TAEHYUNG'S POV:
Llevé una sonrisa triste a mi cara y suspiré para mí mismo.
No sabía cómo decirlo, no me gustaba aceptarlo. Prefería creerme ciego antes de pensar mal de él, antes de verlo de una manera diferente. Pero parecía ser algo que no podía arreglar o cambiar, ya estaba hecho y era lo más triste porque por un momento creí que gracias a mí podría todo volver a la normalidad.
Y es que, Jungkook no era el mismo de antes. E intentaba creer que él no había cambiado, que seguía siendo el mismo chico, pero más maduro, más extrovertido, con más personalidad. Pero no era verdad, y odiaba saber que no era así. No estaba su esencia, aquella que me había enamorado para empezar.
Y odiaba más pensar que era mi culpa.
—Mira qué tenemos aquí— habló Hoseok al verme sentado con una expresión depresiva en mi sillón—. Pareces el emoji llorón de mi iPhone.
—Tú pareces el chino— le respondí. Él se toqueteó la cara de inmediato y me vió horrorizado.
—No parezco chino— lloriqueó haciendo un puchero. Volqué los ojos con una sonrisa instalada en el rostro—. Soy la sexy bailarina de vestido rojo.
—Estás loco— suspiré recostándome en el sillón.
—Más lo estás tú— me reprochó—. Irás a un desfile de modas.
—¿Qué hay de malo en ir a un desfile de modas?— le pregunté frunciendo el ceño divertido y extrañado ante sus palabras. Él se llevó una mano al pecho y me miró triste, como si yo mismo le diera lástima al chico más mal suertudo del sector.
—Olvídalo— dijo al cabo de unos segundos.
—¿Y qué hay de Jihoon?— le pregunté poniendo ambas manos detrás de mi cabeza—. ¿Te perdonó ya?
—Después de una larga travesía que he recorrido por él, después de toda la odisea que soporté por conseguir su amor...— dramatizó. Esperé por su respuesta—. Me mandó a la mierda porque me confundí y en vez de tirarle una piedra a su casa le tiré un huevo.
—¿Y?— cuestioné esperando que continuara.
—Y él estaba en la ventana... y el huevo pasó justo por el orificio que había hecho la piedra... y...
—¿Lo ensuciaste con un huevo, verdad?
—Me va a odiar de por vida, no sé qué más hacer.
Claramente el chico no entendía el significado de "ve a su puerta y sé normal".
—¿Y qué me cuentas tú con Jungkook?— me dijo cambiando de tema—. ¿Le diste duro contra la pared?— mencionó burlón mientras tomaba un trago de mi bebida.
—Sí— respondí sencillo.
Él escupió toda la bebida sobre mí.
—¡Qué asco, Hoseok! ¿Para qué mierda te cuento mis cosas?— me quejé.
—¿Tuvieron sexo?— preguntó sorprendido.
—No voy a responder. Además ya ni sabes la palabra— dije en tono de burla refiriéndome a Jihoon y su castigo de mantenerse alejado de Hoseok y sin sexo en absoluto.
—Eres cruel.
—Soy Taehyung.
—Y yo Hoseok.
—No, eres imbécil— le corregí.
—Y yo soy Jimin— habló una voz entrando en la sala de estar. Hoseok lo vió inocentemente mientras él lo mataba con la mirada—. Me dejaste afuera cuando entraste, maldito bastardo.
Él sonrió travieso.
—Ups.
—¿Qué haces aquí?— me pregunté incorporándome en el sillón. Él suspiró pasando una mano por su frente—. Creí que estabas en África salvando gatitos de los osos polares y rinocerontes.
—¿Qué? ¿De dónde mierda sacaste eso?— preguntó el mirándome extrañado.
—Oh, cierto, olvídalo. Fue algo que soñé— me reí rascando mi nuca. Él volcó los ojos dirigiéndose a mí—. ¿Y? ¿Qué pasa? ¿Decidiste ir a África a salvar a los gatitos de los osos polares y rinocerontes?
—Primero: no hay osos polares en África— dijo él. Lo miré confundido—. Polares. Polar. Frío, Taehyung, frío, yo sé que muy dentro de tu cráneo está creciendo alguna clase de cerebro.
—Oh vale, polar— lo señalé asintiendo con la cabeza reiteradas veces. Quién lo diría... ¡se aprendían cosas nuevas cada día! Él suspiró negando con la cabeza y se acercó a mí.
—Necesito hablar contigo— me explicó.
—Eso hacemos ahora— fruncí el ceño.
—Sí, pero... en privado— se relamió los labios él mirando de reojo a Hoseok, quien por cierto estaba con la lata de bebida entre sus manos inspeccionándola una y otra vez.
Los ojos de Hoseok se encontraron con los míos.
—¿Sabías que estas cosas no tienen bebida infinita?— me preguntó atontado. Volteé a ver a Jimin con los ojos abiertos.
—Te juro que no lo drogué— dijo inmediatamente él.
—Está bien— asentí levantándome del sillón. Señalé la puerta—. ¡Hoseok! ¡A tu habitación!
—¡Pero está como a dos kilómetros de aquí!
—¡Entonces a la mía!— exclamé señalando las escaleras.
—De acuerdo— dijo de mala gana saliendo de la sala de estar y dirigiéndose escaleras arriba—. De todas formas ni quería bebida.
Volteé a ver a Jimin al notar que Hoseok se había ido. Suspiré cruzándome de brazos.
—¿Y bien? ¿Qué sucede?— le pregunté.
Él tomó una bocanada de aire, pareciendo vulnerable de repente.
—Me voy a Nueva York— soltó, dejándome lo suficientemente estático como para tardarme en reaccionar.
—¿A Nueva York?— pregunté atónito—. ¿Cómo...? ¿Cuando?
—Mis padres se mudan a Nueva York. Tengo la oportunidad de quedarme, Taehyung, pero ya no soporto hacerle más daño a Jihoon con todo esto. Estoy haciendo algo mal. Hoseok no quiere estar conmigo y no vale la pena seguir intentando.
—Pero no me puedes dejar— susurré alzando ambas cejas.
—Lo sé— dejó escapar todo el aire retenido—. Y me odiarás por abandonarte ahora. Pero simplemente no puedo, Taehyung, tengo bastantes razones para irme, y una sola aquí no hará que me quede.
—¿Cuándo te irás?— pregunté intentando no ponerme sentimental o algo por el estilo.
—Mañana, lo más pronto posible— suspiró—. Lamento mucho todo.
—Está bien, entiendo que lo mejor para ti es alejarte de todo y mudarte...
—No sólo me refiero a esto— me interrumpió Jimin—. Me refiero a... todo. En general todo. Sé que no soy perfecto y he cometido muchos errores, así que en verdad lo siento por eso.
No pude hacer nada más que asentir y abrazarlo por sobre los hombros. Él se aferró a mí sin miedo.
—Te voy a extrañar.
—Y yo a ti— contesté. Se separó de mí con una sonrisa en sus labios.
—Dile adiós a Hoseok por mí— dijo él antes de dar media vuelta y salir de la lasa de estar.
Pasé una mano por mi cabello y me dejé caer en el sillón nuevamente, escuchando luego de eso, cómo se cerraba fuertemente la puerta.
—¿Qué te dijo?— me preguntó Hoseok al segundo de bajas de nuevo a la sala de estar por las escaleras. Volteé a verlo con una pequeña sonrisa.
—Dijo adiós— me limité a decir por ahora, pensando en cómo terminaría todo al momento en que Jihoon se enterara de lo ocurrido.
Después de todo, sin importar los altos y bajos, Jimin se había ganado un espacio en mi corazón y sería raro ni tenerlo cerca.
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Jimin se va a Nueva York...