Rebecca se paró nerviosa, acomodando su ropa.
-Creo que debemos dar por terminada esta charla.
-¡Alto ahí! Debes hablar con Erik.
-¡Claro que no! ¿Qué le diré? "Oye, quiero hacer el amor contigo"; creo que esa es la forma perfecta para perder mi dignidad... Mejor dime como va todo con Thomas.
Sophie se levantó, se paró frente a ella, y la tomó por los hombros- No dejes pasar oportunidades Rebecca. El estudio es importante, pero el amor... el amor lo es todo...
-¿Thomas ha entrado de verdad en tú corazón, no?
Sophie revoleó los ojos-¿Has escuchado algo de lo que te dije?- Rebecca asintió- De acuerdo, si estoy enamorada de él. Y hoy nos hemos puesto de novios ¿No es emocionante?
-Es maravilloso Sophie, estoy muy feliz por ti.
Luego de la charla, reconfortante con Sophie. Rebecca decidió caminar un poco para pensar. Necesitaba estar sola y comprenderse a si misma. Saber que es lo que quería realmente.
-Puso todo de cabeza... y... ¿lo amas?- se preguntó en voz alta- ¿Qué es lo que te sucede?
Repentinamente unas manos sobre sus caderas la paralizaron.
-¿Hablas sola?
-Casi me matas del susto.
-¿Qué haces por aquí sola?
-Primero quita tus manos de mi cuerpo, Erik- las quitó- y segundo, ¿Qué rayos haces tú justamente aquí?
-Yo sólo salí a caminar, el destino se encargó de cruzarnos- dijo sonriendo- ¿ya me has disculpado por ser tan idiota?
Rebecca sonrío sin querer.
-¿Esa sonrisita significa que me perdonaste o que te parezco más idiota aún?
-Un poco de ambas-se río- Sólo necesitaba pensar un poco...
-¿Que pensabas?- comenzaron a caminar en dirección al departamento.
-Cosas...
-¿Qué cosas?- insistió Erik.
-¿No crees que eres demasiado curioso?
Se encogió de hombros-tal vez un poco...
Entre broma y broma volvieron al departamento. Rebecca fue hasta la cocina y tomó del refrigerador, una botella de agua.
-¿Has estado estudiando para los exámenes que siguen?- preguntó rebecca mientras bebía agua.
-mmm...no todavía... no es mi prioridad es la tuya.
-Más te vale que estudies, porque si no...
-Si no ¿Qué?- preguntó desafiante y divertido-Rebecca miró la botella que sostenía y luego a Erik-No lo harás- dijo Erik riendo.
Ella comenzó a asentir con la cabeza y acercarse- yo creo que si...
Apuntó la botella hacia él y la apretó lanzándole un chorro de agua, que empapó la camiseta blanca y ajustada que llevaba puesta.
Rebecca reía sin parar, y Erik la miraba planeando su venganza. De repente corrió hacia ella, le arrebató la botella y la vacio sobre la cabeza de ella.
-¡Estamos a mano!- sacudió sus manos- te ves más bonita mojada.
Rebecca le lanzó una sonrisa falsa. Él se acercó y la tomó por la cintura, pegando su cadera con la de ella.
-De...bo... ir a cam...biarme – pudo decir con los nervios trepando por su garganta.
Erik no oyó lo que decía, sólo se aproximó más a ella hundiendo su nariz en su cabello.
-Tú aroma, se quedará siempre conmigo- la soltó y caminó hacia su cuarto.
Rebecca se quedó inmóvil. Tensa. Sólo respiró profundo y se sentó en el borde del sillón. Él tenía esa reacción en ella. Esas acciones inesperadas que sacudían su mundo y lo ponían de cabeza. Su mente daba vueltas, realmente sentía amor por Erik, y debía hacer algo. Tenia que decírselo. Embarcarse en una peligrosa, pero atractiva, aventura.
Era tarde y lo mejor que podía hacer era recostarse y descansar.
A la mañana siguiente unos suaves golpes en la puerta, la despertaron...
-¿Qué sucede?- dijo en un bostezo.
- Soy yo, Erik, alguien te busca en la sala...
-Ya me levanto...
Se vistió rápidamente con las primeras ropas que encontró, pasó por el cuarto de baño, para mejorar un poco su aspecto matutino, y luego se dirigió a la sala.
-Erik, aquí estoy, ¿qué suce...
En el sillón, con sus piernas ligeramente cruzadas, estaba Mary Juxley, la madre de Connor.
-¿Señora Juxley? ¿Qué hace aquí?
-Hola querida, a mi también me alegra verte- dijo en un tono sarcástico, mientras se incorporaba para darle un beso.
-No, no es que no me agrade su visita... pero me sorprende ¿Sucedió algo?
-Si... el problema es Connor. Me enteré de...- Rebecca no la dejó continuar.
-Lo lamento no quise golpearlo... pero... pero él...- se cubrió el rostro con ambas manos, angustiada.
-Oh no... tranquila niña... ya se lo de la bofetada, pero también se porque lo hiciste...
-¿ah si?- rebecca se sentó junto a ella- Bueno, entonces entenderá...
-Si comprendo tú actitud, pero Connor está destruido...
-¿Destruido?-preguntó sorprendida.
-Si, está en su cuarto, encerrado, no quiere comer, beber, hablar... nada, sólo rompe todo lo que esta a su paso, como si fuera un animal enjaulado.
-¿Yo qué puedo hacer? No eramos para estar juntos Mary...
-¡Claro que si! Hacen una pareja excepcional ...
-Pero Mary... yo...- Mary no la dejaba explicarle que ella no sentía absolutamente nada por Connor.
-Vamos querida... has un esfuerzo, ven conmigo a verlo y verás que está arrepentido.
Rebecca levantó la vista, vió a Erik mirándola desde la puerta. Puso su mano sobre el pomo de la puerta. Antes de salir, le mantuvo la mirada, expresándole con sus ojos toda la decepción que estaba sintiendo. Negó con la cabeza y se fue.
-¿y? ¿Vendrás conmigo?- insistió la señora a su lado.
Rebecca la miró y luego resignada, acepto- de acuerdo, sólo... sólo deme un minuto para alistarme...
-Te lo agradezco de corazón...
Rebecca se esforzó y una sonrisa falsa se asomó en su boca.
Al llegar a la casa de los Juxley, Mary se dirigió a la sala.
-Los espero, no tarden...
Rebecca sonrío, y partió hacia al cuarto de Connor.
Se paró frente a la puerta y llamó.
-¡NO QUIERO VER A NADIE!- exclamó Connor desde adentro.
Rebecca tragó saliva dudando entre seguir adelante o huir de allí en ese preciso instante.
Finalmente en su debate interno, ganó la sensatez y la lástima hacia Connor- Soy Rebecca...
Luego de un corto silencio la puerta se abrió de golpe.
-Mi amor, gracias por venir, lo lamento, lo lamento...- la estrechó fuerte entre sus brazos- lamento haberte dicho todas esas cosas... no las pienso realmente...
-Tranquilo, tranquilo...- le dio unos golpecitos suaves en la espalda y se escabulló de sus brazos como pudo- tú madre me ha dicho que estabas mal...
-pero eso ya pasó ahora estás aquí conmigo.
-Espera, yo sólo quería saber como estabas.
-¿Sólo viniste a ver como estaba?-Rebecca acreditó aquella pregunta-Pero... yo quiero estar contigo...
Sin previo aviso, la besó por la fuerza.
Mary llegó en el momento exacto, para presenciar la escena, que Connor, sin el consentimiento de Rebecca, había montado.
-¡Oh! Así me gusta verlos... enamorados...
-N...- cuando Rebecca intentó corregir la situación, Connor no se lo permitió.
-¡Si mamá! Ya estamos bien, es más, mejor que antes...- la abrazo por la cintura, pegándola a él.
Al día siguiente, Rebecca se encontraba en Legacy Charter, Erik se había ido más temprano, dejándola en la obligación de tomar el bus.
Estaba en su casillero, cuando Sophie, se acercó cantando a viva voz.
-¡Ay Nena! ¡Soy feliz!
-¡Que suerte!- dijo Rebecca, ironizando sin querer sus palabras.
-Tú no te ves, ni te oyes muy alegre... ¿Sucedió algo malo?
-Oh no... mi vida es completamente perfecta...- esta vez haciendo uso conciente del sarcasmo.
-Rebecca...- la regaño Sophie.
Rebecca suspiró cerrando su casillero- Volví con Connor...
Sophie se atragantó y comenzó a toser- ¿Qué tú has hecho que cosa?
-Lo que oyes...- dijo desganada- me vi obligada a volver...
-Espera un momento... ¿Obligada?- dijo recuperando el aliento.
-Si, fue toda una confusión de la que no supe salir...
-¿¡Cómo que no supiste salir!? ¡Rebecca! ¿Acaso eres tonta?
-¡Lo sé! ¡No me grites! ¡me haces sentir peor!- le respondió exasperada.
De repente un muchacho de baja estatura, paso corriendo frente a ellas, junto a varios chicos que venían detrás.
Sophie se interpuso en el camino de uno de ellos- ¿Por qué diablos corren?
-Pelea en el campus principal- dijo agitado y continuo su camino.
-¡uuuh pelea! Vamos a ver quienes son los inútiles.
Sophie agarró por el brazo a Rebecca y la llevó hacia afuera.
La multitud formaba un círculo alrededor de los "luchadores".
-No quiero ver esto, no me interesa...- se quejaba Rebecca.
-¡Apúrate! ¡Quiero ver quienes son! ¡Empuja!
-¡Ve tú!- Rebecca sacudió el brazo y se zafó del agarre de su amiga.
Se fue hacia un costado, alejándose de a poco y observando como la multitud absorbía y perdía a su amiga.
Todos gritaban, y era tanto el bullicio que no se comprendía lo que decían.
Fuera de ese mundo, de groserías y golpes, Rebecca acomodaba prolijamente su vestido con tono demasiado primaveral para ese día. De pronto una mano la tomó del brazo. Y esa mano pertenecía a Sophie.
-¡Tienes que ver esto!
La guío entre la gente, lo más rápido que le permitían los curiosos que se acercaban a ver.
A medida que se acercaban una voz predominaba entre todas.
-¡Vamos maldito idiota! ¡Pelea!- vociferaba la persona.
Cuando al fin llegaron delante de todo, Rebecca que azorada.
-No... puede... ser...-