-Pe-pe-pe-pero que?.
Se preguntaba el chico asombrado mientras veía las noticias de la televisión.
-(Es imposible, ¿Eso realmente son letras japonesas?... Puede que me este equivocando y tal vez sea chino... Aunque juzgando por mi cabello morado, podría estar algo seguro que reencarne en un anime Japones... Por favor, esto realmente es un chiste, ¿Porque en un anime?... Acepto que haya reencarnado, pero en un anime es demasiado surrealista... Además, ¿Cabello morado?, no conozco a nadie de un anime que haya tenido el cabello de este color).
El chico quería recordar a alguien con las características de su cuerpo, pero ese no iba hacer el caso, ya que con todo el tiempo que estuvo observando la televisión, su supuesta madre se había percatado de su presencia, y antes de que él pudiera hacer algo, la mujer lo levanto del suelo y lo sentó en sus piernas.
-Llegaste justo a tiempo Yami, ya están apunto de pasar mi reportaje.
Yami se había sorprendido por el repentino levantamiento de su nueva madre, pero se había sorprendido un poco más al escuchar que ella era reportera.
-(¿Ella es una reportera?... Solo espero que no sea de esos reporteros que se inventa las cosas para solo ganar fama).
El chico sabía perfectamente lo fraudulentas que podrían ser las cadenas de noticias, el simple hecho de ver a la gente dar información errónea y darlas como verdaderas, le hacia enojar demasiado.
Pero antes de que él pudiera seguir pensando sobre que clase de reportera seria su nueva madre, ella inmediatamente señaló la televisión algo emocionada.
-¡Mira Yami, mamá esta en la televisión!...
Por la emoción de la mujer por salir en la televisión, hizo que el chico no tuviera más opción que observar las noticias.
En la televisión se podía ver a su madre bien arreglada mientras llevaba un micrófono en la mano haciendo su reportaje, del cual era algo confuso por así decirlo, ya que al haber tantos cortes por causa de una mala edición, hicieron que el reportaje fuera difícil de entender, haciendo que la mujer se enojase en el proceso.
-¿Pero que?... ¡Cortaron casi todo mi reportaje, serán idiotas, Alguien va a tener que pagar por esto, no me rompí la espalda tratando de obtener mi primer reportaje para que unos pedazo de mier...!
En ese instante, ella inmediatamente detuvo su frase al recordar que aun tenia a Yami en sus piernas, estuvo a punto de decir una grosería, y tenia que hacer lo posible para evitar que su hijo las escuchara.
El niño por otro lado, sabía perfectamente que era lo que iba a decir su madre, lo cual le daba risa al saber que no lo había dicho por su presencia.
-(Jajajaja, ¿Soy yo o estuvo a punto de decir "Pedazos de mierda"?... Bueno, yo también estaría enojado si viera la mala edición de ese reportaje, parece como si lo hubiera hecho un niño).
El enojo de la madre del chico poco a poco iba disminuyendo, pero se sentía que ella aun seguía resentida por su reportaje.
-Ya no importa... De todas maneras, ¿Quien iba a creer todas esas locuras sobre que un monstruo atacó a un hombre?...
Yami en ese momento no pudo evitar escuchar la frase que había dicho su madre, con solo la mención de que hubieran monstruos en este mundo solo iba a significar una cosa, y era que efectivamente estaba en un anime.
Pero antes de que él pudiera preguntarle a su madre sobre más detalles del monstruo, un olor a quemado inundó el lugar haciendo que Monica dejara a su hijo en el sofá para salir corriendo a la cocina.
-No no no no no, me distraje demasiado, no me acorde que había puesto la llama en alto.
El chico por otro lado, no podía dejar de pensar en el monstruo que había mencionado su madre, aunque fuese real o no, era buena idea tener algúna pista sobre en que mundo estaba.
-(¿Conque hay monstruos en este mundo?... Eso reduce la lista, pero siendo sinceros, aun hay demasiados animes donde hay monstruos.... En cualquiera de los casos, eso quiere decir que no estoy en un anime aburrido...)
El pelimorado ya tenia una ligera idea sobre en que mundo podría estar metido, pero aun le faltaban pistas para saber exactamente en que anime era en el que había reencarnado.
Pensó que iba a ser un poco difícil, pero al recordar que tan solo era un niño, supo que tenia mucho tiempo para descubrirlo, aunque no sabría cuanto tiempo le tomaría.
*Un año después*
.
12 Meses han transcurrido desde el día en el que Dani, que ahora se hacia llamar Yami Mori, había reencarnado en un mundo anime del cual aun no sabía su nombre.
Durante todo ese tiempo, él trató de investigar cualquier rumor que lo relacionara con una historia anime, pero era imposible.
Teniendo el cuerpo de un niño, el chico jamás pensó que seria tan difícil recolectar información.
Haber vuelto a ser un mocoso, no había sido lo más satisfactorio del mundo, ya que al estar viviendo solo con su madre, tuvo que aguantar incontables horas con niñeras insoportables cuando ella se iba a trabajar.
Durante un tiempo, le gustaba que lo trataran con cariño, pero había recibido tanto cariño, que había llegado al punto de hacerse intolerable cuando revolvían su cabello.
Pero aparte de ello, tuvo que evitar muchas cosas que le habían resultado incomodas, como el hecho de siempre huir cuando su madre le invitaba a bañarse con ella, o cerrar los ojos cuando la veía en ropa interior.
Si, su vida era feliz, pero al mismo tiempo complicada teniendo en cuenta su mente pervertida de 16 años, que a veces explotaba cada vez que ocurría una de esas escenas.
Pero poco a poco, todo iba cambiando, ya que solo tenia que hacer una cosa, y era, esperar, esperar a crecer para poder investigar más sobre en que universo anime se había metido, pero era algo que podía hacer después, ya que el día de hoy, era su "cumpleaños".
Vamos cariño, ahora pide un deseo. -Decía Monica con una dulce voz mientras sostenía una cámara de vídeo.
-Mamá, sabes que no tienes que grabar todo esto ¿verdad?, digo, es mi 4° cumpleaños, aun no me voy a ir a ninguna parte, aun me faltan muchos años más para ir a la universidad.
La madre por otro lado, no hizo más que soltar una pequeña risa por su comentario.
-¿Es un chiste?, quiero grabar todos los momentos preciosos de mi bebé, y más cuando es su día especial... Ahora, sopla las velas cariño.
El apartamento en donde se encontraban, solo estaban ellos 2 juntos con un pequeño pastel de vainilla, del cual aun tenia 4 velas encendidas, del cual la madre de Yami, estaba esperando a que su hijo las apagara.
El chico lo único que hizo fue mantener su mirada en las velas encendidas mientras pensaba en algún tipo de deseo, y al cabo de unos segundos, Yami se dispuso a apagarlas con un soplido.
-Bien, ¿Cual fue el deseo que pediste?.
Monica estaba un poco curiosa por saber que era lo que el niño había deseado, pero para su sorpresa, el pelimorado había disparado su respuesta.
-Es fácil, mi deseo es: "No tener más niñeras". -Decía el niño con una pequeña sonrisa.
Pero la madre lo que hizo fue soltar un suspiro de decepción por las palabras de su hijo.
-Cariño, ya hablamos de esto, no puedes quedarte solo en casa sin supervisión de alguien mayor.
Para Yami y su madre, no había sido la primera vez que habían tenido esta conversación, ya que desde hace un par de meses, el chico había propuesto hacer que su madre dejara de contratar niñeras para ahorrar dinero, también era para que dejaran de tratarlo como un niño pequeño, pero ese plan no había funcionado ni lo más mínimo.
-Por favor mamá...Sabes mejor que nadie que soy capaz de cuidarme solo, digo, he sido yo quien a hecho la cena en el ultimo mes cuando tú estás en el trabajo.
Pero la pelimorada obviamente no iba a retroceder, ya que iba a necesitar más que eso para convencerla de dejar a su hijo solo en su departamento por más de 9 horas.
-Yami, que hayas podido hacer cereal con leche durante un mes, no significa que puedas quedarte solo.
El niño al ver que estaba perdiendo de nuevo, comenzó hacer pucheros sin darse cuenta que lo estaba haciendo.
-Es que ni siquiera me estas dejando una oportunidad...
-Yami-chan, aunque te veas tierno haciendo pucheros, no vas a convencerme de dejarte solo... Aun no puedes alcanzar el picaporte de las puertas, y no, apilar los libros para llegar a ella no cuenta... ¿Que pasaría si ocurriera un terremoto o algo peor?, seria imposible para ti salir de este lugar. ..
El chico sabía perfectamente que su madre lo estaba haciendo porque no quería que su único hijo se quedara solo, pero, también sabía que estaban en Japón, uno de los países más seguros del mundo, se suponía que ella no debería estar preocupada, aunque él chico no podía entender él porque.
-Pero mamá...
-Yami-chan, mi respuesta sigue siendo no... Además, ¿A que viene tanto alboroto por querer quedarte solo?, ¿No te gusta que Motoko sea tu niñera?.
La pelimorada no sabía el porque su hijo quería estar solo en el apartamento, simplemente era algo que no se le podía meter en la cabeza.
Lo que ella no sabía, era que su hijo quería usar la computadora de su habitación para investigar en internet y averiguar de una vez por todas, en que anime podría estar.
Anteriormente se lo había pedido amablemente, pero ella se había negado por completo sin siquiera pensárselo.
Así que este había sido el único plan que había planeado durante semanas, ya que al no estar su niñera, podría entrar libremente a la habitación de su madre y tomar su ordenador durante su jornada de trabajo.
-Vamos mamá, piensa un poco, soy mucho más listo que los niños de mi edad, se sumar restar multiplicar dividir, se usar el teléfono en caso de emergencia, no soy tan idiota como para dejar entrar a extraños... Por favor mamá, solo da me una oportunidad y veras que no me pasara nada, ¿Si?... Por favor por favor por favor, puedes tomarlo como un regalo de cumpleaños adelantado de los 5 años.
Su madre no iba a estar de acuerdo ni aunque fuera su regalo adelantado de los 50 años, pero al cabo de unos minutos de silencio pensando en las cosas que pudiera ocurrir, supo que no debía ser gran cosa recordando que podría pedirle un favor a los vecinos en caso de que algo saliera mal.
-(No puede ser, ¿Realmente me lo estoy pensando?... Bueno, si, mi hijo ha madurado muy rápido, demasiado diría yo, aun así, ¿debería dejarlo?).
Ella no podía dejar de pensar sobre la petición de su hijo, pero al cabo de unos minutos, pudo tomar una decisión tras dar un suspiro.
-Esta bien esta bien, te pondré a prueba mañana...
Yami en su mente estaba realmente contento al ver que su plan había funcionado, aunque muy en el fondo, pensaba que no iba a funcionar ni en lo más mínimo.
-Espera, ¿Lo dices en serio?.
A lo que Monica le respondió con otro suspiro no estando 100% segura de lo que estaba haciendo.
-Si, lo digo en serio... Pero solo por esta vez... Aunque, si ocurre algo malo mañana, puedes estar seguro que jamás dejare que te quedes solo en casa de nuevo hasta que cumplas 70 años.
Al pelimorado no le gustaba la idea de quedarse solo por el resto de la eternidad con niñeras, pero sabía que no iba a ocurrir nada, así que decidió tomar el riesgo, ya que era más importante poder usar el ordenador de su madre y averiguar todo solo este mundo.
-Gracias mamá, ¿Ahora vez porque eres la mamá más linda del mundo?.
Acto seguido, el chico se bajo de la silla para luego abrasar a la pelimorada, del cual, ella le correspondió el abrazo.
-Ya no hace falta que me aludes Yami-chan, ya tenias lo que querías.
Monica parecía estar un poco molesta, al pensar que su hijo se estaba convirtiendo en un manipulador, pero fue sacada de dudas cuando el chico le respondió con un tono de burla en su voz.
-Bueno, si no te gusta, entonces comenzare a decirte que eres fea a partir de ahora.
Y tras escuchar las palabras del niño, ella en menos de un segundo rodeo su brazo alrededor del cuello de su hijo mientras ponía una cara demoniaca.
-¡¿Que dijiste?!.
Yami simplemente tragó un poco de saliva al recordar que no tenia que decir la palabra prohibida, y con algo de nerviosismo en su voz, trató de liberarse de las garras de su enojada madre.
-¡¡Era broma era broma era broma!!.
El cumpleaños del pelimorado había sido el más silencioso que haya visto, ya que en él, solo habían estado el chico y su madre.
Para el chico, durante el año que estuvo viviendo en ese mundo, había sido lo mejor que le había pasado en la vida.
Él nunca había pedido abandonar su vida anterior, pero no podía dejar de agradecer al universo por haberle dado una mejor vida, con una madre que si lo quería.
Durante el año que estuvo viviendo con su madre, se enteró de muchas cosas de su vida antes de llegar a este mundo, cosas como que ella había sido hija única, y que sus padres habían muerto un año después de que Yami había nacido, y también que su supuesto padre había muerto en un accidente automovilístico hace dos años.
Por eso habían estado solos en su cumpleaños, pero algo que Yami le daba un poco igual, ya que al menos tenia a alguien para celebrarlo.
*Al día siguiente*
.
Ya eran al rededor de las 6 PM, hora en el que Monica estaba a punto de irse a su trabajo, del cual ella aun seguía estando no muy convencida por irse.
-Hay más leche en el fondo del refrigerador, procura no dejarla afuera, no te duermas tan tarde porque me voy a dar cuenta.
Yami escuchaba atentamente todo lo que estaba diciendo su madre, pero estaba aburrido, porque éste era la tercera vez que se lo estaba repitiendo.
-Mamá, no tienes que preocuparte...
Pero antes de que el pelimorado pudiera seguir hablando, su madre siguió con su conversación.
-Recuerda, no le habrás la puerta a extraños, si ocurre una emergencia, usa el teléfono... No, mejor ve con los vecinos, o llama a Motoko, sabes que esta en el primer piso.
Poco a poco, Monica parecía estar alterándose, pero era de esperarse de una madre, quien estaba dejando solo a su hijo por su propia petición.
-Mamá, no hará falta hacerlo...
El niño parecía estar lo más relajado posible, lo contrario que a la pelimorada, quien estaba aun más preocupada que antes.
-Si alguien quiere entrar por la fuerza, llama a la policía, si ocurre un terremoto, te cubres debajo de la mesa, si ocurre un tsunami... Espera, aun no sabes nadar... ¿Sabes que? creo que debería quedarme en casa, hoy solo íbamos revisar las grabaciones de mi ultimo reportaje...
Y tras decir aquellas palabras con una gran sonrisa, ella comenzó a caminar devuelta a su habitación, pero al dar el tercer paso, Yami se puso en su camino algo enojado.
-¡Mamá!... ¡¿Quieres estar tranquila?! estas exagerando, estaré bien, no es como si fuera el fin del mundo...
Monica estaba aun angustiada con lo de dejar al chico solo en el departamento, pero había hecho una promesa, y como buena madre que era, tenia que enseñarle a su hijo a que no tenia que romper sus promesas.
-Lo siento, es que tengo el presentimiento de que algo malo va a ocurrir... Además, no quiero que le pase algo a mi bebé.
El pelimorado sabía perfectamente lo sobre protectora que era su madre, así que intentó calmarla un poco prometiéndole no hacer cosas peligrosas.
-No te preocupes... Si te hace sentir mejor, no tocare la cocina...
Para él parecía que no iba a ser de mucha ayuda, pero lo cierto era que de verdad era un gran alivio para ella escuchar esas palabras.
-Bueno, esta bien...
Y Monica tras decir aquellas palabras, soltó un gran suspiro, para luego observar los ojos de su hijo.
-No lo se, pero a veces pienso que has madurado demasiado rápido desde el día en que comenzaste hablar por primera vez... Solo espero equivocarme esta vez con mi presentimiento... Volveré a las 4 de la mañana, si descubro que has incendiado, inundado, o destruido el departamento, te castigaré por 70 años.
Yami en ese instante le dio una gran sonrisa pensando que lo que había dicho su madre, era una simple broma, pero al ver su rostro enojado, se dio cuenta que realmente lo era.
Al cabo de unos segundos, su mirada demoniaca cambio a una distraída al darse cuenta de la hora.
-Ay no, se me hace tarde... Nos vemos cariño.
Acto seguido la mujer le dio un beso en la frente a su pequeño, para luego salir corriendo por la puerta al darse cuenta que estaba llegando tarde a su trabajo.
Durante algúnos segundos, el ambiente en el lugar se había consumido en el silencio absoluto, dándole a entender a Yami, que estaba completamente solo.
-(Eh... Guao, hay demasiado silencio... No pensé volver a tener el sentimiento de la soledad... Bueno, no importa, sera mejor ir a la computadora de mamá para averiguar más cosas de este universo... Solo espero no decepcionante y descubrir que en realidad estoy en el mundo real... Aunque tampoco es tan malo, digo, estoy en Japón... Japón del 1995, pero es mejor que estar en la edad media)...
El chico tras pensar sus palabras, se dirigió a la habitación de su madre, del cual por suerte, se encontraba abierta, ya que aun le costaba abrir las puertas por culpa de su estatura.
Ya estando dentro de la habitación de su madre, se dirigió a la silla, para alcanzar el ordenador.
-Al fin, es como si hubieran pasado años desde la ultima vez que usé una computadora... Solo espero que tenga un sistema operativo decente, o que al menos no tenga contraseña... Espera, no puede ser...
Mientras que el ordenador estaba encendiéndose, se dio cuenta de algo que no había pensado desde un principio.
No era que la computadora estuviese bloqueada por una contraseña, tampoco que tuviera un sistema operativo imposible de comprender, si no, algo mucho peor que iba más haya de su alcance, ya que tras ver el teclado, se dio cuenta que era un teclado totalmente diferente.
-Oh, mierda, el teclado esta en japones y yo apenas estoy aprendiendo a leerlo... Soy un idiota, ¿Como es que no pensé en esto?...
Lo único que pudo hacer Yami, fue dejar caer su cabeza sobre el teclado dándose cuenta que su plan no estaba saliendo tal y como esperaba.
-Genial, ¿Y ahora que?... No puedo esperar hasta aprender japones para poder usar el ordenador, ¿O si?... Bueno, al menos ahora solo tengo un problema que resolver... Que fastidio, ahora tengo que aprender japones para poder usar la computadora...
El plan del pelimorado había sido un gran fracaso por no haber previsto el cambio de idioma, siendo que estuvo por un año entero viviendo en una sociedad donde dada igual hacia donde mirabas, habían letras japonesas.
Lo único que pudo hacer en ese entonces, fue salir de la habitación de su madre, y con un gran suspiro de decepción, Yami se pasó toda la noche solo viendo la televisión, y como era de esperarse, al cabo de unas horas el chico se había quedado dormido en el sofá.
Parecía que se iba a quedar ahí toda la noche, pero se había despertado de golpe por una explosión que había ocurrido en un programa de televisión
-Ahhhh... So-solo fue la televisión... Casi me muero del susto... Sera mejor que me vaya a mi habitación...
Acto seguido el chico inmediatamente apagó el televisor, para luego dirigirse a su habitación, pero antes de que él pudiera llegar a su destino, se dio cuenta de una luz salir de la habitación de su madre.
-¿Y esa luz?... ¿Dejé la computadora encendida?.
El pelimorado no recordaba exactamente si había apagado el ordenador, así que al entrar a la habitación de su madre y notar que la computadora estaba encendida, pensó que se le había olvidado.
-Si, era la computadora... No importa, menos mal que me di cuenta, porque si mi madre descubre que estuve en su habitación sin permiso, de seguro me castigaría hasta los 70 años...
Mientras que Yami se estaba acercando para apagar la computadora, pudo observar que no era lo mismo que había visto al encenderlo, dándole a entender que las imágenes que estaban apareciendo en el monitor, era una clase protector de pantalla animado.
-Este protector de pantalla se ve genial, ojala hubiera tenido uno igual en mi computadora antes de venir aquí.
El protector de pantalla que el chico estaba observando, era una imagen animada de números cambiando al azar por la pantalla con un fondo de color rojo.
Aunque para el pelimorado fuese genial, no podía hacer nada con el ordenador hasta que aprendiera a leer, así que sin pensarlo por mucho tiempo, presionó el botón de apagado.
Pero algo raro estaba pasando, al presionar el botón y esperar unos segundos, se dio cuenta que no estaba ocurriendo nada.
-Que raro, debería de estar apagándose...
Acto seguido, el niño volvió a presionar el botón de apagado repetidas veces para ver si se apagaba el ordenador, pero el resultado seguía siendo el mismo.
-Bueno, si no te vas apagar, no me queda de otra que desconectarse de la corriente eléctrica.
Para él era una buena opción, algo peligrosa, pero una buena opción después de todo, pero cuando intentó desconectar el ordenador, se dio cuenta que le faltaba fuerza para desconectar el cable.
Los cables estaban debajo del escritorio, el cable de la corriente estaba algo ajustado, pero no tan fuerte como para que un niño no pudiera desconectarla.
Luego de varios segundos de jalar el cable, al final pudo conseguirlo.
-¡Ja! Nada como el clásico "Desconectar el ordenador de la corriente", solo espero que mi madre... ¡¿Pero que mierda?!.
Yami no podía creer lo que estaba viendo, simplemente era imposible lo que estaba pasando, la computadora no se había apagado, dándole a entender que posiblemente se había equivocado de cable, pero sabía que era imposible, porque solo habían 3 cables conectados, la pantalla, el ordenador, y el módem, y este ultimo, tenia una conexión totalmente diferente.
-Es-es-es imposible...
Acto seguido el chico intentó apagar el monitor, pero el resultado seguía sin cambiar.
-¿Que esta pasando?... ¿Porqué no se apaga la computadora?...
El niño parecía estar un poco asustado por lo que estaba ocurriendo, había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que presencio cosas extrañas, pero esta vez era diferente, porque esta vez él estaba vivo.
La pantalla del ordenador por otro lado, seguía teniendo el mismo protector de pantalla, pero con la peculiaridad de que esta vez, los números estaban cambiando más rápido que antes, como si por algúna razón, estuvieran aumentando su velocidad.
El pelimorado simplemente quedo hipnotizado por la pantalla, esperando que en algún momento pudiera salir un monstruo, o algo que le pareciese.
Y tal como él había pensado, algo más extraño le estaba ocurriendo a la pantalla, haciendo que Yami se pusiera alerta, pero al mismo tiempo, dándole el presentimiento de haber visto esto en algúna parte.
Poco a poco, la pantalla del ordenador comenzó a distorsionarse, como si alguien o algo estuviera saliendo de la pantalla.
Y como era de esperarse, el chico dio unos pasos hacia atrás asustándose cada vez más, pero no dejando de pensar que todo esto le parecía familiar.
Luego de varios segundos de angustia al no saber que clase de demonio iba a salir de la pantalla, el objeto ya había terminado de materializarse en el mundo real.
-No... Me... Jodas.
El miedo de Yami había sido reemplazada por una de asombro al ver el objeto materializado flotando enfrente de la pantalla.
Y al cabo de unos segundos, la computadora de su madre, se apagó de golpe haciendo que la habitación se hundiera en la completa oscuridad.
El niño por otro lado, aun seguía petrificado, simplemente no podía creer lo que había visto con sus propios ojos.
-No puede ser... ¿Eso fue lo que...?.
Sin pensarlo dos veces, Yami camino entre en la oscuridad de la habitación buscando el objeto que se había caído al suelo, deseando que todo lo que había visto no haya sido su imaginación.
-Por favor, que no sea una broma, por favor, que no sea una maldita broma... Me voy a morir si realmente...
Pero antes de que él pudiera terminar su oración, pudo tocar con sus propias manos, el objeto ovalado que había salido de la pantalla del ordenador, y sin pensarlo demasiado, tomó el objeto en la oscuridad, para llevárselo a su habitación.
-Esto tiene que ser un chiste, ¿Realmente esto esta pasando?.
Ya estando en la habitación, el chico encendió las luces de su habitación, para ver mejor el objeto que se había materializado.
-No puede ser... Esto tiene que ser un sueño, esto no puede ser real, es el universo que me quiere jugar una broma, de eso estoy seguro.
Acto seguido, Yami se dio una bofetada lo más fuerte posible pensando que despertaría, pero el caso era que lo único que podía sentir, era el dolor que había provocado su golpe.
-Si, esto duele, nota: "Recordar que tengo la mano pesada"... Espera, esto duele... Eso significa que... ¡Siiiiiiiiiii!.
El grito del chico era tan grande y tan agudo, que él mismo casi podía romper el cristal de las ventanas con su voz, pero era de esperarse que estuviera emocionado, porque jamás en la vida se hubiera imaginado haber reencarnado en uno de sus animes favoritos.
-Oh dios, oh dios, esto es real, esto es real, que emoción, estoy en Digimon, y esto un DigiHuevo, mi compañero Digimon, es increíble... Sabía que esto me resultaba familiar, pero no recordaba que era... Si joder, ya tengo todo resuelto, ya no tengo que esperar aprender a leer para poder a usar la computadora... Todos esos meses agobiado para saber en donde estoy, ya han terminado... de acuerdo de acuerdo, Dani, relajate... Ya sabemos en donde estamos, ahora la verdadera pregunta es: "¿En cual serie de Digimon estoy metido?"... Quizás sea una nueva serie de Digimon... Si ese es el caso, no tengo problema con eso, aunque hubiera preferido estar en uno de los animes que ya conozco... Bueno, más o menos, hace años que no veo una de las temporadas... Solo llegue hasta Cros War, y esa temporada no me gustó para nada, aunque me gustaba el diseño de los Digivice... Espera, es cierto, ahora que tengo un DigiHuevo, ¿Donde esta mi Digivice?...
En ese instante, el chico revisó sus bolsillos buscando el dichoso dispositivo, y descubrió que realmente no lo tenia.
Intentó recordar si había salido algo más del monitor, pero lo único que había visto, había sido el DigiHuevo.
-De acuerdo, no tengo Digivice... Pero no importa, mientras tenga el DigiHuevo, todo saldrá bien... Dios, estoy tan emocionado, no se si podre volver a dormir esta noche... Bueno de acuerdo, necesito calmarme... Bien, primero que nada no puedo contárselo a mamá, estoy 100% seguro que se volvería loca cuando vea a mi compañero Digimon... Tendré que esconderlo de algúna manera cuando vaya a nacer, el lado bueno de todo, es que al no tener un Digivice, no podrá llamar la atención al no poder Digievolucionar en una bestia gigante de 4 metros... Segundo, ¿Que voy hacer cuando nazca? digo, por algúna razón el DigiHuevo debió llegar a este mundo... A menos que haya aparecido por arte de magia... Ya no importa, sera mejor pensarlo en la mañana, ahora mismo, creo que debería dormir, aunque sabemos que eso sera imposible por la emoción que estoy sintiendo... Pero mejor me iré a dormir, no quiero que mi madre me mate si descubre que me dormí tarde...
Yami sin lugar a dudas, estaba realmente emocionado, al principio de todo no podía tener la idea de haber reencarnado, y menos en un anime, las posibilidades habían sido totalmente inciertas, pero al fin y al cabo, habían ocurrido por algúna razón.
*Al día siguiente*
.
La noche había sido demasiado dura para el chico, ya que al haber tenido la emoción de haber descubierto que realmente esta en uno de sus animes favoritos, se le hacia difícil conciliar el sueño, pero al final de todo pudo conseguirlo con algo de esfuerzo, aunque no duro demasiado, ya que al cabo de unas horas, había sido despertado por su madre.
-Yami-chan, despierta dormilón, es hora del desayuno.
Decía ella entrando a la habitación, a lo que el chico despertándose, le respondió con un gran bostezo.
-5 Minutos más...
El niño aun seguía teniendo sueño por no haber dormido bien por lo que había ocurrido en la noche, pero Monica sabía perfectamente como despertarlo sin mucho esfuerzo.
-Yamí-Chan, hice panqueques.
Y con solo decir esa frase, la mujer salio de la habitación estando 100% segura de que eso lo despertaría.
Lo cual era cierto, ya que el chico inmediatamente abrió los ojos como platos pensando en el desayuno.
Pero al tratar de salir de su cama, se dio cuenta de un bulto que se había formado debajo de su sábana, y al averiguar que era, se dio cuenta que era el DigiHuevo de anoche.
-Es cierto, dormí con él... Es bueno que no haya nacido mientras dormía, eso hubiera sido un problema... Bueno, no importa, revisaré luego, mejor iré a desayunar antes de que mi madre le de un ataque... No te muevas de la cama.
Yami no podía recordar si un Digimon podía escuchar si estaba dentro del huevo, pero era mejor hacerlo de todos modos para tratar de hacer algún tipo de conexión sentimental con su compañero Digimon.
Luego de despedirse por un momento del DigiHuevo, se dirigió al baño para cepillarse los dientes, y mientras lo hacía, no podía imaginar que clase de Digimon saldría del huevo.
-(Me pregunto que saldrá del huevo... Espero que sea un "Agumon", o que al menos sea uno que DigiEvolucione en "Wargreymon", me gustaba mucho su apariencia... No, ya se, mejor uno que Digievolucione en un "Angewomon", o una Digimon con aspecto femenino... No es que sea Digifilico ni nada, solo que es mejor tener a una linda compañera Digimon que un tipo musculoso... Que importa, un Digimon es un Digimon).
La mente del chico aun se peleaba moralmente sobre como seria su compañero o compañera Digimon, pero en cualquiera de los casos le iba a dar igual, porque tenia un compañero virtual.
Ya habiendo terminado de cepillarse los dientes, se dirigió a la cocina, pero al pasar por su habitación, no pudo evitar detenerse por algo extraño que había ocurrido.
El DigiHuevo que Yami había dejado en la cama, se encontraba en el suelo.
-¿Pero que? ¿No te había dejado en la cama?.
El pelimorado poco a poco se acercó al huevo estando un poco confundido, porque él recordaba perfectamente que lo había dejado en la cama, así que al intentar levantarlo, se dio cuenta que se había movido por un momento asustándolo un poco en el proceso.
-¿Se-se ha movido? ¿Eso significa que ya esta naciendo?.
Y efectivamente eso estaba ocurriendo, ya que el huevo comenzó a moverse más que antes.
-Esta naciendo esta naciendo. -Decía Yami muy emocionado observando en primera fila uno de los acontecimientos más inusuales de la humanidad, el nacimiento de un Digimon.
Poco a poco el huevo comenzaba a salirle grietas, dándole como señal al chico, dejar el DigiHuevo en el suelo.
Los segundos con los que la criatura le costaba romper el cascaron, parecían eternas, pero luego de varios segundos tortuosos de espera, el DigiHuevo al final se había roto revelando 2 enormes y redondos ojos, al principio para Yamí, pensaba que se trataba de un Digimon que nunca había visto, pero la criatura tras romper su cascaron por completo, le hizo recordar a un Digimon que no era muy conocido por él.
-Creo que te he visto en algúna parte... Espera, si, te recuerdo... Fue en un capitulo de Digimon Savers, pero lo vi hace tanto tiempo que no me acuerdo tu nombre.
La criatura era tan pequeño como el chico se lo había imaginado, pero nunca esperó que fuera su compañero Digimon.
La criatura parecía un peluche emplumado con dos grandes ojos, de los cuales era lo único que se podía destacar ya que era imposible no dejar de mirarlos.
El Digimon en cuestión estaba haciendo lo mismo, no podía dejar de mirar al pelimorado a los ojos, como si ambos estuvieran hipnotizados mutuamente.
Yami poco a poco levanto su mano para intentar acariciar a su compañero Digimon, pero al tener la mano tan cerca, la criatura esponjosa se asustó a tal punto de morderlo.
-¡Ay, eso duele, seras...! ¡Pequeño demonio!.
El pelimorado estaba tan molesto por ser mordido de forma inesperada, que intentó ahorcar a su supuesto compañero, pero como era de esperarse, la criatura se había asustado aun más haciendo que huyera del chico, pero era imposible, ya que la habitación estaba cerrada.
La única opción que tenia el pequeño Digimon, era ocultarse debajo de la cama, pero como veía que estaba acorralado en una esquina, supo que eso iba hacer imposible.
-Ahora si desgraciado, me vas a pagar por morderme.
Yami en ese instante levanto su mano para intentar golpearlo, la pobre criatura lo único que hizo fue cerrar sus ojos esperando el golpe, pero por algúna extraña razón, el golpe no estaba siendo efectuado.
Y tras abrir sus ojos, se dio cuenta que el niño estaba bajando su brazo lentamente mientras soltaba un suspiro.
-Tienes suerte de ser un bebé, si no ya te hubiera golpeado...
El pequeño Digimon por otro lado aun seguía estando algo temeroso, esperando a que todo sea una trampa para golpearlo, pero ese no era el caso, ya que la ira del chico se había ido.
-Oye, no me mires de esa manera, yo solo te iba acariciar, tú me has mordido... Como sea, no te muevas, vuelvo en un momento...
El chico rápidamente salio de su habitación para luego cerrarla por completo para evitar que el Digimon se escapara, pero la criatura al ver que el niño se había ido, no dudo en esconderse debajo de la cama, no era precisamente el mejor escondite del mundo, pero era el único que para él le parecía seguro.
El pequeño Digimon no sabía que hacer, se sentía atrapado en un lugar que no conocía ni lo más mínimo, todo le resultaba extraño, por eso había mordido al pelimorado, porque era su lenguaje para decir que estaba muy asustado.
Luego de varios minutos para intentar analizar todo lo que estaba pasando, el chico había vuelto.
-¿Eh?... Oye ¿En donde te has metido?... Vamos, sal de donde quiera que estés, te traje algo que tal vez te guste.
La criatura no iba a bajar la guardia ni por un segundo, de hecho, tenia la intención de escapar por la puerta, pero ese plan se había arruinado, porque en ese momento, Yami la había cerrado.
-Bueno, al menos esta vez mamá no los ha quemado como siempre...
Acto seguido, el pelimorado había dejado un plato que para el Digimon, olía delicioso, pero él no quería bajar la guardia, aunque se le hacia difícil, porque el olor de los panqueques, eran demasiado poderosos como para no evitar caer en su tentación.
Yami sabía perfectamente que el único lugar donde el Digimon se podía ocultar, era debajo de su cama, así que para evitar incomodar a su compañero, se acostó en ella para que no viera sus pies.
Poco a poco, la pequeña criatura se iba acercando cada vez más a la comida, al cabo de unos minutos, el Digimon ya estaba al lado del plato, y tras dar una mordida a los panqueques, la criatura comenzó a comer como un animal, como si nunca en su vida hubiera comido, lo cual era cierto, porque apenas tenia alrededor de 20 minutos de nacido.
-Oye, relajate, no comas tan rápido, te puedes ahogar...
El Digimon por otro lado, no había hecho ningún misero caso, y a que lo único que le importaba, era la deliciosa comida que estaba ingiriendo.
-Vaya... Creo que alimentar a este pequeñin va ser más difícil de lo que pensé... Aunque bueno, puedo decir la escusa sobre que soy un chico en crecimiento para pedir más comida...
Pero antes de que él pudiera decir algo más, su compañero por algúna razón lo estaba mirando a los ojos.
-¿Que ocurre? ¿Ya terminaste de comer? ¿O acaso quieres morderme otra vez?.
Y tras decir su pregunta, Yami se sentó en la cama observando al pequeño Digimon mientras trataba de encontrar una solución sobre como iba a ocultar a su compañero, pero no podía pensar en nada, ya que la pequeña criatura se le estaba acercando poco a poco.
Él pensaba que el Digimon iba a atacarlo en algún momento, pero ese no había sido el caso, ya que por algúna extraña razón, la criatura había saltado para caer sobre las piernas del chico.
-No me asustes, pensé que me ibas a atacar o algo así... Bueno, ya no importa... Di me, ¿Te gustaron los panqueques?...
A lo que el Digimon al escuchar la pregunta, le respondió asintiendo con la cabeza.
-Parece que me entiendes... Es una lastima que no puedas hablar hasta que llegues a tú segunda etapa... Por cierto, se que no puedes hablar y todo eso, ¿Pero me puedes decir una pista sobre tú nombre?.
El chico recordaba donde había visto a este Digimon, pero no se acordaba del nombre, ya que solo había visto el capitulo una sola vez, pero aunque su compañero no pudiera hablar, no iba a significar que no pudiera darle un nombre, pero antes de que el chico tuviera la idea de pensar en un nombre, su madre abrió la puerta de su habitación algo enojada, asustando a la pequeña criatura en el proceso haciendo que se ocultara bajo las sabanas.
-Ma-mamá, no me asustes...
Pero antes de que Yami pudiera seguir hablando, ella lo interrumpió mirándolo a los ojos.
-¿Di me en donde está?.
El pelimorado se había confundido por completo, no sabía que era lo que estaba hablando su madre.
-Mamá, ¿De que cosa estas hablando?.
Monica en cambio pensaba que su hijo simplemente estaba mintiendo, ya que era normal para un niño de su edad, mentir cuando estaba ocultando algo.
-Por favor Yami-chan, no soy estúpida, también fui niñera cuando era más joven, se cuando un niño esta ocultando algo... ¿Dime en donde lo escondiste?.
El niño supo de inmediato que no había sido muy discreto cuando se había llevado el plato con panqueques a escondidas, pero lo había hecho de esa manera, porque quería volver rápidamente a su habitación, porque no quería dejar solo a su compañero, pero al recordar que se había escondido debajo de las sabanas a la llegada de su madre, supo que tenia que evitar que ella lo viera a toda costa, lo cual iba hacer difícil, ya que Monica algo enojada, comenzó a buscar por toda la habitación la supuesta mascota que el chico había traído a casa.
-Vamos Yami-chan, sabes que no podemos tener una mascota, y menos si es uno de la calle... Ahora dime donde lo escondiste.
El pelimorado no podía dejar de ponerse nervioso, ya que le aterraba ver a su madre en su lado demoniaco.
-Mamá, yo no traje ninguna mascota... Piensa, ¿En que momento me dio tiempo para traer una mascota?...
Y tras hacer la pregunta, recordó que el día de ayer había sido el día perfecto, ya que no había tenido una niñera.
-Ahora lo entiendo... Ya se porque has insistido durante un mes para que te dejara solo sin una niñera... Pensé que lo hacías porque querías demostrar que eras un niño grande, pero al parecer caí en el truco...
La mujer tenia un buen punto, era una respuesta muy lógica, pero aunque pudiera estar equivocada, ella tenia la sensación de que su hijo estaba ocultando algo.
-Es una coincidencia...
Pero antes de que él pudiera seguir hablando, su madre lo interrumpió con una carcajada, ya que le parecía gracioso ver como su hijo intentaba ocultar algo que parecía demasiado obvio.
-¿Ah si? ¿Entonces dime porque has traído comida a tu habitación? Nunca comes en tu habitación...
Monica en ese momento, se dio cuenta de algo extraño que se había movido debajo de las sabanas, y con solo eso en mente, se dio cuenta que la supuesta mascota del niño, se escondía más cerca de lo que ella pensaba.
-Bueno, no importa, supongo que debería irme... ¡Después de arreglar la cama!.
Rápidamente, la madre del chico jaló la sabana tan rápido, que el pelimorado no le había dado tiempo pensar en una forma de ocultar a la pequeña criatura, pero no hubo ninguna necesidad porque por alguna razón, el pequeño Digimon emplumado no estaba, ya que en su lugar se encontraba un peluche de un pingüino de color verde.
-Que raro, pensé que estaba aquí...
Monica parecía estar muy confundida, nunca se equivocaba cuando tenia el presentimiento de que alguien estaba ocultando algo, pero eso no iba evitar que ella no pudiera investigar después.
-Bueno, no importa... Seguiré más tarde, tengo cosas que hacer... Una cosa más Yami-chan, sea lo que sea que estés ocultando, no podrás ocultarlo para siempre.
Y tras terminar su oración, la mujer salio de la habitación de su hijo no estando muy convencida por no haber encontrado la mascota que el chico estaba ocultando.
Yami le había dado un gran susto al pensar que su madre iba a descubrir a su compañero Digimon, pero se había extrañado al notar que no estaba debajo de las sabanas.
-(Casi me da otro infarto, eso estuvo cerca)... -Pensaba el pelimorado mientras buscaba a su compañero Digimon, del cual por alguna razón, había desaparecido.
Él intentó buscarlo en voz baja, porque no quería que su madre lo escuchara, pero luego de pasar varios minutos sin encontrarlo, el chico comenzó a entrar en pánico.
-(Ay no, ay no... ¿Se-se habrá escapado por la puerta?... No, es imposible, se ocultó en las sabanas cuando mamá abrió la puerta)... Espera un segundo, ¿Desde cuando tengo este juguete?.
Yami en ese momento observó que en la cama había un peluche que nunca había visto, una especie de pingüino verde, del cual lo había levantado con las manos.
-Que raro... No sabía que tenia un peluche tan feo.
En ese instante, el peluche que tenia el chico en las manos, frunció el seño.
-¡¿A quien le dices "Feo"?!.
Y como era de esperarse, el pelimorado dejó caer al supuesto peluche no esperando a que hablara.
-¿Pero que mier...?, Dani recuerda; "No decir groserías si hay gente cerca"... Bien pingüino, ¿Quien eres tú, y donde esta mi compañero Digimon?.
-¿Compañero Digimon? Vaya, no pensé encontrar un humano que supiera de nuestra especie a tan corta edad...
El pingüino no comprendía del todo sobre lo de ser "Compañero", pero le intrigaba saber que un humano supiera quien era incluso antes de su nacimiento.
-EEEEEH, digamos que se muchas cosas... Espera espera, antes que nada, quiero estar seguro de algo, ¿Tú eres el pequeño Digimon peludo que se comió los panqueques?.
El pelimorado no estaba 100% seguro de que el pingüino verde fuera el mismo Digimon que se había escondido, pero recordando el tema de la Digievolución, supo que podría ser una posibilidad.
-¿Hablas de esas cosas redondas dulces? Si, sabían delicioso, ¿Puedo comer más?.
Yami en ese momento se había emocionado por darse cuenta de que efectivamente, su compañero había DigiEvolucionado, tanto era su emoción que volvió a levantar al pequeño Digimon usando sus manos.
-Es increíble, has Digievolucionado en un... En un.. En un, eeeeeeh... No se que diablo seas, ¿En que has Digievolucionado exactamente? Nunca vi un Digimon igual a tí...
A lo que el pequeño pingüino le respondió con una sonrisa.
-Mi nombre es "Chapmon"... Y mi forma anterior se llamaba "Puwamon" por si te lo estabas preguntando... Por cierto, ¿Podrías bajarme?, no me gusta que me carguen...
Y dicho y hecho, el niño dejó al pequeño Digimon en el suelo aun teniendo en mente su nombre.
-¿Chapmon es tú nombre?... No se, yo te hubiera puesto "Pingüimon", ya sabes, mientras más sencillo, mejor.
El chico tenia un buen punto, pero no demasiado bueno, "Chapmon" era un nombre corto, que fuera horrible para él, no tenia que significar que tuviera que ser malo.
-Oye niño, ¿Y cual es tú nombre?. -Preguntó el pingüino verde con curiosidad.
A lo que el chico le respondió no estando muy convencido de su otro nombre.
-Bueno, mi nombre es Yami.
Pero antes de que el pelimorado pudiera seguir hablando, Chapmon comenzó a reírse del nombre del chico.
-¿En serio ese es tú nombre?... Jajaja, lo siento, pero es un nombre horrible... "Yami" es lo que digo yo cuando como algo delicioso.
Teóricamente hablando, no era un nombre precisamente hermoso, pero eso no evitó que Yami se enojara por ello.
-Oye, según mi mamá, "Yami Mori" significa "Bosque Oscuro"... Que no suene genial como la traducción, no significa que no sea bueno, además, yo no fui quien eligió ese nombre, pero aun así, ese no es mi verdadero nombre, me llamo "Dani Ludenberg", pero mi apellido es muy difícil de pronunciar, así que simplemente llámame "Dani".
El chico tras haber terminado su oración, pudo notar como su compañero se había mareado por todo lo que había dicho.
-Demasiada información, ya ni se quien eres...
Yami en ese momento no pudo evitar reírse por lo confundido que estaba el pequeño Digimon.
-Jajaja, no te preocupes, ya te iras acostumbrando... Bueno, si vas a vivir conmigo, vamos a necesitar reglas...
Y con un gran suspiro, el pelimorado se sentó en el suelo.
-Regla numero 1, "No puedes dejar que mi madre te vea hablando", cree me, se volverá loca si ve a un peluche hablar como si nada...
-¿Hablas de esa humana gritona?. -Preguntó Chapmon por lo que había ocurrido hace unos momentos.
A lo que el chico le respondió con una risa nerviosa, sabiendo perfectamente a que se refería.
-Si, ella puede dar miedo algunas veces, pero es muy cariñosa cuando no la haces enojar... Más o menos... Lo cual me recuerda que tengo que quitarle la idea sobre que tengo una mascota en secreto... Y eso me lleva a la segunda regla que es que "No puedes salir de mi habitación", si mi madre te ve por ahí caminando solo, se volverá a un más loca...
Chapmon no sabía el porque tenia que seguir esas reglas, pero al ver que el problema era la mujer humana, supo como solucionarlo.
-No te preocupes, me voy ha deshacer de esa humana ahora mismo para que no nos moleste.
Yami en ese momento entró en pánico, ya que jamás había imaginado escuchar esas palabras de su compañero.
-¡Noooooo!... Digo, no lo hagas, no puedes matar a mi madre, tercera regla: "No lastimes a mi madre", es más, no lastimes a ningún humano... Diablos, tendré que hacer una lista sobre las cosas que no debes hacer para evitar que llames la atención... Bueno, ¿Por donde empiezo?.
Y así comenzó una larga conversación sobre que podía y que no podía hacer Chapmon, ya que al ser un Digimon viviendo en el mundo humano, iba a ser un gran problema si todo el mundo se enterada de su existencia.
Ya habiendo pasado las horas, Yami no podía evitar preguntarse sobre el porque Chapmon había llegado a este mundo, y más sabiendo que aun no tenia un Digivice.
Por un rato pensó que se podía tratar de un simple Digimon perdido, y que en cualquier momento, alguna organización secreta como la que había visto en "Digimon Savers", llegarían para llevárselo sin avisar, pero al saber que solo tenia que mantenerse fuera del radar, no habría ningún problema.
Pero en realidad, si lo había, ya que el pequeño pingüino era demasiado curioso, su curiosidad por el mundo humano era tan grande, que justo al momento en el que Yami fue al baño, Chapmon había roto una de las reglas impuestas por el pelimorado, que era, "No salir de su habitación solo".
Ya para cuando el chico se había dado cuenta, el pequeño Digimon ya se había comido las flores de su madre pensando que era comida.
Durante todo el día, el pelimorado tuvo que ingeniárselas para evitar que su madre los descubriera, lo cual en teoría iba a ser fácil, pero Chapmon lo hacia imposible con todo el desastre que hacia en el apartamento por culpa de su curiosidad.
Jugar con las luces, haberse cagado en el suelo de su habitación una multitud de veces, casi haber inundado el baño con su ataque de burbujas, y muchas cosas más que hicieron que el día de Yami fuera uno de los más difíciles de su vida.
Ya eran al rededor de las 7 PM, del cual la madre de Yami se encontraba enojada en el teléfono.
-Por favor, no puedes hacerme esto, es mi día libre... Sabes perfectamente que no puedo salir de casa sin que me avisen primero, tengo un hijo pequeño... Si, se que es una exclusiva, ¿Pero realmente no hay nadie más quien me reemplace?... ¿Un ascenso?... Está bien está bien, estaré ahí en una hora...
Yami, quien estaba en el sofá viendo la televisión por petición de su compañero Digimon, no pudo evitar escuchar la conversación de su madre.
-(¿Salir de casa?... Un momento, ¿Eso significa que otra vez estaré solo?... Que bien, necesito un descanso por todo los problemas que me ha metido Chapmon).
Mientras que el pelimorado se estaba poniendo feliz al saber que su madre se iba a trabajar a pesar de ser su día libre, los pensamientos de Monica eran totalmente opuestos, ya que se pudo notar que había colgado el teléfono con fuerza, para luego levantarlo.
-(No puede ser, Motoko no contesta el teléfono, eso significa que no esta en casa... Se supone que este era mi día libre, maldito desgraciado, cuando llegue aya le meteré el micrófono por el...)
Pero antes de que ella pudiera seguir con su murmullo, su hijo la interrumpió con una sonrisa.
-Mamá, ¿Ocurre algún problema?.
Y como era de esperarse, ella le contestó con una risa nerviosa, temiendo que su hijo lo haya escuchado todo.
-No-no es nada, son solo cosas de trabajo... Yami-Chan, ¿De-de casualidad escuchaste todo lo que dije?.
A lo que Yami le contestó asintiendo con la cabeza tratando de aguantar su risa.
-Solo escuché que estás enojada porque tienes que ir a trabajar de ultimo minuto, y que no tienes una niñera para mí.
Y tras escuchar las palabras de su hijo, ella soltó un suspiro aliviado al ver que el chico no había escuchado su lado malo, pero la realidad era todo lo contrario, ya que Yami en su mente no podía evitar reírse.
-(Es gracioso, es una lastima que ella también tenga que cuidar su lenguaje).
Mientras tanto, en los pensamientos de la pelimorada, Monica trataba de pensar como solucionar su problema, pero al recordar que el día de ayer, su hijo se había quedado solo en el apartamento sin que le pasara nada, le hizo darse cuenta que no tenia muchas opciones.
-Yami-Chan... ¿Te gustaría volver a estar solo en el departamento?.
Monica no estaba muy segura al 100%, pero esto era una emergencia, y era una gran oportunidad para ascender de puesto.
-No te preocupes mamá, estaré bien, ve y cumple tu sueños...
La pelimorada como de costumbre, le gustaba que su hijo le dijera esa frase, pero esta vez era algo diferente, ya que esta vez era más angustiante.
Así que se encontraba con un dilema, ¿Conseguir su nuevo ascenso?, o ¿Dejar a su hijo solo en el departamento de nuevo con una angustia aumentada?.
Monica simplemente no podía elegir, así que Yami tomo la decisión por ella.
-Mamá, no hace falta que te preocupes... Recuerda que ayer estuve solo y no paso nada... Si te hace sentir mejor, me iré a dormir ahora mismo.
La pelimorada en ese instante se limpio una lágrima de alegría de su rostro por haber tenido suerte por haber dado a luz a un hijo que se preocupara por ella.
-No se que hice para merecer a un niño tan educado como tú... Iré arreglarme ahora mismo.
Yami en ese momento casi le ganaba la risa tras haber escuchado la palabra "Educado" en la misma oración en donde lo describían, ya que sin duda era gracioso escuchar que era un niño bueno cuando en realidad, podía ser un grosero si se lo propusiera.
Ya habiendo pasado al rededor de 30 minutos, su madre salio corriendo del apartamento ahora estando 100% segura de que nada le iba a pasar a su hijo.
Yami por otro lado, estaba aliviado al saber que podría descansar con Chapmon saltando por toda la casa sin preocupaciones, pero no duro demasiado, ya que varias horas después, su compañero Digimon tuvo la brillante idea de salir a la calle.
-La humana aterradora se ha ido, hagamos algo divertido afuera.
Decía el pequeño pingüino saltando en el sofá, a lo que el pelimorado simplemente negó con la cabeza.
-Chapmon, es muy tarde, no podemos ir a la calle a esta hora, ya casi van a dar las 12 A M... ¿Que no te acuerdas de la regla?.
El Digimon por otro lado, no le gustaba la idea de estar encerrado en un lugar, él quería salir a pasear, a divertirse, y saber que era lo que le deparaba el mundo humano.
-Esas reglas son muy aburridas... Vamos a ir de aventuras.
El chico no parecía interesarle esa palabra en ese momento, si le hubieran propuesto ir de aventuras con un Digimon en el pasado, el niño hubiera aceptado sin lugar a duda, pero al ver la edad y la estatura con que se le suponía un problema, tuvo que dejar de lado esa frase por un tiempo hasta que terminara de crecer.
-Si voy de aventura, seguramente mamá me matara cuando vea que no estoy en casa... Además, ni siquiera tengo un Digivice, es peligroso salir a la calle de noche sin saber en que universo Digimon estoy parado... Quizás mañana, es probable que a mamá le den el día libre por lo de hoy, tal vez pueda convencerla de ir al parque, aunque si vas a salir, tendrías que actuar como un peluche todo el tiempo.
Chapmon por otro lado, ya no le estaba pareciendo gracioso tener que actuar como un peluche.
-Por favor, no quiero seguir actuando como un peluche, es muy aburrido... Pensándolo mejor, creo que debería irme.
El pingüino tenia pensado irse del apartamento, pero antes de que él pudiera dar un paso, Yami le corto el camino parándose justo enfrente del pequeño Digimon.
-Chapmon, no puedes salir a la calle como si nada, si alguien te ve, harías demasiado escandalo...
-Chico, lo siento, pero no puedes mantenerme encerrado aquí para siempre...
El pelimorado no sabía como había entrado en esta situación tan rápido, hace unos minutos su compañero Digimon estaba como si nada viendo la televisión, y de la nada quería salir a la calle de noche, era como si alguien lo hubiera impulsado a salir.
-A ver, ¿Como te lo explico en palabras sencillas?... Los humanos no están acostumbrados a ver Digimons, es probable que quieran atraparte... O en peor de los casos, que quieran matarte.
Yami tenia mucha razón en algunos aspectos, pero Chapmon simplemente lo ignoraba, ya que realmente quería salir del apartamento.
-No es muy diferente de mi mundo... Sea cual sea el peligro, es mejor que quedarme aquí sin hacer nada...
Ninguno de los dos parecía que iba a retroceder, por un lado había un pequeño Digimon que quería salir afuera del apartamento de noche, y por otro, había un chico que no estaba dispuesto a dejarlo ir al peligro.
-Lo siento Chapmon, pero no puedo arriesgarme a que te atrapen.
Y tras haber dicho su frase, el pelimorado se puso en la puerta, desafiando todo lo que iba a decir el pequeño Digimon.
-Niño, por favor, abre la puerta.
Decía Chapmon enojándose poco a poco, a lo que Yami al escuchar todo lo que había dicho el pingüino, descubrió algo que lo hizo enojar también.
-Que no soy ningún niño, mi nombre es Dani, y no, no voy a abrir la puerta... No voy a dejar que mi compañero Digimon se vaya como si nada a un lugar peligroso.
Chapmon incluso en ese momento estaba enojándose cada vez más, sabía que el chico lo había cuidado desde su nacimiento de hace unas horas, pero para él, Yami no tenia ningún derecho de controlar toda su vida a partir de ese momento.
-¿Compañero?... Niño, si realmente somos compañeros, ¿Porque no me haces el favor de abrirme la puerta?.
El pelimorado simplemente ignoro su pregunta por completo, no estaba dispuesto a retroceder ni lo más mínimo.
-Dani, no me hagas atacarte.
Decía Chapmon con una mirada seria, a lo que el pelimorado no hizo más que reírse de su amenaza.
-Por favor Chapmon, aun estas en tu segunda etapa de bebé, no creo que puedas lastimarme con tu ataque de burbujas...
El Digimon sabía perfectamente que eso era realmente cierto, pero eso no quería decir que no pudiera intentarlo, así que sin pensarlo dos veces, Chapmon le disparó su ráfaga de burbujas.
El chico no había esperado a que su compañero lo atacase, y menos sabiendo que no le harían ni siquiera un rasguño, aunque era gracioso pensar que las burbujas hicieran daño.
-Por favor, detente, me lastimas, no puedo aguantar tanta ternura... ¿Realmente quieres seguir con esto?.
-Niño, quitate de la puerta o voy a...
Chapmon parecía que estaba haciendo otra amenaza, pero al escuchar que se había detenido, Yami supo que se estaba arrepintiendo.
-¿Ahora lo entiendes?... Vamos Chapmon, si de verdad quieres salir, podemos hacerlo mañana, aunque quieras o no, tendrás que seguir siendo un peluche...
Justo en el momento en que el pequeño Digimon escuchó la ultima palabra de Yami, supo que jamás iba a dejar de actuar como un peluche, y con solo tener ese pensamiento en mente, no pudo evitar sentirse enojado.
-¡Ya te dije que no quiero seguir siendo más un pelucheeeeeee!...
Por alguna extraña razón cuando Chapmon empezó a gritar, las luces en el apartamento comenzaron a parpadear de forma descontrolada, incluyendo el televisor que estaba encendido.
-¿Pero que mierda?, Chapmon, para de gritar.
El pequeño Digimon simplemente no se estaba deteniendo ni lo más mínimo, Yami tuvo la idea de cerrarle el pico con las manos, pero antes de que él pudiera acercarse, una barra de datos rodeo por completo a Chapmon.
Por medio segundo, Chapmon se había convertido en un DigiHuevo del mismo tamaño que Yami, pero había sucedido tan rápido que era difícil notarlo.
Ya para cuando el enorme DigiHuevo había aparecido, se había roto en ese instante en millones de partículas dejando ver a la criatura que había salido.
Yami no podía creer lo que había sucedido, su compañero Digimon había DigiEvolucionado sin que él hubiera dado la orden con un Digivice, pero su sorpresa no había acabado, ya que el Digimon en el que Chapmon había Digievolucionado, lo conocía perfectamente.
Era una especie de búho de color negro, tenia casi su misma altura, tenia un chaleco de color azul del cual se podía notar un dibujo de 2 estrellas ninja de color amarillo.
-No puede ser... Espera un segundo, ¿Como has Digievolucionado? Aun no tengo un Digivice.
El Digimon algo enojado se veía que no estaba dispuesto a dialogar, ya que lo a punto con su mano derecha.
-Dani, ¿Quieres apartarte?...
Yami en ese instante tragó un poco de saliva al saber perfectamente que no iba a tener ninguna oportunidad con su compañero Digimon recién Digievolucionado.
-Chapmon por-por favor, haz me caso, ahora que eres más grande, se-sera más di-difícil ocultarte de mamá.
El Digimon en cuestión no parecía importarle para nada, él solo quería salir de su encarcelamiento.
-Mi nombre ahora es "Falcomon"... Solo mirame, ahora soy más fuerte y si alguien intenta atacarme, puedo defenderme solo.
El pelimorado sabía que estaba perdiendo el control en ese momento, tenia que encontrar alguna manera de convencer a su compañero Digimon.
Pero ese no iba a ser el caso, ya que antes de que él pudiera emitir una palabra, Falcomon ya estaba corriendo para envestirlo con su cuerpo.
Yami en ese instante sabía que era arriesgado pelear contra un Digimon teniendo una estatura tan baja, así que sin pensarlo dos veces, se apartó lo más que pudo, haciendo que Falcomon atravesara la puerta.
-¿Pero que mierda?, ¿En serio ibas a matarme?.
Preguntó el chico asustado por lo que había ocurrido, a lo que el Digimon, le respondió con una sonrisa estando apenado sobre el asunto.
-Jejeje, en realidad era una broma, sabía que te ibas a quitar de en medio... Pero si te digo la verdad, no pensé que pudiera atravesar la puerta.
Yami aun seguía temblando por la fuerza destructiva que tenia su compañero, pero al escuchar que solo estaba jugando, lo hizo calmarse un poco, ya que si de verdad, Falcomon lo quisiese muerto, ya lo hubiera hecho desde hace rato.
-(Genial, ahora tengo un compañero Digimon que me podría matar en cualquier momento si se enoja conmigo... ¿Qué voy hacer?, ahora que ha Digievolucionado sera imposible controlarlo, y lo peor es que ahora sera aun más difícil ocultarlo de mamá...)
Justo en ese instante, el pelimorado abrió los ojos como platos al darse cuenta de los graves problemas que tenia en ese momento.
-Oh mierda, la puerta esta destruida... Falcomon, mi mamá me va a matar cuando vea que ya no tiene puerta...
El Búho al parecer no estaba preocupado ni lo más mínimo, es más, ni siquiera estaba preocupado por lo que fuera a ocurrir.
-¿Hablas de la humana que salio?... No te preocupes, ahora mismo soy más fuerte, me encargare de ella cuando vuelva.
Yami en ese momento volvió a entrar en pánico por lo que estaba diciendo Falcomon, se estaba dando cuenta que realmente se estaba volviendo incontrolable.
-¡Noooooo!, ya te lo dije, no puedes lastimar a mamá... Re-recuerda, ella es la que sabe cocinar esos ricos panqueques que te gustan... Si-si-si la matas, no podrás volver a comerlos.
El Digimon en ese momento, no pudo evitar que se le hiciera agua la boca al recordar el desayuno que había comido cuando era un Puwamon.
-Que ricos panqueques... Me pregunto donde pondré conseguirlos... Vamos Dani, veamos si podemos conseguir más.
Y tras decir aquellas palabras, Falcomon saltó desde el tercer piso de donde estaban parados.
Yami en ese instante corrió para ver en donde había caído, y para su suerte, su compañero había aterrizado justo en medio de dos autos.
-Ay dios, eso estuvo cerca, menos mal que no hay nadie en el estacionamiento.
El pelimorado ya no sabía que hacer en esta situación, su compañero Digimon estaba fuera de casa, y no sabía que iba a pasar si alguien lo descubría.
Mientras el chico trataba de pensar en una solución para su problema, no podía evitar escuchar a Falcomon gritar desde abajo.
-¡Vamos Dani, quiero conocer el mundo humano y tú eres el único que me puede ayudar!.
Yami no estaba 100% seguro de si seguirlo, si lo dejaba suelto, habria una posibilidad de que alguien pudiera salir lastimado, así que aun que no le apeteciera salir de casa, tenia que tomar la responsabilidad al ser su compañero Digimon.
-Ese idiota... Maldita sea, espero no estar en el universo de "Digimon Savers", porque si no, Falcomon estará en serios problemas... Pero viéndolo de este modo, puede que ellos me den un Digivice si les hablo... Espera un segundo, ahora todo tiene sentido, ahora entiendo porque no tengo un Digivice... Aunque hubiera preferido estar en el universo de los "Tamers"... Pero bueno, eso ya no importa, si estoy en el universo Digimon que creo que es, tendré que acompañar a Falcomon para que no lo maten.
Al pelimorado no le quedaba de otra que seguir a su compañero, para su suerte, Falcomon no se había movido del sitio cuando fue a buscarlo en el estacionamiento.
Ya eran aproximadamente las 12:30 A M, su compañero Digimon quería explorar el mundo humano, había aprendido tantas cosas en tan poco tiempo, que supo que se estaba perdiendo de muchas más cosas.
-Vayamos por este lugar, seguramente puede que hayan panqueques.
Decía Falcomon corriendo a toda velocidad por varios segundos, hasta que se detuvo de golpe y observó que el pelimorado apenas lo estaba siguiendo.
-Dani, eres demasiado lento, ¿No puedes ir más rápido?.
A lo que Yami le respondió con una voz agitada.
-Seras... Oye, apenas tengo 4 años, y me cuesta mucho abrir las puertas sin mi escalera... No me pidas cosas imposibles ¿Quieres?.
El cuerpo de un niño de 4 años no era precisamente el más atlético del mundo, pero considerando que casi nunca salia de casa, era de esperarse que estuviera más cansado de lo que ya esperaba.
-En ese caso tendré que cargarte en mi espalda.
Falcomon en ese instante se dirigio en donde estaba el chico para darle su espalda.
-No lo se, ¿No crees que ya nos hemos alejado demasiado de casa?, si seguimos así, nos perderemos.
Pero su Búho compañero parecía seguir despreocupado sobre el asunto.
-De eso se trata la aventura... Ahora subete a mi espalda.
Poco a poco a Yami no le gustaba donde estaba yendo Falcomon, se estaba alejando demasiado del apartamento, y a pesar de haber vivido un año en este mundo, no conocía perfectamente las calles.
-¿Sabes?, Creo que acabo de recordar que aun quedaba masa para hacer panqueques, si regresamos, puedo hacerte algunos.
El chico no sabía perfectamente si en realidad aun quedaba masa para hacerle más panqueques a Falcomon, él solo quería volver a casa y evitar que su compañero se metiera en problemas.
-¿En serio?, entonces subete a mi espalda para ir más rápido.
El pelimorado no podía creer lo que había dicho Falcomon, no pensaba que su mentira hubiera funcionado, o eso era lo que Yami había pensado, porque antes de que se diera cuenta, su compañero Digimon estaba corriendo en una dirección totalmente opuesta.
-Falcomon, ¿Que estás haciendo? El apartamento está hacia el otro lado.
A lo que su compañero le respondió con una sonrisa maliciosa.
-Espera, estoy oliendo algo delicioso, mejor vayamos por este lado.
Yami en ese instante no pudo evitar enojarse por haber sido engañado, ir de aventura seria interesante, pero no le gustaba que fueran a altas horas de la noche.
-A ver, ya basta de juegos, debemos ir a casa ahora antes de que alguien nos vea y nos metamos en más problemas.
-Oh, vamos Dani, no seas aburrido.
El chico no sabía que más hacer en ese instante, pero al recordar que estaba siendo llevado en la espalda de su compañero, tuvo la idea de tapar su visión con las manos.
-Jajaja ¿Ahora que piensas hacer?.
Falcomon en ese momento había descubierto algo que no le gustaba, y era no poder ver nada.
-¿Que estas haciendo? no puedo ver.
-Jejeje, esa es la idea.
Yami no hizo más que reírse de Falcomon al ver que trataba de tener algo de visión, pero al estar cargando al chico en la espalda, se le estaba siendo imposible.
-Ahora vas hacer lo que yo diga, y digo que volvamos a...
Pero justo antes de que el pelimorado no pudiera terminar su oración, el Digimon por alguna razón comenzó a alterarse agitándose lo más posible para quitarse a Yami de su espalda.
-No, no quiero volver a estar encerrado.
El Búho al ver que no podía quitarse al chico de encima, tuvo la brillante idea de empezar a correr teniendo en cuenta que aun no tenia visibilidad.
-¿Pero que mierda? Falcomon, ¿Que estas haciendo?.
El chico no pensó que su compañero tuviera la idea suicida de correr a ciegas, así que para evitar otro accidente, decidió quitar sus manos de la visión de Falcomon.
-¿Estás loco? Nunca corras a ciegas en la calle, es peligroso.
El Búho no podía comprender cual era el peligro de correr estando ciego, habían estado corriendo por un largo rato y aun no les había pasado nada.
-No entiendo, ¿Porque es peligroso?.
Pero antes de Yami pudiera responderle, una luz apareció yendo directo hacia ellos.
Falcomon en ese instante supo que estaba siendo atacado, y por motivos de reflejo, pudo esquivar de un salto, aquella luz que iba a golpearlos.
El Digimon no sabía que era esa cosa que estuvo a punto de matarlos, pero sabía que tenia que destruirlo si regresaba.
Yami por otro lado había sentido como su vida había vuelto a pasar por sus ojos, casi ser atropellado por un auto no era lo que tenia planeado para esta noche, pero no había tiempo para pensar en ello, ya que se estaba dando cuenta que los dos estaban en medio de la carretera.
-Falcomon, salte de la estúpida carretera antes de que nos maten.
En ese momento el Digimon se puso más serio de lo normal quedándose totalmente quieto observando como venia lo que parecía ser un camión.
-¿Pero que estas haciendo? muevete antes de que nos atropellen.
Falcomon por otro lado lo había ignorado por completo, ya que él quería concentrarse en el siguiente vehículo, al sentir que estuvo a punto de ser golpeado por el primer auto, pensó que tenia la obligación de detener y destruir todos los demás vehículos, para evitar que más gente saldriera lastimada.
Poco a poco el camión se estaba acercando a gran velocidad, Yami ni siquiera sabía que era lo que tenia pensado su compañero Digimon, simplemente era difícil imaginar que era lo que pasaba por su mente.
-Falcomon, ¡Mueveteeeee!.
Tras soltar su grito y notar que el Digimon no se estaba moviendo, no tuvo más opción que usar su puño para golpear a su compañero.
Yami pensó que con ese golpe, Falcomon reaccionaria a lo que estaba haciendo, pero, había ocurrido algo que no había visto venir.
Antes de que el camión pudiera atropellarlos, su búho compañero dio un gran salto en el aire haciendo que una barra de datos rodeara su cuerpo, y para cuando el pelimorado se diera cuenta, ambos se encontraban volando en el aire.
El chico no sabía exactamente que era lo que estaba ocurriendo, pero lo que si estaba notando, era que se encontraba en el aire, sentado en el cuello de una criatura alada estando a 4 metros lejos del suelo.
Como era de esperarse, el chico se había asustado al no saber que estaba haciendo en el aire, pero al recordar que en ningún momento se había despegado de la espalda de Falcomon cuando saltó, pudo darse cuenta que su compañero Digimon había vuelto a Digievolucionar.
-Ay no puede ser, si ya de por si Falcomon era difícil de controlar, no creo que su Digievolución me haga mucho caso... Por cierto, ¿Que clase de Digimon es este?.
Al estar arriba de su compañero recién Digievolucionado, era imposible saber quien era desde su perspectiva.
Lo único que él podía notar, es que era una especie de ave de 2 metros en llamas, solo que el fuego era de color negro, y por alguna razón, no lo estaban quemando.
La expresión asustada del chico no se iba a detener en ese momento, ya que sin avisar, el pájaro negro comenzó a volar por la ciudad.
-Oye, me voy a caer, no vueles tan rápido.
Yami se aferró lo más fuerte posible al cuello del ave de fuego, pero cada vez se hacia más difícil cuando su compañero aumentaba poco a poco su velocidad.
El chico sentía que se estaba resbalando, pero para su suerte, el pájaro negro se había detenido al haber visto algo en el cielo.
-Pajarito, no seria mejor sentarnos en el suelo por un momento, no creo que te guste que alguien vomite en tu espalda.
El ave de fuego al parecer estaba ignorando su sugerencia, ya que no podía evitar observar el objeto volador que estaba en el cielo.
El pelimorado al darse cuenta que era lo que estaba viendo su compañero, no pudo evitar asustarse al saber que aun no podía bajarse de su espalda.
-Ah no, eso si que no, ni se te ocurra ir a ver ese helicóptero.
Pero su temor había sido cumplido, Su compañero Digimon conocido como "Saberdramon", comenzó a volar hacia el cielo para observar mejor el objeto que estaba volando sobre la ciudad.
Yami en ese momento sabía que estaba en serios problemas, sabía que si dejaba de aferrarse a la espalda de su compañero Digimon, caería al vacío suponiendo su fin definitivo.
-¡Por favor, ya detente, Si te mueves demasiado realmente voy a caerme!.
Tras haber gritado con todas sus fuerzas y ver que Saberdramon no se estaba deteniendo, supo de inmediato que ya se había cumplido su temor más grande, y era, que su compañero Digimon ya no estaba escuchando ninguna de sus ordenes.
Para la suerte de Yami, ya habían subido lo suficiente como para estar cerca del helicóptero.
El chico pensó que su compañero tenia las intenciones de derribar el helicóptero, pero había ocurrido algo que jamás en la vida había podido adivinar.
Por alguna extraña razón, mientras volaban más arriba que el helicóptero, alguien desde abajo los atacó con varias bolas de fuego.
Saberdramon al percatarse de eso, no tuvo más opción que esquivar los ataques de forma muy brusca para evitar que lo golpearan, pero al moverse de esa manera, hizo que Yami se resbalara por completo de su espalda.
Para el chico en ese momento, todo se estaba moviendo en cámara lenta al sentir que estaba cayendo al vacío.
Tener el sentimiento de desesperación al saber que no podía hacer nada para salvarse, era demasiado aterrador.
Para él, ya no había nada que hacer, no había esperanza alguna de poder sobrevivir a una caída de esa altura.
Pero mientras caía, no pudo evitar ver a su compañero Digimon volver a rodearle una barra de datos dándole a entender que estaba volviendo a Digievolucionar.
Él aun seguía sin entender como era posible que su compañero pudiera Digievolucionar sin tener un Digivice, todo era demasiado confuso, pero todas sus dudas fueron aumentadas cuando vio en que había Digievolucionado Saberdramon.
Era un Digimon que había visto hace años, pero se le hacia difícil recordar su nombre.
Era una especie de loro gigante de color verde, a parte de tener alas, también tenia brazos.
Tras haber completado su Digievolucion, el Digimon conocido como "Parrotmon", se había dejado caer desde las alturas, y al ser más pesado que el chico, pudo alcanzarlo rápido.
Yami había sido salvado de la caída, volviendo a caer en la espalda de lo que parecía ser, su compañero Digimon recién otra vez Digievolucionado.
Parrotmon al darse cuenta que había salvado al niño, alzó el vuelo para volar por la ciudad antes de llegar al suelo.
El chico no podía creer lo que había sucedido, su compañero, del cual pensaba que ya no le hacia caso, había Digievolucionado para salvarlo.
Ya pudiendo aferrarse aun mejor a la espalda del Digimon, le dio tiempo para aclarar sus ideas, ya que todo esto le parecía familiar.
-(¿Porque tengo el presentimiento de que hay algo más?...)
Pero justo antes de que el chico pudiera seguir pensando sobre lo que estaba ocurriendo, una serie consecutivas de bolas de fuego fueron disparadas hacia su direccion.
Parrotmon por su parte, ahora que ya se había percatado del peligro, se le hizo muy fácil esquivarlo, pero las bolas de fuego por otra parte, siguieron su curso hasta golpear un edificio.
Luego de varios minutos de vuelo, Parrotmon tuvo que aterrizar para poder enfrentarse mejor a la criatura quien le estuvo disparando.
Era un Agumon más alto de lo normal, criatura del cual sin dudarlo dos veces disparó su bola de fuego.
Yami estando en la espalda de Parrotmon, no sabía el porque su compañero había aterrizado, pero justo en ese momento, Parrotmon había recibido de cara la bola de fuego, haciendo que su cuerpo temblara por el impacto haciendo que Yami se deslizara por la espalda de su compañero.
Al momento de tocar el suelo, pensó que era buena idea mirar quien era el que los estaba atacando, y al momento de observar al Agumon junto a otros dos niños, un mar de recuerdos golpearon su mente.
-(No me jodas... Eso significa...)
El pelimorado ya sabía en donde estaba metido, ya había encontrado la respuesta sobre en que universo Digimon se encontraba.
Pero su alegría se había esfumado por completo cuando escuchó a Parrotmon reírse de forma malvada.
-Jejejeje, ahora es mi turno... ¡Destructor Sonico!.
Una gran carga eléctrica se había formado en la cabeza de Parrotmon, el chico le iba a pedir a su compañero que se detuviera, pero había sido demasiado tarde.
En menos de un segundo, la carga eléctrica había sido disparada tan rápido que lo único que se podía ver, era el humo en el lugar del impacto.
-Ay no, esto ya se salio de control...
Tomó algunos segundos para que el humo se disipara, y para suerte de los niños, justo en ese momento había ocurrido algo que los había salvado, y era que ese Agumon había Digievolucionado en un Greymon.
Al parecer, dicho dinosaurio naranja se veía que no estaba muy contento de que alguien intentara matar a los niños, así que al dar unos pasos para alejarse de los niños y que no estuvieran en el fuego cruzado, disparó su técnica.
-¡Mega Flama!.
Pero Parrotmon al darse cuenta de que Yami estaba a su lado, supo que era un ataque que el niño no iba a resistirlo, así que no tuvo más opción que disparar su Destructor Sonico para detenerlo.
El ataque de ambos había sido cancelado mutuamente, pero eso solo iba a suponer el inicio de una batalla del cual, todos los que estuvieran presentes jamás se les olvidaría.
Ambos Digimon se abalanzaron al combate, el pelimorado por otro lado supo que tenia que buscar un lugar seguro para evitar que saliera lastimado, pero con los constantes temblores que estaban provocando los Digimon con la pelea, se le hacia difícil caminar.
Luego de varios segundos de forcejeo, Parrotmon agarro el cuello de Greymon para luego arrojarlo al suelo, para luego cargar su técnica.
El dinosaurio naranja rodó por unos segundos por el suelo, pero pudo levantarse rápidamente para disparar su "Mega Flama" de manera inmediata.
Greymon pensaba que su fuego daría en el blanco, pero Parrotmon al disparar su técnica y saber que la había cargado por más tiempo, pudo atravesar por completo la Mega Flama de Greymon.
El Destructor Sonico había impactado por completo en el dinosaurio, mandándolo a volar unos metros haciendo que cayera inconsciente.
Parrotmon al ver que estaba derrotando a su oponente, no podía evitar reírse de su gran victoria.
-Jajajajajaja... Mejor terminemos con esto, "Destructor...".
Pero antes de que el loro gigante pudiera terminar de decir su frase, el pelimorado le gritó con todas sus fuerzas para que detuviera su técnica.
-¡Nooooo! Falcomon, Chapmon, o como te llames ahora... Por favor, no dispares, hay niños al lado de ese Greymon, si lanzas tu técnica, vas a matarlos... Por favor, no mates a mis futuros amigos...
Tras decir aquellas palabras, el chico corrió a abrazar la pata de su compañero Digimon, para darle a entender que dejara de pelear.
Parrotmon en ese instante detuvo la carga de su ataque, él no había visto a los niños humanos al lado del Greymon, así que era una suerte para los chicos que Yami los hubiera visto.
-Mi nombre ahora es Parrotmon... Solo quería explorar este mundo, no pensé que haría tanto desastre.
El pelimorado estaba contento al saber que su compañero no se había vuelto loco, o aun peor, que no le hiciera ningún caso.
-Jejeje, escucha, con todo este desastre, encontré una excusa perfecta para la puerta que destruiste, pero hay que encontrar una manera de hacer que vuelvas a tu fase de bebé.
Luego de unos segundos, de sonrisas y alegría, Yami se separó de la pata de Parrotmon, el chico pensaba que solo era cuestión de tiempo para hacer que su compañero Digimon gastara toda su energía para que volviera a la normalidad, pero todo su mundo se vino abajo cuando escuchó el sonido de un silbato.
Rápidamente observó en que dirección venía el dichoso sonido, pero lo único que podía ver era el Greymon levantarse lo más rápido posible para disparar su Mega Flama a su máxima potencia.
Su ataque era demasiado grande, Parrotmon podía esquivarlo, pero al ver a Yami parado en el suelo, supo que no le daría tiempo salvarlo para luego huir, así que tomo una desicion del cual nunca se iba arrepentir.
Utilizó su cuerpo para cubrir al chico y dejar que el ataque lo golpeara por completo.
El pelimorado lo único que podía hacer, era cerrar sus ojos por los escombros, mientras escuchaba a su compañero gritar de agonía mientras recibía el ataque.
Los gritos duraron por algunos segundos, pero por alguna extraña razón, el grito de Parrotmon se había cortado de golpe.
Yami no sabía que había ocurrido con exactitud, pero al abrir los ojos lo único que pudo notar era que toda la calle estaba destruida por el combate de los Digimon mientras estaba amaneciendo.
El chico en ese instante observó en todas las direcciones en busca de su compañero Digimon, pensando que pudo haber vuelto a su etapa de bebé tras el ataque, pero ese no era el caso, Chapmon, o Falcomon, no se encontraba en el sitio.
-No puede ser... Maldito Greymon, creo que debí dejar que acabara con él... ¡Maldita sea!.
El pelimorado no hizo más que arrodillarse en el suelo para golpearlo con su puño al saber que su compañero Digimon había muerto por su culpa.
Luego de varios segundos, pudo escuchar los gritos de una niña decir varias veces el nombre del dinosaurio naranja.
-¡Greymon, Greymon, Greymoooon!.
Yami en ese instante había recordado algo, según la película que él apenas recordaba, Parrotmon no había muerto, tanto Greymon como su compañero Digimon habían regresado al Digimundo, no sabía como era eso posible, pero sabía que ya no se encontraban en el mundo humano.
-(Espera, no esta muerto, ambos se fueron al Digimundo... Eso significa que, ¿Estoy en el pasado de la primera temporada de Digimon?).
El pelimorado ahora tenia la ubicación exacta sobre en que universo Digimon estaba metido, todo lo que había vivido el día de hoy había sido sin lugar a dudas, el día más caótico que haya experimentado en toda su existencia.
Pero, hasta ahí no se iba quedar su historia, porque esta solo era el inicio de un choque entre ambos mundos.
*Fin del capitulo*