Escuché varios aplausos, y miré a mi alrededor, Dasan Loyei, observaba al guerrero que me acababa de derrotar, hizo un asentimiento y él enfundó su espada para luego hacer varios movimientos raros frente a mi, era algo que yo no lograba descifrar, hasta que vi dos movimientos que se me hicieron conocidos.
Una señal a su pecho fue primero, entonces me di cuenta, se estaba presentando conmigo, luego hizo una señal a su garganta, entonces lo entendí totalmente, era mudo, eso explicaba porque fue el único que no dijo nada, ni liberó ningún grito durante el combate, aunque para ser sincera no entendí nada más.
Volvió a mirar hacia Dasan, este habló y note que aunque el guerrero que me derribó no hablaba si escuchaba—. Muy bien hecho Eris, ven que incluso los mejores poderes de una hechicera, pueden ser miserias si se las compara con la técnica y disciplina de un buen guerrero.
Dasan tenía razón, mis poderes podrían salvarme de algunos problemas, pero si hubiera sido una batalla real Eris me habría matado, mi respiración seguía agitada, nunca me había sentido tan cerca de la muerte.
—En cuánto a ti Leila, eres la más joven de nuestra tripulación ahora, espero estés dispuesta a continuar aprendiendo —habló relajado—, pues estoy seguro de que tu magia nos podrán ser de mucha ayuda, si es que nos enfrentamos a un enemigo poderoso —hizo una pausa para mirar al resto—. Por supuesto, que eso solo será así cuándo aprendas a coordinarte como parte del equipo.
—Se que me falta mucho que aprender para ser una buena combatiente mi capitán, y que la mayoría de sus hombres podría ganarme en una pelea justa, por eso uso estos poderes para estar nivelada y no ser el eslabón débil de su tripulación, pero si alguno esta dispuesto a enseñarme con gusto aprenderé —respondí intentando sonar lo más madura que podía.
—Bien, algún voluntario para entrenar a la joven —por un momento hubo silencio.
—Yo puedo enseñarle capitán —finalmente dijo Masiel.
—Bien, espero seas capaz de cuidar a los demás Leila —mencionó el capitán retirándose.
—¿Qué quiso decir con eso? —pregunté al aire.
—Quiso decir que espera que si estamos por ser derrotados, seas capaz de dar cobertura para una retirada —respondió Masiel sacando su espada—. ¿Empezamos?
Levanté mi espada del suelo y lo observé—. Estoy lista.
Así empezó mi primer día de entrenamiento para ser parte de la expedición.