de que el chico no iba a escapar de sus deberes.
Miró a Erick y ambos asintieron, cómplices.
Christopher notó a Erick temblar por el frío, tomó la toalla (que había caído mientras sostenían la puerta) y lo envolvió.
—Creo que estarán un rato— comentó—. ¿Quieres ir a la cabaña?
Erick asintió.
— Te traeré ropa, ya vuelvo— dijo el mayor, su novio dejó un rápido beso en su frente antes de salir rumbo a la cabaña.
Con un suspiro cansado, Erick fue hacia los cambiadores, para sentarse en una de las sillas de los cubículos.
No sabía porqué, pero sentía sus oídos pitar y su cabeza parecía palpitar, en dolores momentáneos.
Deseó que no se estuviera enfermando.
Hacía bastante que no sufría sus dolores de cabeza y fiebre, y quería que siguiera así.
No se dió cuenta cuando la puerta del baño se abrió, y se sorprendió cuando Christopher lo encontró en el cubículo, cargando una muda de ropa.
— Tranquilo, soy yo— sonrió, dándole las prendas.
El chico mudo las tomó, y dió una mirada a Christopher, quién tenía los ojos atentos puestos sobre él.
— ¿Te pasa algo?
Erick negó, pero llevó señaló su cabeza, luego acercó su dedo índice al pulgar, en una seña, simplificado el mensaje para Christopher.
Christopher tardó unos segundos en procesar.
— ¿Te duele un poco la cabeza?
Erick asintió, no pudo evitar sonreír, le ponía contento que su novio lo entendiera.
— ¿Quieres ir a la enfermería?
Erick negó.
— Bien, pero si te sigues sintiendo mal te llevaré.
Erick rodó los ojos.
Christopher lo dejó para que se cambiara cómodo, su novio era reservado en el tema de la desnudez incluso con él.
Cuando terminó, Erick señaló a sus pies.
— Sabía que me estaba olvidando algo— murmuró, ya que no le había traído zapatillas al pelinegro.
El mayor se volteó, flexionando un poco sus rodillas, invitando a Erick que subiera a su espalda, el otro no tardó en hacerlo.
Cargando al chico mudo así, salió del lugar, yendo hacia la cabaña.