Un año después...
Eran las cinco de la tarde cuando Eren llegó a su casa. Qué día terrible había tenido: estaba cansado y bañado en sudor.
- ¿Y esto? - dijo cuando vio un sobre florido entre su correspondencia. Casi se desmayó cuando se dio cuenta de lo que era.
Armin Arlert y Reiner Braun tienen el agrado de invitarle a su boda el dia...
- ¡HIJO DE PUTA!¡RUBIO OXIGENADO!¿Cómo te atreves, Armin?¿Cómo?
Temblando sacó su celular y llamó a Jean.
- Hol...
- ¿CÓMO PUEDE HACERME ESTO? - vociferó entre lágrimas y mocos.
- Ay no, te invitó...
- Ajá...
Hablaron mal de Armin durante media hora, aunque Jean al principio pensó en asistir (después de todo Armin era también su amigo), terminó por convencerse de que semejante despliegue de soberbia y apatía merecía su ausencia. Pero a Eren no le bastó con desahogarse con su amigo, el quería decirle a Armin que se vaya al diablo en la cara. Y en público si era posible.
- Eren - titubeó Jean - Creo que habrá una despedida de soltera en honor a Armin...
- ¿Dónde?¿Cuándo? - era la oportunidad perfecta para humillarlo y la aprovecharía al máximo.
Sin embargo, no había día en el que Armin no ocupara un minuto del día para llorar. Tuvo un año entero para revertir la situación causando el daño justo y necesario, pero se estremecía al pensar en Reiner y su depresión constante. Eren por otro lado, era fuerte y orgulloso, ya había pasado un mes y medio desde le que envió la invitación esperando que sirviera como tregua, pero no había recibido ni su confirmación, ni amenazas de muerte, ni la noticia de su suicidio: otra vez cometió un error tonto por querer arreglar las cosas por la paz. Pero ese día prometía terminar con una linda fiesta con sus amigos más íntimos, faltando tan solo dos semanas para su boda, ya no había vuelta atrás, solo quedaba entregarse a su destino.
Los invitados iban llegando de a poquito y el ambiente se prendía entre la música y las bebidas. Hasta el primo de Mikasa estaba presente.
- ¡Mikasa!¡Viniste! Hola Levi.
- Tsk - fue la respuesta que recibió del huraño primo que se plantó en un rincón a observar a todos con desprecio.
- Perdón, no quería venir sola.
- Está bien...esteeee...invité a Jean. Aunque no se si va a venir.
No tuvo que esperar demasiado para ver que su equino amigo aparecía por el umbral. No venía solo: como si de un espectro se tratase, Eren lo seguía, rodeado de un aura oscura y mortífera.
- ¿Viene a matarme? - preguntó con miedo a Mikasa.
- No Armin, pero ten por seguro que vino a arruinarte la fiesta.
- Mikasa - a Armin se le prendió el foco - Creo que esta será una buena oportunidad para hablar con Eren y que todo quede atrás.
- ¿Estás seguro? - Mikasa no era tonta, aunque en ese momento el pequeño rubio estaba decidido a aclarar cosas y hacer las pases con Eren, sabía que si los dejaba solos terminarían recordando viejos tiempos. No era que le molestase, pero con el tiempo le había tomado cariño a Reiner y le preocupaba cuánto podía afectarle que lo dejen a días de su boda - Ten cuidado...
- Sólo hablaré con él si se pone pesado ¿si? - empezó a decir no muy convencido. Ese Eren de pelo largo y mirada fría le aflojaba los calzones.
La fiesta siguió un rumbo normal, todos se la estaban pasando muy bien, salvo por un estresado Armin, que buscaba cualquier excusa para ir a hacer algo en la cocina.
- Oye - escucho una voz detrás suyo que le puso la piel de gallina - Tú deberías estar disfrutando de esta...fiesta. Pero aquí estás, H U Y E N D O.
- ¡Eren! - se asustó por el volumen que estaba usando su ex - Por favor, ahora no.
- Si no es ahora ¿Cuándo vas a tener las bolas para hablar?
- ¡Ereh! - Mikasa hizo su aparición junto con Jean - Armin tiene razón, este no es el momento ¿Por qué no vas a sentarte con nuestros viejos camaradas y te calmas? - la mirada de la azabache dejaba claro el mensaje: "déjalo en paz o te daré una paliza". Encima estaba con su primo diabólico que felizmente le daría una patada. No se iba a arriesgar.
- Tsk ¿Qué hacías con Mikasa, Jean?
- Le invité una cerveza y aceptó. Estuvo contándome de...eeem...la parejita...
- No quiero oírlo. Yo vine a vengarme de alguna forma y mírame, haciendo el ridículo - suspiró, cabizbajo y rendido - Creo que lo mejor será irme y olvidar todo.
- Ya estamos aquí, al menos bebamos algo.
- Ve tú a seguir bebiendo con Mikasa, quiero estar solo...
- ¿Eren? - la vocecita que tanto amaba pronunciaba su nombre con una cadencia que quebraba su voluntad - ¿Quieres hablar?
- Tienes una vida que vivir, Armin, yo no me interpondré.
- Voy a despedir a los chicos y vendré a hablar contigo - Armin de repente sonó firme - Espérame, por favor.
Eren vio por la ventana como los chicos trataban de cargar a Sasha, que estaba muy ebria. Jean y Mikasa, se fueron juntos por otro lado, no sin antes voltear y ubicarlo, le saludaron con una sonrisa y siguieron su camino.
- Así que van a aprovechar.
- ¿Qué cosa? - Armin había vuelto.
- Ah, nada. Jean y Mikasa se van juntos.
- Si, no me sorprende - se paró a su lado a ver como sus amigos se alejaban - Tal vez algún día acepten que están locos el uno por el otro.
Eren no se animaba a mirar a Armin. Sabía que terminaría lanzándose encima suyo y arruinaría todo.
- Armin, perdón.
- Eren, perdón - dijeron al unísono, lo que les provocó una risita nerviosa - Perdón por haber sido tan inmaduro, Eren.
- Yo fui un desatento. Debí haberte llamado más de una vez y no dejarme llevar por la información de los demás. Si tan solo te hubiera llamado.
- Te hubieras enojado. Yo fui el imbécil que se arrojó a los brazos de otro porque se sentía desplazado.
- Y ahora te vas a casar ¿eh? Qué locura. Creo que me siento un poco mejor ahora, Armin. Yo te...solo quiero que seas feliz.
- Eren...- Armin quería decirle que él también lo amaba y que su felicidad era él, pero la realidad era otra: ya era demasiado tarde - ¿Cómo está tu papá?
- Oh, muy bien. Por suerte Zeke puede cuidarlo y ayudar a mamá. Te mandó saludos la última vez que hablé con él, y dice que felicidades. Viejo traidor.
Armin rió ante el comentario.
- Pues dile que gracias, es una pena que no pueda venir.
- Me voy, Armin. Suerte y...que seas feliz.
Se abrazaron para despedirse, por última vez. Sus cuerpos encajaban a la perfeccion y sus manos se conocían tan bien que se movieron solas, hasta que los dos terminaron acariciándose los rostros.
- Oh, Armin, quisiera besarte - Eren se aproximaba cada vez más a los labios de Armin.
- Pero es tan tarde... - susurraba Armin.
- Tal vez no...
Y terminaron enredados como serpientes, ah re.
Al otro día, Armin despertó solo, deseando que todo hubiera sido un sueño. Él no había sido capaz de engañar a Reiner de esa forma. Pero el calor del cuerpo de Eren seguía alli, aún sentía sus tibias manos en la piel y una pequeña nota estaba a la vista en su mesita de luz.
Debía levantarme temprano, espero tu llamada. Te amo. Eren.
- Esto no me puede estar pasando a mí - Armin empezó a llorar desconsoladamente. Amaba a Eren, pero estaba tan confundido. Justo cuando levantó la vista, se encontró con su traje blanco, que aguardaba el día de la boda colgado en el ropero - Lo siento, Eren. Ya no hay vuelta atrás.
Lo siento gente, colgué feo :v
Nos vemos el mes que viene con otra actualización, ah re que no, voy a tratar de escribir con mas amors :3
Cuídense y lavense sus puercas manos.