Adrien [ Ω ]
Observé con asombro el gran edificio que se encontraba delante de mis ojos, Luka había mencionado un barrio para personas adineradas pero no pensé que ese departamento fuera tan caro, se notaba debido a su infraestructura.
Y esto que ni siquiera había entrado, toqué el timbre del gran panel exterior marcando el número 705, que en unos instantes se escuchó la voz ronca del alpha.
—Hey, Adrien.—rió el mayor.—No pensé que llegarías a tiempo, espera, ahora te abro.
Bien, eso sonó mal.
Cualquiera puede decir ahora te abro la puerta pero no, Luka siempre con sus palabras que hacían que malinterpretara todo lo que salía de su boca porque conocía su forma ser después de esos años de peleas.
Un ruido se oyó dándome a entender que el azabache había abierto la puerta eléctrica, entré para luego cerrarla y dirigirme al ascensor, gracias a Dios porque no pensaba caminar hasta el séptimo piso
Suerte que al entrar no había nadie allí así que no demoraría tanto al llegar, aunque una parte de mí se sentía inquieta al saber que tenía mi celo y que pronto los inhibidores perderían su efecto.
Era un omega recesivo así que podía que los medicamentos fallaran, ni yo lo sabía porque era mi primer celo así que estaba un poco jodido, incluso Luka sugirió que empezáramos con el proyecto la próxima semana—días en donde mi período de calor se había terminado—pero no.
Para mi desgracia había heredado la terquedad de mi madre, así que me negué porque pensé que mientras más rápido hiciera esa estúpida actividad estudiantil ya no volvería ver a ese alpha desconsiderado.
Finalmente entre mi mar de pensamientos llegué al séptimo piso, recorrí los grandes pasillos admirando los bonitos cuadros que habían a mi alrededor hasta que llegué a la puerta de mi compañero de clases.
—Ahí te voy, San Pedro.—mascullé tocando el timbre, al instante el mayor abrió la puerta.—Hey, Luka.—saludé sin ganas.
Él estaba sólo con pantalones, secando su cabello con una pequeña toalla dejando al descubierto su marcado torso que tenía pequeñas gotas de agua que caían lentamente por su pálida piel.
Vamos, Adrien, ignora el pecado que está enfrente de tus ojos.
—Pensé que llegarías más tarde así que decidí darme un baño.—se encogió de hombros, bien podía entender eso porque a veces era algo impuntual.—Es un milagro que este bonito omega llegue temprano, ¿debería compensarte?
¡Bonito mi trasero!
—Por supuesto.—mascullé pasando a su apartamento sin mirarlo.—Podrías comenzando cerrando esa molesta boca.
Admiré el gran lugar amplio acomodado con sillones sencillos pero elegantes, varias pinturas y posters de rock que atraían mi atención, estuve tan concentrado observando el lugar que no noté el silencio incómodo en el ambiente.
—Bueno.—mascullé ganando la atención del azabache.—¿Cuándo comenzamos?
El músico rió mirándome con ¿ternura?—debo estar loco—se acercó a mí dejándome una vista más cercana de su increíbles abdominales que casi me hacen babear, mi actitud debe ser por el celo, supongo.
Mi aroma se espació un poco mezclándose con el adictivo aroma a petricor de Luka, este acarició mis mechones dorados lentamente para luego dirigirse a otra habitación.
—Iré a cambiarme.—informó desde la puerta.—Espérame un rato, Adrien, no hagas un desastre mientras no estoy.
Rodé los ojos cuando salió de la habitación, fui a sentarme a un cómodo sillón marrón colocando mi mochila entre mis piernas, busqué mis pastillas tranquilamente pero cuando no las encontré mi calma se esfumó.
Volví a buscarlas pero esta vez de forma frenética, empezaba a ponerme nervioso, revisé todos los bolsillos y aún así no estaban hasta que recordé que las dejé en la mesa antes que volviera a empacar todo lo necesario.
Jodida suerte que tengo.
—Mierda.—maldije entre dientes.—Soy el peor omega de la historia.
La mayoría era muy responsable a la hora de su ciclo de calor y yo al parecer era un jodido desastre. Al ser mi primera vez con mi celo no conocía si los medicamentos podrían suprimirlo.
Y para mi desgracia tenía a un alfa en el apartamento, tarde o temprano mis feromonas saldrían, en el peor de los casos podría ser en la calle.
—Volví.—escuché su ronca voz.—¿De qué podríamos exponer en la clase de Miss Bustier?.—entre sus manos tenía una laptop.—¿Boom Latinoamericano, renacimiento, realismo o vanguardismo?
Se sentó a mi lado, nuestras piernas chocaron causando que mi corazón latiera como un loco, mi cuerpo comenzó a calentarse dejándome escapar un jadeo, al parecer Couffaine no se había dado cuenta, cosa que agradecía.
Pero mis ojos estaban fijos en sus labios que se movían hipnóticamente dándome más ganas de tenerlos entre los míos, cansado de esperar y cegado por la lujuria tomé sus mejillas con fuerza, uniéndonos en un beso que me hizo gemir.
Al principio él estaba sorprendido pero poco a poco comenzó a corresponderme, colocó una mano en mi nuca profundizando nuestro beso con la otra sus dedos se colaron en mi camiseta, sentí su cálido tacto cerca de mis pezones.
Gemí gustoso permitiendo que su lengua entrara en mi cavidad bucal, con timidez empecé a adaptarme a sus apasionados movimientos hasta que empezamos a perder el aire.
Disgustado me separé de sus labios viendo como un pequeño hilo de saliva unía nuestras bocas, eso causó que me excitara y más cuando vi el jadeante rostro del alpha con las mejillas coloradas.
Sentí como algo viscoso se deslizó por mi entrada causando que me estremeciera y al parecer eso me hizo reaccionar ya que sin decir nada me marché de la sala y me encerré en la habitación de Luka sin pedir permiso.
Su cuarto tenía su deliciosa fragancia que me hizo delirar deseando tenerlo a mi lado para llenarme por completo, negué repetidas veces con la cabeza.
—Claro, Adrien, sólo un virgen como tú se calienta por un beso.—me regañé a mi mismo.—La he jodido.
Estaba demasiado caliente para pensar demasiado así que sólo seguí mis instintos, me desnudé observando que mi miembro estaba erecto y palpitante al mismo tiempo mi entrada, gemí cuando ingresé un dedo a mi entrada y mi otra mano acariciaba mi falo que provocó que la habitación se llenara de gemidos.
Luka abrió la habitación dejándome expuesto, mis mejillas ardían de la vergüenza pero muy pronto la situación se me hizo caliente, aumenté los movimientos en mi parte trasera, luego ingresé otro dedo.
—Luka.—gemí moviendo mis dedos como tijeras dentro de mí.—Te quiero dentro mío.
Él tragó duro oliendo mi dulce aroma impregnado en toda su habitación, meneé mi trasero contra las sábanas en busca de contacto aunque él parecía cuestionarse si hacerlo o no, yo tampoco me daba cuenta de lo que hacía.
Sólo quiero sentirlo dentro mío, que robe toda mi inocencia.
Luka [α]
—Por favor.—sollozó derramando lágrimas de excitación.—Hazme tuyo.
Y cuantas ganas tenía de hacerlo pero si lo hacía al día siguiente amanecería descuartizado y mi cadáver tirado en un río, aunque pensando así mi miembro no dejó de palpitar por la lujuriosa vista que tenía de Adrien.
Se veía tan lindo e indefenso que me daba muchas ganas de follarlo, oír sus gemidos mientras lo penetraba robándole toda esa inocencia que lo hacía más apetecible.
Era como un ángel intocable que quería hacer caer ante el pecado, tenía la oportunidad pero aún así no quería aprovecharme de su vulnerabilidad aunque ese olor tan dulce no ayudaba mucho, nublaba mis sentidos.
Quería marcarlo o anudarlo, lástima que al día siguiente todo terminaría en un conflicto, con recelo me acerqué a él quitando mi camisa y dejando a su disposición mi torso desnudo, me senté en la cama aún con los pantalones puestos.
Acerqué mis labios a su pecho acariciando y besando su suave piel para luego lamer cerca de sus pezones provocando una expresión de placer por parte de Adrien, generando un mayor problema en mis pantalones.
Una de sus manos traviesas deslizó el cierre hacia abajo permitiéndole ver un poco mi bóxer negro para luego bajarlos por completo dejando que mi miembro rebotara contra mi abdomen, gemí aliviado.
Sus pequeños dedos se deslizaron por el glande estremeciéndome por completo mientras yo chupaba y marcaba su bonita piel evitando su nuca. Las feromonas por parte de ambos aumentó debido al placer.
—Alpha, hazme tuyo.—rogó deseoso entre lágrimas.—Dame tu nudo, toda tu esencia.
Esas palabras me generaban más deseo hacia ese precioso omega gruñón, cansado de seguir así dirigí mis manos hacia su bonito y pálido trasero amasándolo contra mis manos, ingresé un dedo sintiendo lo estrecho que era.
Si no lo preparaba lo iba a partir.
Con rapidez abrí un cajón tomando el lubricante y un par de condones, era un imbécil pero era cuidadoso porque no quería andar con bendiciones.
Es decir, a penas me soportaba a mí mismo y voy a cuidar un pequeño cachorro que resultó por accidente.
—Relájate, mi niño.—lo intenté calmar vertiendo el viscoso líquido para luego ingresar dos dedos más a su entrada.—Sólo cierra los ojos y respira.
Su lubricante natural al parecer no sería suficiente, odiaba verlo sufrir y que lo molestaran, me consideraba que sólo yo podría hacerlo. Así que no quería tomar su virginidad bruscamente.
No soy un jodido cursi pero quería que al menos que su primera vez fuera especial aunque no se acordara.
—Te quiero dentro, ya.—rogó, tomé sus caderas colocándome el condón.—Fóllame duro, Luka.
Y sin permitirse decir más él alineó mi miembro con su entrada, se autoprenetó así mismo dejando admirar sus preciosos orbes verdes cristalizados por la lujuria, empezó a acostumbrarse y cuando meneó las caderas entendí que podía seguir.
—Es tan grande.—jadeó brincando sobre mí.—Lo quiero hasta el fondo.
Y tal como pidió se lo dí, sujeté su trasero y con fuerza moví mi cadera llenándolo de mí, no pudo evitar gemir arañando mi espalda con fuerza acostumbrándose a mi tamaño, su espalda se estremeció, sentí sus pequeños espasmos de placer.
Dirigí mi mano a su bonito miembro que estaba más erecto que nunca, lo mastubé con algo de sutileza admirando las excitantes expresiones que él podía hacer.
Quería declararlo mío pero no era capaz, al menos debía aprovechar este instante.
Aumenté el vaivén de mi cadera adentrándome más en su estrecho interior.
—Ahh..mierda.—balbuceó ciego por la lujuria dejando escapar adorables gemidos que me hicieron perder la cabeza.—Más, lo haces tan bien.
Jadeó, acercó su rostro para besarme y yo acepté gustoso permitiendo a mi lengua adentrarse en su dulce cavidad bucal, mis embestidas se hicieron más rápidas, incluso alcé un poco más su pierna para acceder más a su punto.
Entre besos, gemidos y el excitante sonido de nuestra piel chocar con fuerza sentí como mi miembro vibraba y su interior se volvió más estrecho.
—Me encanta cuando me aprietas así.—gemí contra su hombro.—Vamos, pequeño, córrete para mí.
Seguí penetrando y acariciando su miembro hasta que al fin él se corrió en mi mano, por un momento quise quitarme el preservativo, anudarlo y llenarlo tanto como quería pero eso sería cruzar los límites.
Me corrí en el condón sintiendo aún como su interior seguía apretándome, no quería salir de él pero lo hice, él soltó un jadeo cuando sintió un gran vacío dentro de sí. Se acercó a mí para luego unirnos en un beso que me hizo querer más.
Aunque suprimí mis instintos ya que sería demasiado para Adrien.
Su cuerpo sobre el mío era encantador y una sensación que nunca olvidaré. Dejé que dormitara en mi pecho un largo rato hasta que yo también caí en brazos de Morfeo.
Vaya, bonito proyecto que tuvimos.
No sé hacer ni lemons, bueno quise actualizar rápido así que no está muy detallado, lamento dejarlas esperando pero mi Internet no funcionó bien estas semanas y más que la próxima semana comienzo los Bimestrales.
¿Ya vieron Frozen II? Yo lo veo mañana porque al fin tengo el tiempo de gozar la película, si hay algunos errores me los dicen, por favor. Soy bien despistada y más que el capítulo lo hice apresurada xd.
Muchas gracias por su apoyo, las amo ya casi llego a las 2k leídas y 200 votos uwur. ¿Les gusto el capítulo?
Bueno si me disculpan yo me voy a mimir que tengo mucho sueño, hubo Internet este ratito y yo aproveché.
Así me los imagino a mis bebés :'3