Crybaby

By SandyDayDreamer

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Hace unos cinco años te lo hubieras creído: esa gilipollez de las campanas sonando en tu mente al mirar al am... More

<UNO>
<DOS>
<TRES>
<CUATRO>
<CINCO>
<SEIS>
<SIETE>
<OCHO>
<NUEVE>
<DIEZ>
<DOCE>
<TRECE>
<CATORCE>
<QUINCE>
<DIECISÉIS>
<DIECISIETE>
<DIECIOCHO>
<DIECINUEVE>
<VEINTE>
<VEINTIUNO>
<VEINTIDÓS>
<VEINTITRÉS>
<VEINTICUATRO>
<VEINTICINCO>
<VEINTISÉIS>
<VEINTISIETE>
<VEINTIOCHO>
<VEINTINUEVE>
<TREINTA>
<TREINTA Y UNO>
<TREINTA Y DOS
<TREINTA Y TRES>
<TREINTA Y CUATRO>
<TREINTA Y CINCO>
<TREINTA Y SEIS>
<TREINTA Y SIETE>
<TREINTA Y OCHO>
<TREINTA Y NUEVE>
<CUARENTA>
<CUARENTA Y UNO>
<CUARENTA Y DOS>
<CUARENTA Y TRES>
<CUARENTA Y CUATRO>
<CUARENTA Y CINCO>
<CUARENTA Y SEIS>
<CUARENTA Y SIETE>
<CUARENTA Y OCHO>
<CUARENTA Y NUEVE>
<CINCUENTA>
<CINCUENTA II>
<CINCUENTA III>
Extra.- Boda

<ONCE>

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By SandyDayDreamer

Heejin parecía buscar las palabras dentro del vaso de papel al más puro estilo de una clase de adivinación de Harry potter. Esperabas que en cualquier momento musitase "el grimm" con tono dramático y la cara descompuesta, y casi te empiezas a reír tú sola ante el simple pensamiento. Te aclaraste la garganta, intentando recordar que el asunto era serio y Heejin suspiró, cerrando los ojos con fuerza.

De no ser porque los estudiantes del campus os veían juntas a todas horas, seguramente pensarían que estabas extorsionando a la pobre chica, que mantenía una postura encogida, visiblemente contrariada, y formaba un puchero con los labios mientras que tú estabas sentada con la postura propia de un vikingo que vuelve a su choza tras una pelea con los bretones: con un brazo sobre la silla, inclinada hacia atrás y las piernas abiertas —gesto que tu madre te recriminaba siempre que podía—.

—J-jungkookie me ha dicho que me quiere —confesó finalmente, con los labios temblorosos.

Intentaste parecer sorprendida y te dolió. Te dolió tener que mentir a tu amiga y hacer como que no sabías nada. Te sentiste culpable, y sabías que eso iba a pasar tarde o temprano, por eso no quisiste ayudar a Jungkook en un principio, pero lo habías hecho y ahora te tocaba tragar con la culpa.

—Jamás me lo hubiera imaginado, te lo juro. Yo solo creía que me quería igual que yo a él, ¿sabes? —preguntó con un hilo de voz. Diste una corta sacudida con la cabeza en respuesta—. No sé qué hacer, Na... Me da miedo perder a Jungkookie, pero no quiero tener nada de ese tipo con él... No estaría bien, ¿sabes? Sería raro que unos amigos de toda la vida saliesen juntos o se besasen o b-bueno esas cosas. ¿Qué diría la gente si...?

—Un momentito —la cortaste—. ¿No quieres tener nada con él porque no sientes lo mismo o solo porque piensas que sería incorrecto hacerlo? —cuestionaste inclinándote hacia ella. La chica abrió la boca pero no emitió sonido alguno, por lo que tu alma cayó de repente a tus pies—. La puta, Hee... El crío te gusta...

—No es eso —replicó con voz temblorosa—. Hace tiempo que... Bueno, no sé cómo decirlo —Heejin se sonrojó y te llevaste las manos a la cara. Por lo visto ya no necesitabas fingir que estabas sorprendida.

—Ay Hee... ¡El crío te pone! —exclamaste, ganándote miradas curiosas de las mesas a vuestro alrededor.

—No grites Hana, por lo que más quieras. Ya me da suficiente vergüenza sin que lo hagas.

—Lo siento —musitaste.

—Es que, sí, bueno, me siento un poco atraída por él, pero no llego a verle como... un n-novio ni nada de eso —concluyó, bebiendo del vaso de papel al momento.

—P-pero estás con Namjoon —razonaste, esperando que eso hiciese que tu amiga recobrase el sentido común.

—Hana, creía que tú justamente de entre todas las personas del mundo podrías entenderme... —susurró tu amiga, ligeramente dolida—. Ya me siento suficientemente mal por pensar estas cosas, pero no puedo evitarlo...

—Tienes razón, lo siento, Hee... Yo soy la última que debería juzgar nada.

—Tampoco te disculpes, tonta. Solo quiero que me entiendas —repuso con una sonrisa.

La rubia acercó sus manos a ti y envolvió las tuyas, pidiendo consejo silenciosamente. Sabías que debía estar verdaderamente jodida si hacía eso, ninguno de tus amigos te pedía consejo a ti a no ser que los demás puentes se hubiesen quemado, y no les culpabas, tus decisiones solían acabar en desastre...

—Hee, ¿tú quieres a Namjoon? —preguntaste con el corazón acelerado.

—Le quiero —susurró, frunciendo los labios.

—¿Sientes... S-sientes algo por el crío? —Tu amiga asintió—. ¿Estás dispuesta a perder a Namjoon para probar qué sería de Jungkook y de ti juntos? —Notaste las manos de tu amiga apretar con más fuerza las tuyas, pareciendo incapaz de contestar a aquello—. Hee... esa es la única respuesta que debes pensar...


//🖤//



La capucha de la sudadera gris tapaba casi toda tu cara, pero ni por esas pasabas desapercibida. Los estudiantes del departamento de danza te miraban mientras caminabas por los pasillos con cara de mala leche y las manos metidas en el bolsillo central de la prenda.

Al llegar a la clase que buscabas, pegaste la cara al cristal y subiste las manos a ambos lados de esta para escudriñar la sala con la mirada, intentando encontrar al que sería el salvador de tu día.

Aunque Jimin fue el primero en verte (dando un salto por el susto de encontrarte ahí pegada) no le buscabas a él. Jungkook también te miró, saludándote con la mano y sonriendo ligeramente. Para colmo de males, ese día parecía estar más guapo que nunca; con unos pantalones de chándal negros de raya blanca a ambos lados de las piernas, que parecían a punto de estallar en cualquier momento por tener que mantener sus fuertes muslos en su interior, una camisa azul con los primeros botones sin abrochar y sudando de una forma que debería estar prohibida por la ley: demasiado atrayente y demasiado dulce al mismo tiempo.

Jimin pareció leer tus intenciones al no verte reaccionar en absoluto y le dio un codazo al chico que buscabas, que volvió la vista a dónde Jimin señalaba, encontrándote lanzando una mirada desesperada en su dirección. Justo al momento que Hoseok te sonrió, de esa manera radiante de la que siempre hacía gala, moviste los labios para dirigirte a él y pronunciaste una sola palabra que consiguió que su sonrisa se desvanciese al instante: "SOCORRO".


//🖤//



—Na... ¿Me vas a contar para que me he perdido la clase de contemporáneo o vas a seguir bebiendo sin soltar palabra? —preguntó Hoseok de brazos cruzados frente a ti.

—La segunda —mascullaste.

—Pues me vuelvo a clase. —Hizo el amago de levantarse y te enchanchaste a la manga de su camiseta poniendo tu mejor mueca de cachorrito—. Conmigo no uses tu caritas de buena, que no funcionan.

Tu amigo volvió a sentarse a tu lado, dándose por vencido. Sabías que Hobi era demasiado bueno —y blando— como para dejarte tirada con el ánimo por los suelos.

¿Y por qué tenías el ánimo por los suelos? Eso intentabas averiguar, como si el fondo de la botella de soju tuviese la respuesta a todos los problemas de tu vida.

—Yo creía que ya era una adulta —dijiste con voz tomada a causa del alcohol—. Pero no me entiendo. Sigo siendo la misma adolescente perdida y gilipollas de siempre, la única diferencia es que ahora bebo y pretendo saber qué coño hago con mi vida...

—Ya que no me quieres contar qué te pasa —dijo Hoseok, haciendo una pausa para lanzarte una miradita de censura—. Solo déjame decirte que a todos nos pasa lo mismo; estamos igual de perdidos que tú

—No lo creo, la verdad...

—¿Ah,no? Jimin se tortura al extremo, temiendo no poder llegar a ser profesional y tener que heredar el negocio de su familia. Tae sigue fingiendo que no le afecta que sus padres le repudien por ser cómo es. Jin está inseguro siempre, asustado de que su único talento sea ser guapo. Hee solo sabe prohibirse todo lo que cree que es malo a los ojos de los demás... No creas que estás sola en esto. Ninguno sabemos qué coño hacer con nuestras vidas y nuestros miedos...

No te habías parado a pensar en tus amigos. A veces tendías a ser demasiado egocéntrica, y no te hacía sentir mejor el hecho de pasar por alto todo lo que Hobi te había contado.

—Encima soy una amiga de mierda —sollozaste, enterrando la cabeza entre los brazos.

—No eres una amiga de mierda, Na. Tu fallo es que intentas alejarte de los sentimientos como si fuesen veneno. Y te aislas tanto de ellos que se te olvida que los demás los tienen.

Soltaste un largo quejido y Hoseok te obligó a mirarle, recogiendo tu cara entre sus manos.

—¿Y qué pasa si no rehuyo lo que siento? —preguntaste asustada.

—Pues que puede ser que esos sentimientos te hagan feliz... o miserable, pero te harán vivir más allá de las paredes que has levantado a tu alrededor...

—Bi... T-tengo que confesarte algo —susurraste, arrastrando las sílabas.

—Cuéntame lo que quieras —respondio el chico sonriendo dulcemente.

—Creo que voy a vomitar...


//🖤//



Saliste del cuarto de Hobi y arrastraste los pies por el pasillo sin tener realmente ganas de comer o de hacer nada en general.

Taehyung, que por lo visto había vuelto de clase, te miró desde el sofá y dio unas palmaditas sobre la tela a su lado, invitándote a acompañarle. Hoseok debía estar trasteando en la cocina, así que te uniste al castaño dejando caer la cabeza sobre sus piernas.

—Apestas —dijo sonriente.

—Muchas gracias, pedazo de gilipollas...

—Te has pasado —te recriminó alzando una ceja.

—Creía que era el día de lanzar insultos porque sí —te defendiste, cruzándote de brazos.

—Lo digo porque el piso entero huele a soju desde que has puesto un pie fuera del cuarto de Hobi...

—Sí, soy una borracha, lo admito. Pero quiero esperar unos años para apuntarme a alcohólicos anónimos, así que nada de intervenciones de momento...

—¿Qué te pasa? —preguntó comenzando a acariciar tu pelo lentamente.

—No quiero hablar del tema.

Ni quiri hiblir dil... —se burló, poniendo una mueca ridícula.

—Eres un capullo integral...

—Es que siempre sales con lo mismo y ya aburre. Deja de hacerte la interesante por una vez, a mí no me tienes que conquistar haciéndote la misteriosa.

No ibas a soltar prenda igualmente, pero la puerta del piso se abrió desviando la atención de Taehyung de ti, cosa que, en el fondo, agradecías.

—¿Está Hana por aquí? —preguntó una voz que reconociste como la de Jungkook—. ¿A qué huele?

—Pues mira, dos en uno, porque lo que hueles es precisamente lo que buscas —contestó Taehyung señalando tu rostro, que ahora se encontraba escondido bajo un cojín.

—¿Noona? —te llamó el moreno más cerca.

—¿Desde cuándo la llamas noona, Jungkookie? —indagó Jimin, que parecía haber llegado a la vez que Jungkook—. Hana odia que la llamen noona...

—¿En serio? —cuestionó el pequeño pareciendo sorprendido.

—Una vez la intenté llamar noona follando y casi me arranca la nuez de cuajo —explicó Jimin medio riendo.

—Casi te la arranco porque tenemos la misma edad, idiota.

—¡Anda, un cojín que habla! —exclamó Taehyung, sacándote de tu escondite para fingir que examinaba el cojín con interés.

Una vez tu cara estuvo al descubierto, Jimin y Jungkook te miraron con muecas extrañas y te diste la vuelta para enterrar el rostro entre las piernas de Tae.

—Hana, no sé que buscas por ahí, pero ya te digo que no vas a encontrar trufas precisamente —farfulló Taehyung, empujando tu cabeza para separarla de sus muslos.

—¡Dejadme todos, solo quiero morir asfixiada entre tus ingles! —exclamaste luchando por mantenerte en tu postura.

—¡No le hagáis ni caso, está como una cuba! —explicó Hoseok a gritos desde la cocina.

Las manos del chico luchaban incansables contra tu falta de deseo por abandonar el cobijo que te proporcionaban sus piernas, pero unos brazos ayudaron a Taehyung a deshacerse de ti al agarrarse a tu cintura para levantarte del sofá y alejarte de tu amigo.

—¡Jimin, te juro que esta vez sí que te arranco la nuez! —amenazaste luchando, sin conseguir acertar contra el cuerpo que te aprisionaba.

Noona, tranquilízate de una vez —intentó calmarte Jungkook a tu espalda, parando con tus intentos de escape al momento—. ¿Por qué no te das una ducha y te despejas un poco?

—Joder... ¿Tan mal huelo? —preguntaste ligeramente ofendida por el ofrecimiento.

Tae y Jimin asintieron poniendo muecas de asco exageradas.

Normalmente, eso les hubiera valido algún insulto, algún que otro ataque verbal de magnitudes épicas contra su persona y quizás en el peor de los casos un intento de agresión. Esa vez te limitaste a formar un puchero con los labios y deshacerte suavemente de los brazos de Jungkook para caminar cabizbaja hacia el baño principal.

"Ni ganas tengo de pelearme...¿qué coño me está pasando?".

Te sentaste sobre el retrete, mirando tus uñas pintadas de negro y rebuscaste por los bolsillos, encontrando el paquete de tabaco en el central de la sudadera. Encendiste un cigarrillo pegando la espalda contra la cisterna, sin gana alguna de moverte más que para calmar tus nervios con ese horrible vicio que llevabas arrastrando varios años ya.

Unos golpes en la puerta sonaron y tuviste un flashback de la primera vez que fumaste a escondidas en tu casa y tu madre casi te pilla, poniéndote igual de nerviosa que esa vez.

Noona, ¿puedo pasar? ¿E-estás visible?

"Crío de mierda, ¿se piensa que tengo escamas o algo por el cuerpo?".

—Si, estoy visible —murmuraste a desgana. Destensándote al saber que era Jungkook el que estaba al otro lado.

Jungkook abrió la puerta poco a poco, asomando la cabeza ligeramente con los ojos entrecerrados. Parecía temer que le hubieses engañado y estuvieses desnuda a lo Rose de Titanic, esperando tirada como una morsa en la bañera para que te pintase en pelotas.

—¿P-puedo?

—Tú mismo, esta es tu puta casa...

Volviste a dar una calada al cigarro y Jungkook pasó, cerrando con suavidad tras de sí. Se puso de cuclillas frente a ti, de esa manera particular en la que lo hacían los asiáticos: con las plantas de los pies completamente rectas. Te seguía fascinando aquella extraña cualidad, que por mucho que habías intentado emular no habías conseguido jamás.

—No te voy a preguntar qué te pasa porque sé que eres demasiado cabezota como para decirlo...

—Vaya, una sola persona que me conoce —murmuraste desanimada.

—Pero...

—No, no y no. Ibas bien, déjalo ahí —suplicaste cerrando los ojos.

—Sé que estás hecha mierda por algo... Yo también estaba hecho mierda hace unos días y estuviste conmigo, así que... —paró de hablar y abriste los ojos encontrándote con que se había sentado con las piernas cruzadas sobre las baldosas blancas del suelo.

—¿Qué significa esto? —preguntaste señalándole.

—Creo que no te has dado cuenta nunca, pero a veces cuando estamos a solas en el estudio y me quedo callado, hablas. Normalmente solo dices cosas sin sentido, lo que más repites es "joder, puto crío", pero si no digo nada, sigues, y hay veces en las que dices cómo te sientes y pareces de mejor humor cuando lo haces, así que eso hago.

Formaste una "o" perfecta con los labios sin ser siquiera consciente. ¿Cuándo habías dejado que esa ratilla te conociese tan bien? La respuesta era nunca. Jamás de los jamases lo habrías permitido de ser consciente de lo que hacías, el caso es que Jungkook se había fijado en algo en lo que no sabías para nada que hacías y de repente te sentiste muy vulnerable.

Tu primer impulso fue dar una calada al cigarro y ese gesto nervioso se fue a la mierda cuando el chico te lo arrebató de entre los dedos para ponérselo en la boca y fumar en tu lugar.

—¿Por qué?—preguntaste viendo como expulsaba el humo lentamente.

—Si especificas un poco a lo mejor puedo hasta contestar —respondio, dejando ver sus graciosos incisivos al sonreír.

—¿Por qué eres así?

—Es la primera vez que me preguntas eso sin gritar —contestó dando una ligera exhalación nasal—. Pero no sé qué decirte, noona. Sé que me consideras un coñazo y...

—Eso no es así —le cortaste, hablando en voz baja.

—¿Ah, no? Pues para no ser verdad lo repites todo el tiempo.

—¿Si no te ayudase con Heejin...? —Tragaste saliva parándote a mitad de la pregunta, a sabiendas de que te asustaba conocer la respuesta.

—Sí —contestó el chico—. Si tu pregunta era: ¿serías mi amigo? La respuesta es sí —explicó sencillamente, haciendo que su nariz se arrugase por la sonrisa traviesa que te dedicaba—. Eres graciosa y eres guay, me gusta estar contigo.

—Yo odio estar contigo...

—Y eres una mentirosa pésima —añadió con prepotencia.

—No tienes ni puta idea de lo bien que se me da mentir —repusiste.

—¿Ah, no? —preguntó con intención de retarte—. Di lo que quieras, puedo saber si mientes o dices la verdad en un segundo. —Intentaste volver a coger el cigarro pero el chico lo alejó de ti para fumar y echar el humo en tus narices—. Si pierdo te dejo dar una calada.

—Tengo más cigarros —contestaste con una sonrisilla de superioridad, que se cortó al momento que Jungkook te enseñaba el paquete de tabaco entre sus manos—. ¿C-cuándo coño...? —cuestionaste sorprendida por el truco. El chico alzó las cejas, y una sonrisa que pretendía ser maligna (pero que te recordaba más a la de un conejito de peluche) cubrió su rostro al momento.

—Venga, no tengo toda la noche—murmuró fumando del filtro.

—A los doce años me caí de la bici en un terraplén y me rompí dos falanges —comentaste con tono neutral. Jungkook te miró a los ojos fijamente y sonrió.

—Verdad.

—Odio el color rosa porque mi madre me obligaba a llevarlo de pequeña.

—Verdad —contestó Jungkook tirando el filtro del cigarro en el lavabo.

—No veo bien, pero no quiero ponerme gafas para no parecer una pringada.

—Mentira —murmuró. Gruñiste y el chico soltó una carcajada—. Siguiente.

—Hay veces en las que pienso en tirarme a Tae.

—Joder —suspiró—. Verdad —añadio riéndose por tu confesión.

—Mi padre nos abandonó a mi madre y a mi cuando tenía dieciséis años —dijiste sin emoción alguna en el rostro. Jungkook dudó por un segundo, contrayendo las cejas.

—V-verdad —susurró.

—Me alegré cuando se fue...

—Verdad.

—Porque no podía seguir soportando las peleas que tenía con mi madre.

—H-hana...

—¿Verdad o mentira? —preguntaste ante la cara atónita del chico.

—V-verdad... Hana, espera, no...

—Me da miedo pensar en las ganas que tengo de besarte cada puto día que estás conmigo en el estudio.

Esperaste por la respuesta de Jungkook, pero los minutos pasaron y de sus labios no salían más que cortas respiraciones, así que te echaste a reír. No tenías idea de qué podía hacerte gracia de aquella situación; te sentías un completo desastre y el mareo por el alcohol no te daba un segundo de respiro. Pero todo eso y más merecía la pena con tal de ver la cara en shock del chico frente a ti.

Te inclinaste hacia delante para robar el paquete de entre sus manos, pero Jungkook lo retiró, reaccionando al fin tras un largo rato inmerso en sus pensamientos.

—Mentira —contestó lentamente.

Y te diste cuenta de que te había jodido.

Lo habías soltado con el único propósito de parar con ese juego y ahora estabas entre la espada y la pared. Si cogías el tabaco para calmar tu ansiedad, admitías que Jungkook había perdido por no acertar en su respuesta; es decir, admitías que te morías de ganas por besarle, y si no lo hacías, debías seguir soltando estupideces que te hacían sentir cada vez peor.

La mano que habías conducido hasta Jungkook volvió a reposar sobre tus rodillas.

—No quiero seguir, dame ya el paquete —mascullaste.

—No hasta que me cueles una mentira, ¿se te ha olvidado? —preguntó sin parecer divertido de repente.

—Me da igual el puto juego, dámelo de una vez —pediste, menos estricta de lo que pretendías, ya que suponías que la manera en que agachabas la mirada avergonzada, no ayudaba mucho a mantener tu reputación de chica dura.

—¿Q-qué...? —Fuese lo que fuese a decir, se quedó en el olvido cuando se levantó y se pasó las manos por el flequillo, alborotando su pelo y dejando sus cejas completamente al descubierto—. Tiene que ser una broma, p-porque no... ¿No lo era, verdad? —cuestionó con voz temblorosa.

Le encaraste, apoyándote en el lavabo para no perder el equilibrio y sonreíste con amargura.

—Haz la pregunta.

—¿Me he equivocado? ¿Era...? Quiero decir, ¿era mentira? —preguntó en un susurro tembloroso.

Negaste lentamente con la cabeza y tu cuerpo se puso patas arriba, acercándote más y más a él. Posaste las manos tras su cabeza y lo acercaste a ti poco a poco, hasta que la punta de su nariz rozaba con la tuya y todo tu cuerpo temblaba.

El olor a tabaco que emanaba su boca salía de entre sus labios abiertos y cerraste los ojos para apreciar ese aroma, entremezclado con el suyo propio. En ese momento no parecía que hubiese nadie al timón dentro de tu cabeza. Ni te planteabas cuestiones cómo qué pretendías hacer con aquello, o en qué momento habías dejado que la preocupación que sentías saliese a flote por un estúpido juego con Jungkook.

Un pequeño beso, que depositaste contra tus labios abiertos, fue el desencadenante que todo a tu alrededor se apagase. Y lo repetiste, volviendo a pegar tu boca a la suya un poco más esa vez.

Tus manos pasaron de su pelo a su mandíbula, notando la suavidad de su piel y su calor entre tus dedos. Aquel contacto te cegaba por completo, pero haciendo uso de toda tu fuerza de voluntad apoyaste tu frente contra su nariz, al comprender que no podías hacer nada más que dar besos no correspondidos. Le estabas obligando a mantenerse ahí en contra de su voluntad y te dio pena pensar en que ese chico era demasiado bueno para apartarte de una vez.

—Lo siento —susurraste con suavidad.

Separaste las manos de su mandíbula, queriendo atrasar un poco más el momento de despegar tu frente de él y sus manos te pararon de repente.

—U-una más —suspiró—. Una sola vez más.

Tu corazón parecía replicar los latidos furiosos que debaja bajo tu pecho también en el interior de tus oídos al escucharle decir eso.

No podías negarte, más que nada porque lo deseabas tanto que temías explotar.

Volviste a alzar la boca hasta dejarla frente a él e imitaste el choque contra sus labios más tiempo que las dos veces anteriores, quizás demasiado, pero si era un solo beso más al menos querías sentirlo todo lo posible.

Notaste su labio inferior temblar levemente bajo tu boca y supiste que ya había sido suficiente. Tu piel casi no rozaban ya con la de él, solo unos milímetros más y tu boca se separaría para siempre de la suya.

El leve suspiro que dejaron tus labios sobre los suyos sería el encargado de poner punto y final a ese momento; y sin embargo, no fue así. Porque de repente, de un momento a otro, sentiste el calor más cerca, pegándose de nuevo contra tus labios.

—Todavía no se ha acabado, ¿verdad? —preguntó Jungkook con la voz ronca, susurrando de una forma que te resultó demasiado atrayente—. Si todavía no te has separado del todo no cuenta, ¿no?

Sus labios, sus jodidos labios, se movían lentamente mientras hablaba, obligándote a sentir el suave cosquilleo sobre los tuyos.

—No cuenta —exhalaste sin tener idea de qué decías.

—No cuenta —concluyó Jungkook, milésimas antes de enterrar su boca en la tuya.

Sus labios se pegaron con fuerza contra ti, con demasiada si la comparabas con la manera suave en que le habías besado tú, pero no podía importarte menos la forma en que lo hiciese, porque ese contacto te estaba volviendo loca. Sus manos acompañaron el beso, empujando la parte trasera de tu cabeza contra su boca, manteniéndote en la posición como si eso fuera necesario... Tampoco es que pensases apartarte, bueno, en realidad, no pensabas en nada en ese momento más que en lo bien que sabía el jodido crío.

Te moviste a su son, notando como su boca se abría para ti cada vez más, hasta que sin darte cuenta, vuestras lenguas chocaron. Jungkook se enterró en tu cavidad haciendo que tus jadeos se ahogasen en algún punto de tu garganta, revolviendo cada parte de tu ser mientras su lengua se encargaba de prender en llamas la totalidad de tu cuerpo ante el simple contacto contra la tuya.

Te ahogabas, pero no sabías bien si era por la falta de aire o por todo lo que comenzabas a sentir.

Notabas los labios hinchados y la saliva comenzaba a correr por una de las comisuras de tu boca por la vehemencia que mostraba el chico en explorarte con su lengua. Inconscientemente, buscaste más contacto subiendo las manos a su pecho, apretando su camiseta entre tus puños cerrados. Y gemiste, demasiado perdida en su boca como para darte cuenta de lo que hacías. Pero Jungkook, por desgracia, sí pareció percatarse de ese pequeño ruido involuntario, porque al momento de escuchar el agudo quejido procedente de tu boca, paró con todo movimiento.

—Joder... —mascullo disgustado, aún contra tus labios—. Joderjoderjoder... Lo siento, estás... Yo no debería de haber... —Su voz sonaba agitada y abriste los ojos preocupada por el nerviosismo repentino que denotaba su tono.

—¿Qué pasa?

—Has bebido y yo... Lo siento, Hana, de verdad que sí.

—J-jungkook no... —Comenzaste a decir, pero el chico se separó de ti, y que casi estuvieses a punto de caerte de cabeza contra la bañera no ayudó lo más mínimo a que dejase de pensar que, en efecto, estabas intoxicada.

Te agarró justo a tiempo para evitar que te hiciese una brecha contra el mármol y te ayudó a sentarte sobre el retrete.

—V-voy a avisar a Hoseok hyung para que te ayude... —anunció en un susurro, con la mirada pegada al suelo.

—Espera, Jungkook. Esto no...

El chico cerró la puerta del baño tras salir a toda prisa y te quedaste unos minutos sentada, en completo silencio, trabajando porque tu cabeza volviese a funcionar. Como si no hubieses sentido el contacto dulce de sus labios besándote con ganas, como si no desearas volver a repetirlo hasta morir.

Hoseok apareció de repente y te acercó tu móvil, mirándote con preocupación.

—Na, Jungkookie dice que necesitas ayuda —comentó agachándose a la altura de tus ojos—. Y tu móvil no ha parado de sonar desde hace un rato.

—Vale...

—Míralo a ver qué es. Creo que era Heejin la que te llamaba, así que a lo mejor pasa algo en tu casa.

Desbloqueaste el aparato como una autómata y miraste el último mensaje que tu amiga te había mandado en las notificaciones.


Heehee:

Namjoon me ha dejado.

22:17



---

No es lunes, lo sé, soy consciente (más o menos) del día en el que vivo, pero este capi lo he subido por una razón especial.

Hay una personita que cumple años hoy y es mi pequeño regalo para ella.

Espero que disfrutes este capi, amore.¡Y que cumplas muchos más!

Purple you <3

Inciso: Wattpad me convierte los guiones, no me deja centrar cosas y me borra frases random, es maravillosamente desesperante :D

BTW, BTS viene a España y estoy que me muero.Barcelona, nos vemos en julio <3


Edit.

23/enero/2

---

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