Llego a su despacho en menos de dos minutos, era asombroso para el, nunca en toda su vida había caminado tan rápido.
Pero lastimosamente Lupin no se encontraba ahí. El profesor de defensa había decidido salir en busca de Harry y al no encontrarlo en ningún lado, decidió pasar cerca de la casa de los gritos, el lugar donde, se le podría decir, había pasado los mejores momentos de su adolescencia.
Algo en ese lugar le parecía más extraño de lo que era.
Los merodeadores antes la llegaron a utilizar para muchas cosas; habían escondido todos los libros de historia, era el lugar perfecto para beber hasta ya no poder, fue el nidito de las citas de James y Lily, el escondite de las conquistas e infidelidades de Sirius, incluso habían llegado a esconder a Roger, el lechón que iba a ser sacrificado para navidad.
Entonces se dio cuenta de algo, si esa casa había sido blanco de muchos escondites. ¿Porque Black no intentaría esconderse ahí?
Aunque ese seria una acción algo estúpida y sencilla, Black era impulsivo y no pensaba antes de actuar.
Tenia que intentarlo, tenía que comprobar que Black no estuviera ocultándose ahí, esperando la oportunidad perfecta para hacer daño a Harry.
Haciendo caso a ese ultimo pensamiento, camino en dirección al sauce boxeador e ingresó hacia la casa de los gritos, por el corto corredizo pudo escuchar murmullos, alguien se encontraba dentro.
Saco su varita del débil bolsillo de su túnica y con lentitud se acercó a la puerta, al momento de empujar la vieja madera las voces se apagaron.
Ingreso con fuerza y una parte de su mente se paralizó, Black si había cometido el terrible error de esconderse en la vieja casa y lo peor era que se encontraba cerca de Harry.
—Lunático—pudo pronunciar Black antes de recibir un fuerte hechizo de Lupin.
°Sala común de Slytherin°
•Dormitorio de Draco•
¿En que había estado pensando? ¿Es que acaso no tenia sentido común por su vida? ¿Es que solo pensaba en hacerse el héroe?
Eran muchos de los pensamientos del heredero de los Malfoy, se encontraba realmente fastidiado al recordar a Harry caminando hacía el bosque prohibido.
—Lo único que conseguíra es que lo maten—gruño y con rabia cogió una manzana que estaba en su mesa de noche, le dio una enorme mordida—. Es un inmaduro—comento con la boca llena.
Estaba por tragar cuando un golpe lo sobresalto, tal fue el susto que casi termina ahogándose.
—¡Quien!—grito enojado y luego tosió con fuerza.
—Blaise—respondió desde el otro lado de la puerta—. ¿Puedo ingresar?
—¡No!
—Pues ya ingresé—comento su amigo mientras abría la puerta y pasaba—. ¿Porque no fuiste a clases? Hoy el profesor Snape no estuvo de muy buen humor y dijo que los que faltaron a su clase serian castigados con tres horas de trabajo comunitario con el celador—cerro despacio la puerta y se acerco a la cama del rubio—. ¿Te sientes mal?
—Si. Tengo viruela—le respondió enojado.
—No... No, draquito—le sonrió—. Yo se muy bien lo que tienes.
—¿Y que tengo?
Blaise se acerco y le susurro: “Potter-gripe”
Draco se sobresalta y por primera vez en su vida miro con temor a su amigo.