*ATENCIÓN*
SON DOS CAPÍTULOS QUE SUBÍ HOY, SI NO HAS LEÍDO EL CAPÍTULO 37, DETENTE Y LÉELO PORQUE SERÍA UN GRAN SPOILER ADEMÁS QUE NO VAS A ENTENDER DEL PORQUÉ ESTAMOS HABLANDO DE ESTO YA QUE ES LA CONTINUACIÓN DEL FINAL.
Ahora sí, ¡Navidades en Octubre! jajajaja, regalito de hoy... 2 capítulos en 1 día. Apenas empecé a escribirlo en cuanto publiqué y logré terminarlo a tiempo. Que lo disfruten :D
*Nota: este punto de vista será Larisha explicando su pasado, no saldrá Jaymes aquí porque es un cap especial. Es como los otros que he hecho, pero en vez de ser omnisciente, lo narra la protagonista*
*Nota 2: No se preocupen, acá no voy a describir ningún acto de abuso sexual incestuoso a una menor. Sólo habrá diálogos un poco fuertes antes del hecho y ya está... Respeto a que hay menores leyéndome y creo que es algo bastante asqueroso para poder ser capaz de narrarles. Además, que creo que no se permiten en las reglas de Wattpad, no estoy segura.(total, nunca escribiría escenas así asquerosas)*
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POV Larisha
Recuerdo cuando apenas era una niña y no me imaginaba lo que se me avecinaba. Mis primeros años de vida fueron normales y no eran el infierno que viví después. Un día estaba jugando a las escondidas con unos niños que vivían cerca de mi casa. Creí que el lugar perfecto para esconderme, era la cochera de mi padre. Corrí hasta allá y no me percaté que estaba debajo de su auto tratando de repararlo. Él arrastró su espalda hasta salir debajo de éste y di un brinco del susto. Noté como me miró por debajo del vestido que tenía hasta postrar su vista en mis ojos. Yo siendo una niña, ¿cómo iba a saber que era la primera señal de un morboso?
Salió debajo del coche por completo y sacó un palillo de dientes que tenía en su boca. Se levantó del suelo y tomó mi mano haciéndome girar en una misma posición.
- ¿Quién diría que eres mi preciosa niña?―dijo el asqueroso
- T...tengo que irme, están tardando en buscarme.―traté de soltarme de su mano, pero no me lo permitió
- ¿No prefieres jugar con papi?―simuló una cucharita con su boca asqueante
- No.―noté en ese momento como su rostro cambió a uno totalmente furioso
- Las niñas deben obedecer y estar con papá...―apretó mi brazo con fuerza haciéndome chillar del dolor. Por suerte el niño que le tocaba encontrarnos entró a la cochera y me llamó
- Eres la última, te toca ahora encontrarnos.―miré a mi padre temblorosa, pero sólo me hizo seña con la cabeza para que me fuera con el niño.
Salí corriendo de allí lo más rápido que pude y preferí estar buscando a los niños en vez de buscar un lugar para esconderme. No quise estar sola nuevamente en esa tarde, tenía miedo que todo volviera a suceder.
Pasó como un mes aproximadamente de ese suceso, ya prácticamente me había olvidado el tema o eso creía yo. Creía que eso no volvería a suceder así que me sentía más tranquila y pude dormir en paz las siguientes noches. Pero un día mis padres tuvieron una discusión, ella miró que en el celular de mi papá había una conversación fuera de tono con otra mujer.
Mi madre se puso como loca por la rabia que tenía, aunque en vez de molestia, todo parecía una escena de celos. Ahora que recuerdo esa relación era bastante tóxica y me tenían envuelta en todo eso. Esa mujer luego de servir la comida en la mesa, tiró los platos al suelo como si estuviera poseída. La comida voló a todas partes e incluso mi plato también. Yo me fui corriendo al sillón y me senté en cuclillas bastante asustada. No sabía si llorar o gritarle a mi madre para que se calmara. Pero no había nada que la detuviera o eso creía yo hasta que mi papá salió finalmente de su habitación y corrió hasta donde ella. Sólo vi como alzó su mano y le dio una bofetada tan fuerte que la hizo chocar y prácticamente rebotar contra la pared. Ella cayó al suelo y por un momento pensé que estaba muerta porque no se movía y ni siquiera había una señal de su cuerpo respirando.
Él se quedó mirándola en el suelo y subió su mirada hasta chocar con la mía. No había expresión alguna en su rostro, parecía un maniquí. Tragué fondo y evité hasta parpadear para que no me pegara igualmente. Su celular sonó y tomó la llamada, como había tanto silencio y su celular era moderno, casi se escuchaba el tono de voz de quién le había marcado. Era la voz de una mujer y le decía que lo esperaba en el lugar de siempre. Vi como sonrió ampliamente y guardó su celular en el bolsillo. Ésta vez no me observó y sólo agarró su saco, las llaves y se fue de la casa. Observé por la ventana hasta que se fuera y volteé a mirar a mi madre. Me agaché y comencé a moverla para ver si reaccionaba. Sólo se me ocurrió hacerle lo que vi una vez en una película, agarré un vaso con agua y se lo tiré en la cara. Despertó toda alterada y se levantó del suelo sin esperar un poco a recuperar el equilibrio. Me miró con sus ojos bien abiertos como si fuera un búho y buscó por toda la casa a mi padre.
- ¡¿Dónde está tu padre?!―me preguntó histérica
- Se fue...―respondí en un tono muy bajo
- ¿Te dijo a dónde iba?―negué con mi cabeza
- Lo llamaron y se fue.―añadí y me miró con su ceja arqueada
- ¿Quién lo llamó?―me encogí de hombros -Te lo pregunto Burrell, ¿quién llamó?
- No lo sé...―suspiró profundo y comenzó a sacudirme
- ¡¿QUIÉN LO LLAMÓ?!―cerré mis ojos con fuerza, no quería decirle porque sabía que le iba a contar a mi papá que fui yo quien escuchó la llamada. Y era más que obvio porque mi madre estaba inconsciente en el piso, no había manera de que fuera fingido -NO ME HAGAS GOLPEARTE, NIÑA.
- ¡Fue una mujer!―chillé del dolor al sentir sus uñas enterradas en mis brazos
- ¡AHHH! ¡ESA MALDITA ZORRA!―me empujó al suelo y comenzó a tirar todo lo que había a su alrededor -VOY A ENCONTRAR A ESA PUTA Y LA VOY A MATAR.―se tiró y comenzó a llorar como magdalena. Yo no sabía qué hacer y sólo me alejé lo más que pude de ella -¿Cómo se atrevió a provocar a un hombre casado? ¿A caso las mujeres no se respetan hoy día?―eran tan irónicas esas palabras para ese entonces. Mi madre era la primera que no se respetaba como mujer
Intenté pararme del suelo sin que se diera cuenta, pero fue inútil porque atraje su mirada de odio hacia mí.
- Tú...―dijo entre dientes -Desde que naciste y estás aquí sólo me has traído desgracias.―no podía creer que me dijera algo así. Para ese entonces nunca me había tratado mal, pero el enterarse que mi padre tenía otra mujer, la hizo perder la razón
- Mami, perdón.―le respondí inocentemente, de verdad me hizo sentir culpable sin serlo
- ¡No hables, niña maldita!―me señaló con sus ojos bien abiertos que pensé que se le saldrían -Eso es lo que eres, una maldición para esta casa. Estás poseída por el mismo mal, tú lo trajiste a nuestras vidas.―yo simplemente le negaba con mi cabeza en repetidas ocasiones. ¿Qué demonios iba a saber yo de lo que hablaba? ¡Sólo tenía 5 malditos años!
Me arrastró hasta la habitación y me empujó hacia la cama cerrando la puerta al salir. Yo sólo me fui al rincón encima de mi cama y comencé a llorar en silencio. No era un llanto que cualquier niño te haría cuando le pegas o regañas. El mío era mudo, porque nunca tuve voz ni voto en esa cárcel. Tenía hambre, pero mis lágrimas me alimentaban con dolor. Ni me di cuenta de cómo me quedé dormida hasta que escuché la puerta de mi cuarto abrirse con fuerza. Ya era muy de noche y sólo veía una silueta en la puerta observándome. Se acercó hacia mí casi balanceándose y ya no sabía si era parte de mi sueño o era un fantasma. Encendió la luz de la mesita de noche y ahí vi su rostro sonriente. Yo sólo me limité a tragar fondo y tallar mis ojos para ver si era producto de mi imaginación. Pero era real, ahí estaba él...
Se sentó a mi lado en la cama y puso a un lado su botella de ron. Podía sentir su mal aliento a alcohol chocando contra mi cara. Sentí náuseas y pensé que en cualquier momento iba a vomitar. Tocó mi rostro y sentí un escalofrío por todo mi cuerpo. Apreté mis ojos con fuerza para evitar tener esa imagen en mi rostro.
- Eres tan angelical...―su mano viajaba por mi cabello -No sé de dónde sacaste este rostro, pero no es de tu madre.―casi no se le entendía nada de lo ebrio que estaba
- Papá...―le llamé con miedo para que se alejara de mí
- Tu cabello es negro como la oscuridad, en cambio tu madre tiene ese cabello rubio que la hace lucir tan vieja.―comentó con desprecio -Eres como mi blanca nieves, con tus mejillas rosadas y piel blanca.―tragué fondo -Mírame, ¿por qué no quieres mirar a tu papá?―apretó mi mandíbula y solté un chillido -¡Mírame Milena!―suena loco decir que hasta ahora me acuerdo que así me llamaba él algunas veces. No sé cómo no caí en cuenta cuando me enteré de mi nueva personalidad. Pero como son cosas que evito pensar, gracias a ellas las saco de mi sistema
- Me llamo Larisha, papá.―lo miré dolida y él negó con su cabeza
- ¡ERES MILENA!―sentí esa dolorosa bofetada en mi cara -Mi Milena, tan hermosa y reluciente como siempre.―pellizcó mi mejilla -No sé por qué tu madre te puso ese nombre, cuando yo quería éste para ti.―estaba sollozando, era demasiado para mí en un sólo día y apenas todo empezaba
- No me pegues más, por favor...―me tragaba las lágrimas y mis labios temblorosos no se detenían
- Shhh...―agarró mi cabello y postró un beso en mi frente -Tú y yo vamos a jugar algo muy divertido. Te va a gustar tanto que te sentirás relajada y plena.―sonrió y yo ya no comprendía nada. El hombre había llegado a decirme cosas, me golpeaba y luego quería jugar conmigo. Cualquier niño iba a estar igual de confuso como yo en ese momento -Jugaremos a que tú vas hacer todo lo que papi te diga para que no te pegue ni te castigue. ¿Ok?―asentí de inmediato. Pensé que, si el juego se trataba de eso, ya él no me iba a pegar y probablemente tampoco a mi mamá porque iba a estar feliz -¿Jugamos?
- Sí...―respondí agachando mi cabeza y él me tomó enseguida sentándome en su falda
- Las reglas son las siguientes, te quedarás quieta y no harás ningún ruido.―comenzó a acariciar mis piernas -Si te atreves a gritar o hacer algún chillido...te corto la lengua y mato a tu madre.―me amenazó provocando que mi respiración se agitara -¿Qué te dije, Milena?―apretó mi muslo
- Perdón, papi.―tragué como pude mis sollozos
- Bien, ahora quieta niña... que esta noche serás mi zorrita.―ahí simplemente me volteó con rudeza a la cama y pasó lo inevitable
Esa noche se me hizo eterna, quería morirme en ese preciso instante. Acallé todo mi sufrimiento con tal que ese hombre no matara a mi madre ni tampoco me cortara la lengua. Creo que sería la mejor amenaza contra un niño ya que ellos callan todo por sus padres por más mal que los traten en algunas ocasiones. En algunos momentos por poco mis chillidos se escapaban, pero él me puso un paño en la boca para que me atragantara.
No sé ni cómo desperté, pero era casi medio día y lo recuerdo porque mi madre entró a la habitación reclamándome por qué no me había despertado. Cuando entró vio que tenía sangre en mis partes, pensé que se iba a dar cuenta de todo y traté que no se diera cuenta que tenía mucha.
- ¿Qué te pasó en las piernas?―yo me tapé enseguida
- Anoche me corté con los platos en el piso, mami.―fue la única mentira que se me ocurrió y por suerte tenía lógica
- Niña, siempre te pasan cosas. ¿Por qué no tienes más cuidado?―noté que estaba otra vez molesta. -Lávate los dientes y vente a desayunar.―asentí de inmediato y me bañé como pude ya que sentía dolor por todo mi cuerpo
Noté que él no estaba en la casa y pensé que era el momento perfecto de decirle la verdad. La había pasado tan mal que no quería que me volviera a suceder.
- Mamá.―la llamé antes de probar un bocado
- ¿Ahora qué?―echó hacia un lado el periódico
- ¿Qué pasa si te digo que la sangre fue mi papá?―pregunté tímidamente, pero sin apartar mi vista. Vi como arqueó su ceja y su rostro se enfureció
- ¡Qué cosas dices, ¿eh?!―tiró a un lado el periódico -¡No te imaginas toda la noche amarga que pasé! ¡Estuve horas hablando con tu padre antes que se fuera a trabajar! Tratando de arreglar las cosas y dejar ese mal entendido a un lado por nuestro bien. ¡Yo no puedo darme el lujo de pelear con tu padre porque a ti te da la gana!―manoteó -Si fuiste tan bruta para cortarte con los platos no le eches la culpa a tu padre! Él es el sostén de esta casa, sin tu padre nos moriremos de hambre en la calle. ¿Me entiendes?―me sentía tan indefensa en ese momento.
Ella no había comprendido lo que realmente me pasó y tampoco yo sabía cómo explicárselo. Al notar su enojo, decidí no decir nada más. Quizás como ellos habían hablado y arreglado todo, capaz lo de esa noche no iba a volver a ocurrir. Pero me equivoqué plenamente, porque siguió pasando una y otra vez. Suena doloroso decir que por suerte no era diario, pero sí cuando ellos peleaban o se emborrachaba. Cada vez eran amenazas distintas y así siguió durante mucho tiempo.
Pasaron como 4 años y un día tomé una muñeca del suelo cuando él salió de mi habitación. Me senté en la cama y acaricié su cabello con suma delicadeza. Aún recuerdo las palabras exactas que salieron de mi boca:
- Ya no estarás sola, me tienes a mí de ahora en adelante. Juntas saldremos de ésta, Larisha... sé fuerte.
Miré mi muñeca toda extrañada porque sentí que realmente no quería decir esas palabras.
- ¿Quién eres?
Solté algo asustada y con esperanza en que me respondiera, aunque a la vez no quería que lo hiciera.
- Soy Valindra...
- ¿Qué se supone que eres?
- Tu salvación.
- Eso es imposible, tú no eres real...
Le dije mirando a todas partes, pensaba que era una broma o estaba soñando.
- Tú me creaste durante estos años, ahora me toca ayudarte.
Sentía que me estaba volviendo loca, con 9 años ya era demasiado madura en muchos aspectos. Así que "crear" a Valindra y que tuviera esa capacidad para hablar, no era para sorprender demasiado.
Esos fueron mis primeros contactos con Valindra, realmente ella me ayudó a sobrellevarlo todo. Por decirlo así, aguantó violaciones por mí. Pero decir esto es como admitir mi locura porque sigo siendo yo, aunque sin recuerdos de algunas ocasiones. Siento que estoy en una gran deuda con esta enfermedad porque me salvó de la muerte. Crecí odiando a mis padres y tratando de alejarme de ellos lo más que podía. Mi mamá también comenzó a tomar vicios de pastillas, había veces que estaba lúcida y otras, sucumbida ante los medicamentos. Ese diario fue parte de mi niñez antes que Valindra existiera. Yo tenía la esperanza en que alguien lo leyera, pero a la vez no quería que lo encontraran para que mi padre ni me violara nuevamente.
Al crecer, dejó de abusar de mí. Pero tomó el abuso como excusa para manipularme a su antojo. Si no hacía lo que quería, me iba a violar o haría cualquier cosa en mi contra. Así fue como terminé estudiando lo que no quería sólo por cumplir sus caprichos y me dejara en paz. Era capaz de estudiar esa mierda sólo para escapar finalmente de allí. Por eso agradezco haberme metido en problemas en parte, porque fue la excusa perfecta para irme lejos. Hasta el día de hoy no sé quién lo mató ni me interesa, quien haya sido merece el cielo en bandeja de oro.
Sólo puedo admitir que estas violaciones fueron el principio de todo. Por su culpa tengo TID y no sé si me llegue a curar. Puede que Valindra me haya servido para superar todo mi dolor, pero no puedo vivir así mentalmente toda mi vida. Necesito que todo esto tenga un fin definitivo, ya no quiero ser poseída ni perder la razón de mi ser por algo que nació de una asquerosa violación. Quiero ser libre de este pasado que me pisa los talones sin descanso. Puede que algún día lo logre, también puede que no.
Pero sea como sea, todo principio tiene su fin... y yo quiero el mío.
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¡Holiss otra vez en este mismo día!
¿Qué les pareció este cap especial? Espero que les haya gustado, aunque es uno muy oscuro y triste.
Es lamentable ver cómo nació esta enfermedad en Larisha. La mayoría de los casos, el TID nace cuando los niños son abusados.
Para más información, aquí abajo les dejo unas imágenes que saqué de una página web que trata de la enfermedad.
¿Quizás pensarán que pedo con Milena?
Milena nació del hecho en que su padre la llamaba así y abusaba de ella. Entonces la contra parte de todo sería que Milena es como un prototipo de cómo su padre la visualizaba. ¿Ven cómo Milena es con los hombres? Tiene su deseo carnal, etc etc. Ella sería como una caracterización de lo que su padre buscaba en Larisha. Parece que hasta sería tipo parodia, su mente la creó a modo de burla por lo que él buscaba.
Meme que me mandaron hace un rato en el grupo de whatsapp
Creo que no tengo más nada que decir, así que nos vemos en el próximo capítulo ¡ciao!
Besis :*