Ayer pasó por mi ventana
una pureza y una bellaza;
más hermosa que luna
y más blanca que una cana.
Ayer pasó por mi mirada
un sol que alumbraba
más que una vela; y de
perfecto físico como los Alpes.
Por mi puerta tocas cada mañana
y yo de temoroso no abro,
y es entonces que me doy cuenta
que en mí abunda el miedo pero,
¿Por qué el miedo en mí?
¿Qué debo decir si me miras?
Tal vez es porque te pienso,
pero no me atrevo mirarte a los ojos.
Ayer pasó por mi casa
una sonrisa que hipnotiza,
te observe y quede embobado.
Nunca había visto algo igual
y me creí que había visto todo
pero no fue así.
En mi mente hice que repitiera
tu nombre como un grabadora
averiada y muy vieja.
Es tu nombre un sinónimo de amor
que hace alegre a mi corazón y
al oir tu voz es como el sonido
cuando tocan un tambor.
10 de enero de 2020