Bellarke (One shots)

By Valkyrie_20

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Son One Shots sobre The 100, algunos tendrán continuación y serán desde la perspectiva de Clarke y Bellamy, a... More

Si quiere quedarse, puede hacerlo
Creí que habías muerto
Ella no es Clarke
Porque te quiero (Parte 1)
Say something (I'm giving up on you)
Porque te quiero (Parte 2)
Day trip (Parte 1)
No voy a perderla de nuevo
Day trip (Parte 3)
Tortura

Day trip (Parte 2)

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By Valkyrie_20

Bellamy

Al salir del almacén el frío aire golpeó mi rostro regalándome una gran sensación de alivio. Mi respiración estaba agitada y tuve que descansar poniendo mis manos sobre mis rodillas. Era bastante abrumador enfrentarme a las preguntas de Clarke, porque no importaba qué tan ingeniosa fuera mi respuesta, ella siempre daba soluciones o sugerencias muy buenas. Era como si no le importara en lo más mínimo mi opinión, le acababa de decir que me iría, que no tenía otra opción y de igual forma trató de convencerme. Y lo que más me estresaba era que no sabía qué responderle, y me ponía a reflexionar sobre mi comportamiento

Realmente era una chica muy lista y astuta, no sólo era una buena líder, sino alguien que siempre estaba dispuesto a realizar de todo para lograr lo que se proponía. Pero aún así era una chica bastante intrigante, pues tan solo hace unos días me recordaba lo mala persona que era y que por mi culpa habían muerto 320 personas y ahora estaba intentando evitar mi huida.

Jamás entenderé a las mujeres.

Comencé a sentirme extraño, como si fuera muy ligero y me moviera fácilmente. Pero aquella sensación terminó pronto cuando empecé a sentirme mareado, tuve que ponerme de cuclillas para recuperar el aliento y para respirar profundamente. Agaché la cabeza y la levanté de inmediato cuando escuché el sonido de varias ramas quebrarse. Mi mirada se dirigió al lugar de procedencia de aquel ruido pero no vi nada, el lugar estaba completamente vacío. O al menos eso era lo que creía.

- Bellamy Blake - una voz extrañamente familiar me llamó y al ver al emisor se me cortó la respiración.

A tan solo unos metros de mí estaba parado el canciller Jaha, vestido con una playera gris de manga larga y un chaleco además de unos pantalones oscuros, la misma ropa que usó el día que le disparé. Éste miraba al suelo mientras tenía las manos unidas a la altura de su vientre. Después levantó la cabeza para observarme dejándome completamente atónito. ¿Cómo era esto posible? Lentamente me reincorporé sintiendo su penetrante mirada

- ¿Cómo es que está usted aquí? - pregunté inseguro, mantenía mis piernas separadas por si tenía que correr y es que la verdad yo sentía que tendría que hacerlo.
- Estás en el Arca - respondió - me disparaste en el Arca... pero te he estado esperando.

Justo al terminar de hablar sus manos se separaron y las levantó en el aire mostrando como sangre brotaba de su vientre y manchaba su playera gris.

- Hice lo que tenía que hacer - me defendí.
- Para proteger a Octavia - inquirió él.
- Así es.

El canciller comenzó a dar varios pasos hacia mí mientras me miraba con furia.

- Patético. Usas a tu hermana para justificar tus crímenes, tu crueldad, tu egoísmo - me acusó con frialdad.
- Si va a matarme, hágalo - lo reté, estaba cansado de recibir tanto sermón y regaño, pero su comportamiento me confundió.

Frunció el ceño mientras bajaba la mirada al piso y paró de caminar. Se quedó unos segundos en silencio y entonces habló sorprendiéndome.

- ¿Por qué he de matarte?

No respondí, me mantuve en silencio esperando una explicación.

- A diferencia de los otros, yo sobreviví a tu traición.
- ¿De qué está hablando? - pregunté.
- De las 320 almas que fueron flotadas del Arca para que otros pudieran vivir - continuó acusándome - tú sabías que serían sacrificadas.

La culpabilidad volvió a crecer en mi cuerpo, y comenzaría a carcomerme el pensamiento de que si no hubiera tirado la radio al río, esas vidas podrían haberse salvado.

- La radio, - repetí mi pensamiento en voz alta, sintiendo como se formaba un nudo en mi garganta - yo no sabía que eso pasaría.

Éste me miró atento y sin apartar la vista de mí se preparó para hablar.

- No es mi perdón el que debes buscar - su tono de voz era tranquilo pero había algo en él que era escalofriante - es el de ellos.

Después de pronunciar esto último, miró hacia otro lado y yo seguí su mirada hasta encontrarme con un montón de personas que caminaban hacia mí entre las hierbas del lugar. No sabía en qué momento habían aparecido, y mucho menos como habían llegado hasta aquí. Pero lo que más me llamaba la atención de ellos era que cada uno pronunciaba la palabra "asesino".

Me giré para ver si venían por otro lado y me di cuenta de que estaba rodeado, venían de todas partes y lentamente se acercaban a mí mientras se aseguraban de que escuchara sus palabras.

- Asesino... - escuché el susurro de Jaha en mi oreja aparte de sentir su aliento en mi piel sobresáltandome.
- ¡Pare! - grité mientras empujaba al canciller lejos de mí y me echaba a correr.

La adrenalina corría por mis venas mientras el viento golpeaba mi cuerpo. Tenía que alejarme de ahí, de todos ellos. Todas las noches pensaba una y otra vez en que yo no pude haber sabido que ejecutarían a todas esas personas para conseguir más oxígeno. Siempre llegaba a la conclusión que era algo muy por fuera de mi poder y control pero a decir verdad... ahora no estaba pensando lo mismo.

Era cierto lo que todos me decían, que era un egoísta, idiota y desconsiderado. Nunca hice caso a los comentarios de Finn, Clarke o incluso de mi hermana porque siempre creí que estaba haciendo lo correcto, lo que era necesario hacer. Pero honestamente estaba todo este tiempo intentando justificar cada una de mis acciones porque siempre había sido una mierda de persona. Y detrás de toda esa basura que mostraba al mundo, mi corazón se comprimía de dolor y culpa. Porque yo era responsable del genocidio del Arca. Yo no era mejor que ellos, yo no era mejor que Jaha.

Dolía tanto admitirlo que notaba como las lágrimas invadían mis ojos y con brusquedad pasé mis manos sobre ellos para aclarar mi visión mientras corría. Y para mi sorpresa noté que todo mi alrededor se encontraba oscuro, me detuve para procesar qué estaba pasando cuando escuché de nuevo esas voces.

"¿Pero qué mierda...?" Cuestioné al ver como una multitud de personas estaba rodeándome cuando hace apenas unos segundos me encontraba solo.

Intenté correr para escapar de allí pero era imposible, me habían encerrado. Retrocedí sintiendo mi corazón latir tan rápido que saldría de mi pecho, pero tropecé y caí al suelo.

- ¡Asesino! ¡Asesino! - sus voces era lo único que podía escuchar.

Una mano me tocó por el hombro y sobresaltándome me giré para encontrarme con Jaha, quien mantenía una expresión seria y de asco. Me arrodillé frente a él mientras intentaba mantener los ojos abiertos, me aterraba cerrarlos en aquel instante.

- Por favor, máteme - supliqué desesperado - ¡máteme!.

En aquel momento sentí algo en mi espalda baja y llevé una mano hacia atrás, fruncí el ceño al sentir la culata de una pistola. La llevé en frente viéndola con incredulidad.

"Pero si yo no llevaba un arma..." inquirí.

Observé al hombre frente a mí y le tendí la pistola.

- Me lo merezco, por favor.

Sus ojos brillaron por un instante pero en vez de tomar la pistola sentí un fuerte golpe en mi mejilla que me derribó al húmedo suelo.

- ¡No puedo pelear más! - grité desconsolado.
- ¿Qué no lo sabes? - Jaha dio varios pasos hacia mí - la vida es una pelea.

Gruñí al sentir una patada en el estómago que me aventó aún más lejos de él. 

Todos los presentes se acercaron más a mí, en sus rostros podía ver satisfacción, suponía que de venganza.

- ¿Qué se supone que debo hacer?
- Vivir. Respirar. Sufrir - con su pie empujó mi brazo con el que me estaba incorporando y caí nuevamente. Se alejó un poco de mí y extendió los brazos hacia los lados - ¡Tú les debes eso!

Procedió a arrodillarse frente a mí mientras yo me obligaba a levantarme, pero me estaba resultando imposible.

- ¿Quieres la paz de la muerte? - inquirió - pues tendrás que ganártela.

Se levantó tan rápido que no pude prepararme para otra patada mucho más fuerte en mi costado. Grité de dolor mientras colapsaba.

- ¡Defiéndete!

Con todas mis fuerzas logré arrodillarme, pero solo sirvió para recibir un puñetazo en el rostro que me derribó. Por dios, este hombre sí que pegaba fuerte.

Me mordí el labio aguantando el dolor cuando me vi obligado a levantar la cabeza cuando Jaha me tomó por el pelo para mirarlo.

- ¿Crees que mereces ser libre de tu dolor? ¿mereces ese regalo?

No, no lo merezco.

No merezco un buen trato porque no soy una buena persona, soy un cobarde. No he hecho nada bueno en mi vida, todo lo que logrado es traer problemas. Definitivamente no merezco otra oportunidad.

- Porque vas a obtenerlo - su voz se volvió extraña, no era la misma sino que se escuchaba distorsionada.

Fruncí el ceño nuevamente pero recibí otro maldito puñetazo que me hizo caer hacia atrás. Respiré tratando de aguantar el dolor y en ese momento escuché el sonido de un arma, instintivamente levanté la cabeza alarmado y me quedé sin habla cuando noté que no estaba el Canciller ni el resto de personas del Arca conmigo, únicamente Dax que me miraba con satisfacción mientras me apuntaba con una metralleta.

- No es personal - su voz me erizó la piel y el miedo me invadió.

Estaba esperando el sonido del cañón pero éste no llegó, sino que era el mismo ruido que hacía cuando las balas no servían. Su rostro cambió a la confusión y supe que procedía a recargar el arma. El recuerdo de la pistola en mi mano se hizo presente y sintiéndome con valor la levanté y apunté a Dax. O eso creí, pues en mi mano no había absolutamente nada.

Regresé la mano hacia mi cuerpo mientras la observaba confundido, detrás podía ver al adolescente igual de perdido con mi acción. Demonios, iba a matarme.

- Baja el arma, Dax - levanté la mirada sorprendido hacia Clarke quien se encontraba apuntando a mi atacante con otra metralleta. Todavía la agarraba con algo de torpeza pero no importaba, ella estaba aquí para salvarme.
- Debiste quedarte abajo, Clarke - Dax respondió con frialdad - intenté no matarte, pero aquí estás... Shumway dijo que nada de testigos.

Clarke me miró confundida, alternando la mirada entre él y yo.

- ¿De qué está hablando? - me preguntó.
- Shumway lo preparó - recordé al guardia que llegó a mi habitación para conseguirme un lugar en la nave a cambio de que asesinara a Jaha - él me dio el arma para dispararle al canciller.

Hijo de puta, cobarde traidor. Él sabía que corría peligro así que para evitarlo iba a deshacerse de mí.

- Aléjate ahora y no te mataré - él miraba fijamente a Clarke, sosteniendo el dedo en el gatillo y de inmediato me tensé, no permitiría que le disparase a Clarke.
- Baja el arma - pronunció con énfasis cada palabra, se negaba a irse y terminé por comprobar lo valiente que era.
- Tu decisión - respondió Dax.

Clarke apretó el gatillo pero su bala no funcionó, así que de inmediato corrió a esconderse detrás de un árbol mientras dos balas de Dax impactaban en él.

Eso sí que no, idiota. Me incorporé con enojo, no iba a tocarla. Así que me abalancé sobre él tirándolo al piso.

- ¡No! - grité aprovechando que quedé encima de él y solté dos puñetazos a su rostro.

Me sorprendió al darme un fuerte codazo en la mejilla que me derribó. Gruñí mientras forcejeaba con él e intentaba esquivar sus golpes. Su mirada se dirigió a la metralleta al lado de nosotros y cuando quiso agarrarla me aferré a ella con los dedos. Sin embargo, no fue suficiente porque me la arrebató y me golpeó con ella en el rostro. Quiso presionar mi cuello con la metralleta pero a duras penas pude evitarlo con mis manos. Pude ver en sus ojos la rabia que sentía por mi resistencia y como pudo me golpeó con la culata aturdiéndome por unos segundos, los cuales aprovechó para intentar asfixiarme.

Esa fuerte presión en el cuello dolía demasiado y abría la boca intentando respirar.

- ¡Aléjate de él! - escuché a Clarke gritar por detrás.

Mi agresor se giró y de inmediato se levantó para darle un fuerte puñetazo en el rostro. La vi caer al suelo y la furia creció en mí. Giré la cabeza a mi lado derecho y vi la bala que salió de su metralleta al recargarla. Así que cuando se volvió para atacarme de nuevo lo sorprendí tomando la bala y clavándosela en el cuello.

Sus ojos se abrieron tanto que parecían que se saldrían de sus órbitas. Comenzó a salir sangre por su boca mientras soltaba varios quejidos y comenzaba a caerse de encima mío. Yo solo podía verlo con la boca abierta, y mi mirada se dirigió a su cuello y observé toda la sangre que salía de él. Poco a poco fue desvaneciéndose en el suelo cerca de Clarke y cuando dejó caer su cabeza y su pecho dejó de inflarse supe que había muerto.

Mi respiración era agitada y mi corazón en estos momentos iba tan acelerado que tuve el impulso de levantarme. Escuché a Clarke quejarse de dolor y moverse para recargarse en el árbol en el que se había protegido. Tenía las piernas tan temblorosas que apenas pude llegar a donde estaba ella y me dejé caer a su lado apoyándome en su pierna. Ella estaba igual de alterada que yo, pero sabía que Clarke no podía estar sintiendo el dolor que a mí me estaba comiendo por dentro.

- ¿Estás bien? - logró articular una pregunta.
- No, no lo estoy - respondí.

Lo había asesinado, era tan solo un adolescente que hizo lo que hizo porque el hijo de puta de Shumway lo chantajeó. ¿Y ahora como le decía yo a su madre que asesiné a su hijo, que la razón principal por la que estaba muerto era por mí?. Esa presión en el pecho me invadió otra vez pero con más intensidad, sabía que si hablaba no tardaría en quebrarme, pero estaba tan dolido que no me importaba hacerlo incluso frente a Clarke.

- Si mi madre... supiera lo que hecho... lo que soy... - algunas lágrimas se deslizaban por mi piel magullada mientras sentía la atenta mirada de Clarke sobre mí - ella me crió para ser mejor, para ser bueno...
- Bellamy... - intentó hablar pero proseguí.
- Y todo lo que hago es lastimar personas... - me sorbí la nariz y dejé escapar otro par de lágrimas al continuar - soy un monstruo.

Hacía tanto tiempo que no me derrumbaba, que no sentía ese desesperante nudo en la garganta que me costaba respirar con normalidad. No me atrevía a mirar a Clarke, porque aunque quisiera consolarme lo cual creía algo imposible, me avergonzaba descubrirla mirándome con lástima o con felicidad. Pues estaría en todo su derecho de disfrutar verme sufrir porque en todo este tiempo no había hecho nada para ganarme su confianza, mucho menos su amistad. Y sabía que no solo ella pensaba igual, mi propia hermana lo hacía. No podía culparla por odiarme, era un completo idiota.

- Hey... - su voz se abrió paso a través de la oscura y silenciosa noche - hoy me salvaste la vida... y quizás seas un imbécil la mayoría del tiempo pero... te necesito.

¿Qué? ¿había escuchado bien?

Me quedé inmóvil tras escuchar sus palabras, definitivamente era lo que menos esperaba escuchar de ella. Arrastré mis ojos por el suelo, por su cuerpo hasta llegar a su rostro. Por dios, se veía tan hermosa. La tenue luz que nos alumbraba me permitía ver sus divinos rasgos y tuve que contener mi impulso de apartarle un mechón de la cara. Iba a ser totalmente extraño hacerlo, pero de todas maneras me encontraba deseando acercarme más a ella, estaba muy cerca mío y me sentía tan diferente y bien a su lado.

- Todos te necesitamos - continuó hablando y aquel fuego que había comenzado a crecer se apagó derepente - ninguno de nosotros habria sobrevivido si no fuese por ti.

Eso no era verdad porque la tenían a ella, por dios, era la única que conocía de medicina aquí y además, era una líder por naturaleza. Yo solo fui el idiota egoísta que forzó su liderazgo para hacer lo que quería.

Aparté la mirada mientras sorbía de nuevo la nariz.

- ¿Quieres el perdón? Bien, te lo daré - su voz era nerviosa y temblorosa - te perdono ¿de acuerdo?

No creía que lo dijese de verdad, que solo lo hacía para convencerme de quedarme. Pero en el momento en que me volví para verla y me encontré con sus desesperados y grandes ojos azules me di cuenta de que estaba dispuesta a hacerlo.

- Pero no puedes huir, Bellamy. Debes de regresar conmigo, tienes que enfrentarlo.
- ¿Así como tú enfrentaste a tu madre? - inquirí sin pensar.

No quería pelear ni herirla, pero era cierto, desde que salvó la vida de Finn no había querido hablar con su madre. La entendía, pues sin querer escuché lo que hablaba con Finn sobre Wells y yo también estaría furioso.

Clarke apartó la mirada y agachó la cabeza, había dado en el blanco.

- Tienes razón, no quiero enfrentar a mi madre - dijo en susurros - no quiero enfrentar nada de eso.

Era la primera vez que hablaba con ella, pero me refería a hablar de verdad. No nos conocíamos para nada en absoluto, ella sabía como era yo, y yo como era ella. Además de constantemente discutir jamás intentamos conversar. Era la primera persona con quien compartía mis sentimientos en mucho tiempo, podría decir que años. Cuando nos atraparon a Octavia y a mí tuve que observar como flotaban a mi madre, y de inmediato mi hermana fue arrebatada de mi lado. Estaba solo, durante tanto tiempo. Cuando bajé a la Tierra mi único objetivo era escapar con Octavia pero dado que todo constantemente cambiaba, me vi obligado a guardarme mis emociones. Y en este momento, Clarke era mi bocanada de aire después de estar una eternidad aguantando la respiración. Y en el fondo de mí, algo me decía que yo también era la de ella.

Y fue así como una idea repentina y arriesgada surgió en mi cabeza para después escaparse por mi boca.

- Entonces no lo hagas - Clarke me miró extrañada - hay que escaparnos, solo tú y yo. Que se jodan los demás.

¿Quién mejor para irme que con ella?, sinceramente era asombrosa y sabía que era estúpido pero sentía una conexión con ella. Clarke abrió la boca para hablar pero se quedó sin palabras, se avecinaba mi rechazo.

- Bellamy... no podemos hacerlo, no podemos abandonarlos - acercó su mano para acariciar la mía con los dedos, bajé la mirada para observar su acción y comprobé que era real - no puedes abandonar a tu hermana, ella te necesita.

Suspiré y recargué la cabeza en el tronco del árbol. Odiaba que tuviese razón.

- En lo único que pienso es en mantener a todos con vida pero no tenemos opción - dijo Clarke.
- Jaha me matará cuando llegue - respondí, si me quedaba me ejecutarían.

La observé notando que estábamos más cerca que antes. No me cansaría de mirarla, era la chica más hermosa que había visto. Pero no me refería solo a su físico, porque personalmente me fascinaba. Admiraba su fuerza y tenacidad, su valentía y conocimiento.

- Lo vamos a solucionar - su positiva respuesta me dejó algo inquieto pero mucho más tranquilo que antes.

Volví a recargarme en el árbol y miré el cielo estrellado a través de las miles de hojas del bosque.

- ¿Podemos hacerlo luego?

Me miró unos segundos y procedió a recargarse a mi lado. Suspiró y habló:

- Cuando estés listo.

Cerré los ojos sintiendo tanto cansancio emocional como físico. Estaba exhausto. Aunque aún me encontraba nervioso preferí confiar en Clarke, ella sabía lo que hacía y por alguna extraña razón me estaba dando otra oportunidad. Fácilmente pudo haber apoyado mi huida pero no lo hizo, sino que se quedó a mi lado y me convenció de lo contrario.

Suspiré un par de veces intentando pensar en alguna otra cosa que no fuese ni el Arca ni Jaha. No sabía cuánto tiempo había pasado pero me sorprendí cuando sentí que algo caía sobre mi hombro. Giré mi cabeza y sonreí al encontrarme con el dulce rostro de Clarke a mi lado. Sus ojos estaban cerrados y no se había despertado con el cabezazo que dio. Acerqué mi mano izquierda para retirarle el cabello de la cara con mucha suavidad, al ver que no se despertaba decidí quedarme otro rato así. Servía que descansaba un rato, porque solo lo hacía por ese motivo ¿verdad?, no lo hacía porque disfrutaba de su contacto ¿cierto?

Mientras tenía una batalla interna yo también me vi afectado por el sueño y me rendí ante él volviendo a cerrar los ojos, además de disfrutar de la compañía de Clarke.

(...)

- Bellamy - una preciosa voz susurraba a mi lado.

Sonreí un poco y me acurruqué en mi lugar, no era muy cómodo pero sí que eficiente.

- Bellamy, despierta.

Abrí lentamente los ojos y parpadeé múltiples veces para ver con claridad. Me encontré de nuevo con la oscura noche pero ahora estaba helando. Giré mi cabeza y vi a Clarke sonriéndome. Ya no estaba recargada en mí y extrañé su contacto.

- Deberíamos volver - dijo y sintiéndome modorro me apoyé en el piso para levantarme - pero primero... vamos a limpiarte esas cortadas.

Tocó con sus dedos mi rostro y resistí el escalofrío que recorrió mi cuerpo. Luego empezó a caminar hacia el almacén y la seguí.

Bajé por las escaleras con cuidado y fuimos a la improvisada zona de tiro que habíamos creado hace unas horas. Me quedé parado mientras observaba a Clarke mover varios objetos de una mesa a mi lado y traer un botiquín.

- Siéntate - me ordenó señalando la mesa a lo cual levanté una ceja - eres muy alto, y necesito que estés a mi altura para limpiarte.

Sonreí reprimiendo una risa y obedecí, con lentitud me senté en la mesa dejando mis piernas separadas como de costumbre. Clarke abrió el botiquín y sacó unas toallitas junto con alcohol. Sorprendiéndome se acercó a mí situándose entre mis piernas y me tensé cuando su rostro volvía a acercarse al mío. Estaba peligrosamente cerca, temía que pronto mi cuerpo actuara sin mi permiso y la tomase en brazos para besarla. Sacudí la cabeza para quitarme aquel pensamiento de encima.

- No te muevas - dijo Clarke.

Movió algunos mechones de cabello de mi cara y estudiaba mis heridas. Bajó la cabeza para mojar la toallita con alcohol y acercándose con cuidado me preparé para el ardor.

Pasó con delicadeza y suavidad la toallita por mi piel, no me ardía mucho pero sí que era intenso cuando la pasaba por las cortadas que me había hecho Dax. Apreté la mandíbula cuando presionó un poco en una de ellas.

- Lo siento - susurró.

Cuando acabó depositó las cosas a un lado y procedió a observarme por varios segundos. Me estaba poniendo muy nervioso.

- No necesitas puntadas, eso es bueno.
- Sí, claro... - apenas pude hablar, estaba atrapado en su cercanía y tan hipnotizado por ella que era muy difícil reaccionar.

Sonrió ligeramente a la vez que cerraba un poco los ojos. Quedé absolutamente maravillado ante tal gesto que sentía que no podía resistirme más.

Ahora quien la observaba era yo, mis ojos estudiaban los suyos, eran de tono azul claro que resaltaba ante la luz. Aunque ahora estuviésemos solo alumbrados por las luces naranja, podía ver su color con claridad. Noté que se sonrojaba ante mi mirada y aunque me negaba hacerlo, sin poder controlarme comencé a observar sus labios. No eran tan gruesos pero tampoco delgados, y la manera en la que los mantenía entre-abiertos provocaba que se me erizara la piel con tan solo pensar en tocarlos.

- ¿Qué? - preguntó con una risa nerviosa.

Mi mirada se alternaba entre sus ojos y labios así que cuando se dio cuenta qué era lo que pasaba por mi cabeza se mantuvo seria. Pero no lucía enojada o preocupada, podría decir por el brillo de sus ojos que hasta incluso curiosa.

- Nada, es que eres... - sonreí antes de decirlo - eres preciosa.

Las comisuras de sus labios se elevaron en una pequeña sonrisa pero el sonrojo en sus mejillas me indicó que había acertado. No se movió, incluso cuando empecé a acortar la distancia entre nosotros. Ahora ella miraba nerviosamente mis labios y cuando su aliento chocó con el mío sabía que no podría detenerme.

Cerré los ojos en el momento en que uní mis labios con los suyos y suspiré de alivio. Rogaba para que ella me correspondiese, así que me permití disfrutar de sus deliciosos labios desde que me tomó por el cuello de la chaqueta y me atrajo más hacia ella. De inmediato tomé su cintura y la jalé para abrazarla. Eran besos suaves pero tenían algo salvaje en ellos, algo que estaba haciendo crecer la llama que sentía en mi interior.

Llevó una de sus manos a mi nuca, acariciando mi piel en el proceso causando que me estremeciese. Acaricié su labio inferior con mi lengua pidiendo permiso de pasar, a lo cual ella al abrir la boca me permitió. El contacto de nuestras lenguas era tan perfecto y tan coordinado que lo hacía muy placentero. Gruñí cuando ella tomó mi labio inferior con los dientes y lo jaló suavemente hacia ella.

Me levanté de la mesa y la giré para sentarla a ella esta vez. Me posicioné entre sus piernas y casi suelto un gemido en cuanto sentí un roce de nuestras partes. Continué besándola, elevando la temperatura de nuestros cuerpos. Llevé mis manos por dentro de su playera para acariciar su piel con mis dedos y sonreí entre besos al escucharla suspirar. Besaba muy bien, sabía perfectamente cómo hacerme sentir que me elevaba con ella al cielo. Estaría mintiendo si dijera que podría separarme de ella, romper el beso y alejarme tan solo unos centímetros. Y aunque pudiese no lo haría, me encantaba tanto que quería estar así para siempre. Teniéndola entre mis brazos y besando sus apetitosos labios una y otra vez. Definitivamente volvería a besarla, sin importar si estamos solos o delante de todo el mundo. No dejaría ir aquella oportunidad y estaba completamente agradecido con ella por convencerme de quedarme, si no lo hubiese hecho estaría perdiéndome lo que es estar en el paraíso.

Una de las luces naranja se apagó y ambos nos separamos para verla. Se le había acabado la batería. Aún la sostenía por la cintura cuando me volví a verla. Estaba reluciente, más preciosa que antes.

- Creo que... debemos regresar - Clarke dijo y asentí.
- Claro, ya es algo tarde.

Ambos sonreímos con nerviosismo, pero cuando sus ojos se encontraron con los míos volví a besarla con aún mayor intensidad. Ella me besó de vuelta y enredó una de sus manos en mi cabello, tirando de él un poco. Ambos estábamos tan perdidos el uno en el otro que no nos importó en absoluto la idea de regresar al campamento. Pues lo único que pasaba por nuestras cabezas era disfrutar cada maldito segundo de nuestros besos.

Supe que no podría detenerme cuando retiró la chaqueta de mi cuerpo y comenzó a dejar un rastro de besos desde mi boca hasta debajo de mi oreja, lamiendo con sensualidad mi piel.

Por dios, era tan afortunado. Así que me encargaría de hacerla ver las estrellas y llevarla al mismo cielo. Porque todo eso ella ya me lo estaba haciendo ver a mí.




Y aquí está la segunda parte, sé que me tardé casi 1 año en terminarla y pido perdón por eso jaja
Pero quiero que me den su opinión si les gustaría un capítulo subido de tono, ya saben, uno sexoso :)
Díganme qué les parece y si les gustó este capítulo

Nos vemos prontoooo ❤

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