Dark en su depresión, había decidido estar sólo en dónde había transcurrido la mayor parte de su vida, el bosque.
Estaba bastante pensativo además de que tenía hambre pues llevaba días sin probar bocado alguno, caminaba sin rumbo cuando en eso alguien que lo seguía se acercó a él, Dark sintió sus pasos y se volteó gruñendo, Sombra apareció detrás de él.
–Te dije que los humanos son gente de no confiar... Te mantendrás terco sólo porque ese chico fue el único que pudo tocar tu frío corazón –dijo su padre en modo burlón.
–No, no me quedare con él, pero tampoco regresaré a la jauría.
–Piensas ser tratado como un esclavo toda tu vida –dijo sombra mientras se acercaba a Dark y mostraba el anillo que Horu le había dado.
–Vaya tontería... Y decía que como mi hijo ibas a tener suficiente dignidad...
–Ya basta... –dijo Dark mientras tomaba el anillo y se lo quitaba, sin embargo no se había quitado el collar.
–Hay que volver a casa, se que estas cansado... Volvamos... –dijo Sombra, Dark obedeció subió a la espalda de sombra que se transformó en su modo canino de forma gigante.
–Dark, no quiero ver que causes tantos problemas en la jauría esta bien –le dijo su padre cuando ya estaban en la aldea, Dark bajo de la espalda de Sombra y se dirigieron a su castillo, sin embargo Sombra tenía que decirle aún varias cosas después de que este huyó de la jauría.
–Dark... Debo decirte que a partir de ahora tendrás que hacerte cargo de ti mismo, no puedo seguir consintiendote todo el tiempo, voy a decirte que ahora vas a tener que conseguir tu propia comida y dormir fuera del castillo.
–Igual que antes... –dijo para si mismo sin embargo su padre lo escuchó.
–Escucha Dark, sabes muy bien que no quiero que nadie sepa que no soy duro contigo, debes de hacer todo eso si quieres seguir en la negación...
–Bien como digas padre –dijo Dark mientras se iba pero en medio de eso los demás comenzaban a burlarse y a decir cosas a su paso.
Dark no aguantaba a los demás, normalmente los ignoraba pero ahora le era muy difícil.
Mientras con Horu, las cosas eran distintas... Este vivía aferrado a lo sucedido hacía como que no le importaba pero en el interior estaba llorando, le hería cada cosa que hiciera no podía o no creía poder vivir sin Dark.
Aima veía esto y regañaba al mayor a gritos, aunque este sólo quería conseguir el conjuro para volver a casa, todos veían a Horu llorar y deprimirse por todo, aunque obviamente conociendo su carácter bastante estúpido, decidió hacer lo que pensaba correcto, Horu se fue al castillo a tratar de olvidar su depresión, sin embargo era una muy mala idea...
Se había metido a su cuarto y se tapó con las sabanas, si era posible se volvería Hikikomori, púes no quería ni ver a nadie, en ese momento Zack entró, enterado de todo lo que su hermano hizo, no le quedó remedio más que "enseñarle" a respetar a Dark, comenzó a golpearlo, y a jalarle del cabello mientras le regañaba, Zack no era bueno hablando sólo quería pegarle a Horu hasta que este ya no pudiera caminar.
–No te quiero ver ni escuchar que has estado con Ren o haciendo tonterías con cualquier otro –dijo Zack mientras le soltaba de manera brusca contra la cama.
–Ya dejame sólo... Si hago esas cosas es asunto mío no tuyo... –le grito, Zack le agarró a golpes por contestarle, hasta dejar a Horu muy lastimado, con varios moretones en la cara.
–Así aprenderás –le regaño Zack mientras se iba, Horu levantó su cara y miró a Zack mientras se iba, enojado cerró la puerta con llave y puso una silla cerrando la puerta.
–Si debo morir de hambre lo haré... –dijo mientras se iba hacía el balcón, todo le irritaba y quería olvidar a Dark.
Mientras Dark buscaba un modo de sobrevivir, tratando de cazar alguna presa, logró cazar un conejo y trató de comerlo sin embargo había olvidado el sabor de la carne cruda la cual comenzó a detestar... Quiso buscar algo de comida, pero Dark lo había olvidado sólo comía comida preparada por Horu, curiosamente Horu hacía que la comida supiera bien para Dark, además de que se la pasaba comiendo galletas para perro.
Comenzó a extrañarlo, tanto sin embargo trataba de mantenerse al marguen y decidió buscar algún alimento que fuera fácil de cocinar.
Término por buscar algunos peces, trató de buscar un modo de prender fuego con rocas tardando alrededor de 3 horas, cuando por fin logró comer algo pero el frío del lugar no lo tenía contento había olvidado incluso el clima del lugar, Dark estaba muy triste mientras comía lo poco que le quedaba de su comida.
Sin embargo no tuvo que comer demasiado y se quedó ahí pensando un largo rato, no tenía hambre para nada, cuando en eso se volteó y se llevó la sorpresa de un niño o mejor dicho un cachorro de las tinieblas.
–Vaya vaya... Ladrón, si tienes hambre buscate tu propia comida... –le regaño Dark, el más que pequeño sostenía el pez evitando que Dark se lo quitará.
–Puedes comértelo... –dijo Dark mientras dejaba que el niño comiera el pez.
–Gracias... –dijo el niño mientras devoraba el pez, Dark sólo pudo voltear a verlo, y curiosamente volvió a recordar a Horu...
"Porque no puedo olvidarlo" pensó, mientras trataba de evitar soltar lágrimas.
–Oye ¿porque cocinas la comida antes de comerla? –preguntó el niño, la verdad era que los perros de las tinieblas solían comer carne cruda al igual que carne humana.
–No me gusta la carne cruda...
–¿Estas domesticado? –dijo viendo el collar de Dark, este se sobresalto.
–Emmm... Si, pero no es nada, decidí regresar a mi libertad –(la domesticación en los perros de las tinieblas significa para ellos que han conseguido una pareja humana)
–¿Y eso porque?... No te agradaba tu pareja...
–No, bueno... No me gusta hablar de eso... –dijo con desilusión.
–¿Oye me ayudas a regresar a la jauría?
–Esta bien... –dijo Dark mientras guiaba al niño de vuelta, Dark suspiraba porque nada saliera mal... Según recordaba los demás perros de las tinieblas le odiaban desde siempre.
–Bien ya llegamos... –dijo Dark mientras dejaba al pequeño cachorrito a las afueras de la aldea, sin embargo tan pronto como los demás lo vieron comenzaron a lanzarle piedras y a gritarle.
–Fenómeno... Alejate... –gritaban a Dark, este sólo intento ignorarlos y huir pero uno de ellos lo tomo del brazo con fuerzas.
–Vaya... Un perrito albino, sabes que odiamos a los híbridos... –dijo mientras arrojaba a Dark cerca de los demás, estos comenzaron a lanzarle más piedras mientras otros lo golpeaban, Dark era tratado así por los de la aldea desde que tenía memoria, lo odiaban por su cabello albino y su origen proveniente de un humano.
–Miren nada más... –rió uno de ellos al ver a lo que Dark escondía en su cuello –Jajaja, el hijo del gran sombra domesticado por un humano...
–Suelta... –dijo Dark cuando vio que todos veían su collar con extrañes y comenzaban a burlarse.
–¿Así que te agradan los humanos he? –dijo uno de ellos golpeándolo en la cara, otro le dio una patada en el estómago, Dark grito por el dolor que sintió y cayó al suelo.
"¿Porque?..." pensó, siguieron golpeándolo y pateándolo, sin embargo en ese momento llego Sombra, y vio a Dark siendo golpeado... Este arrastrándose hasta los pies de su padre suplicó ayuda a lágrimas, sin embargo eso tuvo una terrible consecuencia, Sombra le dio una patada muy fuerte a Dark en su rostro haciendo que su boca y su nariz comenzarán a sangrar.
–Si no querías esto... No te hubieras enamorado... –dijo su padre haciendo que Dark comenzará a arrepentirse por volver a ese condenado lugar, las bestias siguieron con los golpes hasta dejar a Dark inconsciente... Sin embargo este tan pronto como despertó trató de huir de ahí arrastrándose por el suelo, tosiendo sangre debido a los fuertes golpes, se refugio en su árbol favorito... Un árbol seco y hueco, dentro de este Dark podría estar seguro, era de noche y eso le provocaba la más grande tristeza del mundo.
Se durmió aún con sus lágrimas cayendo por sus mejillas, decidido a irse a dónde pudiera sentirse más seguro tan pronto como sus heridas y golpes sanarán.