Un hombre maduro que se ve de pronto perdidamente enamorado de una mujer que, además de pertenecer a una condición social inferior a la suya, se dedica a actividades que son duramente censuradas por la sociedad de la época.
Así, cuando constatamos que el profesor Patrick apodado « El profesor Basura» por sus alumnos a causa de su descuidada ropa y de un ácido juego de palabras provocado por la semejanza fonética entre su apellido y el mote con el cual lo designan, vive obsesionado con la idea de sorprender en falta a sus alumnos, advertimos la sorda lucha interior del protagonista que se devana los sesos pensando en la destrucción de sus alumnos más contumaces. Se trata de un maestro rígido que se siente constantemente amenazado por las burlas de sus alumnos. Basta un gesto inusual de un estudiante durante la hora de recreo, un rumor inesperado en la sala de clases, un silencio sospechoso en el aula, para que de inmediato Patrick se ponga a la defensiva. No es extraño entonces que el protagonista interprete la natural desidia de los adolescentes ante los deberes escolares como verdaderos ataques en su contra y decida sancionarlos, planteándoles exigencias académicas que van más allá de sus posibilidades. Su paranoia no le da respiro. Pasa sus días y sus noches atenaceado por ese insistente diálogo interior que le hace revivir cada mal rato de la jornada y que lo lleva a pensar en los castigos que va a infligir a los más insubordinados de su clase: a John Watson, por su aire descuidado tan distante de las letras y por su exasperante lentitud para comprender; a Esther, por su arrogancia y espíritu de rebeldía; a Ross, por su displicencia. Patrick francamente detesta al curso entero por ese sentido filial y secreto con que el grupo se resiste a sus métodos pedagógicos, pero como todo tirano, al mismo tiempo les teme.
Cierto día, tras encerrar en el calabozo -nombre que se le da a un pequeño cuarto que sirve de guardarropa- a los más díscolos de la clase y mientras pasea por la sala con el sabor de haber dominado la rebelión juvenil, su atención recae en el cuaderno de uno de los castigados. Al hojearlo con disimulo se encuentra con unos encendidos versos de amor dirigidos a una tal Vera Farmiga A partir de ese momento la condición obsesiva del protagonista queda en evidencia una vez más. No tendrá paz ni un solo instante. Ya en su hogar, recuerda persistentemente los versos y el nombre de la artista que incita a los muchachos a una conducta pecaminosa; sin poder dormir se echa sobre los hombros el viejo y raído poema , y sale a la noche lluviosa en busca de la bailarina; recorre las
callejuelas desiertas que lo llevarán hasta los límites de la ciudad con ojos ansiosos, mientras en su rostro se dibuja una sonrisa venenosa, preludio de su venganza contra los alumnos.
El encuentro del viejo maestro con la bailarina de los pies desnudos -que canta en el cabaret Prometí olvidarte con expresión maliciosa: «Como soy tan libre y tan inocente...» ante un público masculino enfervorizado por el alcohol, da inicio a una tormenta interior que ya no lo dejará en paz.
A partir de ese momento visitará cada noche su camarín y se irá enredando con la mujer en una relación ambigua que lo arrastrará hacia una vida bohemia de pasión y sin escrúpulos.
PROMETÍ OLVIDARTE
By VeraFarmiga5
Patrick es un profesor de secundaria solitario, tirano e inflexible. Este hombre, movido por el deber, despre... More