-Si uno le preguntaba al parroco de la iglesia de Heiligenstadt como se encontraba,siempre contestaba que los años habian sido buenos con el; despues plegaba las manos sobre el vientre y añadia:
Demasiado buenos,hijo mio,demasiado buenos.
-De muy joven,cuando era capellan,se lo habia visto hacer el parroco de aquel entonces y le parecio una expresion de modestia,de alegria de vivir y de un dichoso sometimiento a las decisiones del Todopoderoso. Habia olvidado que el vientre del parroco era lo bastante abultado para subrayar sus palabras y se le escapaba el involuntario sarcasmo de la contradiccion de lo que decia con su enjuta figura. A veces lo desconcertaba la sonrisa cinica que recibia como respuesta de algun miembro de la parroquia,alguien tan flaco como el porque la ultima indundacion lo habia desprovisto de todo lo que poseia . Pero ahora su desconcierto era todavia mayor al contemplar al escualido,andrajoso y apestoso monje dominico que de repente aparecio en la nave de la iglesia y trataba de oeientarse mirando a traves de unas gafas tan sucias que podria haber contemplado el sol sin correr peligro. El recien llegado no dio muestras de disponerse a preguntarle por su bienestar-
¿Donde esta el lago subterraneo?-pregunto en vez de saludarlo. Las consonantes latinas rebotaron contra las paredes y volaron como proyectiles a traves de la nave. El parroco tardo unos minutos en comprender la pregunta-
¿El lago subterraneo?-pregunto-
-El dominico señalo la puerta detras del altar-
¿A donde conduce?
-El parroco recordo a la joven que habia acudido el pasado otoño,y despuues decir cosas enigmaticas habia clavado la mirada en su despensa,como si hubiera esperado que alli realmente se encontrara una escalera que conducia a las profundidades y a un laberinto de catacumbas y fantasticas grutas. Su mente estrecha y timida se pregunto si Dios o algun otro se divertia enviandole un loco cada tantos meses-
A ninguna parte-dijo-¿como puedo ayudarte,hermano?
-El dominico echo un vistazo en torno. El parroco comprobo con la mirada borrosa tras las gafas le erizaba la piel-
¿Hay otra puerta?
¿Detras del altar? No: esta da a la sacristia y alli esta la salida laterak, pero ninguna de las dos esta detras de....
-El parroco corrio en pos de su huesped,que dirigia hacia la condenada puerta-
¿Como puedo ayudarte,hermano?
-El dominico tiro el picaporte-
Abrela
Despues de la ultima vez,hice instalar un cerrojo-explico el parroco-solia despertarme de noche,creyendo que alguien pisoteabamis proviciones mientras buscaba unas cuevas-
¿Cuevas?-El dominico se volvio-¿cuevas como un lago?
Esta es mi despensa-volvio a decir el parroco,porque le parecia que primero debia aclararle las cosas basicas a su huesped-
¿Donde esta el cerrojo?¡Abre de una vez!
Ahi solo esta mi despensa,lo siento-dijo el parroco y despues,considerando que habia sido demasiado brusco,repitio-lo siento
-El dominico tiro el picaportey le pego una patada a la puerta-
¡Calmate por favor!-el parroco saco el manojo del cual colgaban 3 llaves,la de la iglesia,la de la sacristia y la de la despensa. Primero intento abrir con las dos llaves equivocadas y por fin lo logro con la tercera. La puerta se entreabrio; con gran impaciencia,el dominico la abrio del todo. La luz fria de la nave vacia se derramo por un par de peldaños,se arrastro por encima del suelo irregular de color fango e iluminado las verduras marchitas depositadas en un rincon-
Ahi esta-dijo el parroco,y despues repitio-lo siento
-El dominico descendio los peldaños y patio el suelo. El parroco lo oyo suspirar-
Si alli abajo realmente hay algo-dijo el parroco,porque de pronto se le ocurrio que uno podia librarse de un demente siguiendole la corriente-esta tan buen recaudo como en los archivos secretos del vaticano
-El dominico se sobresalto-
¿Que?- jadeo-¿que has dicho?
-El parroco trago saliva e intento apaciguarlo mediante el silencio y una sonrisa confiada. El dominico se sento en el ultimo peldaño y apoyo la cabeza en la mano. Despues de un rato,el parroco oyo un cloqueo: el monje se reia. Luego este se giro y contemplo al parroco; de pronto se quito los lentes,los limpio con la punta de la sotana,volvio a ponerselos y dijo:
Esta a buen recaudo. Pasaran los años,y seguira estando a buen recaudo-el hombre parecia feliz-
Ademas,tengo la llave-dijo el parroco,con la esperanza de acabar de convencer a su huesped de que lo que fuera que buscaba estaba a salvo-
-El dominico guardo silencio. La sonrisa se desvanecio muy lentamente,hasta que los ojos inmensos y los lentes emborronaron volvieron hacer los elementos predominantes en su rostro-
¿Que es lo que has dicho hace un momento?¿<<La ultima vez>>?
Si -contesto el parroco,simulando indiferencia-la ultima vez. Una joven queria bajar las escaleras. Me pregunto lo mismo que tu. ¿Acaso la conoces?-pregunto,invadido por una repentina sospecha.
El dominico remonto los peldaños. El parroco no habia visto que se ponia de pie. Cuando su mirada se cruzo con la del hombre desastrado,empezo a retroceder. El dominico lo siguio. El parroco choco contra el altar con el trasero y se detuvo;su cuerpo se curvo hacia atras y el dominico se inclino por encima de el. Sus respectivas narices chocaron entre si. El parroco oyo el crujido de su columna vertebral-
¿Quien es ella?-susurro el monje-
-El otro estaba convencido de que habia llegado su hora. Se le quedo la mente en blanco y su vejiga se habria vaciado si hubiera contenido el liquido suficiente-
¿Asi que tu tampoco la conoces-tartamudeo-