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—Padre, ¿por qué siempre tienes a hombres entrenando en nuestro jardín?
Hoseok le preguntó al señor Jung mientras tomaba asiento al lado de él, mirando cómo varios hombres entrenaban usando cuchillas y dando en un punto fijo. Cada mañana antes de ir a sus clases los espiaba para ver cómo esos hombres trabajan con destreza, cómo si se preparasen para un trabajo pesado y arriesgado. Por lo que sabe esos hombres trabajan para su padre, sus guardias quien lo protegen de todo. Realmente él no lo entiende, su padre no ocupa tanta protección, que él sepa no está metido en negocios sucios, nunca le quieren mencionar eso y por eso mismo no muestra interés en volver a preguntar.
Su madre paseaba alrededor alistando las cosas en la mesa con sus empleadas para desayunar todos juntos. La señora Jung es una mujer fina, amable y alegre, a pesar de ser millonaria es muy humilde y eso le agrada. Hoseok detesta la gente que escupe el que tenga dinero y se sienta superior por eso.
Daehyun se quedó en silencio ante esa pregunta mientras sus ojos seguían observando al más joven de ese grupo de hombres. Hoseok curioso buscó con su mirada el lugar donde su padre observaba y se encontró con la cabellera negra del más joven quién tiraba cuchillas en un punto fijo, dando todas en el centro de este.
—¿Por qué tienes a alguien tan joven trabajando en ese tipo de cosas?
—No es de tu incumbencia, Hoseok. Ve a la mesa que el desayuno ya está servido.
Con el ceño fruncido el pelirrojo hizo caso a su padre. Daehyun realmente no quería que algún día Hoseok llegara a conocer a Taehyung, Hoseok ni estaría preparado para soportar lo que se aproximaría si se conociesen. Daehyun no lo decía porque Taehyung era mala persona, en cambio, confía demasiado en él como para poner la vida de su único hijo en sus manos.
Daehyun se acercó donde los hombres entrenaban y dio la orden de que parasen, había hecho mucho por ahora y debían descansar para tomar fuerzas y seguir en la tarde. Taehyung se acercó con una toalla en su frente para quitar el exceso de sudor y con una camisa de repuesto a mano para ser cambiada por la que tenía puesta.
—Todo bien por hoy, Kim. Regresa a casa que Seokjin debe estar esperándote para comer, después te avisaré cuando se vaya mi hijo así puedas ir detrás de él a tus clases también.
El más alto asintió y siguió las órdenes, siempre manteniéndose neutro, como si no mostrase ninguna expresión. Se dio la vuelta cuando sintió la intensidad de unos ojos detrás de él y logró divisar la cabellera del hijo de Daehyun en el primer piso, este le mantuvo la mirada analizándolo y Taehyung solo pudo pensar en lo mocoso y entrometido que es ese niño.
No le agradaba la idea de que la vida de Hoseok dependiera de él. Cuando le preguntaron años si él estaría de acuerdo hubiese dicho que no, los niños todavía no saben la realidad de las palabras.
Todo por un favor de su padre. Solamente por Seokjin hace esto.
—Jhanosky