En un cuarto oscuro, donde la unica luz que llegaba a iluminar era la de la luna, que entraba por una pequeña ventana a lo alto de el lado izquierdo del cuarto, con unos barrotes de metal, el pequeño de cabello rizado estaba despertando, abriendo poco a poco los ojos intentando ver mejor el lugar, sacudió un par de veces la cabeza para luego bostezar y al intentar tayarse los ojos con su mano solo sintió como algo lo detenía y un ruido metálico se produjo, haciendo eco en aquella solitaria habitacion.
—Que demonios...—Dijo este confundido por no saber la situacion én la que se encontraba, miro encima suyo y vio como sus manos estaban detenidas por unas gruesas esposas las cuales llevaban una cadena hacia lo alto en un gran soporte rectangular se encontraba el niño , la cadena que mantenía sus esposas iba hacia arriba sujetada por un gancho y luego la misma cadena seguia hacia la pared detras de el, donde había otro gancho cerrado y seguia la misma cadena a sus pies en las cuales tenia otras esposas gruesas, este no sabia que era lo que ocurría, estaba parado por las cadenas que iban al techo y se encontraba sin la mayoría de los harapos que traia consigo, solo conservaba su ropa interior, el pequeño que estaba empezando a entrar en pánico, se balanceo un poco para girar, haciendo que el gancho que estaba arriba de el girara con el haciendo que estuviera de espaldas, miro detenidamente la habitacion, confirmando que no había nadie mas en la misma, miraba como habían dos mesas en la parte trasera de la habitacion y una silla en cada una, la pared era de ladrillo rojo y se veía muy deteriorada como si casi ninguna limpiaran este lugar, otra vez se balanceo él chico para girar de regreso a donde estaba, y vio que había una fuente de madera en medio de la pared enfrente de el y un balde de metal en él piso a su izquierda él cual estaba lleno de agua, no podía ver mas afondo la habitacion, por que la luz que había en ese momento no se lo permita,
—¿H-hola?, ¿Alguien me escucha?— hablo en un tono medio alto con un poco de miedo en su voz, era muy fria aquella noche y no tenia forma de contener el calor, temblaba mucho y tenia ganas de llorar, no sabia que era lo que pasaba, ¿Que es lo que me paso?, ¿Por que estoy en ropa interior?, ¿Por que estoy encadenado?, y lo mas importante, ¿Quien lo trajo aqui?, recordaba que había sido vendido como esclavo a una señora, a su ama Jasper, que ella lo trajo a su mansión y que ella incluso le dio una habitacion y comida cuando no había echo nada para ganársela, recuerda que comio él pan y tomo él agua que le trajo aquella sirvienta de cabello azul, y que mientras miraba a la luna se quedo dormido, pero, ¿Por que esta en esta habitacion? Es lo que no entendia, y no tuvo mucho tiempo para divagar mas, ya que unos segundos después se escucho él crujir de la puerta que tenia frente a el, esta se abrió lentamente, mostrando la figura de su ama Jasper, la cual tenia una caura neutra, esta procedió a cerrar la puerta y dio unos pases a la parte derecha de la habitacion, en esta pared se encontraba un candil, el cual no había podido ver por la poca luz.
—¿A-ama?—Dijo este confundido, ya que aquella mujer que se comportaba de manera agradable con el, ahora le era cortante y no le dirigía la palabra.
Esta prendio él candil, haciendo iluminando mas el lugar, mostrandole al joven que habían mas cosas de las que había alcanzado a ver, había una cama en la parte de atrás de el, que estaba echa con solo tela y una almohada, esta cama se veía muy andrajosa, pareciera que de solo tocarla se desharía la tela, y tambien vio que en las había una pequeña mesita al lado del cubo de agua, que arriba tenia un largo látigo de color negro, la mujer camino despacio hacia la mesita, agarrando el látigo de ella y metiéndolo en el cubo de agua
—Ama... ¿Que va a hacer conmigo?—pregunto este asustado antes la incertidumbre y con miedo de no saber la situacion en la que se encontraba —¿Por que me hace e-...—
no pudo terminar de decir debido a una carcajada que soltó su ama, mientras agarraba su frente y veía para el techo
—PFFAJAJAJAJA— Rio esta mostrando una gran sonrisa risa a el, y con una mirada que sentía que penetraba su alma y veía cada parte de ella —Fue tan divertido sabes—Dijo mientras se agachaba un poco y se agarraba el estomago por la risa que le causaba, y luego lo miro de nuevo—Fue tan divertido verte, como te brillaban los ojos con esperanza, ¡Casi no aguantaba la risa frente a ti! —dijo esta para después calmarse y suspirar —Sabes, desde el momento en que te vi en aquella tarima — se acerco a su oido y dijo en un pequeño susurro casi inaudible—Supe que serias mi juguete favorito—Dijo para después agarrarlo de cachete y ponerlo de espalda girándolo junto al gancho de arriba de el
—N-no, porfavor, no me hagas nada, dijo este con los ojos cristalizados mientras temblaba, pero ya no por el frio, si no por el terror que aquella mujer le provocaba
La mujer solo río mas fuerte ante las palabras que decía aquel, luego fue con una sonrisa cínica hacia el balde de agua y saco el látigo, para después acercarse a su espalda,
—¡Nos vamos a divertir mucho!—dijo ella dando un latigazo al aire lanzando varias gotas de agua, haciendo que el pequeño se estremeciera y comenzara a llorar
—¡N-no porfavor no me ha... AAAH!!—no alcanzo a terminar lo que iba a decir, ya que recibió un fuerte latigazo en la espalda, provocando que la arqueara y gritara de dolor
—¿¡Que no que!?—grito esta extaciada por lo que sus gritos le provocaban, teniendo una sonrisa cínica, miraba a su espalda, la cual mostraba unas pequeñas gotas de sangre saliendo por la cortada que le provoco.
——¡¡P-porfavor, no siga porfa-... AAAAAH!!—otro latigazo en su espalda, que hizo quegritara de nuevo soltando algo de saliva de su boca y curveando mas su espalda
—¡JAJAJAJAJAJAJA!—rio esta fuertemente por lo que miraba, y procedió con los latigazos al pequeño, que lo único que podía hacer era implorar que parase aquella tortura mientras lloraba y gritaba de dolor
¿Cuanto tiempo a pasado? Un minuto?, media hora?, dos horas?, el no lo sabia, tampoco sabia cuantos latigazos habían marcado ya su pequeña espalda, había perdido la cuenta a los 5, ya no podía pensar en nada mas que en el dolor insoportable que tenia, pero todo tiene que parar, el pequeño se encontraba con la mirada perdida, viendo el charco de sangre y sudor que estaba bajo de el, mientras jadeaba toscamente intentando meter aire en sus pulmones, la mujer solo procedió a poner su látigo en la mesita y ir a la puerta, abriéndola y cuando estaba a punto de salir, dijo unas palabras que solo hicieron peor el sufrimiento que ahora tenia el pequeño.
—Nos vemos el mes que viene, mi juguete favorito.— y salio de aquella habitación dejando la puerta abierta.
Él pequeño sollozaba y gritaba por que sabia que lo que sufrió hoy, seria igual, por un largo tiempo, minutos después, entraron dos sirvientas, una de pelo negro, y Blear, aquellas lo miraron unos instantes con sus miradas neutras, para después, bajarlo de aquel gancho, haciendo que el pequeño cayera en el frio piso, poniendo sus manos para evitar el golpe en su cara, las sirvientas procedieron a cargarlo hasta la que seria su cama y sentarlo, Blear después de sentarse salio de la habitación, mientras que la de pelo negro agarraba la tina en la que había mojado el látigo aquella mujer y una esponja que había en una de las mesas, esta procedió a limpiarlo, con la esponja y él agua, el niño aun con la mirada perdida, solo alcanzaba a dar pequeños quejidos de dolor, después de lavarlo, la sirvienta lo seco con una toalla y después saco vendas de su traje y procedió a venderlo, unos minutos después de acabar esta semana paro y procedió a irse, pero a medio camino, el pequeño la detuvo con una pregunta, que muy de escuchaba
—¿Por que?..—dijo con la voz entrecortada y mirando al piso.
La sirvienta solo se quedo callada unos segundos mirando al piso y después se fue, sin responder a su pregunta, unos minutos después, llego Blear, con un pan en un plato y agua, esta la dejo al lado de su cama en él piso y mientras lo veía con tristeza, y luego procedió a irse, sin decir nada mas, el pequeño agarro el pan, con sus manos temblorosas, y lo comio despacio, y después se vevio el agua, se acostó en su cama tapándose con la cobija que había ahi, para después intentar conciliar el sueño, pero no podía, su mente no lo dejaba, cada vez que cerraba los ojos recordaba aquella sonrisa cínica que tenia aquella mujer, y sentía que le ardía cada vez mas la espalda, donde le habían dado los latigazos, no puedo evitar llorar sin consolación alguna, esa definitivamente... Fue una noche muy larga para él pequeño,
Mucho tiempo después
¿Cuanto había pasado?, 13 meses? , 17 tal vez? No lo sabia, el pequeño que en un principio principio marcaba las paredes con lineas para saber los dias que estuvo ahí, se aburrio de ellos y solo dejo de hacerlo, este estaba sentado sobre su cama en él piso, pensando en la situacion en la que estaba, ya hace meses había perdido la esperanza de salir de ahi, pues gritara cuanto gritara, nadie jamas fue por el, las sirvientas, Blear de cabello azul y sofia de cabello negro era las que mas lo frecuentaban, Sofia que frecuentemente pasaba por ahi revisando sus heridas para que no se infectaran, dandole baños no muy frecuentes y cambiándole los mensajes, y Blear que le llevaba la comida y él agua seguido, le cambiaba la sabana que tenia para lavarla, el pequeño al intentar hablarle a estas dos, solo reciba una mirada fria de sofia, y disculpas muy frecuentes de Blear, la cual cada vez que le hablaba, solo respondía, Perdón, Lo siento, y es todo, ya se había rendido a la idea de recibir platica alguna de ellas, pero eso no le importaba mucho, ya que cuando lo frecuentaban, le hacian sentir menos solo de lo que estaba.
Cada mes que pasaba, amanescia colgado, pues este era drogado por algo que hay en la comida que le da Blear, y luego de caer dormido lo colgaban al gancho en él techo, él pequeño al estar asi ya sabia lo que le esperaba, ps en unas horas, aparecería su ama, con una sonrisa de oreja a oreja, notando lo mucho que esperaba que llegara este día, en él cual podría jugar con su juguete favorito, el pequeño ya no pedía misericordia, ni le intentaba convencer, el sabia que no había nada que cambiara el echo de que ella jugaría con él con su látigo una y otra vez, esta después de terminar unos minutos después llegaban las sirvientas como siempre, sofia lo lavaba y lo vendría y Blear le traia de comer, pero él pequeño no sólo tenia dolor, tenia impotencia, al no poder hacer nada para mejorar su situacion y tenia demasiado tiempo libre que pasaba solo, asi que en serio decidio a hacerse mas fuerte, cuando las sirvientas no estaban y tampoco su ama, este se ponia a hacer abdominales, sentadillas y otros ejercicios, hasta caer de cansancio, solo de esa forma podia caer dormido y no pensar mucho sobre lo mala que era su situacion.
2014 palabras
Y bueno, solo dire que ya en el próximo capitulo sera la aparición de lapis, espero que les haya gustado leerlo tanto como a mi me gusto escribirlo :3