Hay una leyenda alrededor del edificio de Kim Junmyeon, un porqué especial que le ha ganado el sobrenombre de "Casa de los Soñadores".
Seis pisos, doce departamentos, estimando una media de población entre doce y veinte residentes. Muchos llegan cada cierto tiempo, se mudan a uno de los apartamentos estilo neoyorquino... Pero tarde o temprano se van.
Porque consiguen un mejor puesto de trabajo y tienen la oportunidad de darse un apartamento en una zona mejor, o en escabrosas ocasiones, porque renuncian a intentarlo y vuelven a casa.
Pero ellos no.
Los dos reposteros, el chelista chino, el pintor, los dos coreógrafos, el reportero, el escritor, el compositor y por supuesto, el diseñador de cómics. Ellos nunca se van, y mientras reciben vecinos nuevos y pagan puntualmente su renta a Kim Junmyeon, persiguen sus sueños.
No se rinden, no cambian de carril, conducen en la carretera al cielo y aún así viven allí igual que como hacían años atrás. Porque la casa de los Soñadores recibe gente que persigue justamente eso.
Oh Sehun ha pensado en morbosas ocasiones que es probable que ellos sean los únicos soñadores que siguen en pie y mientras vivan en aquel edificio, ayudan a Junmyeon a perseguir el suyo.
Tal vez son soñadores fracasados, que no han podido conseguir despuntar hasta la vía láctea, y por eso siguen ahí... estancados. Pero juntos, y un día todos saldrán adelante.
Habiendo conseguido lo que deseaban desde niños, siendo las personas que se prometieron que serían desde el día que una Universidad puso un título en sus manos.
Todos ellos, Sehun y sus diez amigos, no tenían ni un centavo al iniciar pero sí una visión.
Tenían altas esperanzas de triunfar incluso si empezaban con el rostro contra el suelo, trabajando duramente para obtener una oportunidad. Ser el uno en ese millón que logra ser feliz haciendo lo que soñó...
Todos seguían a su manera caminos artísticos difíciles de conseguir, escribían para vivir, tocaban instrumentos, bailaban, pintaban, creaban... Pasaron por encima de sus padres que una vez dijeron: "que el arte no da de comer", y se arriesgaron para probar que daba felicidad.
Sehun aprendió esas lecciones y fue difícil, porque tal como su primo recalcaba despectivamente, se ganaba la vida dibujando. Pero es feliz.
Y es por eso que cuando leyó las noticias y vio el rostro de su primo en los titulares de escándalos, no dudó un minuto en prometer a su tía que cuidaría de él. Fue su sugerencia llevarlo a Corea, meterlo en aquel edificio y darle un departamento compartido con uno de sus mejores amigos... Porque Tao es como ellos.
Empezó alto, pero ahora estaba en el suelo, y Sehun iba a darle esperanza.
👑
Sehun no estaba del todo seguro de cómo surgió la idea que plasmaba en sus dibujos.
Cuando creó "SKY", había estado mirando películas de ciencia ficción con Chanyeol y Jongin y habían bromeado sobre ser agentes que luchaban contra el crimen.
Entonces lo hizo, dibujo un mundo y creó tres agentes secretos con letras en lugar de nombres, que perseguían la justicia y se cuidaban unos a otros.
Pero ahí estaba, diseñando una historia extraña y confusa porque una voz en su cabeza susurró "¿puedes?" Y claro que podía.
Tomó elementos fantásticos como de cuento para niños y añadió paisajes inhóspitos a sus dibujos mientras murmuraba entre dientes su idea. Al inicio pintó once leyendas, los personajes principales que protagonizarían aquellas historietas...
Siempre inspiraba a sus personajes en él mismo y sus amigos, porque creía que al menos en algún universo podían ser héroes.
Pero Tao regresó a su vida, y Sehun siempre había amado a su primo igual que a un hermano.
Así que ahí tenía doce leyendas que protegieran el árbol de la vida, y todos y cada uno de ellos tendrían poderes para ayudarlos a luchar contra la fuerza roja.
¿Fumado, no? Sehun también lo cree.
Se rió entre dientes cuando empezó a escribir su idea en pequeños post-its, que pegaba por toda su habitación para después unirlos.
Sin importar cuán alocada fuese la idea la escribía porque siempre podía descartarla... Estaba ahí rodeado de magia y toda había salido de él.
"EXO" podía llegar a ser su más grande tesoro, y sí... Tendría poderes mágicos, héroes de otro planeta y leyendas susurradas como historias para dormir.
Esa mañana madrugó sin motivo alguno y pronto estuvo con los audífonos puestos mientras sus dedos trazaban rápidamente los rasgos de su personaje.
Le había asignado el número cero, y lo inspiraba obviamente en Wu YiFan.
Dibujó sus rasgos duros e intento transmitir la profundidad de su mirada con carboncillo... Él volaba, igual que un dragón, volaba soñando con alcanzar la galaxia y era tan fuerte y valiente que lo nombraron segundo líder a cargo de cinco de sus amigos.
Todo era perfecto hasta que la lista de reproducción paró y Sehun escuchó que Chanyeol había despertado.
Sólo que el mayor no estaba solo, podía oír la risita de Baekhyun y los murmullos de sus voces al conversar.
Sehun sabe que la pareja quiere sacarlo del departamento porque se mueren por meterse en la vida de marido y maridito, y comenzar a vivir juntos.
Lo que ellos no saben es que a Sehun sólo podrán sacarlo de su casa en una caja porque no planea salir de su departamento mientras viva... Pues ni modo, si lo quieren fuera que lo maten.
Vale, es mentira.
Saldría de su departamento dejándoselo a la feliz pareja para iniciar su vida de casi casados, sólo si LuHan lo invitara a vivir con él. Pero como no pasará y Sehun no tiene otro lugar a donde ir ni planea abandonar el edificio, entonces Chanyeol y Baekhyun deberán aceptar a su roommate.
-¿Qué hay para desayu...? ¡AH, ASCO! Les dije que se pusieran ropa cuando estuvieran en sitios comunitarios, todos usamos esta cocina.- gritó.
Chanyeol y Baekhyun interrumpieron su beso para mirarlo con diversión.
El más alto presumía sus abdominales cincelados al no usar camiseta, pero al menos sus pantalones de chándal cubrían las partes esenciales.
Baekhyun por su parte se paseaba por la cocina usando una camiseta gigante de su novio que cubría escasamente hasta sus muslos lechosos. Su cabello rubio estaba alborotado totalmente y reía entre dientes.
- ¡HYUNG! ¿Por qué andas desnudo? Aquí también vivo yo y te prometo que no quiero verte.- se quejó Sehun.
- Pues no lo hagas. Y para tu información, traigo un short debajo de esto.- se burló Baekhyun, sin darle importancia.
- Siéntate a comer, Sehun-Ah. El arroz y el kimchi ya están en la mesa.- dijo Chanyeol, riendo.
Sehun los amenazaría con mudarse si seguían haciéndole eso, pero seguro que eso los alegraría en lugar de hacerlos recapacitar.
-¿Por qué no mejor hacen sus escenitas en casa de hyung?- preguntó Sehun.- Según me parece, Baekhyun también tiene una casa.-
- Sí, pero Yixing acaba de regresar y respeto a mi compañero.-
- Que dulce, quisiera saber que se siente que tu roomie piense en ti para eso.- se burló Sehun.
Tampoco se quejaba porque sabía que Baekhyun debía respetar las opiniones de Zhang Yixing, después de todo el departamento era del chino y Baek subarrendaba el dormitorio ahí. Por su parte, Sehun debería respetar a Chanyeol por su posición y si un día el gigante se animaba a decirle que quería vivir con su novio lo respetaría no sólo por esa razón, sino porque era un buen amigo.
"Pero si no me dicen nada, pues yo no me largo. No entiendo indirectas." Pensó Sehun, divertido.
Chanyeol juraba que vio los engranes trabajar dentro de la cabeza del maknae, pero no le dijo nada.
Sabía que Sehun sabía que él y su novio buscaban vivir juntos pronto, y seguro que sospechaba que llegado un día se le pediría su comprensión.
Pero Park Chanyeol quería a su amigo, así que a conocimiento de que no tenía otro lugar donde vivir y le daba vergüenza pedir a uno de sus amigos que le subarrendara una habitación; no le diría nada.
Por el momento funcionaban.
- ¿Qué harás hoy, Hun?- preguntó Chanyeol, cambiando el tema.
- Pensé en salir a buscar inspiración, tengo la historia a punto pero necesito un gran golpe de magia... Ya saben, Gerard Way tenía a Gabriel Bá, pero yo debo hacerme cargo de lo mío si espero vender el cómic.- dijo.- ¿Y ustedes?-
- Estoy trabajando en un proyecto en Gangnam-gu, estaré ahí.- dijo Baekhyun.
- Escribí una canción y tengo un productor interesado en comprarla, es de una agencia pequeñita pero su grupo a debutar tiene mucho futuro.- respondió Chanyeol.
Sehun chocó los puños con ellos, festejando sus progresos.
👑
Tao sabía que Wu YiFan era escritor y un ávido lector, por lo que en la sala había un amplio librero repleto de libros especializados, de fantasía, ciencia ficción y demás.
Pero nunca había entrado a su recámara.
- Bien podría tener un cadáver exhumado ahí y yo sin saber.- murmuró Tao.
Estaba de pie frente a la gran habitación con la lista de cosas por hacer que Wu YiFan había dejado para él junto a su desayuno antes de salir temprano.
Pensó en entrar y confrontarlo por ser un idiota, pero sabia que el mayor no estaría adentro y de cualquier modo no de aventuraba a abrir los puerta.
De modo que ZiTao se designaba a mirar con furia la madera mientras sujetaba en un puño la indignante nota.
YiFan se había atrevido a garabatear líneas subrayando lo importante y llamarlo por un diminutivo con el que ya había dicho, estaba en desacuerdo:
Taozi:
He salido temprano para ver a mi editor, dejé tu desayuno en la mesa, come y haz tus tareas.
1. Lava los platos
2. Asea tu habitación
** No olvides barrer bajo la cama.
Volveré por la tarde, no quemes la casa, no ignores tus responsabilidades, ¿de acuerdo?
WYF
Tao se cruzó de brazos inconforme, ¿qué era? ¿Un crío? Por qué razón ese Wu YiFan le escribía tratándolo como haría con un niño desobediente.
Gruñó y sacó su teléfono, marcando el número que sabía de memoria.
- Voy a demandarlo, lo decidí. Busca un bolígrafo y contacta a mi abogado porque quiero que ese energúmeno reciba la notificación lo antes posible... No hablaremos a menos que sea en la corte.- declaró Tao, firme.
- ¿De qué estás hablando? ¡¿EN QUÉ TE METISTE AHORA?!- gritó Henry, con creciente pánico.
-¡¿Y por qué siempre asumes que es mi culpa?!-
- Porque te conozco.-
-¡PUES NO ES MI CULPA! El muerto de hambre quiere que lave los trastes y la ropa... Debería ponerme un disfraz de mucama y llamarlo "amo"... Ay, no, que sucio sonó eso. Lo retiro.... ¡Pero no quita que es un completo idiota!-
- Tao, no puedes demandarlo porque te pida que hagas tareas.- explicó Henry con cansancio.
- ¿Y qué me queda? Tú eres mi agente, dame malditas opciones.-
-¿Qué te parece "hacerlo"?-
El rostro del chino se descompuso en una mueca de horror y fingió arcadas.
- Me estás bromeando, eh. Nunca he hecho esas cosas, tenía gente que lo hacía por mi.- se quejó.- Oye... supongo que tú no querrás...-
- No volaré a Corea para lavarte la ropa.-
-¡YA LO SABÍA!- gritó.- ¿Y qué hago? En casa de mi madre había siempre alguien que hacía esas cosas... y en mi loft sólo debía dejarlo y cada miércoles la señora Li iba a hacerlo.-
- Taozi, ¿esperabas que por siempre alguien se ofreciera a hacer tus tareas?- dijo Henry, atónito.
- No... Esperaba ser un actor glorioso subido en el trono del éxito cuya fortuna igualara a su herencia familiar, para así siempre tener dinero para pagar un asistente.-
-¿Un asistente?-
- Mi padre solía decir que tenemos asistentes para hacer las tareas que no queremos.-
- Bueno, pequeño, te contaré un secreto: También tenemos dos manos y la capacidad para arreglar nuestros problemas... Ahora ve a lavar tu ropa y déjame hacer mi trabajo. Te quiero, cuídate.- colgó.
-¡PERO NO SÉ HACERLO!-
Con resignación fue a la cocina y tomó los tazones vacíos de su desayuno, miró con desagrado la esponja de trastes y reparó en una nota amarilla pegada al jabón.
"Los guantes de hule están en el cajón, úsalos para proteger tus manos, superestrella"
Se echó a reír y admitió que Wu YiFan era ingenioso.
En su primer mes cohabitando con el mayor había descubierto que no le desagradaba del todo y encontraba el modo de hacerle las cosas sencillas. Le tenía una paciencia infinita e incluso parecían tener oportunidad de volverse buenos amigos.
Después de cubrirse las manos con los guantes de hule, de un horroroso tono amarillo chillón que no combinaba para nada con su atuendo, se puso a la tarea de llenar la esponja con jabón y empezar a lavar.
Parecía sencillo, pero definitivamente luego de eso seguiría pagando para que le lavaran.
Empezó a tararear cuando escucho su teléfono móvil sonar y no tuvo reparo alguno en botarlo todo y alejarse para atender la llamada.
-¿Hello?- preguntó.
-¡Gege! No creía que estuvieras despierto.- gritó Zhu Zhengting.
Tao sonrió enternecido. El chico era un cantante, dos años menor que él con quien tenía una amistad agradable. No podían quedar mucho por la apretada agenda de ambos, pero la pasaban bien juntos... Algo que ZiTao amaba de él era que tampoco le agradaba YangYang.
-¿Y si no esperabas que atendiera, por qué llamas?-
- Bueno, escuché que te fuiste a América... Te extraño... Pero hoy transmiten el primer episodio del drama donde ibas a estar y Carita falsa te robó. ¿Sabes que dio una entrevista? Estarás furioso.- advirtió Zhengting.
-¡¿Qué hizo YangYang?!- gritó Tao.
-¡Está hablando de ti en sus entrevistas! Gege, ¿cuándo volverás? Cuando tu estabas aquí, alguien le recordaba a ese hombre que no era ninguna clase de Rey.-
-¿Bromeas? Yo tenía a ese pesado limpiando mi corona.- se burló Tao.- ¿Qué está diciendo? No he oído nada.-
- YiTian-Ge me dijo que no te contara, que te pondría furioso. Pero, venga, si quiere colgarse de ti debes saberlo.- dijo Zhengting.- Voy a mandarte la entrevista, pero ya debo irme, estoy en grabaciones. Te quiero, Gege, cuídate.-
YangYang era un actor importante en China, dos años mayor que Tao pero tan conservado que aparentaba su edad, debutaron el mismo año en agencias diferentes y compitieron por el premio a Actor Revelación, del 2011.
El mayor detestaba a Tao porque lo consideraba escandaloso y sin talento, alegando que había comprado su fama con la fortuna de su familia. ZiTao había estado orgulloso de callarle la boca en cada ocasión posible, mostrando con orgullo los premios que ganaba por su trabajo duro... Pero como todo mal perdedor, YangYang fingía que le agradaba ante el público e incluso había llegado a presumir que eran amigos.
"¡AMIGOS, MI TRASERO!" Gritaba Tao, siempre.
Él era de la filosofía de que si iba a llevarse mal con alguien no pretendería lo contrario. Cuentas claras, amistades largas.
Así que YangYang figuraba como su archinémesis, enemigo jurado número uno. No toleraba su actitud falsa y desde luego, le irritaban sus aires de grandeza.
Según todas las encuestas y sitios webs fiables, Z.TAO era el actor más querido de China, indiscutible Rey portador del título "Príncipe de China" (porque Jackie Chan era el monarca), pero aún así estaba muy alto en la realeza actoral.
Había logrado mantener su escandalosa vida privada a raya lo suficiente para poder presumir ese puesto frente a YangYang, pero parecía que los refranes eran ciertos: Cuando el gato no está, los ratones salen a jugar.
Ese carita falsa pretendía hacerse con su trono en su ausencia.
Tao recibió un video en un siguiente mensaje de texto, y aunque sabía ya que no estaría contento no pudo evitar apretar los puños cuando lo vio.
Aparecía el Actor, con su cabello castaño perfecto y su sonrisa "honesta" poniendo ojitos francos que nadie debía creer porque todo era un disfraz bien elaborado. Estaba en un programa de entrevistas por ser el actor protagonista y contestó preguntas con facilidad... La bomba se activó cuando el MC preguntó por Tao:
"- ¿Se siente cómodo de reemplazar a Z.TAO en este papel? Tenemos entendido que el joven actor había sido confirmado para este drama-"
YangYang sonrió con tranquilidad.
"- Espero no me juzguen por decir que estoy lleno de confianza. El papel me agradó desde el inicio, siento que el personaje se parece un poco a mí... Sobre reemplazar a Taozi, estoy seguro que lo comprenderá y me enviará buenos deseos desde América, donde continúa sus estudios en este periodo de reflexión... Le escribí cuando acepté el papel y manifestó que le alegra que yo lo tenga. Es bastante adulador, me ha dicho que podría ser incluso mejor actor que él... Me halagó muchísimo, pero no quisiera creer eso.-"
"-¿Es cercano al actor?-"
YangYang rascó distraídamente su nuca, parecía un movimiento casual, pero Tao podía ver a través de él. Estaba conteniéndose, seguramente fastidiado de hablar sobre él aún cuando la entrevista debía ser sobre sí mismo.
ZiTao se anotó un punto a su favor y aplaudió mentalmente.
"- Somos grandes amigos, creo que tal vez yo sea su mejor amigo. Honestamente y hablando de él, me sentó mal la noticia sobre Taozi, pero él siempre ha tenido problemas para regular su carácter... No es culpa suya, es así como es su personalidad, no sabe controlarse y el alcohol... Ugf, Bueno, le dije una vez que debía frenar ese consumo. Estaba preocupado por él... Espero que este mes que lleva lejos le haya ayudado.-" dijo YangYang.-" Espero que regrese... Bueno, ¿otra pregunta?"-
La entrevista volvió a centrarse en el drama, en el trabajo de YangYang y su química con el resto del elenco, pero Tao no siguió viéndolo.
Temblando de furia e impotencia presionó el teclado de su teléfono y marcó un número que guardaba sólo para ocasiones como esas.
Espero impaciente mientras los tonos sonaban y cuando saltó el buzón de voz volvió a intentar una vez más. Esta ocasión, atendieron casi al instante.
- YangYang al habla, ¿quién es?- preguntó.
Su voz era profunda y jocosa, como si saboreara las palabras en el paladar antes de decirlas.
- Sabes perfectamente quién soy.- dijo Tao, con los dientes tan apretados que le dolía la mandíbula.
- Oh, Taozi, ¿Qué tal América? Leí que hace un clima grandioso ahí.-
- Deja de pretender que eres educado, seguro que necesitas quitarte la máscara un minuto. Hablemos con franqueza, actorcito barato.- provocó Tao, furiosamente.
El silencio le respondió antes de que YangYang riera socarrón en su oído, divertido y creyéndose en ventaja.
Tao dejó que gozara el momento y tomo respiraciones profundas para calmarse.
Tenía el poder de las palabras, capaz de dotar de navajas sus frases y si quería ser duro no debía dejarse llevar por la ira. La pasión era buena sólo si se controlaba y Huang ZiTao tenía perfecto control ahora.
- Atrevido de tu parte llamarme a mí "actor barato".- dijo YangYang, finalmente.- Quisiera devolver el insulto... Pero considerando tu situación, probablemente ya ni siquiera pueda llamarte "actor". ¿Qué hago entonces? ¿Te digo "muerto"? Ya sabes, igual que tu carrera.-
Tao pegó una patada a una silla y se alejó corriendo hasta la ventana, pescó su cajetilla al vuelo, salió a la escalera y encendió un cigarrillo, recordándose respirar.
- Acabo de ver tu entrevista.- dijo Tao, con el tabaco bailando entre sus labios.- Estaba preocupado, por eso he llamado. Creo que debemos ir al hospital y pedir a un cirujano que extirpe quirúrgicamente tus labios de mi trasero a ver si así dejas de hablar de mí.-
Escuchó a YangYang resoplar, perdiendo la paciencia.
Tao sonrió y soltó una corriente de humo, cuando de hacer perder la paciencia a otros se trataba, Huang ZiTao era el mejor.
Y YangYang era temperamental, tal vez tanto o más que él, pero sin duda no poseía su temple de acero.
- No sé de qué hablas. Tu carrera se fue por el caño, mírate: ahora ves entrevistas en lugar de darlas.- provocó YangYang.
- Probablemente, pero es sólo hoy y por un momento. Sólo que siempre he sentido pena por ti, porque si no hablas de mí, nadie se interesa en ti.-
- Pero tú pagas para conseguir lo que tienes, no es como que fueras talentoso pero llegaste alto, que suerte que tu señora madre te construyó una escalera de billetes.- retó YangYang.- Al menos yo nunca debí pagar para tener éxito.-
- Obvio no, porque no tenías dinero.-
Tao, que había crecido siendo acaudalado, sabía lo que la gente creía: que le compraron el éxito y si no funcionaba había con colchón de billetes para frenar su caída.
Pues no era así, y enfurecía ante ese reclamo porque no era su culpa haber tenido dinero, y no, ese hecho no quitaba que se esforzó igual que todos.
Pero no pensaba ponerse a explicar eso a alguien que lo atacaba por su nombre familiar.
YangYang gruñó.
- Escucha...- dijo, su tono claramente furioso.
Tao giró con fluidez, recargando la espalda contra el barandal del descansillo, sus dedos finos tomaron el cigarro con elegancia.
- No, escucha tú que para eso vives, para oír mis palabras y vivir a mi sombra.- declaró Tao, atrevidamente.- Puedes creerte todo lo grande que quieras, robar mis papeles y dar entrevistas, pero recuerda siempre la de hoy donde has necesitado hablar sobre mí y presumir una amistad que sólo vive en tus sueños, para conseguir atención... Yo no te hice pequeño, lo hiciste tú. Pues vive con eso, pero hazlo donde perteneces: debajo de mí. Siempre te ha molestado la cuchara de oro con que nací y te esfuerzas en creer y decir que no gané lo que tengo, pero te equivocas, ¿y qué crees? Mi cuna también era de oro, así que muere de envidia y aprende tu lugar... Sigue diciendo que soy un alcohólico, sigue usando nuestra amistad inventada para ganar simpatía... Pero tu y yo sabemos la verdad. Yo trabajé duro y no usé mentiras para llegar a donde estoy y por eso es que soy mejor que tú. Soy el Rey de China, querido Carita falsa. Vive con ello.-
Con una creciente sensación de triunfo, Tao dio una nueva calada a su cigarrillo y se permitió mirar la ciudad, sin embargo su burbuja reventó como cristal y salpicó de esquirlas su corazón.
- Eras.- susurró YangYang.
-¿Cómo dices?- preguntó Tao, tensándose en el acto.
- Digo que eras el Rey de China, y sí estabas cómodo en una silla acolchada en la cima... Pero caíste. Huang ZiTao, el de la cuna de oro, era el Rey de China... Pero ahora ya no lo es, menos que eso, ya no es nada.- dijo YangYang, lentamente.- Y muy dentro de ti lo sabes, es por eso que estas llamándome, porque sabes que haz perdido tu Corona.-
Tao se quedó callado, el tabaco consumiéndose en sus dedos. Estaba bloqueado y nunca le había ocurrido eso en una guerra de poder.
Porque el status quo siempre había estado de su parte, Nike le sonreía y la baraja repartía sus Aces en su mano. Pero ese día no.
Y YangYang lo sabía, así que rió.
- Debe sentirse terrible saber que un día lo tuviste todo y hoy ya no te queda nada.- continuó.- Yo lo admito, Z.TAO, admito que eras el Rey, pero hoy ya no lo eres, ¿y qué crees? El trono está vacío y pretendo ponerle mi nombre... Haré de tu Imperio mi patio de juegos, y cuando tenga la Corona, el Cetro y los súbditos, me encargaré de borrar tu nombre... Formarás parte de la pila de los olvidados recordando lo que un día fuiste... Así que por ahora y si no te molesta seguiré robando tus papeles, dando tus entrevistas, tomaré prestada tu vida un rato y la haré mía para que no tengas a qué regresar. Pero no te ofendas si te menciono en una entrevista, mejor alégrate: Será el único modo en que recordarán que existes.-
El cigarrillo se consumió y le quemó los dedos, haciéndolo reaccionar, los colores treparon por su rostro y se olvidó que las pasiones revelan debilidades: se dejó al descubierto.
-¡YO SOY EL REY!- gritó.- Me partí el lomo luchando por lo que tengo y tú no lo tomarás como si nada. ¡YO SOY Z.TAO! Y más que eso, idiota, soy un Huang, y no agacho la cabeza y permito que tomes lo que es mío porque yo me lo gané. Necesitas ubicarte y aprender cuál es tu lugar.-
- Viendo la situación, mi lugar es muy alto. ¿Por qué no mejor buscas el tuyo?- declaró YangYang.
- Esto es mío.- afirmó Tao, sin convicción.
- Por ahora.- colgó.
👑
- Hoy lo haré, voy a recuperar a mi chico.- afirmó Yixing, cargado de confianza y oliendo a colonia cara, esa que guardaba para momentos especiales.
- Hijole, mi rey, yo creo que no se va a poder.- se burló Jongdae.
Estaba colocando una orden de macarrones con forma de animalitos en una colorida caja para entregar, y aprovechaba la escasa población en la pastelería para burlarse de su amigo.
Yixing giró a mirarlo, mostrándose bastante molesto con sus palabras.
-¿Qué clase de apoyo es ese?- preguntó.
- Ninguno, yo me estaba riendo.- presumió Jongdae.
La risita burlesca del coreano murió en sus labios cuando el maestro pastelero lo llamó con voz severa.
-¡Kim! ¿Has terminado ya de empacar eso o burlarte de Yixing ocupa todo tu tiempo?- preguntó Minseok.
Jongdae giró lentamente a mirar al amor de su vida observándolo con el ceño fruncido y con las manos en sus (gloriosas) caderas.
El menor se sonrojó avergonzado.
- Perdón, Chef, no volveré a hacerlo.- prometió.
- Eso espero, Kim, ahora date prisa.- ordenó Minseok.
El mayor se dio la vuelta, siguiendo sus tareas que involucraban batir la mezcla del pastel que preparaba para poner al horno.
- Lo amo.- susurró Jongdae, mirando a su hyung.
- Seeeh, creo que nada puede ser más vergonzoso que eso.- se burló Yixing.
- Aweeeee, es diferente.- se quejó Jongdae.- El chef Minseok a duras penas sabe que existo, tú al menos ya tuviste a Junmyeon... Que lo perdiste por tonto es una historia distinta, pero al menos hubo algo.- dijo en voz baja.
- Donde fuego hubo, cenizas quedan. Y él aún me ama tanto como yo a él.- afirmó Yixing.- Ahora hazte para allá, iré por mi chico.-
Yixing se pavoneó caminando a la mesa apartada donde Junmyeon trabajaba con la vista clavada en su laptop. Se veía tan bonito mientras arrugaba la nariz por la concentración y bebía a sorbos de su taza de café donde Minseok había dibujado un conejo con espuma.
El chino tomó asiento frente a su expareja y le sonrió de lado, inclinándose a mirarlo.
Junmyeon lo miró de reojo, negándose a sostener su mirada por miedo a terminar diciendo "¡SI!"
-¿Qué quieres, Yixing?- preguntó.
- Ya te dije que a ti, pero te la pasas fingiendo que no estamos en la misma página.-
- Porque no lo estamos.-
El chino bufó ruidosamente.
- Es mentira y lo sabes, ¿pero qué crees? Me gustas tanto que seguiré aquí hasta que te des cuenta.-
Junmyeon se sonrojó y cerró su computador con fuerza, levantándose de un salto.
- Trabajaré en casa, hay menos ruido ahí.- murmuró.
Yixing se rió al verlo caminar hacia la puerta, pretendiendo que no le importaba.
-¡Corre si quieres, pero no puedes esconderte! Yo te amo.- gritó.
Junmyeon salió corriendo, tropezando con sus propios pies al salir a la calle, pero con la dignidad intacta porque no acabó cayendo.
Yixing volvió a la barra para hablar con Jongdae.
-¿Cómo te fue?- se burló el coreano.
- Será mío.-
👑
YiFan abrió la puerta del dormitorio de Tao y lo observó con una expresión molesta.
- Te di dos tareas simples y no hiciste ninguna.- retó.
Tao giró a verlo con irritación.
- Pues demándame, a mí que me importa.-
YiFan pensó en reclamarle pero acabó reparando en los ojitos llorosos del menor y como parecía morderse los labios para contener su torrente de emociones.
También olía mucho a cigarro, podía estimar que habría fumado al menos tres o cuatro seguidos (siendo muy optimista) o se había tragado el paquete entero.
-¿Pasó algo?- preguntó.
Tao se encogió de hombros, sin darle importancia. YiFan suspiró y se acercó a él, al principio con cautela y después con mayor confianza, lo rodeó con los brazos por los hombros.
El actor se tensó como una cuerda de guitarra a punto de romperse, pero no puso resistencia cuando YiFan lo apretó contra su pecho.
- Shhh, está bien.- prometió YiFan, acariciando su cabello.
-¿Qué haces?- preguntó Tao.
- Se llama abrazo y sirve para consolar.-
YiFan lo llamaba "abrazo", pero Tao lo sintió como un refugio, porque logró cerrar los ojos y creer que entre los brazos de aquel Gege nada podía dañarlo, ni siquiera una bala. Porque un abrazo era cálido y cariñoso, y hace mucho tiempo que nadie se ofrecía a cuidar su corazón.
- Estoy asustado.- confesó.- Es como que arme un castillo de naipes, pero es susceptible al viento y puede caer... Y si se cae perderé mis sueños. Tenía una sola oportunidad de lograrlos, y se escapa.-
YiFan no dijo nada, pero tampoco hacía falta, ya hacía suficiente abrazándolo.
Tao alzó la cabeza con timidez y se encontró con los ojos profundos de aquel hombre mirándolo fijamente. El corazón le sonaba en los oídos y se dio cuenta que sus mejillas ardían por el sonrojo contenido en ellas.
De repente y sorpresivamente, YiFan le sonrió y acarició su mejilla dulcemente.
- Los chicos ya vienen, compré comida thai, ¿vienes?-
Siguió al mayor a la cocina para ayudarle a preparar la comida y disponer todo en la sala, donde los amigos de YiFan se amontonaban a cenar en días específicos.
Todavía podía oír su corazón y se regañó por ser tan débil, no podía permitirse enloquecer por un hombre guapo.
Como invocados, los residentes del edificio comenzaron a llegar, entrando por la ventana o (como personas normales) usando la puerta, venían hablando y llenaron la casa de conversaciones.
Tao se recluyó en un sillón individual, sin prestar gran atención porque todavía se encontraba perturbado por la discusión con su enemigo y admitía a regañadientes su derrota.
Derrotado más nunca eliminado, porque Tao no pensaba permitir que YangYang tuviera razón
-¿Estás bien?- preguntó Baekhyun.
- Perfectamente.- suspiró Tao.
Puso su sonrisa de cámara, la luminosa que todos creían fácilmente pero el coreano arrugó la nariz.
- Sonrisas falsas, no. ¿Sí sabes que se te permite estar perturbado?-
- No es verdad. Eso es debilidad, y yo no tengo ninguna.-
- ¿Te digo una debilidad que tienen todos los seres vivos? La capacidad de sentir... Y bueno, estas vivo así que sientes, y se te permite.- concluyó con una astuta sonrisa.
Tao rió entre dientes.
- Bueno, tengo conflictos, pero eso no evita que me vea fabuloso en cámara.-
- Pues no hay una cámara ahora, chico, permítete ser un poco más real, ¿no te cansas de ejercer siempre un papel?-
Tao se congeló.
Acusaba eternamente a YangYang de usar una máscara para cubrir de simpatía su torcida personalidad, maquillando su falsedad e hipocresía. No quería creer que él también se ocultara detrás de algo, se decía que era tan honesto y transparente que por eso enfadaba a la gente.
Pero probablemente había una diferencia entre ser honesto y ser desagradable por gusto.
- De hecho no, no me canso de representar un papel.- admitió Tao.
- Pues toma un descanso. La semana pasada fuiste a beber con Jongin, ahora haz algo conmigo... ¿Ejercitas?-
- Corro en la mañana y hago ejercicios en mi habitación.-
- Pues yo hago yoga, ven mañana a mi departamento, baja por la ventana.-
Tao mordió su labio pero se encogió de hombros.
- Bien, lo haré.-
Sehun observó la escena con orgullo y decidió que al personaje en que inspiraba a Byun Baekhyun definitivamente le daría el poder de la luz, porque ese hyung sabía dar vida y compartía su luminosa presencia con quienes lo necesitaban.
El personaje inspirado en su primo aún no tenía un poder, pero sería grande, seguramente.
🌻...Continuará...🌻