Wooyoung tomó una respiración profunda, sus ojos abriéndose lentamente cuando despertó, y se encontró con el rostro tranquilo y dormido de Seonghwa frente a él. Frotó sus párpados, somnoliento, para luego fijar su vista en el cuerpo del alfa, y no pudo evitar ruborizarse al ver todas las marcas y mordidas que dejó la noche anterior, cuando volvieron a hacer el amor, y después de eso, cuando se puso todo cariñoso y juguetón.
Todavía se sentía débil, un poco caliente, sumiso y pequeño, como un cachorro necesitado de atención, sin embargo, estaba consciente de sus acciones, a diferencia de los últimos cuatro días. Eso sólo significaba que el celo ya estaba acabando por completo.
Delineó una de las marcas que hizo en el cuello de Seonghwa, avergonzado por la forma en la que había actuado, marcándolo por todas partes como un animalito territorial que no quería que nadie más mirara lo que consideraba como suyo. Era la primera vez que actuaba así, porque con Hyuk, siempre su omega se había sometido ante el miedo que sentía, y tenía claro que comportarse de esa forma implicaría ser golpeado o abusado.
Era el primer celo que pasaba en su vida con alguien a quien quería. No, más que eso, era el primer celo que realmente disfrutaba como tal.
Se removió entre los brazos de Seonghwa, notando entonces que lo estaba abrazando como un koala, y luego notó algo que lo hizo ponerse colorado.
Seonghwa seguía en su interior, semi-erecto.
Claro, luego de la tercera vez que lo hicieron la noche anterior, Seonghwa estaba demasiado cansado como para irse a bañar, y murmuró antes de quedarse dormido algo sobre echarse a dormir como estaban.
Wooyoung se sentía pegajoso, un poco sucio, pero por sobre todo, era capaz de sentir todavía el semen de Seonghwa dentro de su ano, y eso lo hizo cavilar un momento sobre las claras probabilidades de un embarazo.
—¿En qué piensas? —le murmuró Seonghwa entonces, llamando su atención.
Lo miró con sorpresa para luego sonreír tímidamente.
—En lo mucho que te quiero —contestó dándole un pequeño beso en los labios.
Seonghwa sonrió de medio lado, sin abrir sus ojos, atrayéndolo más contra su cuerpo. Wooyoung jadeó al sentir su interior siendo invadido más profundamente, sintiéndose ahora húmedo debido al lubricante que comenzó a soltar.
—Yo igual te quiero, Wooyounggie —le respondió Seonghwa con voz profunda.
Wooyoung, un poco vacilante, se movió en la cama, tomando fuerza para sentarse sobre la cadera de Seonghwa, montándolo con un jadeo. Seonghwa dejó salir un gemido gutural, abriendo sus ojos ahora, chocando con la mirada ruborizada del omega para luego enarcar una ceja.
—¿Sigues caliente, cachorro? —se burló Seonghwa cariñosamente.
Wooyoung dejó salir una risa baja, comenzando a mover sus caderas con suavidad, gimiendo al sentir como el pene dentro de su ano se ponía duro gracias a sus movimientos. Su propio miembro también comenzó a reaccionar ante la estimulación que estaba sintiendo, al rozar contra el estómago de Seonghwa.
El alfa lo agarró de la cintura, simulando pequeñas embestidas, y Wooyoung se mordió el labio inferior para no gritar de placer.
—Me pones... ah... caliente... —jadeó entre gemidos.
Seonghwa soltó un gruñido, empujándolo para que ambos pechos se chocaran y así poder besarlo de forma profunda, llevando una de sus manos a la polla de Wooyoung para masturbarlo sin dejar de embestirlo.
Así no duraron mucho: Wooyoung se corrió en ambos pechos mientras gemía al sentir el miembro de Seonghwa hinchándose en su ano. Por otro lado, los dientes de Seonghwa se deslizaron a su cuello, mordiendo sobre su marca, sosteniéndolo de la cintura para que no se alejara.
Minutos después Wooyoung se volvía acurrucar a su lado, pensativo, y Seonghwa comenzó a repartir besos por su rostro.
—¿Qué ocurre? Te noto preocupado —le murmuró Seonghwa sin alejarse.
Wooyoung soltó un suspiro.
—Anudaste muchas veces en mi interior —comentó sin reproche alguno en su voz—, así que es muy probable que quede embarazado.
El sólo pensamiento de que eso ocurriera hizo que el corazón de Seonghwa latiera por la emoción. Sin embargo, al ver el ceño fruncido de Wooyoung, decidió no mostrar su alegría.
—¿Eso está mal? —preguntó Seonghwa llamando su atención.
Wooyoung ladeó la cabeza.
—No quiero un bebé ahora —contestó suavemente—, quiero estudiar primero.
Se sintió como un golpe en el estómago.
Seonghwa desvió la vista, asintiendo con el rostro en blanco en tanto pensaba en Jongho, el bebito de Wooyoung. Seonghwa sabía que tener a Jongho reducía las probabilidades de que Wooyoung quisiera más bebés tan pronto, porque así el omega se centraba en las necesidades de su bebé. Después de todo, era una de las primeras cosas que le enseñaban a los alfas.
Seonghwa lo entendía, por supuesto. Además, Wooyoung era joven, tenía ya dieciocho años, debía querer hacer varias cosas antes de volver a tener otro bebé que ocuparía gran parte de su tiempo, pero aun así, Seonghwa no pudo evitar sentirse celoso.
Celoso de que Wooyoung quisiera a Jongho y no un bebé con él, su nuevo alfa.
Wooyoung soltó un gemido lastimero de su garganta que hizo que todos sus sentidos se activaran.
—Pero... pero si tú quieres un bebé, Alfa —susurró Wooyoung con temor—, entonces podemos tenerlo.
Mierda.
Ahora que estaba marcado, ahora que había una conexión más profunda entre ellos, Wooyoung tuvo que haber sentido su intranquilidad y malos sentimientos. Y lo había asustado por completo.
Tomó aire, acariciando la nuca de Wooyoung para tranquilizarlo, y le besó la frente.
—Está bien —dijo dándole un pequeño beso—, te prometo que está bien, Woo.
El omega asintió poco convencido.
Decidió que era momento de distraerlo. No quería atormentarlo con sus malos pensamientos y malas vibras.
—¿Quieres que vaya a buscar a Jongho? —le preguntó—. ¿Te sientes bien como para cuidarlo?
Los ojos de Wooyoung brillaron, y asintió tímidamente.
Seonghwa le dio un último beso antes de ponerse de pie para ir a darse una ducha.
Media hora más tarde, volvía al cuarto encontrándose con Wooyoung vestido con la bata, todavía acostado pero ya limpio. Jongho, en los brazos de Seonghwa, iba medio dormido, sin embargo, pareció reaccionar al estar tan cerca de su madre.
—¡Mami! —gritó emocionado, abrazando a Wooyoung apenas pudo—. Mami, mami, te estanie...
Wooyoung comenzó a reírse al notar la mejilla de Jongho frotándose contra su cuello en forma posesiva, y le llenó el rostro de besos, causando que se riera.
Sin embargo, unos segundos después, Jongho dejó de reírse y lo miró con el ceño levemente fruncido.
—¿Qué ocurre, príncipe? —preguntó Wooyoung preocupado.
Jongho olisqueó su cuello.
—¡Mami no lele a mami! —protestó—. Mami lele a papi. ¡Mami no lele a Jongie! —y comenzó a frotar su cabecita con más fuerza contra el cuello de Wooyoung, gruñendo de manera enfurruñada.
—¿Qué le pasó al demonio? —preguntó Seonghwa acostándose al lado de ellos.
Wooyoung le miró con una risa suave.
—No le gusta que huela a ti, así que ahora está tratando que huela de forma maternal —le explicó frotando su mejilla contra el cabello desordenado del bebé, que seguía trabajando duramente en su tarea—. Eres un bebé todo celoso, ¿no, Jongho?
—¡Mami mía! —refunfuñó mirando a Seonghwa con enojo.
Seonghwa le sacó la lengua, acostándose al lado de Wooyoung para poner una expresión mimada.
—Yo igual quiero mimos —dijo como si nada.
El omega volvió a reírse, recostándose contra Seonghwa, y se acurrucó a su lado, sin alejar a Jongho que ahora estaba un poco más calmado, cómodo de estar en los brazos de su mami.
—Gracias, Seonghwa —le susurró con una sonrisa dulce.
El alfa parpadeó, sin alejar sus ojos de la tierna mirada que el menor le dedicaba, llena de amor y cariño que algo se estremeció en su interior.
—¿Por qué? —preguntó mordiendo su labio inferior.
La sonrisa no desaparecía del rostro de Wooyoung, y nunca quería que desapareciera de allí, eso lo tenía claro.
—Por quererme —le dijo feliz—. Gracias por quererme a pesar de que esté usado y sea un desastre.
Seonghwa asintió, queriendo decirle que no lo era, que jamás sería un desastre, pero sólo le dio un dulce beso, esperando que supiera con ese simple gesto cuánto lo estaba queriendo en ese instante.
Seonghwa le había pedido, un día después, a su secretaria que recalendarizara todas las citas que había dejado pendiente, y se dio cuenta de que tendría un montón de trabajo extra por las próximas semanas.
Suspiró con cansancio, forzándose a pensar en que, quizás, al llegar tarde, Wooyoung lo esperaría con mimos, y eso fue lo único que le hizo seguir adelante con todas las operaciones que tendría que llevar a cabo durante los siguientes días.
Comenzó revisando la ficha del primer paciente cuando la puerta de su oficina se abrió, y levantó la vista, encontrándose con la disgustada mirada de su mamá.
Iba a tener que conversar seriamente con su secretaria sobre permitirle el paso a cualquier persona.
—¿Qué ocurre? —preguntó fríamente.
Su mamá apretó los labios, queriendo decirle que se comportara, pero mantuvo la compostura.
—Espero que se te haya pasado el capricho por ese omega —dijo con voz despectiva.
—No lo creo —contestó sin interés alguno—, ahora es mi omega —sonrió, divertido—. Lo marqué hace unos días, mamá.
La expresión en el rostro de su madre cambió totalmente.
—Por otro lado —prosiguió como si nada, abriendo un cajón y sacando unos papeles—, hace unos días llegó la notificación del Juzgado, declarando que Jongho sí es hijo mío, y por lo tanto, tu nieto —su sonrisa ahora se volvió burlona—. Felicitaciones mamá, eres abuela.
La furia llenó el rostro de Hyeyon, una mueca rabiosa asentándose en sus finas y preciosas facciones. Aún enojada, su madre seguía conservando una hermosura helada que dejaría loco a cualquiera.
Reina de hielo, le decían en la empresa donde eran los jefes.
—Me estás provocando, Seonghwa —advirtió Hyeyon—. Es mi última advertencia: o te alejas ya de ese omega, o alguien lo va a pasar muy mal —sus labios se curvaron en una sonrisa fría—. Y no serás precisamente tú, hijo mío.
Seonghwa se crispó ante el tono de su madre, porque tenía claro que quien pagaría los platos rotos sería Wooyoung, no él. Porque él era un alfa, y Wooyoung sólo el omega de quien se había encaprichado y enamorado. Hyeyon lo había notado, así que lo golpearía donde más le doliera.
—Si vuelves a amenazar a mi pareja —gruñó poniéndose de pie—, voy a decirle a todo el mundo que la gran empresaria Park no es más que una perra sin corazón —su tono se tornó más oscuro—. Revelaré todos tus malditos secretos, madre. Ahora, fuera. No quiero verte por aquí nunca más.
La mujer soltó un bufido, girándose sin añadir otra palabra, y cuando la puerta se cerró detrás suyo, sus ojos escanearon el pasillo de la clínica de forma fría y calculadora.
Se detuvo sobre el conocido rostro Jiho, un viejo amigo de su hijo a quien conocía muy bien, y estaba hablando con una enfermera. Quién, casualmente, era también tecnólogo médico en esa clínica.
Sacó su celular, marcando unos números.
—Necesito que investigues sobre la familia de Woo Jiho. Datos personales, contactos, amigos, su día a día, todo —dijo antes de cortar.
Tranquilamente, se marchó de ese lugar, con un plan que se aseguraría que no fallaría.
Cuando Wooyoung salió del probador, Hongjoong fingió limpiar una lágrima de su rostro para luego aplaudir, orgulloso al ver la expresión tímida del omega. Yunho y Yeosang también aplaudieron, aunque parecían más pendientes de tener la atención de Jongho que tenía una expresión aburrida, sentado en el coche.
La dependienta de la tienda puso una expresión de aprobación.
—¡Se ve muy bien, señor Park! —dijo Jeongyeon sonriendo dulcemente—. Ese traje de bodas queda perfecto para usted.
Wooyoung se miró al espejo, acariciando la tela del traje negro que llevaba, imaginándose en el altar, sosteniendo la mano de Seonghwa frente a él, sonriéndole con esa preciosa sonrisa que tenía, y no pudo evitar ruborizarse al pensar en ello.
En su boda.
Quedaban seis semanas, lo sabía, pero ya quería que llegara pronto.
—Podrías llevar un ramo de rosas blancas —sugirió Hong acercándose para arreglarse el corbatín—. Incluso un velo, ¡te verías hermoso! Pero aun no entiendo por qué no quisiste un traje blanco, Woo.
Wooyoung soltó una risa, negando con la cabeza.
—El blanco se supone que es para representar la pureza y virginidad, Hong —recordó Wooyoung sin dejar de reír.
Hongjoong se limitó a rodar los ojos, sonriéndole cálidamente.
—Me gusta verte feliz, Wooyoung —le dijo como una madre haría con su hijo—. Te lo mereces mucho.
Los ojos de Wooyoung brillaron con la emoción.
—Soy feliz —admitió mirando otra vez su reflejo—, y hasta creo que estoy empezando a verme guapo.
—Sí, pero no tanto como yo, claro —bromeó Hongjoong—. Jeongyeon, cariño, ¿crees que Wooyoung se vería bien con un vestido de novia?
La muchacha observó críticamente el cuerpo de Wooyoung en tanto el omega soltaba un grito en señal de regaño.
—¡Le quedaría hermoso! —concedió Jeongyeon—. Hasta podríamos probar algunos.
—¡No, no! —balbuceó Wooyoung enrojeciendo—. Este traje está bien, ¡además, a Seonghwa no le haría mucha gracia!
—Siendo honesto, Wooyounggie, me encantaría verte con un vestido de novia.
Los tres adultos se giraron hacia la puerta donde Seonghwa estaba apoyado con una ceja enarcada, poniendo una expresión divertida en su rostro.
Wooyoung iba a decir algo, pero entonces Hongjoong soltó un grito de reproche.
—¡Fuera de aquí, se supone que no puedes ver el traje de la novia antes de la boda! —regañó Hongjoong.
Seonghwa soltó un bufido.
—¡No soy una novia, soy un novio! —se quejó Wooyoung.
—¡Pudín! —gritó Jongho.
Seonghwa ignoró los gritos, entrando al local con calma. Saludó a la dependienta para luego acercarse a Wooyoung, arreglándole el corbatín que llevaba y darle un beso pequeño en los labios.
—Tal vez deberíamos pensar seriamente en lo del traje de novia —pareció cavilar—. Digo, así sería más fácil ponerme entre tus piernas.
Hongjoong comenzó a toser en tanto Wooyoung enrojecía, frunciendo los labios y darle un golpe en señal de regaño a Seonghwa. El alfa sólo se quejó, frotando su cabeza.
—Ve a probarte tu traje —soltó Wooyoung enfurruñado—. Me voy a llevar este, falta sólo el tuyo.
—¡Pero aún debemos probarle más trajes, señor Park! —señaló Jeongyeon.
—Este me queda bien, así que me quedo con este —contestó Wooyoung cruzándose de brazos—. Además, soy todavía el señor Jung, no Park.
—No, ahora que tienes mi marca, eres para todo el mundo el señor Park —corrigió Seonghwa agarrando los trajes que Jeongyeon le tendía—. ¿Tantos debo probarme?
—Claro, claro —dijo Hongjoong—. ¿Por qué no vas a pasear por allí, Wooyoung? Puedes llevar a los demonios, se están aburriendo un poco.
—¡Vamos a comer helado, tío Woo! —gritó Yeosang emocionado.
—¡Y papas fritas y hamburguesas y pizza! —agregó Yunho sonriendo.
—¿No debería ver lo del traje de Seonghwa? —farfulló Wooyoung.
—¡Helao, papas fias, habuguesa, pisa! —gritó Jongho riendo.
—No, conociendo a Seonghwa, querrá llevarte al probador para que le chupes la polla —dijo Hongjoong distraído.
Wooyoung enrojeció mientras el alfa comenzaba a reírse.
—Touché —comentó Seonghwa para después mirar a Wooyoung—. Anda, ve a dar una vuelta, luego nos juntamos.
El omega soltó un murmullo bajo, asintiendo para caminar hacia el coche de Jongho y comenzar a empujarlo. Los dos pequeños alfas no dudaron en seguirlo, contentos por salir de ese aburrido sitio e ir a comer algo.
Así que Wooyoung los llevó a un puesto de comida rápida, pidiendo unas papas fritas para Yeosang y Yunho en tanto le compró a Jongho helado, dándole de comer con cuidado para que no terminara todo sucio como siempre.
Mientras los dos pequeños alfas se peleaban entre ellos por una papa frita, Wooyoung aprovechó de comenzar a tararearle a Jongho.
—¿Estás feliz, Jongie? —le preguntó limpiándole la mejilla.
—¡Sí, sí! —gritó Jongho emocionado—. Mami feliz. Me guta mami feliz.
Sonrió, dejando el helado sobre la mesa.
—Chicos, si siguen peleando van a–
—¿Jung Wooyoung?
Levantó la vista cuando alguien lo nombró a su lado, encontrándose con unos oscuros ojos.
Parpadeó, en señal de desconocimiento, encogiéndose un poco al notar que era un alfa. Luego recordó que ya estaba marcado, así que no tendría que reaccionar de esa forma debido a que un alfa no tendría por qué cortejarlo.
—¿Sí, uh...?
El desconocido sonrió en señal de diversión, pasando una mano por su cabello café.
—Soy Matthew Kim.
Abrió los ojos ahora por la sorpresa para luego sonreír ampliamente, poniéndose de pie.
—¡Matthew!
Abrazó al alfa sin dejar de sonreír, recordándose a los doce años, asistiendo al colegio, sentándose al lado de un alfa más alto que él que le protegía cuando algunos chicos querían pegarle para reírse de él. Matthew había sido algo así como su mejor amigo, a pesar de que Wooyoung hubiera sido sólo un omega triste que todos rechazaban, y le cuidó lo mejor que pudo.
Aunque cuando su padre lo echó de la casa y dejó de asistir al colegio, dejó de verlo de forma inevitable.
—Mira que estás guapo —comentó Matthew separándose—. ¿Son tus hijos? —preguntó señalando a los niños, que observaban la escena en silencio.
—No, no, cómo crees —Wooyoung se rió, sentándose para hacerle un espacio a Matthew—. Sólo este bebito lindo es mi hijo —tomó en brazos a Jongho, que fruncía los labios—. Se llama Jongho. Yeosang y Yunho —continuó apuntando a los pequeños alfas—, son hijos de un amigo, los estoy cuidando ahora.
—El pequeño Jongho —dijo Matthew mirando al bebé con una sonrisa dulce—. Me alegra verte, Wooyounggie, cuando dejaste de ir al colegio me puse muy triste —el alfa apoyó su mejilla en una mano, luciendo curioso—. ¿Puedo saber qué ocurrió?
Wooyoung volvió a alimentar a Jongho al notar como miraba a Matthew, sin dejar de arrugar sus labios, así que estaba un tanto confundido por ello.
—Oh, ya sabes... —esbozó una sonrisa triste—, llegó mi celo y papá me echó de la casa, así que me vi obligado a irme.
Matthew asintió en señal de comprensión, frunciendo el ceño en señal de disgusto y pena.
—Lo siento mucho, Wooyounggie —le dijo el alfa—. Mierda, si me hubieras dicho, estoy seguro de que mis papás te habrían dado alojo —Matthew elevó su mano, acariciándole la mejilla fugazmente—. Ellos te querían mucho.
El omega recordó a los padres betas de Matthew, sonriéndole dulcemente cuando iba a la casa del chico a hacer algún trabajo o sólo a jugar, preocupándose de que comiera bien y de curarle las heridas cuando eran tan obvias y difíciles de ocultar. Sí, Wooyoung los recordaba de forma vaga, porque había muchos recuerdos que deseaba reprimir de esos años.
—No habría podido aceptarlo —dijo Wooyoung con tranquilidad—, así que no es necesario que te atormentes, Mat —Wooyoung le observó, curioso—. ¿Estás solo por aquí? ¿O viniste con alguna pareja?
Las mejillas del alfa se tornaron de un color un tanto colorado, como si estuviera avergonzado.
—Ah, sí, vine por una cita a ciegas pero al parecer me dejaron plantado —soltó una risa nerviosa, encogiéndose de hombros.
Wooyoung puso una expresión incrédula.
—¿De verdad? Lo siento, no fue mi intención recordártelo —dijo limpiándole la boca a Jongho—. Qué pena más grande, ¡si eres un chico tan lindo! Ah, esa persona no sabe lo que se pierde.
Matthew comenzó a reírse, negando con la cabeza, para luego observarlo sin borrar una sonrisa.
—Me estás humillando —bromeó Matthew para luego señalar a Jongho—. ¿Puedo tomarlo en brazos? Es un bebé muy lindo.
—¡Ño! —gritó Jongho cruzándose de brazos—. ¡Ño quelo! ¡Quelo papi!
El omega soltó una risa de disculpa, acariciándole el cabello a su bebé mientras observaba a Yeosang y Yunho jugando con los juguetes que traía la comida.
—Jongho es lindo, pero también muy malcriado —dijo abrazando al pequeño con más fuerza.
—No te preocupes, mi hermana también tiene un bebé y es igual de mimado —dijo Matthew moviendo su mano en un gesto suave—. Sabes, Woo... cuándo éramos pequeños, siempre pensé que tú serías mi omega.
Wooyoung parpadeó por la sorpresa, pero antes de poder contestar, alguien más habló:
—Una lástima que ahora sea mi omega.
Se volteó con rapidez, encontrándose con el impasible rostro de Seonghwa, de pie detrás de él. Su alfa se veía tranquilo, sin embargo, podía leer en sus ojos que se notaba celoso y posesivo.
Pero Wooyoung no se asustó, porque había aprendido que por mucho que Seonghwa se molestara, jamás le levantaría la mano o lo castigaría como había hecho su anterior alfa. Seonghwa era distinto. Seonghwa no le haría daño.
—¡Papi! —gritó Jongho feliz, extendiendo sus bracitos para que lo tomara en brazos.
Seonghwa sonrió dulcemente, llevando al pequeño contra su pecho.
—¿Terminaste de ver el traje? —preguntó Wooyoung calmado.
—Sí, Hongjoong aprovechó de pasar a una tienda a ver ropa ahora que está sin sus demonios —dijo Seonghwa sentándose al lado de Wooyoung, pasando un brazo por su espalda—. Te extrañé mucho, bebé —añadió en voz alta, mirando a Matthew.
Wooyoung quiso rodar los ojos.
—Seonghwa, te presento a Matthew Kim, un ex compañero —dijo sonriendo—. Matthew, él es Park Seonghwa, mi alfa...
—Y futuro esposo —agregó Seonghwa extendiendo una mano—. Diría que es un gusto, pero siendo sincero, no lo es.
—¡Seonghwa! —regañó Wooyoung incrédulo.
Matthew soltó una risa baja, tomando la mano de Seonghwa, y le dio un apretón con el rostro tenso.
—Un gusto, espero que cuides muy bien de Woo —dijo Matthew para luego agregar con voz filosa—. Ya sabes, Wooyoung es un omega muy lindo y no merece pasarla mal.
El aire se llenó de hormonas alfas.
Wooyoung iba a golpearse la cabeza contra la mesa.
Tontos, tontos alfas posesivos.
—Bueno, ya que hemos terminado, podemos volver a casa —dijo en voz alta, llamando la atención de Seonghwa.
Seonghwa asintió, enarcando una ceja.
—Sí, ya quiero tenerte dentro del cuarto para marcarte por todas partes —comentó como si nada y Wooyoung le dio un golpe en la nuca—. ¡Auch! ¿Acaso dije algo que no debía?
El omega acomodó a Jongho en su coche, diciéndole a los pequeños alfas que se pusieran de pie. Yunho y Yeosang comenzaron a pelear por quien llevaba el coche, llegando al acuerdo de empujar cada uno una barra.
—Nos vemos, Matthew, fue un gusto verte —se despidió Wooyoung.
Matthew se puso de pie también, inclinándose para darle un beso en la mejilla, y Wooyoung casi pudo oír el gruñido posesivo de Seonghwa.
—¿No te importaría darme tu número de teléfono? Me gustaría seguir en contacto contigo —dijo Matthew ignorando la mirada fulminante de Seonghwa.
—Sí, le importaría, adiós —dijo Seonghwa antes de dejarlo contestar, agarrándolo por la cintura y arrastrando de él—. Estúpido alfa enorme —masculló por lo bajo.
Wooyoung miró hacia atrás, haciéndole un gesto de despedida a Matthew, quien sólo sonreía irónicamente.
Mientras caminaban en silencio, Seonghwa sin soltarlo de la cintura, pegándolo a su lado, con el coche yendo por delante, Wooyoung miró a su alfa, notando sus labios apretados.
—¿Estás enojado conmigo? —preguntó con calma, llamando su atención.
Seonghwa lo observó.
—¿Le ibas a dar tu número? —contestó Seonghwa con voz amarga.
Con calma, Wooyoung apoyó su mejilla contra la cabeza de Seonghwa, quedando bien debido a que era unos centímetros más alto que el alfa. Siempre le había gustado eso de Seonghwa, que fuera más bajito que él, nunca le había importado demasiado si se veían un poco disparejos.
Le acarició la nuca, notando como relajaba su agarre.
—Sí, se lo iba a dar, fue mi amigo cuando era pequeño —respondió Wooyoung—, pero no tienes que ponerte celoso, Seonghwa.
El alfa se ruborizó para luego soltar un bufido.
—No estoy celoso.
—Claro que no —Wooyoung lo detuvo para luego tomarlo de las mejillas, dándole un pequeño beso en los labios—, porque yo soy sólo tuyo, de nadie más, ¿lo sabes, Seonghwa?
Seonghwa asintió, aunque se podía notar un poco inseguro.
—¿Sólo mío? —murmuró dándole otro beso.
—Sólo tuyo. Soy tu omega y tú eres mi alfa —Wooyoung se rió—. Mi alfa malhumorado, pero te quiero así como eres.
Seonghwa sonrió, orgulloso, pero no pudo decir nada porque entonces Jongho gritó:
—¡Mami mía!
Wooyoung sólo comenzó a reírse, sin poder decir nada, y Seonghwa soltó un bufido.
Pero se sentía aliviado, porque Wooyoung lo quería y aceptaba como su alfa, y eso era todo lo que necesitaba para poder ser feliz.
Ahora si me pase :( casi una semana sin actualizar perdoooooon
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