Enseñando al Nerd (HopeV)

By xRabittax

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Taehyung es un estudiante de universidad que había reprobado, de nuevo, que ni con asesorías y la ayuda de su... More

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moment...
in life.
Epilogue part one
Epilogue part two
CURIOSIDADES

The most beautiful...

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By xRabittax

3 meses y más...

Las luces resplandecieron apareciendo el primer bailarín; un chico de altura proporcional alzó los brazos sutilmente esperando la música empezar, la iluminación iba directamente a esos cabellos naranjas que tapaban grácilmente aquel pálido rostro como la porcelana, siendo la envidia por esos rellenos labios que hacían conjunto con su belleza. La música inició haciendo que ese esbelto chico se dejara llevar por la suave melodía apoyado por sus extensas extremidades que fluían como si fuera el agua de un río, tan armonioso y preciso. Era difícil quitar la mirada en cada movimiento, casi como si esta te estuviera obligando a mirarlo, pero no queriendo apartar los ojos en ningún momento por lo grácil y hermoso que era, no solo el baile sino el chico en sí.

Las luces se apagaron dejando aparecer una enorme pantalla que mostró una silueta, misma que pertenecían al peli naranja que bailaba en conjunto, un montón de mariposas dieron el terminado esa presentación mientras que los aplausos y chiflidos no esperaron en aparecer, ni tampoco al joven de cabellos negros que tenía la boca tan abierta por ver al peli naranja, siendo la única estrella fugaz de su galaxia. Volteó a ver a las personas a su lado queriéndoles tapar los ojos cuando una parte de la piel del bailarín apareció, pero que no hizo por la distancia y ya que ese bonito durazno se trataba de su novio.

Después del espectáculo se sentó pacientemente en las sillas de afuera, tomó su celular en manos reproduciendo los momentos en donde su dulce durazno bailaba, una vez más alzó la vista esperando que la gente dejara de pasar para ir a verlo. Se paró agarrando su maleta de trabajo cuando estos disminuyeron, caminó en el pasillo topándose con algunos bailarines que lo quedaban observando como si fuera el más guapo de ese lugar, lo era, pero su rostro como su cuerpo pertenecían solo a su algodón de azúcar.

—¡Jimin! —llamó a esos ojitos que lo buscaban desesperado entre la multitud que no terminaba por irse y al encontrar su mirada dejó caer su preocupación. Vio a su hermoso algodón de azúcar acomodar su abrigo y cargar esos montones de flores que uno que otro fan le regaló, no debía ponerse celoso, el suyo era mucho mejor.

—Pensé que no ibas a alcanzar venir —acomodó sus cabellos recién teñidos hacia atrás, feliz por ver a su novio parado esperándolo —Tenías una audiencia importante hoy.

—Prometí verte en todas tus presentaciones y lo más importante eres tú. Toma bebé —extendió un gran ramo de flores hacia su novio, un tamaño considerable que opacaba a las pequeñas que tenía en las manos, su novio sonrió con las mejillas coloradas.

—Gracias Yoongi... —tomó aquellas flores pequeñas, pero de gran tamaño que irradian su perfume haciéndole sonreír por ese detalle. Sus compañeros volteaban envidiosos sabiendo que su novio era así de cariñoso con él, así como ser el centro de atención en todo el espectáculo, pero poco le importaba, esa época donde todos hacían suposiciones de él terminó —¿Nos vamos a casa?

—¡JIMIN!

El menor se volteó al escuchar una voz que lo llamaba desde atrás, pero al ver de quién se trataba su respiración se cortó. No podía ser posible, miró al hombre parado a unos metros tratando de acercase con precaución.

—¿Puedo hablar contigo... hijo?

Yoongi le agarró las manos jalándolo a su cuerpo para abrazarlo.

—Jimin, puedo decirle...

—Está bien —dijo el peli naranja armándose de valor. Se dio cuenta que ese hombre había estado yendo a varias presentaciones alrededor de un mes o más, pero no quedándose para terminar. Aunque él tuvo que ver en sus momentos difíciles le seguía doliendo ese rechazo y está muy curioso sobre su presencia —Podemos hablar allí, padre.

El ahora pelinegro estaba un poco ansioso, ambos llevaban platicando casi una hora en ese pequeño café cerca de la salida del teatro de artes, no quería interrumpir o alejar a Jimin de ese hombre, de ese bastardo, sabía que, aunque fuera de esa manera su mielecita necesitaba este momento para aclarar varias dudas, perdonar y cerrar ese ciclo. Con las imágenes de los momentos pasados de su novio se levantó para ir con ellos hasta que vio a su peli naranja caminar a él con los ojos rojos y lágrimas saliendo —Mierda... —se acercó rápidamente colocando su ramo y otras cosas en el suelo para darle un profundo abrazó sobándole los cabellos con los dedos en el mismo instante —Dime ¿Qué pasó? ¿Todo bien? Iré a golpearlo si te hizo algo de nuevo —sintió la cabeza moverse restregándose en su calor, lo abrazó más y le besó los cabellos.

—Él se va a Japón... —calló un momento —Me pidió perdón y se disculpó por todo lo que me hizo —tragó el nudo empezando a hipear —Dijo que soy igual a mi madre... Que bailo bonito y lo hago muy bien... —sollozó más intentando limpiarse la nariz —Dijo que lo siente mucho, fue su culpa haberse perdido todo de mi... —sus lágrimas se derramaron en sus mejillas dando una vista triste. —Yoongi no quiero que se vaya, no lo sé... Yo ya lo había perdonado... Sé que mi relación con él no tiene reparación... Pero... —estaba en un mar de sentimientos que chocaban en distintos lados.

—Esto es necesario bebé —besó su pequeña nariz roja —Él igual necesita reflexionar, dale tiempo... tal vez en un futuro lo vuelvas a ver y puedan recuperar el tiempo perdido —el menor le asintió un poco más calmado.

—Me dio las llaves de mi casa, dice que ahora son mías; la casa de mi madre. Pero sabes, ya no se siente como mi hogar, solo me estaba aferrando allí porque era el lugar donde vivió mi madre, sin saber que yo la llevaba en mi corazón todo el tiempo —rodeó cómodamente el torso del pelinegro asentando su cabeza en ese pecho —Mi hogar está contigo Yoongi.

¡Dios! Se sentía bien. Abrazó a su durazno andante —Lo estás haciendo bien, todo esto es un proceso. Gracias por quererme, nunca te fallaré... Si lo hago puedes romperme las piernas o ponerme veneno en mi jugo de mango.

Jimin le dio un ligero golpe sonriendo por las locuras que salían de la boca de su novio. Los dos con normalidad emprendieron su camino hacia el auto que estaba cerca, yendo por la comida favorita de su mielecita, recompensa por haber realizado exitosamente otro espectáculo y siendo el más aclamado del lugar, como había prometido. Ante la inseguridad del menor que poco a poco estaba despareciendo empezando a mostrarse él mismo; más independiente y lindo.

Le fue servida los camarones en una salsa, se supone que era su favorita, pero apenas tocó el tenedor porque su mirada estaba en otra parte, a pesar de estar cansado por su jornada laboral su energía aún seguía despierta viendo a su hermosa cremita comiendo deliciosamente con esos jugosos labios un Cheese cake, una lengua pasó por esos pares lamiendo las sobras de merengue en ellos, a veces su imaginación de "chica enamorada" rebasaban la realidad al no darse cuenta que lo hablaban.

—¡Yoongi! — rio cuando vio al contrario con una sonrisa tonta que despareció tomando y tragando un camarón de ese plato intacto al llamarlo —Yoon ¿Has vuelto a ver a Hoseok?

Apagó su imaginación volviendo a la realidad —Si. Almorzamos juntos la semana pasada. Está bien, si es lo que quieres saber —dejó su comida volviéndose serio —En realidad lo está tomando bastante bien, muy diferente a esas semanas que tu amigo no regresó queriendo mudarse a China para buscarlo.

—Me siento pésimo con esto, conozco a Tae, pero ya no sé qué pensar a estas alturas. En verdad no quiero suponer —acomodó sus cabellos perdiendo su mirada en unos breves recuerdos —Debí retenerlo y hacer muchas cosas antes que Taemin regresara a China al terminar su presentación especial en el teatro. Él nos conoce, es amigo de Minho, pero lo único que alcancé a preguntar era si había visto a Tae allí... La sonrisa que me dio al decirme que estaba con Minho fue algo raro —frunció el ceño —Maldigo el día que borré el número de Minho. De verdad estoy preocupado, conozco a Tae, algo debió pasarle... Solo quiero que vuelva ya.

Tomó una servilleta limpiando la mejilla manchada del bajito con un poco de merengue para dejarlo impecable —Lamentablemente no lo sabemos. Ninguna llamada, visita o por lo menos una carta para calmar a Hoseok. Si no lo conociera por ti, diría que él abandono a mi amigo.

—Ya pasaron más de 3 meses es bastante creíble Yoongi...

—Si, pero mejor cambiemos de tema y comamos Jimin...

Yoongi agarró de nuevo el tenedor para terminar de comer; en su mente llegó ese día que Hoseok lo llamó para que cuidara su casa con el aviso que se iría en China, no por trabajo o una visita, sino para buscar a su novio supuestamente desaparecido. En ese momento también su lindo algodón de azúcar estaba tratando de contactar a su amigo a tres semanas de no regresar, ambos estaban preocupados, pero la peor parte se le llevaba Hoseok.




Él estaba alterado cuando llegó a esa casa gracias a la llamada, vio que las cosas como ropa, maletas y papeles de viaje regadas por todos lados en un acto casi impulsivo por viajar, todo un desastre, muy diferente al hombre ordenado y despreocupado que era su amigo, pero las cosas habían cambiado, más para ese pelinegro, se había enamorado y encontrado a ese alguien. Podría identificarse con Hoseok, si a Jimin le pasara lo mismo, iría a buscarlo por todo el mundo y mataría al bastardo que lo engañó.

—¿Hoseok? —lo llamó por cuarta vez en la puerta abierta viéndolo aparecer de repente acomodando sus ropas en una maleta —¿Qué carajos estás haciendo? ¿A dónde vas? —sin que le contestaran siguió hablando —En serio amigo ¿Este desastre es tuyo ¿Dónde acabó ese idiota ordenado y casi obsesionado por la limpieza? —rio por su mal chiste.

—Iré a China, si es necesario me mudaré allí —lo ignoró —Taehyung no ha regresado y no puedo esperar por él, estoy... ¡Mierda! —agarró con enojo sus cosas —Ese idiota pudo hacerle algo o esa señora. No puedo quedarme aquí sin hacer nada...

—¿Estás hablando en serio, Hoseok? ¿Qué pasará con tu pasantía? ¿Tu casa? —hablaba detrás de él, observando cómo buscaba unos papeles entre la pila que había en una mesita.

—No me importa. Por eso te llamé, cuida esta casa, pero no será por mucho si llego a venderla para necesitar el dinero.

Ante su amigo inquieto ir de un lado a otro, lo detuvo —¡Hoseok, deja de moverte carajo! —agarró su brazo —¿Te estás escuchando? Fuiste a la Universidad, trabajaste mucho para tener una pasantía donde casi nadie puede entrar, eres alabado en cada minuto y maldición, fuiste ascendido en cuestión de meses, no puedes hacer esto. Ni tampoco a esta casa que te llevó un tiempo reconstruir, se supone que eran tus metas de vida... Y lo más importante, no tienes nada para saber dónde buscar a tu novio... Puede que él se haya quedado allí por gusto.

—¡RETIRA LO QUE ACABAS DE DECIR, PENDEJO! —lo miró con ojos recriminaste —Taehyung no es capaz de esto, yo confío en él, algo debió pasarle. Así que no hables de él si no lo conoces, idiota —volvió a sus cosas —No me importa nada si él no está conmigo, así que no te metas ¡VETE! —dijo secamente. Sin verlo salir volvió a decirle —¡VETE MIERDA! ¡DÉJAME SOLO! —le gritó molestando al bajito —Te golpearé si no te vas...

No se detuvo, su amigo lo necesitaba. Su puño se estrelló en el perfil de su amigo pelinegro, que con puro enojo en sus ojos y una frustración visible le devolvió el golpe lastimándole la quijada, siendo el inicio de una ronda de golpes duros y precisos al principio, mismos que fueron descendiendo por la parte contraria hasta quedarse sentado en el suelo, ocultando su rostro con sus manos claramente derrotado, pero no por la casi brutal pelea que desataron, sino por sus sentimientos totalmente destruidos.

—Amo a Taehyung, Yoongi. Lo amo... Yo lo necesito... ¡Demonios lo extraño! —apretó las manos en sus hoyos oculares ocultando sus lágrimas, mordiendo sus labios para su llanto. Su labio tembló en un intento de pronunciar algo más —Me dijo que lo esperara y confiara en él, pero... Mi corazón lo quiere ver, tocar, oler, amarlo...

Yoongi estuvo a punto de consolarlo con palmadas en la espalda y una que otra palabra de aliento, pero antes su amigo se paró, casi en un segundo subiendo por las escaleras hasta lo que supuso era el ático, cerrando la puerta fuertemente.

Se quedó por lo que fue alrededor una hora hasta verlo bajar con una ropa de casa y no con el traje que tenía al principio, sus ojos estaban sin alguna lágrima, pero si rojos y con algunos golpes en la cara siendo evidencia de lo sucedido en la sala de estar. Su amigo lo observó frunciendo el ceño, pero se relajó posteriormente.

—¿Quieres un poco de café?

El pelinegro le dijo sin mencionar más, lo siguió a la cocina viéndolo colocar una cafetera con agua en la estufa, sin saber cómo empezar una plática o mencionar sobre su estado que no era claro ahora, mejor se calló decidiendo preguntarle en otro momento.

—A Taehyung le gustaría en este momento el chocolate caliente —sonrió a sí mismo recordándolo.

—¿Hoseok estás bien? —al fin tuvo el valor cuando se sentaron. El cambiar del rostro de su amigo mostró lo cansado que estaba.

—Esperaré a Taehyung. Él me dijo que regresaría y aquí estaré cuando decida hacerlo —sonrió un poco ante la cara confundida de su amigo —Entendí muchas cosas al reflexionar solo, puede que no lo haga ahora, pero... —se calló no queriendo hablar más sobre el tema y todo lo que estaba pensando sin buscar alguna salida —Solo fue un mal momento. Te agradezco estar aquí, eres un gran amigo Yoongi. Si me vuelves a golpear, date por muerto porque estarás llorando como una niña.




Efectivamente Hoseok estaba bien. Aunque su amigo fuera muy parecido a él en cuestiones de pensamientos y actitudes, no comprendió las cosas que cruzaban en su mente al verlo tranquilo en esos días, solo esperaba que sus suposiciones no sean correctas.




*

Bebió un poco de su humeante taza de café recostándose en el respaldo de su silla, miró los alrededores admirando su pulcra y ordenada oficina ¿Desde cuándo un pasante asciende de posición y es contratado de inmediato? No lo creía, pero al parecer le fue posible. Tenía habilidades que no se negaba en demostrar, ahora estaba a cargo de sus publicaciones en línea y las de un apartado de una revista importante.

Tronó su cuello al estar cansado, las horas extras ya estaban cobrando parte de su cuerpo, pero eran mejor que regresar a casa.

Volteó su vista a la pequeña secretaria de cabellos rubios asignada, que entró para dejarle unos papeles, ella tenía unas piernas largas que no se negaba a tapar, así como un escote pronunciado, ni que decir el extravagante peinado que se cargaba, toda una peculiaridad. La chica le sonrió con esos bonitos labios disculpándose por entrar sin tocar y ofreciéndole hacerle cualquier favor que quiera. Lo sabía, a esa peli rubia le gustaba desde la primera vez que la tocó, por su parte como hombre reconocía su atractivo, pero no es lo que todos creían. A pesar de reconocer que era atractiva, ella no causaba que su corazón se agitara o su cuerpo cosquilleara como una corriente eléctrica a punto de matarlo por un electroshock, no; ni tampoco tenía los sentimientos de proteger, cuidar y amar, ninguno de las emociones en las que se vio envuelto gracias a un chico con los ojos más bonitos que jamás encontró y labios como dos fresas dulces hechas para saborearlas, ni la piel de canela como el azúcar, tan dulce a su tacto y su lengua, así como esa sonrisa que hacía que su corazón estuviera a sus pies.

—Hoseok...

Miró de nuevo a la chica descarada que aún no había salido y de seguro lo observó con su mente perdida. Aclaró su garganta devolviéndole una sonrisa —Gracias Park Choa. No necesito nada, si lo hago te avisaré ¿Sí?

La puerta se cerró colocándole un seguro, no le gustaba las faltas de privacidad y menos de esa chica que seguro sería despedida en esta semana, es lo que escuchó por allí, así volviendo a su trabajo en la computadora.

"Estamos unidos en cuerpo y alma"

La frase resplandeciente en su pantalla al final de una nota le hizo darse cuenta de esa realidad, de nuevo. ¿Cuántas veces la había publicado? Ya había perdido la cuenta.

Observó la ventana viendo el apagado día, a un paso de querer llover en pleno invierno. No tenía nada. Ninguna noticia de él, excepto una sola. Una pequeña esperanza o su destrucción, no lo sabía, ni quería pensar en ello, todo gracias a un amigo de baile de Park y era que efectivamente Taehyung seguía en China... Con Minho. Exhaló todo el aire que estaba reteniendo.

¿Qué es lo que debería pensar?

Quitó todos sus pensamientos; había esperado varias semanas su regreso, manejó hacia el aeropuerto esperando numerosas horas para verlo salir, fue a su casa sin que alguien le abriera, trató de conseguir la información de Choi sin obtener demasiada, estaba a punto de cometer el delito de violación de privacidad, y la última cosa que lo llevó al límite fue renunciar a todo y empacar sus cosas para viajar a China con todos sus ahorros, pero afortunadamente ese día Yoongi estuvo a su lado y lo regresó a la realidad. Se estaba saliendo de control y necesitando verlo urgentemente.

Con su mente clara pensó que Taehyung debía estar bien, confiaba en él, a pesar de no tener ninguna llamada o recibir cualquier índole que efectivamente su castaño seguía pensando en él, en lo tanto que lo quería y amaba. Lo esperaría, era lo que su amado le dijo.

Hizo click y subió un artículo personal, sin nada de fundamentos científicos o una crítica, solo un propio pensamiento que necesitaba sacar, no tenía miedo a las reacciones, es decir era jefe de un departamento y podía hacer lo que quisiera. Miró de nuevo expectante a todo lo que escribió, parecía la última vez de usar aquella frase en sus escritos.



Amor a primera vista.

Por Jung Hoseok.

¿Qué es el amor? ¿Existe el amor a primera vista?

Todos queremos enamorarnos o en dado caso nos preguntamos sobre estas, que tienen un montón de respuestas y surgir más preguntas conformes e inconformes, pero lo que estoy más interesado en este momento es si ¿Tenemos la capacidad de enamorarnos?

Es decir, podemos sentir atracción, cariño, pero ¿Amor? yo creo que en realidad es un reto impuesto, tener la capacidad de amar y ser amado.

Según Carlos Darwin heredamos los genes de nuestros progenitores que en conjunto con el ambiente, nos permiten adaptarnos y sobrevivir, conocida como la selección natural. Solo los aptos son los seleccionados para generar descendientes; por lo tanto, si eres apto para amar podrás generar una familia unida con descendientes sanos.

Si, es un poco extremo...

Es algo confuso de explicar, en caso contrario, una persona apta, sin amor, existiendo la falsa ilusión, al final se destruirá, los descendientes en este caso serían los hijos que sufrirán con el miedo de amar y por consiguiente no podrán forjar una familia, no serán aptos.

Entonces ¿Puede una persona no apta enamorarse?

Como mencioné antes, es todo un reto, será difícil hasta increíble, pero creo que si es posible.

Enamorarse por primera vez y a primera vista; esta idea que nos han estado vendiendo de la peor manera, no es como lo plantean muchas veces en las películas y dramas que resulta de mirarse a los ojos haciendo un click que convierte en todo en color de rosa y perfecto, no es así.

El amor a primera vista es obscuro y al mismo tiempo resulta en la luz, de la esperanza y prosperidad, sucede en el momento en la que esa persona te permite mirar sus ojos, dejando caer sus paredes de protección mostrándote su verdadero ser y no el formado por el ambiente que lo volvió no apto, no, se muestra al ser vulnerable, débil y roto, pero también estarán los sentimientos de luz, aquellos que penetran en el corazón. En ese momento entra el amor, conocer la peor forma para poder amar la mejor forma de su ser. De forma mutua resulta en una unión y complemento perfecto, el amor es de dos, no de uno.

Ese es el amor a primera vista, conocer el alma y la esencia del ser.

Es tan difícil, porque todos tienen sus propias paredes formadas por el ambiente y muy pocos se atreven a bajar aquella para exponerse tal cual.

Yo me enamoré a primera vista, él me mostró lo que hay detrás de esas paredes y yo le hice ver a través de mí, lo que a nadie le mostré, solo a esa persona, porque sabía que era el indicado.

No huí cuando me mostró su ser y él tampoco lo hizo.

¿Eres capaz de mostrarte a aquella persona?

"Estamos unidos en cuerpo y alma".





Las reacciones de su escrito personal no tardaron en invadir su bandeja de entrada, unos tenían los mismos pensamientos mientras que otros más arriesgados se atrevían a llevarle la contraria, ante eso solo pudo emitir una pequeña sonrisa.

"Cada quien ve el amor y la felicidad como mejor le conviene"

Él lo hizo en un momento, pero en realidad no era nada parecido a lo que sentía y la manera en la que por fin pudo describir un poco lo que era la felicidad, no era algo complejo o difícil de buscar, es decir era algo tan vago como poder respirar, ver el amanecer, saber que las plantas crecían y los animales se movían, probar el sabor de café, comer tu dona favorita, terminar un escrito o tarea, sentir cálidos brazos rodearle o labios besar, tocar la caliente piel bajo sus manos; saber que estaba vivo para poder amar. Eran esas pequeñas cosas que nadie se fijaba, pero que estaban allí cultivándose y muriendo cuando nadie les hacía caso, solo excepto en los momentos difíciles y dolorosos en los que se buscaban desesperadamente, algo para sostenerse de esta dura realidad, consolándose con esos pequeños recuerdos y lindos detalles que se llevarían en el corazón.

Eso era la felicidad.

A ese conjunto de pequeñas invisibles felicidades que salían en el momento correcto.

Así sucedió con él, Taehyung no era su felicidad, sino el momento más hermoso de su vida, aquel donde pudo disfrutar todas esas pequeñas peculiaridades a su alrededor al ser abierta la ventana de su alma, allí sintió que realmente estaba viviendo y agradeció estarlo.

No importaba si esos sentimientos duraron solo un momento o desaparecerían al pasar el tiempo, lo único que sabía era que ese recuerdo lo llevaría el resto de sus días. Afortunado de haber podido conocer el amor y la felicidad.

Terminando su caliente taza de café decidió que era momento de regresar a casa.



*

El dolor en el cuello y los hombros era cada vez más insoportables, sumado al palpitar de su cabeza al salir del trabajo, claro estaba, su cuerpo le estaba exigiendo un maldito descanso, había trabajado horas extras de nuevo y debía ponerse un límite pronto si no quería que esa pareja de bajitos lo visitara como si fuera un hombre enfermo.

¡Rayos! Él estaba bien.

Tomó un momento al observar las llaves que traía en las manos, las apretó recordando que muy pronto debía de cambiar a una puerta electrónica que abriera por medio de una contraseña para mayor facilidad, se estaba fastidiando un poco de girar varias veces aquella llave, pero muy dentro de él esa idea posiblemente desaparecería. Una vez que la cerradura sonó la empujó levemente, la plena obscuridad lo invadió, lo que era su hogar se convirtió en algo que ya no reconocía como su lugar, con ese sentimiento querer engullirlo prendió la luces de abajo viendo cómo todo se iluminaba de nuevo. Dejó sus cosas en la mesa central para ir a la cocina por una botella de agua del refrigerador, antes de ir a su habitación y darse un merecido baño.

Allí en el lugar, abrió la botella bebiendo el frío líquido que dejó caer completamente en su esófago mientras observaba en la ventana cómo la morada tarde desaparecía dando la bienvenida a la silenciosa y obscura noche, arrastró la mirada a su jardín viendo que le faltaba quitar las plantas muertas del camino, mismas que evitaban el crecer de otras.

"Quitar las malas hierbas que están en el camino para que las cosas significantes crezcan"

Hidratado y tal vez con su cabeza dolerle menos subió por las rechinantes escaleras de madera tomándose el suficiente tiempo en contemplar el silencio, pudiendo odiarlo como en el pasado. Llegó al último escalón anotando mentalmente que debía cerrar correctamente todas las habitaciones a partir de adelante, no que fuera un paranoico, pero así podría darse cuenta con facilidad si un ladrón entraba a su casa conociendo la ubicación de todas sus cosas, ya que por descuido dejó la puerta principal sin seguro uno que otro día, claramente en esos días lucía un poco más distraído, tal cual contempló la puerta semiabierta del ático, no recordando si estaba cerrada anteriormente. La empujó un poco dándose cuenta que estaba atascada con algo, uso más fuerza abriéndola de una vez, optó por prender las luces primero para saber lo que la detenía, dio con uno de sus suéteres en el suelo, soltó un suspiró al recogerla del suelo, ni siquiera recordaba haberla dejado allí, la alzó colocándola sobre el mueble cerca. Tomó de su corbata quitándola con fuerza, así como su chaqueta deslizándola por su espalda, abrió los primeros botones de su camisa al tiempo de quitarse los zapatos, sus ojos pasaron por toda la ordenada habitación hasta quedarse en su lisa y acolchonada cama siendo su objetivo a continuación, dormiría un poco antes de darse una ducha y cenar.

Pero no contó que aquellas acolchadas sábanas se movieran, solo un poco...



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Canción: All i want -Kodaline 

Hola Hola corazones <3 :)

Como pueden ver el final es dedicado a todos ustedes <3,  que de alguna manera terminaron aquí, tal vez por casualidad o por sentirse identificados,  o solo quererse entretener, pero me alegro que se la hayan pasado bien en cada capitulo.


Perdón por tardarme siglos, tuve un poco de dudas y afortunadamente estoy bien, gracias a los que me mandaron saludos...

El final esta divido en varias partes, así que falta...


Los quiero y un fuerte abrazo <3

Rabitta

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