Recomenzando en Hogwarts

HOGSMEADE

Había pasado una semana desde que Hermione me dio esa poción, solo la había probado dos veces pero como sospeche no era suficiente para ayudarme realmente, así que deje de usarla guarde el frasco como un recuerdo de su amabilidad, tenía curiosidad de cual era la razón para darme algo de ayuda.
Varias veces habia pasado fuera de su despacho dispuesto a entrar y agradecerle, no me atrevi hacerlo en ninguna ocasión, si alguien me observará con seguridad pensaría que la estaba acosando o planeando algo para hacerle daño. Era sábado por la tarde se me ocurrió que seria buena idea ir a tomar algunos tragos a Hogsmeade, relajarme un poco y por unos momentos olvidar.
Al entrar en las Tres Escobas casi todos se volvieron para mirarme unos con asco, otros con odio, hubo algunos susurrando insultos y solo dos que lanzaron maleficios (ilusos habia aprendido a defenderme con rapidez de esos pequeños problemas, ya no solo era experto en la oclumancia pude desarrollar un poco la legeremancia) supongo que todo se trata de sobrevivir.
Me acerque a la barra hacia el lado más oscuro y pedí un whisky de fuego, Madame Rosmerta siempre hacia que me atendiera su ayudante, él sólo se paraba enfrente de mí esperando que pidiera sin dirigirme la palabra ya estaba acostumbrado, no creo que cambie mi situación aquí como en todo lo demás sólo tengo que pretender no me molesta.
El chico se tarda un poco en traer el tarro, aprovecho para echar un vistazo alrededor por un segundo no la reconocí, ahí estaba riendo tan naturalmente como si nunca hubiera pasado nada en su vida cuando los recuerdos de sus gritos a veces me quitaban el sueño y ella parecía estar bien, es tan hermosa su cabello marrón es perfecto, sus ojos brillan tanto y sus labios tienen unas curvas tan delicadas me pregunto como sería besarlos.
Por supuesto mis pensamientos se interrumpen cuando llega mi bebida, apenas la veo solo tomo tragos tratando de no perder de vista su rostro, se nota su felicidad en su forma de hablar, en sus movimientos incluso sus pies tienen cierta gracia¿si estuviera con ella sería así de feliz?
Creo que voy por mi segundo tarro cuando al fin noto quienes son los que están con ella: anteojos, cicatriz, cabello negro es Potter; a su lado cabello rojizo largo, algunas pecas, bonita sonrisa, mirada fuerte debe ser Ginny Weasley (según escuche su prometida) y enfrente de ella tomando la mano de Hermione está la pequeña comadreja.
Termino mi trago y pido un poco de hidromiel, no se cuánto tiempo pasé viéndolos de lejos sin embargo antes de poder moverme Potter se dirige hacia mí.
-Malfoy-hace un pequeño gesto con la cabeza en forma de saludo- he oído que eres profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras¡Otra ronda de cervezas de mantequilla, por favor! - le indico al chico- espero que los estudiantes no te lo pongan tan difícil- dándome una sonrisa cómplice como si compartieramos un secreto- aunque tu puesto está maldito si no mal recuerdo, aguanta todo lo que puedas- dijo mientras me daba un apreton en el hombro y tomaba las cervezas.
-Haré lo que pueda-fue todo lo que salió de mi boca.
Hacia tiempo que no veía a Potter alguna vez lo vi en el ministerio, cuando fui a solicitar trabajo nos saludamos cordialmente y esa fue hasta hace un momento la charla más larga que habíamos tenido. La hostilidad habia desaparecido supongo puedo atribuirle un poco el cambio al alcohol, como fuera volvió a su mesa y luego me señalo para que todos pudieran verme en la barra, la unica que sonrió en forma de saludo fue Hermione, los demás hicieron un pequeño movimiento de cabeza algo incómodo y se concentraron nuevamente en la plática, así en un segundo volví a ser invisible.
Pedí otro tarro de whisky, este es uno de esos días en el cuál pesa más la soledad que siento; parpadeo y ahora es la comadreja el que viene a la barra (mi tarro está vacío de nuevo, siento mi cuerpo lejano ¡genial! He bebido demasiado)voy a ignorarlo. Se acerca a mí y en voz baja dice:
-Hurón si vuelves a llamar a Hermione sangre sucia, me encargaré de que haya una celda con tu nombre en Azkaban, está es la única advertencia. - torció su boca en una sonrisa de suficiencia y se alejo con los tarros con cerveza. Lo sigo con la vista hasta la mesa y se ha unido a ellos Longbottom. Hago una seña y rellenan mi bebida; el sabor quema en los dientes, en la lengua, en la garganta de pronto siento que quema en todo mi cuerpo, definitivamente no es el whisky. Tengo que salir de aquí, la gente me parece borrosa, no distingo a nadie en mi camino a la puerta, me tambaleo un poco ninguna persona intenta ayudarme. De pronto al tocar el marco escucho una voz en mi cabeza: - Necesita ayuda, no deberia irse solo ya está oscuro afuera- giro mi cabeza tratando de ubicar la voz de Hermione pero ella sigue en su mesa aunque está mirándome- supongo que no uso la poción, podría hacerse daño en el camino al Colegio, debería ir con él -sostengo por unos segundos su mirada, creo que estoy sudando algo escurre de mis ojos. Empujo la puerta y dejo de escuchar su voz en mi cabeza, unas gotas de agua tocan mi frente empieza a llover; realmente no reconozco hacia donde debo caminar a Hogwarts solo empiezo a moverme ya no puedo soportar estar más tiempo en el pueblo. Voy trastabillando me caigo dos veces en el lodo, ya no estoy mojado solamente además estoy sucio con la capa rota; me sorprendo al observar una vieja casa abandonada y me  doy cuenta que es la Casa de los Gritos.
Me siento sobre una roca grande a sacudirme el lodo, limpiar un poco la capa cuando siento una mano posarse sobre mi hombro.
-¿Malfoy?
-¿si? - al girarme los hermosos ojos de Hermione me toman por sorpresa
-Me alegra encontrarte, llevamos un rato buscándote- saca una moneda de su bolsillo derecho y la toca- no estas en buen estado, los alumnos no deberían verte así, Neville y yo te acompañaremos a tu habitación sólo esperemos a los demás.- intento levantarme pero de inmediato ella me detiene con su mano y dice: - no me obligues a dejarte inconsciente- vuelvo a sentarme, unos instantes después llegan los demás.