La enfermera y el sargento [B...

By EvansGirl11

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HISTORIA CORTA | COMPLETA | FANFIC En los 40's, en plena guerra, el amor es una cosa que no se puede desapro... More

Aclaraci贸n
Introducci贸n
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Ep铆logo
Cap铆tulo Extra

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By EvansGirl11

Howard Stark hace los últimos ajustes a la máquina y da la señal para que tomen las medidas de protección necesarias, así que todos se colocan los lentes o piezas de vidrio oscuros. Lillian toma aquel rectángulo semitransparente y se lo coloca frente a sus ojos, debido a que está muy cerca del procedimiento.

Cuando llegan al 70% de procedimiento, Steve Rogers comienza a gritar, así que el doctor Erskine se acerca a la cápsula para preguntarle cómo se siente y la agente Cárter exige que aborten el procedimiento. Luego de no recibir respuesta por parte del joven Rogers, el doctor le ordena a Stark que se detenga, sin embargo, Steve pide que continúen.

Cuando llegan al 100%, los tableros de control comienzan a emitir chispas y todos se alarman, sin embargo, el proceso termina como era esperado. Los presentes no apartan la vista del experimento, en espera de ver si el procedimiento fue un éxito o no. Luego de unos segundos, la cápsula por fin se abre con lentitud y un Steve Rogers totalmente diferente sale de ella.

El doctor Erskine y Howard se apresuran a ayudarlo, aún inmersos en la sorpresa: Steve es más alto y su cuerpo ha obtenido una masa muscular impresionante, nada comparado a lo que era hace sólo unos minutos.

Lillian alcanza una camiseta y se apresura para acercarse al rubio, sin embargo queda sin palabras al estar frente al nuevo hombre. Así que, es la agente Cárter quien toma la camiseta y luego se la entrega al mismo Steve.

Pasan solo un par de minutos entre celebraciones y preguntas, cuando una fuerte explosión acontece haciendo que todos busquen resguardarse. Lo siguiente que pasa es que el doctor Erskine recibe dos disparos y cae agonizante al piso. La agente Cárter es la primera en repeler la agresión, sin embargo, aquel hombre logra escapar.

Steve se apresura hacia el científico, pero a los pocos segundos el hombre mayor fallece. De inmediato el rubio sale apresurado del laboratorio y comienza a perseguir al asesino.

Lillian se queda en medio de la conmoción y ayuda en la atención del doctor Erskine, sin embargo, sólo certifican su muerte. Así que ahora la chica apoya en el auxilio de los demás heridos, puesto que el agresor disparó más veces durante su huida y otros más tuvieron lesiones leves durante la explosión.

[...]

Son cerca de las 22:00 cuando Lillian se reencuentra con la agente Cárter, quien llega acompañada de Steve. El rubio saluda con cortesía a la enfermera y luego los tres vuelven a la base sumergidos en silencio, cada uno envuelto en sus pensamientos. Todos saben que esta  noche se les hará larga por lo que ha pasado.

A la mañana siguiente, le solicitan a Lillian que le tome muestras de sangre a Steve, pues en su código genético se encuentra la clave del suero y al parecer, es todo lo que existe. Rogers accede, sin embargo se mantiene serio durante el procedimiento, ya que han sido varios tubos los que Lillian debió tomar. Luego de esto, la chica lo escucha hablar con la agente Cárter, para que después ella le informe que partirán en un par de horas de vuelta a Inglaterra.

El retorno es diferente, pues ahora salen acompañadas del Coronel que hace que el viaje se torne tenso. Les pide a ambas que no hablen con otras personas acerca de lo que vieron en Brooklyn y ella no dudan en aceptar. 

[...]

Así pasan 5 semanas, en donde todo se vuelve rutinario, los heridos van y vienen, y las bajas se hacen más evidentes. El ambiente de guerra es imposible de ignorar, no hay momento del día en que puedan fingir que todo va bien y que no están en una continua zozobra sobre lo que puede pasar respecto a la guerra. 

Pero todo cambia una mañana, los soldados que se dedicaban a hacer vigilancia a los alrededores, piden refuerzos para poder auxiliar a algunos compatriotas que vuelven y que al parecer son pertenecientes al escuadrón 107, ya que muchos de ellos van mal heridos.

En pocos minutos, las camillas son ocupadas en su totalidad y el personal de salud se preocupa de atender a los heridos. Algunos cuentan que fueron emboscados y que el resto de sus compañeros habían sido capturados.

Parte de los soldados son dados de alta y enviados a descansar un par de días antes de reintegrarse a sus labores de entrenamiento, unos pocos se quedan en observación, y otros más, son trasladados a hospitales para una atención más específica, pues sus heridas son mucho más graves.

Pocos días después, las compañeras de Lillian se emocionan ante la inminente llegada del Capitán América, al que describen como un hombre muy guapo que realiza un show a los soldados, así que laas jóvenes no dejan de hablar de él y adular lo atractivo que es.

Lillian se limita a cumplir con su trabajo, aunque pocos minutos después sus compañeras se le unen y al final del día, ellas se apresuran para ser las primeras en presenciar el show, sin embargo han reservado estos lugares para los del escuadrón 107.

La joven las ha acompañado y se sorprende cuando ve que el Capitán América es ni más ni menos que Steve Rogers. Lillian no puede evitar sentirse un poco desilusionada debido a que esperaba que por sus recientes dones, él estuviera en primera línea, pero está ahí, dando un show de entretenimiento.

Aquellos hombres sólo están ahí por las bellas bailarinas y terminan corriendo a Steve antes de tiempo. Así que cuando la presentación termina, Lillian se escabulle hacia el dormitorio, sin embargo, es interceptada por un cabo.

—Señorita Thompson, me alegra encontrarla por aquí, necesito sus servicios... —dice sonriendo.

—Mi turno ha terminado, le sugiero que vaya a la estación para que lo revisen adecuadamente —responde ella intentando esquivarlo.

—Mi problema es un poco más... personal —dice aquel hombre con una mirada diferente que causa asco a la joven.

Lillian vuelve a hacer el intento de esquivarlo, pero el hombre la toma del brazo con fuerza y ella de inmediato le propina un puñetazo en el ojo. Aquel sujeto retrocede pero al instante vuelve a acercarse a ella, impidiendo que se aleje, sin embargo, una mano masculina lo toma del hombro y con un simple empujón lo aparta.

—¿Está usted bien? —cuestiona Steve Rogers. Lillian asiente un tanto agitada.

—¿Es lo mejor que tienes? ¡No, no respondas! Probablemente lo mejor que tengas son tus pasos de bailarina, vamos Capitán América, muéstrame tus movimientos —le reta el cabo.

Steve sólo lo observa, pero no lo ataca y se mantiene firme al lado de Lillian, aquel sujeto carcajea y de inmediato se acerca a Rogers, quien detiene el golpe y le da uno suficientemente fuerte para tirarlo.

—¡Cabo Green! —grita la agente Cárter que es acompaña por Howard Stark y el coronel Phillips, y quienes han visto gran parte del altercado.

No es necesario que Lillian explique la situación, pues Howard y Margaret, así como Steve, certifican lo sucedido. El cabo es arrestado y Steve y Lillian vuelven a quedarse solos.

—Gracias, ¿Capitán América? —dice la chica confundida.

—Solo Steve, por favor, señorita Thompson.

—Lillian, por favor —ella le corrige con una agradable sonrisa —. Muchas gracias, Steve. Ese tipo es demasiado molesto y no está conforme con las veces que lo he golpeado.

—No es de una dama comportarse así —dice Steve sin pensar.

—¿Opina que no debería defenderme y esperar a ser rescatada como una damisela en apuros? —cuestiona la joven con una ceja levantada.

—¿Qué? ¡No! Lo la-lamento, no quise decir eso, yo no... —el Capitán comienza a balbucear y Lillian ríe.

—No sabe hablar con las mujeres, ¿Verdad?

—Realmente no. Las señoritas con las que he hablado apenas si me dejan emitir palabras. Pero una conversación normal, sólo la he tenido con usted y la agente Cárter —musita, evidenciando cierto nerviosismo al nombrar a la inglesa. 

—¿Le gusta?

—¿Perdón?

—¿Le gusta la agente Cárter? —pregunta ella y no necesita respuesta, pues Steve de inmediato se sonroja y desvía la mirada.

—Es muy bella y valiente —balbucea luego de unos instantes.

—Lo es, Steve. Es una mujer ejemplar, valiente e inteligente. Todas le guardamos mucha admiración y respeto. Debería invitarla a alguno de los bailes que dan en los sectores.

—No sé bailar —responde él visiblemente apenado.

─Pues podría aprender con ella, sería un buen tema para romper el hielo.

Steve ríe y ella lo imita, por lo poco que escuchó decir al doctor Erskine sobre él, sigue siendo el hombre con un gran corazón.

—Le reitero mi agradecimiento, Steve. De verdad, muchas gracias —dice con sinceridad.

—Fue un placer, Lillian —responde Steve, sintiéndose por primera vez útil desde que recibió el mejoramiento en su cuerpo.

La joven enfermera se marcha al comedor y Steve vuelve tras bambalinas.

Mientras el rubio descansa y habla con la agente Cárter, más heridos llegan a la base y ellos escuchan que vuelven a llamar al personal de salud que estaba en descanso, pues al parecer no se dan abasto. En ese instante, Peggy le comunica lo del escuadrón 107, entonces Steve enloquece, pues su mejor amigo, Bucky Barnes, forma parte de ese escuadrón.

Steve intenta obtener información sobre James Barnes, pero simplemente lo han dado por muerto, así que, por la noche, el Capitán, junto a la gente Cárter y apoyados por Howard Stark, salen en una misión secreta para rescatar a los prisioneros.

En la mañana, esa es la noticia más sonada del día, nadie deja de hablar de la falta que ese trío ha cometido. Aunque claramente, Stark hizo algunos arreglos para que la agente y él no fueran sancionados por sus acciones, así que la única persona pendiente en ser reprendido, será Steve. 

[...]


—¿Cree que él vuelva? —cuestiona Lillian cuando encuentra a la agente Cárter viendo hacia el horizonte.

Cinco días han pasado desde la partida de Steve, cada día se realiza un sondeo aéreo, pero no rinde frutos y la esperanza de que vuelva, cada día es menor.

—Tengo fe en que lo hará —murmura la agente seguido de un suspiro.

—Es un buen hombre —dice Lillian sin pensar.

De inmediato el semblante de la inglesa se contrae.

—No lo digo por lo que piensas —dice la enfermera de forma apresurada, pues ha notado los gestos de la otra joven —. Lo poco que el doctor Erskine pudo decirme del suero del super soldado fue, que incrementa todas las capacidades, las físicas y emocionales, en los receptores, por eso eligió a Steve, porque él es un buen hombre, digno portador de aquella fuerza, que no dudará en usarlo para el bien.

La agente Cárter sonríe levemente, escuchar aquella confesión, ha incrementado su fe a que el Capitán volverá.

—Siempre te he llamado enfermera Thompson, las formalidades reinan en esta época, pero... —comienza a decir y la chica la interrumpe.

—Soy Lillian Thompson, pero, sólo Lillian —dice ella —, ¿y tú?

—Margaret Cárter, aunque, entre nosotras, dejémoslo en Peggy.

Lillian sonríe complacida, entre ella y Peggy ha comenzado a formarse una pequeña camaradería, que les dará fortaleza para enfrentar lo que se viene. Sin saberlo, se han demostrado confianza y apoyo, las bases para una buena amistad, y qué mejor que estar unidas en un momento tan caótico.

[...]

A la mañana siguiente todo está en calma, bueno, lo que signifique la calma en medio de la guerra. Heridas pequeñas y entrenamientos exhaustivos. Las enfermeras en la pequeña carpa se encuentran descansando, probablemente esta noche sí puedan dormir sin ser levantadas para apoyar a las que se encuentren de guardia.

De pronto, un alboroto comienza a armarse en la parte de afuera, los soldados salen de sus carpas y otros más abandonan sus actividades para ser testigos de lo que se viene, el ajetreo parece salirse de control. 

—¡Heridos! —grita una enfermera al entrar a la carpa, todas toman sus puestos pero sólo unos pocos hombres, con heridas leves, son llevados con ellas, el resto se encuentra en perfecto estado.

—¡Es el escuadrón 107! —exclama un soldado.

—¡El Capitán América nos rescató! —les dice uno de los heridos.

Lillian sale de la carpa al ver que no necesitarán sus servicios, otras compañeras la imitan y se unen a la muchedumbre que recibe al escuadrón recién llegado.

Distingue al coronel Phillips y a la agente Cárter dirigirse hacia Steve, quien de inmediato se pone a disposición de su superior para tomar el respectivo castigo, cosa que claramente no sucederá.

La multitud se incrementa y en un intento de no ser aplastada por el resto de soldados, Lillian se deja llevar por la gente, quedando al lado de Steve y casi frente a Peggy.

—¡Oigan! ¡Agradézcanle al Capitán América! —escucha una voz masculina a su lado.

Lillian se gira hacia el portador de aquella petición, mientras los demás presentes estallan en aplausos y gritos para celebrar al nuevo héroe. Es entonces cuando sucede.

La mirada oceánica de Barnes choca con los ojos avellana de Lillian.

El Sargento siente sus piernas debilitarse ante el encanto de aquella joven. Ha quedado flechado por su belleza. Su cercanía permite apreciar su rostro que le transmite paz y seguridad, es realmente hermosa.

Por su parte, Lillian se queda muda ante la mirada que recibe por parte del Sargento. No la hace sentir incómoda, sino admirada. Él observa sin pena su rostro y vuelve a conectar sus ojos con los suyos, haciendo que ella se sonroje.

Bucky observa la coloración en las mejillas de la chica y sonríe levemente. Es un efecto que tiene en las chicas, aunque en ese momento, su corazón le dice que ella no es una chica más.

Ambos dejan de escuchar los gritos a su alrededor, están tan admirados uno por el otro, que no existe nadie más.

Sin embargo, alguien empuja levemente a Lillian sacándola del encanto. Ella parpadea un poco y sin esperar más, se aleja en dirección a la carpa. Bucky se queda paralizado, pero luego de unos instantes, reacciona y comienza a buscarla.

Debe saber su nombre.

Hay, qué bonito es esto <3
Les recuerdo que será una historia "corta" (no más de 10 capítulos) y que por eso las situaciones son más "rápidas".

¡Gracias por leer!
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