-¡Asahi-saaaaaan!
-Ah, ¡Noya! ¿Qué ocurre?
-Nada, sólo quería venir a abrazarte-. respondió Nishinoya, dandole un fuerte abrazo al grandulón barbudo para después darle un beso en la mejilla.
Asahi soltó una risita. Su novio era el tipo de persona que no puede pasar más de dos segundos sin darle afecto a alquien.
Se sentía bendecido de tenerlo a su lado.
Solo había un problema que se interponía en su relación.
La diferencia de altura.
Y no, no exageraba.
Cada vez que salían a tomar helado o algo, los confundían como hermanos e incluso como padre e hijo.
Y cuando intenta besar a su pequeño novio es reportado como pederasta e incluso le han gritado shotacon!
¡No había leído nada echi en su vida!.
Una vez una empleada se les acercó con cara de disgusto y le pregunto si sabía que podría ir a la cárcel por abusador de menores.
Por suerte, fue un gusto ver su cara de alivio al explicarle que se llevaban de un año.
La chica incluso les ofreció poner un cartel en la entrada, ya que al ser clientes regulares, no quería que espantaran a los demás.
El cartel decía:
"SE LLEVAN POR UN AÑO, EL DE CABELLO CON MECHÓN DECOLORADO ES SÓLO ENANO.
NO LLAMEN A LA ONU, GRACIAS.
-PIDGE"
-¿Asahi?
Volvió a la realidad después de divagar en sus pensamientos, viendo como su novio le veía con una expresión preocupada.
También estaba peligrosamente cerca.
-Oye Yuu, ¿te gustaría hacerlo?
Nishinoya se sonrojó fuertemente y golpeó a Asahi en el pecho.
Puede que no lo pareciera, pero por muy pícaro que fuese, cuando llegaban a la acción de verdad se moría de verguenza.
-E-está bien.
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Pasamos a Suga, leyendo sentado en su cama, mirando al horizonte por el trauma.
La habitación de Noya y Asahi estaba al lado de la suya.
-Aahh, parece que están haciendo una competencia a ver quien salta más alto en la cama-. suspiraba Suga, tratando de convencerse de que no, no estaba escuchando a sus amigos ponerle chorizo al pan.
El libro que estaba leyendo era interesante, la temática era tipo mafia, con a un mismo sol como protagonista, en cierto modo le recordaba a Hinata.
Pero estaba seguro que su pequeño polluelo no sería capaz de tomar un arma de fuego ni aunque le pagasen.
Daichi entró a la habitación, llevando en sus manos su celular mientras se paseaba por la habitación, con una cara de shock que contagiaba a cualquiera de la sorpresa.
-¿Cielo? ¿Qué pasó?-.preguntó Suga, poniendo "Bang, Bang!" de lado.
Daichi no respodió. En cambio, le acercó la pantalla de su aparato a Koshi, quien dio un grito de sorpresa.
-¿¡QUE BOKUTO LE PROPUSO MATRIMONIO A AKAASHI?! ¡¿Y AKAASHI DIJO QUE SÍ?!
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-Oye Kageyama, ¿Sabias que la pasta de dientes está hecha de baba de ballena?
Kageyama parpadeó, sorprendido.
-¿Qué? ¿Estás seguro Hinata?
-Que siiiii, me lo contó Natsu-. Respondió Hinata, sonriendo.
-Tu hermana tiene 5 años, hasta yo soy una fuente más confiable, boke.
-Aish, eres muy pesado, Kageyama- el nombrado rodó los ojos-. Justo ayer estabas insinuando que me querías hacer cosas pervertidas, y ahora me tratas feo.
-Cállate, Boke - frunció el ceño-. Deja de ser tan dramático y traeme una bebida del refri.
-¡¿Haaaah?! ¿Tengo cara de sirvienta?- se paró bruscamente -. Tú tienes dos piernas y dos brazos, puedes ir a buscarla tú solito.
-Aunque parece, que lo único que no tienes es un cerebro, estúpido.
Haciendo un puchero, Hinata salió de la habitación. Se dirigió a paso lento hacia la salida, donde Yamaguchi se encontraba mirando las estrellas.
-¿Guchi?
Yamaguchi se giró, encontrándose con los orbes color miel de su bajo amigo.
-Ah, Hinata - Le dio unas palmaditas a la banca en la que estaba sentado -. Ven, sientate conmigo.
Obedeciendo, Hinata se sentó a su lado, y ambos chicos se acurrucaron juntos para mirar el testamento.
-¿Kageyama?-. Preguntó Yamaguchi, ya sabiendo la respuesta.
-Si.
- ¿Quieres hablar de ello?
- No.
-Entiendo.
Se quedaron un rato en silencio, un silencio cómodo, un silencio que lo decía todo.
Hinata siempre había sido alguien muy sensible.
No se desanimaba muy fácilmente, pero cuando lo hacía no lo veías sonreír hasta el día siguiente.
Solía ser enamoradizo, habiendo tenido muchos crushs en su escuela anterior.
También era infantil, una simple mueca desagradable era suficiente para hacerlo causar un berrinche.
Era consciente de su inmaduro comportamiento, pero se aceptaba así, y se gustaba así.
¿Para qué cambiar?
Pues, quizás porque, una persona en particular se pasaba quejando de lo que era él.
Le gritaba en la cara toda sus cosas malas.
Sabía que no lo hacía con malas intenciones, que sólo eran parte de sus discusiones tontas.
Pero Hinata era de autoestima frágil, así que el tener que escuchar todos los días sus mayores defectos lo tenía al borde de mandarlo a la mierda.
Se detuvo en sus pensamientos cuando escuchó una voz frágil, melancólica y dulce, cantarle esa noche.
Bueno, no era una canción, ya que no decía nada.
Pero la armonía de su voz, era suficiente para dejar tranquilo a Hinata, como si fuera un indirecto "todo estará bien".
Y por eso, quería tanto a su mejor amigo en el mundo mundial, Yamaguchi.
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Lev se removía en la cama.
Yaku-san había salido a comprar con Kuroo para la cena, y no había vuelto.
No podía dormir sin el pequeño a su lado, no era lo mismo sin su agradable calidez.
Además, se estaba imaginando muchas cosas que no tenían sentido.
Cómo que Kuroo era en realidad un rey demonio que se había llevado a Yaku-san a otro mundo y que ahora tendría que convertirse en el protagonista de un isekai para rescatarlo.
Finalmente se paró, tomó una chaqueta y salió un rato.
Al llegar una tienda de papelería, se asomó a ver si encontraba algo lindo que comprar.
Recorrió las estanterías llenas de lápices, libretas, fundas, carpetas.
Sabía que a Yaku-san le gustaban esas cosas, porque un día después de clase le vió con un lindo set de stickers de gatitos, le contó que los coleccionaba.
Buscó un set que le gustara,hasta que se decidió por uno muy peculiar, era un set de cuatro gatitos distintos en diferentes poses.
Había un gato negro con un flequillo extraño.
"¿Los gatos tiene flequillo siquiera?" Se preguntó.
Otro tenía una cabeza de pudín.
Los dos últimos eran uno pequeño y uno largo, el pequeño era de un color marrón avellana y el largo era de un gris azulado.
Se lo llevó a la caja sin pensarlo dos veces.
En la caja, se encontró con un chico alto de cabello verde, que le sonreía amablemente.
-Buenas Noches, mi nombre es Daniel, ¿En qué puedo ayudarle? -.se presentó.
-Ah si, quiero llevar este set, ¿Cuánto sería?-. Se rascó la nuca nerviosamente, aunque no se tenía que preocupar por el dinero, con la mesada que tenía podría comprar un auto todos los fines de semana.
"Gracias, Tío Vitya" pensó, divertido.
-Ah pues, serían 141 yen- respondió el chico-. Aunque, este set viene con oferta,es dos por uno, tiene que buscar otro producto que no supere los 500 yen y el set le sale gratis.
Lev fue a buscar algo más para llevar.
Recordó que una vez vio a Yaku con una libreta pequeña, vieja y gastada.
Le dijo que era para anotar detalles del club, pero que estaba llena ya y no podía seguir anotando en ella.
Entonces fue a las repisas del fondo y encontró una linda libreta mediana con un estampado de gatos.
"494 yen" leyó.
Regresó a la caja para pasar el segundo producto, finalizando su compra.
Al salir de la tienda se le ocurrió algo, recorrería las tiendas y le compraría varios regalos a Yaku-san, así se le entregaría en bandeja de plata.
"Vaya Lev, eres un genio" se dijo, aunque realmente no, no lo era para nada.
Después de caminar un poco, se encontró con una segunda tienda, una pastelería.
Entró con curiosidad, atrapado por el delicioso olor de galletas recién horneadas.
Divisó un tierno paquete de cupcakes gatunos en la vitrina, y se apresuró a comprarlo en la caja del fondo.
El lugar era muy lindo y agradable,le hacía sentir en casa.
Al llegar a pagar, se encontró con un chico de ojos celestes dulces,y de cabello gris como el de Suga-san.
-¡Bienvenido! Soy Hosuh, ¿Le interesó algo de mi cocina?
-¡Sip!, Quiero llevar esos cupcakes de gatitos de la vitrina, por favor-. Pidió, relajado por la dulce voz del chico.
- Aquí tiene -Hosuh regresó de la vitrina, con el paquete en mano-. ¿Lo quiere para regalo?
-Sí porfavor.
El adolescente se fue a la parte de atrás de la tienda por unos momentos, luego volvió con el paquete envuelto en un papel de regalo de gatitos con un listón rojo.
- ¡Gracias por venir, vuelva pronto!
- Graciaaaas~
Ya en la calle empezó a buscar su siguente parada, hasta que se fijó en la tienda de enfrente.
Era una tienda de ropa, con diseños muy lindos y 'aesthetic'.
Entró y se entretuvo un rato leyendo las distintas frases en las prendas.
Habían unas muy graciosas, como una camiseta que leía en el frente "Los cuchillos son muy informales" y atrás "Pero las pistolas son muy impersonales".
Entre la ropa pastel, se encontró una minimalista con una cámara celeste en el centro, y fotos de flores alrededor.
La tomó y la llevó a pagar.
En la caja había un chico alto e intimidante, tenía la estatura de Kuroo-san y llevaba un peinado estilo mohicano de color púrpura y multiples piercings.
Aunque no le estaba haciendo nada de caso, parecía estar en transe.
Miraba en dirección a la tienda de pasteles por la que había pasado antes.
Se acercó para ver qué estaba mirando tan fijamente, era el chico dulce que le había atendido antes.
La escena era muy linda, pero era tarde, quería comprar rápido.
-Uhm, ¿Disculpa, me atiendes?
-uh, mierda me quedé mirándole por mucho tiempo...ah, soy Stephen, que quieres.
"Wow, que agradable".
-Voy a llevar est-
No le alcanzó el tiempo para terminar su oración, el tipo le quitó la camiseta de la mano, la pasó por la caja, le quitó el dinero de la mano y le pasó su compra en una linda bolsa.
-Fue un placer, adiós.
-eh..
Sin decir ni una otra palabra, siguió soñando despierto.
Algo perdido, salió del lugar, con rumbo a la casa.
Al entrar a su habitación, se encontró con Yaku cruzado de piernas en la cama, con una expresión enojada y la mejillas rojas.
-¿Dónde estabas?-. Preguntó, con una voz irritada.
-Tartaba mucho en llegar, Yaku-san, así que salí un rato.
-Ah, ¿Enserio?- se veía apenado, se enojó sin razón-. En ese caso que esperas, ve a cambiarte para dormir.
-¡Pero antes, Yaku-san! - Lev le entregó las bolsas-. ¡Todo ésto es para usted!
-¿T-todo? Wow, Lev no tuviste que...
Sentía una calidez en su pecho, todos los regalos eran muy tiernos y lindos, le encantaban.
-Lev.
Lev, que se estaba poniendo el pijama, de acercó a Yaku a medio vestir, sólo con un pantalón.
-¿No le gustó los regalos? -. Preguntó, algo triste.
-Claro que no, tonto, me encantaron.
-¡Yay~! Que bueno q-
Yaku agarró a Lev de los hombros y lo inclinó hacía a él, le dirigió una dulce sonrisa, como agradecimiento, y besó sus labios.
Lev todavía no procesaba que estaba pasando, hasta que sintió los pequeños labios de su Senpai moverse tímidamente.
Decidió tomar la iniciativa y tomó a Yaku de la cintura, acostandolo, mientras que Morisuke le abrazaba del cuello, algo aturdido por el movimiento brusco.
El beso duró más de lo que inicialmente tenía planeado Yaku, pero eso no quería decir que no le haya gustado.
Pero ahora Lev tenía un pequeño problema, que sólo Yaku podría arreglar.
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Tsukishima sentía que se encontraba en el mismo infierno.
Un par de chistosos había decidido teñirle el pelo mientras dormía, se llevó un gran susto cuando se despertó y se vió en el espejo del baño.
"Por qué carajo tengo pelo rosa" pensó.
Lo peor de todo es que se veía bien.
Se duchó y se vistió con algo fresco, tenía que subirse el autoestima si estaba dispuesto a bajar con ese desastre en el pelo.
Al llegar al piso de abajo, las risas de hiena no se tardaron en escuchar.
La mayoría no sabía que hacer, se aguantaban la risa para no correr el riesgo de tener al Megane en contra suya.
Excepto Hinata, que de había atragantado con una tostada al verlo bajar, ahora estaba siendo socorrido por Kageyama.
-Buenos días, Fluttershy-. Le saludó Taketora.
-Si no fuera porque es mi Senpai y se nota que tiene más fuerza que yo ahora mismo se estaría despidiendo de su riñón derecho, Taketora-san.
-Ay
Yamaguchi llegaba de la playa con Suga, habían ido a preparar algo.
-¿T-Tsukki? ¿Qué es eso, otro cosplay?
-...
Kuroo se rió aún más.
-¡¿HACES COSPLAY?! JAJAJAJA, A VER VÍSTETE COMO EL DE FREE JAJAJAJA.
Yaku salió de la cocina con un café, irritado por el escándalo.
-¿Y ustedes que hacen, perdiendo el tiempo? Ya tomen su desayuno que hoy salimos a la playa.
-¡La playa!-. Exclamó Lev, apurandose a sentarse en la mesa.
Aunque, tanta prisa tenía, que olvidó ponerse una camiseta al bajar.
-¿Lev, que son esos rasguños en tu espalda?, peleaste con un gato anoche o qué-. Preguntó Ennoshita, inocentemente.
-Ahora que lo dices, Enno-chan, Yaku tiene unas curiosas marcas en su cuello, ¿Le habrá picado un mosquito? -. Secundó Tanaka, este sabiendo muy bien lo que decía.
Yaku tomó a Lev del brazo y se fue al patio, rojo como un tomate.
Lev, que recién caía en lo que habían dicho, se encontraba en un estado similar.
-uhm... ¿Yaku-san? ¿Está enojado con-
Paró en sus palabras, al ver a Yaku con lágrimas en los ojos y colorado hasta las orejas.
El de menor estatura lo abrazó muy fuerte y murmuró.
-Idiota, contrólate a la próxima.
Lev le devolvió el abrazo, sonriendo.
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Yamaguchi estaba escondido en el baño, apenado.
Había humillado a su mejor amigo y crush, ¿Qué se supone que haría ahora?
Sintió un golpeteo en la puerta, tenía que ser Tsukki.
-Yamaguchi, abre la puerta.
-¡nooOoO!
-Yamaguchi, no estoy enojado, abrela.
-¡Pero te hice pasar vergüenza, no quiero!
-Tadashi.
-...¿S-si?
-Abreme.
-Bien...
Al entrar, Tsukishima se encontró con la cara avergonzada de Yamaguchi, con los ojos un poco llorosos y las manos moviéndose nerviosamente.
-Tsukki, lo siento, yo no quería hacer nada malo-. Se disculpó mientras comenzaba a sentir las lágrimas salir.
-Tadashi, mírame.
Le hizo caso y subio la mirada.
-No estoy enojado contigo, ¿Ya?
Yamaguchi asintió.
-Ahora ven-. Pidió Tsukki, tomándole de la mano y llevándolo a un sofá de la habitación.
Ya sentados, Tsukishima le abrazó.
Algo muy raro, Yamaguchi se sorprendió.
Correspondió el abrazo, podía sentir su corazón latir rápido, temía que Tsukishima se diera cuenta.
- Los tontos del enano y el rey me hicieron esto, déjame quedarme así un rato-. Dijo Tsukki, acomodándose en el pecho de Tadashi.
Yamaguchi se dijo así mismo que aprovecharía el momento, empezó a acariciar las hebras rosadas del megane.
Desde su perspectiva Tsukishima se veía muy lindo, con las mejillas aplastadas contra su pecho, y sus pestañas reposando.
Un pequeño rubor de formó en el rostro del pelirosa, al sentir que le observaban.
Yamaguchi rió ante su ternura, y le besó la frente.
Se podrían quedar así por la eternidad, pero Daichi llamó a todos a alistar sus cosas, iban a partir a la playa.
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waaaaaa
El cap está bien mierda, lo sientoooo
No me llega nada de inspiración y siento que lo hice terrible, me siento muy feo (。ŏ﹏ŏ)
Perdón por la mala calidad, prometo que haré algo mejor para el segundo 。:゚(;'∩';)゚:。
Voy a tomar una larga siesta para recuperarme de la realización de que soy un fracaso en la vida y que voy a morir sola, sin gatos porque les tengo alergia.
bye bye (。•́︿•̀。)