Se encontraron ambos sentados en las afueras de la casa. Dentro del toque de queda, podían ver como nadie en los alrededores se preocupaba verdaderamente al ver a dos niños fuera, sin importarles en lo absoluto.
—¿Derry es así de raro? — (t/n) pregunto mirando hacia el cielo —. No es muy similar a otra parte en la que haya estado.
—N-No lo sé verdaderamente — contesto —, nunca he salido de aquí. Pero, desde que mi hermano G-G-Georgie desapareció, mis padres no me prestan atención.
—Estamos en el mismo barco...
Bill asintió de forma silenciosa.
—Lamento lo de tu hermano — dijo prontamente (t/n) —.
—Los e-encontraremos.
Hablo él nuevamente, tomando la mano de (t/n) en la suya, animadamente, aferrándose a la esperanza que él le estaba entregando. Que si sus hermanos volvían, podrían volver a tener una vida común y corriente como la merecían. Sin figurar en la vida de sus padres, porque no lo merecían.
Pronto noto como las luces del auto de su familia se hacía ver en la distancia. Sabiendo que era momento de que volviese a adentrarse.
—Tienen que estar por ahí... — hablo (t/n), sonriéndole a Bill — gracias por hablar conmigo aun cuando estamos en toque de queda.
—N-No es nada (t/n), hasta mañana. — contesto, con una sonrisa en su rostro —.
—Hasta mañana Bill.
Y con ello ambos se volvieron a sus propios hogares. (t/n) entro tan pronto como pudo, anhelando que su familia no fuese capaz de verla entrar a esa hora, aunque claramente pudieron observar al joven Bill cruzando la calle para ir a su propia casa. Mientras que (t/n) se fue con prisa a su habitación, encendiendo la radio, y tomando un cuaderno de dibujo.
Una imagen, un dibujo; Galletas de la fortuna.
Los brazos de Eddie no soltaron en ni un solo momento a (t/n) cuando intentaban protegerse a si mismo de la galleta que aún estaba atormentándolos. Ambos tan atemorizados como el otro, sin saber como salir de esa situación.
—¿Por qué tuve que volver a Derry? — menciono (t/n) ahora arrepintiéndose de estar donde estaba —.
—¡No es real! — grito Mike —. ¡Esto no es real!
El rostro de (t/n) se hundió en el pecho de Eddie cuando Mike comenzó a golpear una de las sillas en contra de la mesa. Apoyados contra la pared. Los ojos de Eddie estaban cerrados. Deseando que todo lo que sucedía se finalizara.
—¿Les ayudo en algo?
La voz de la mujer que los había atendido a todos se hizo sonar. El rostro de (t/n) se asomo desde los brazos de Eddie, confundida en como todo había desaparecido, todos mirando a la mujer en esos instantes que era completamente ciega a lo que ellos veían.
—Si — contesto Richie antes que cualquiera —. ¿Nos trae la cuenta?
Tan pronto como pudo, Eddie dejo ir finalmente a (t/n). Ella no menciono nada al respecto, moviéndose tan pronto que pudo para tomar su maleta. Comenzando a marchar primero que cualquier otro. Sintiendo como su celular sonaba en su bolso. Irritada en esos instantes, sin siquiera notar que Eddie la seguía de muy cerca con una mirada preocupada.
Saco el celular de forma descuidada. Casi arribando a la salida cuando su pie volvió a torcerse. Soltando un quejido de dolor.
—Déjame ayudarte — se ofreció Eddie amablemente —.
—Gracias, de nuevo Eddie....
Eddie paso uno de sus brazos tras la espalda de ella. Guiándola a la salida, ella contesto en esos momentos cuando noto que se trataba nuevamente de Jhonny. Para variar. Ahora se estaba preguntando en que momento su celular se había encendido. Puesto que ella recordaba haberlo apagado.
—Jhonny, hey...
—¿Así es como saludas a tu futuro esposo? Con un "Hey."
Murmuro él de mal humor al otro lado de la línea. (t/n) simplemente se encargo de rodar sus ojos. Siendo recibida por el frío de la noche en esos momentos. Y apoyándose en una de las paredes con Eddie permaneciendo en silencio a su lado. Sin notar como el hombre fruncía el seño cada que escuchaba el nombre de Jhonny.
—Hey.
Repitió (t/n).
—¿A que estás jugando? — pregunto más molesto que antes —.
—Nada — contesto —, es solo que... estoy cansada. Ha sido un día complicado.
—Claro. ¿Y crees que para mí no ha sido un día complicado? Primero; me plantaste. Segundo; me cortaste. ¿Por qué eres una mujer egoísta?
—¿Egoísta?
—Si, me escuchaste, eres egoísta.
Ella soltó una risa molesta que alarmo en esos momentos a Eddie que intentaba simplemente no prestar atención a la dicha conversación, pero estando al lado de ella era técnicamente imposible.
—¿Y quieres saber que más averigüe? Que ni siquiera estas en Florida. Adivina, llame por teléfono al hotel. Y me dijeron que no tenían ni idea de quién mierda eras. Ahora, ¿en donde estas realmente y por qué me mentiste?
—Yo... no puedo decírtelo.
—(t/n).
—No te lo diré.
—Dímelo, iré a por ti.
Se quedo callada en esos momentos. Y para la mirada de Eddie ella se vio realmente indefensa en esos instantes. Pese a que no supo que decir, no se aparto de su lado, con su brazo aun rodeándola.
No se movió de ahí.
—¡Dímelo maldita sea! — escucho gritar al hombre al otro lado —.
Ella se estremeció por completo. Sus lagrimas deslizándose, decidiendo que lo mejor que podía hacer era cortar la llamada. Prontamente intentando calmarse a si misma cuando recordó que Eddie continuaba de pie a su lado.
—Siento que hayas tenido que escuchar eso... — ella hablo —.
Intentando secar sus propias lagrimas en esos momentos. Eddie libero su brazo, para tomar con cuidado el celular de ella. Los ojos (c/o) de (t/n) lo miraron con confusión, sintiendo escalofríos cuando los dedos de él rozaron los suyos. La otra mano de él fue a posarse en la mejilla de ella con delicadeza, en como ella cerro sus ojos ante su tacto.
—Déjame cuidar de ti (t/n), lo necesitas, y tu pie no se ve muy bien...
Le menciono con calma. Apreciando cada rasgo en el rostro de ella, sin apartar su mano, incluso ignorando que el resto del grupo podía estar observándolos en la distancia.
—Estoy bien... — ella susurro —.
—No, no lo estas... te conozco (t/n), y no puedo dejar que vayas sola en este estado. — ella asintió, con más lagrimas derramándose —.
Eddie se encontró con la pregunta de cuanto tiempo estaría lidiando con alguien como Jhonny. En como con tan solo tocar su rostro sabia que ella anhelaba sentirse protegida, en como le dolía ese reencuentro agridulce.
Y sabia que quería protegerla de alguien como Jhonny.
Tomo aire; y se atrevió a decir lo que tenía en mente.
—Quédate conmigo, (t/n).
Ella no abrió sus ojos. No necesito mirarlo para asentir mientras disfrutaba del toque de él. Prontamente sus lagrimas cesaron, no se había sentido bien en años, mucho menos, tranquila al lado de alguien.
—Wow, es muy alto.
Menciono (t/n) mirando desde donde Beverly acababa de saltar sin mucho más. Notando la altura. Pero sonriendo cuando la chica pelirroja emergía del agua completamente sana, era seguro saltar de esa altura.
—¿Qué? — interrumpió Richie —. No me digas que no te atreves. ¿Eres una gallina? Apuesto a que tus hermanas...
—Mis hermanas nunca saltarían, si es lo que quieres decir — le contesto sin alegría —, ellas no son como yo.
—¿Cómo qué? — volvió a preguntar el niño de lentes —.
—Agradables.
Y con ese comentario ella se impulso. Saltando directamente hacia el agua. Después de mucho tiempo, sintiéndose viva cuando salto desde ese sitio. La sensación, sobre todo al tocar el agua y sumergirse fueron una emoción que recordaría siempre con alegría y emoción.
—Eso fue asombroso — se encontró diciendo Eddie —.
—Si bueno, sigue a tu chica Ed's. — se burlo Richie —.
—No me llames así.
—¿Y como quier-
La pregunta en forma de burla de Richie quedo cortada cuando Eddie ya fastidiado de los comentarios de Richie lo empujo con ambas manos. Escuchando el grito del niño de lentes cuando cayo desde lo alto. Las risas por parte del resto del grupo resonó, con ambas chicas preguntándose exactamente que había sucedido.
Y prontamente Eddie se encontró saltando al agua, casi cayendo sobre Richie.
—¡Pudiste matarme! — exclamo mientras ajustaba sus gafas —.
—Lastima que no lo hizo — contesto Beverly —.
—Quizá a la otra tengamos más suerte — se unió (t/n) —.
(t/n) se encontró mirando a Eddie, sabiendo que era él quién lo había empujado, no conocía el motivo exacto, y no iba a preguntar, era Richie de quién hablaban. Pronto aún mirando al niño hipocondriaco le guiño un ojo juguetonamente con una gran sonrisa en su rostro, con Eddie ruborizándose notoriamente ante la acción de ella.
Pronto Richie interrumpió ese momento arrojándole una cantidad de agua en el rostro de la chica. Quién inmediatamente dejo escapar una carcajada que ni uno de ellos alguna vez habían escuchado, pronto todos uniéndose a la guerra que crearon ahí. Entre risas, y pese a que Eddie lamentaba no haber podido haber hecho mucho más referente a la marca ahora escuchara en el rostro de (t/n), de una manera, su belleza conseguía resaltar igualmente.
Ella no merecía ser golpeada.
Merecía reír tal como en esos momentos.