Siwan (POV)
Observo fijamente los documentos en mis manos. Niego con la cabeza ante la idea del joven Donghae. Suspiro hondo. Solo espero que sus planes salgan bien y no ocasione más problemas o malos entendidos.
Pongo los papeles dentro de un sobre y los guardo en uno de los cajones del escritorio para entregarlos más tarde.
Levanto la cabeza un poco sorprendido que la puerta de mi oficina se abre sin que nadie hubiera sido anunciado. Arqueo una ceja al ver a Heecheol caminar directo hasta la silla frente a mi escritorio. Tan bello como siempre.
— ¿Puedo servirte en algo? - le pregunto apenas se sienta frente a mí. Lo veo suspirar hondo.
— Escuché a papá decirle a appá que...- se muerde su labio inferior, una acción que por un momento me ha distraído.
— ¿Qué cosa? - pregunto saliendo de mis pensamientos.
— Que su hijo... Wonwoo se va a estudiar a Estados Unidos...- dice intentando parecer indiferente.
— Sí, así es. Todos los papeles están listos. Ésta misma semana partirá. - le digo.
En realidad estoy un poco curioso por lo que realmente quiere saber, pero parece que no se decide a llegar al punto.
— ¿Ocurre algo? - me inclino hacia él.
Heecheol simplemente hace una mueca. Una de sus manos está sobre mi escritorio y empieza a juguetear con los post its.
— Heecheol...— llamo su atención y pongo una mano sobre la suya. Heecheol levanta la mirada. — ¿Qué ocurre?
Suspira hondo.
— Tu lo conoces, ¿no es así?
— Así es. - contesto. De nuevo muerde su labio. — Heecheol, ¿quieres conocerlo? - le pregunto sin rodeos.
Heecheol frunce el ceño.
— ¡Claro que no!- me dice antes de ponerse de pie molesto.
— Heecheol...
— Olvídalo... - se gira para salir de mi oficina.
Me pongo de pie rápido. Lo sujeto del brazo para impedir que se vaya.
— Espera. - lo hago voltear a verme.
Por un momento me pierdo en mis pensamientos. Tenerlo tan cerca me hace perder la concentración. Su rostro es hermoso. Sus ojos tan lindos... y huele realmente bien.
— Heecheol, es tu hermano, si tienes curiosidad de conocerlo, nadie va a juzgarte, es normal que quieras saber cómo es él. - sonrío. — Es decir, creo que se parecen un poco físicamente, y creo que hasta un poco en el carácter.
Heecheol no dice nada, simplemente se me queda viendo fijamente.
— Pero si aún no estás listo...
— ¿Crees que nos parecemos? - de pronto pregunta.
— Un poco, si...- sonrío — pero tu eres más guapo. - puedo ver sus mejillas sonrojarse.
— Deja de acosarme. - no puedo evitarlo, me carcajeo y lo abrazo. Suspiro hondo al sentir que no se resiste.
— Heecheol... por favor...- de pronto las palabras salen sin poderlas detener. — Sólo voltea a verme.
— Y... si lo hago, ¿qué sucederá? - me separo un poco cuando escucho su respuesta.
— No lo sé, pero de una cosa estoy seguro, que sería el hombre más feliz.
— Estás loco...- murmura bajando la mirada.
— No tienes idea de cuánto.- contesto.
Sin pensarlo. Sujeto su rostro y me acerco, con precaución de cómo pueda reaccionar, pero él no se mueve, simplemente me ve fijamente. Poco a poco, acorto la distancia entre nosotros, hasta que mis labios tocan los suyos.
Antes lo he besado, sí, pero este momento es diferente. Especial. Heecheol no está resistiéndose, al contrario. Sus labios se mueven siguiendo el ritmo de los míos. Sus manos no están intentando alejarme, y puedo sentirlo dispuesto a dejarse llevar.
— ¡Oh! Lo siento. - ambos nos separamos.
Heecheol se gira hacia la pared, apenado, mientras yo volteo a ver a la puerta. El joven Donghae está ahí, luciendo un poco apenado por haber interrumpido.
— Toqué la puerta varias veces, pero... nadie respondía... - dice — ahora entiendo por qué.
— ¿Se le ofrece algo? - le pregunto sintiéndome un poco apenado.
— Solo queria saber si tienes los papeles. — el joven Donghae entra a la oficina— Hola Heecheol, ¿cómo están tus papás?
Camino hasta mi escritorio para sacar el sobre con los papeles que guardé anteriormente, sin dejar de observar a Heecheol que se gira aún sonrojado.
— Bien, ellos están bien.
— Que bueno, me alegra.
— Aquí están. - le digo entregándole el sobre.
— Gracias Siwan. Siempre tan buen chico. - sonríe, antes de girarse de nuevo hacia Heecheol.
— Cuídalo. - le dice pellizcando una de sus mejillas. — Es un chico entre mil, es como un hijo para mí.
Mi corazón está latiendo muy rápido al ver ésto. Solo espero que Heecheol no retroceda.
— Lo sé...- murmura.
— Bien. Entonces los dejo. Sigan en... lo suyo.- el joven Donghae dice, ahora burlándose de nosotros antes de salir.
Debo admitir que me ha dejado un tanto nervioso por la reacción que pueda tener Heecheol, y más cuando él simplemente dice que tiene que irse, y se va...
Wonwoo (POV)
Tengo el estómago revuelto. Estoy demasiado nervioso, y no voy a negarlo, bastante asustado. Nunca me he separado de mi familia por tanto tiempo, y ahora estoy a solo unas horas de viajar a Estados Unidos.
Appá y Minwoo están sentados conmigo en la cafetería esperando a que el joven Donghae llegue. Respiro hondo intentando tranquilizarme.
— Voy a extrañarte mucho. - Minwoo me dice.
— Y yo a tí. — volteo a ver su vientre — y lamento mucho que no voy a estar cuando mi sobrino nazca. - hago un puchero.
— Voy a mandarte muchas fotos. - contesta.
— Y espero que en diciembre vengas. — appá me dice. — aunque sea solo a conocerlo.
Sonrío al notar que appá está poniendo de excusa al bebé para decirme que debo venir.
— Sí, lo haré. - contesto.
— ¡Oh! Siento llegar tarde. ¿Han esperado mucho? - el joven Donghae llega.
Detrás de él, vemos que el señor Youngwoon entra a la cafetería también, appá de inmediato se pone nervioso. Niego con la cabeza. Appá es tan obvio.
— Solo unos minutos. — appá contesta intentando no ver directamente al señor Youngwoon.
— Lo siento, pero es que aquí mi cuñado - dice volteando a ver al señor Youngwoon, — insistió en venir conmigo a última hora.
— Lo siento. - se disculpa mientras toma asiento justo a un lado de appá.
— En fin. — el joven Donghae saca de un sobre varios papeles, entre ellos el pasaporte que me ayudó a sacar. — Aquí están todos los papeles que necesitarás. Pero no te preocupes, yo voy a encargarme de todo. - me dice mientras los vuelve a guardar, dejando afuera solo los pasaportes y los boletos de avión.
El joven Donghae se ha ofrecido a ir conmigo, para dejarme instalado en el departamento que ha conseguido para mí. Me ha dicho que otro jovencito que estudia en la misma Universidad a la que iré, vive ahí. La verdad es que eso me tranquiliza un poco, el chico es coreano también y ya tiene allá un año, así que puede ayudarme a lidiar con cualquier problema que surja.
— Creo que deberíamos irnos acercando. - el joven Donghae me dice — Tenemos que documentar el equipaje e ir a que verifiquen nuestros papeles.
— Si, tiene razón. - contesto.
De nuevo siento mi estómago revuelto. Todos vamos a documentar el equipaje, y pronto nos encontramos frente a la puerta de abordaje. Minwoo me abraza.
— Por favor, llama por lo menos cada semana. - me dice.
— Los llamaré todos los días. - contesto. Minwoo sonríe.
— Intenta llamar cada semana - insiste, seguramente previendo que con los estudios me pueda ser difícil cumplir mi promesa de llamar todos los días.
— Bien. - contesto.
Apenas se aleja, appá me abraza fuerte. De pronto tengo ganas de llorar.
— Te voy a extrañar. - appá me dice. — Por favor, cuida de tí. Toma tus medicamentos, no te desveles, come...- a appá se le corta la voz. — Solo... si te sientes mal vuelve, yo...
— Vamos Zhoumi, no lo pongas nervioso. - el joven Donghae le dice. — Wonu está sano y fuerte ahora, él estará bien.
— Estaré bien appá. - le digo. — Te prometo que voy a cuidarme.
Appá me da un beso en la mejilla antes de alejarse. El señor Youngwoon lo sujeta de los hombros. Sonrío al ver que appá estará bien. Aún así me siento preocupado al ver a mi hermano.
Suspiro hondo y comienzo a caminar junto al joven Donghae para entrar a la sala de abordaje.
— ¡Wonwoo! - me giro al escuchar mi nombre.
Me sorprendo al ver a Siwan. ¿Qué hace aquí? De pronto, veo que junto a él está otra persona.
— ¿Heecheol? - murmuro.
— Pensé que no te alcanzaría. - Siwan me dice mientras se acerca y me abraza. — Estoy muy orgulloso de ver que has decidido estudiar en el extranjero. - me dice.
Se aleja haciéndose a un lado, como si estuviera esperando que Heecheol dijera algo. En realidad no sé qué hacer. Sé quien es Heecheol. Es el hijo de quien se supone es mi padre. Eso nos convertiría en hermanos, pero es extraño.
— Yyo...- Heecheol se acerca. — Te traje ésto. - me dice dándome una bolsa de regalo. — Suerte. - me dice sin más antes de darse la vuelta y alejarse.
Me he quedado un poco sorprendido.
— Gracias.- digo.
— Suerte Wonu. - Siwan vuelve a decirme.
Simplemente sonrío antes de volver a darme la vuelta y seguir al joven Donghae a la sala de abordaje. Ésto ha sido realmente extraño.
Veo la bolsa de regalo en mi mano. Frunzo el ceño al ver su contenido. ¿Un diario?
Volteo a ver hacia atrás. Tengo un nudo en el pecho. Puedo ver a Minu y a appá abrazándose mientras agitan sus manos para despedirse de mí.
Minwoo (POV)
Suspiro mientras observo los números en el cuaderno frente a mí. No puedo concentrarme mientras hago cuentas de los gastos y ganancias de la tienda.
Apenas ayer mi hermano se ha ido y ya lo extraño. Aunque ayer mismo llamó para decir que llegó bien, y hoy muy temprano de nuevo lo hizo para contarnos que ha conocido al jovencito con el cual compartirá departamento.
Nos ha dicho que es muy dulce, y muy lindo también. Su nombre es Jungwoo, y tiene la misma edad que Wonu, sólo que Wonu ha perdido un año de estudios por su enfermedad. Espero que puedan llevarse bien, y que ayude a mi hermano a acostumbrarse a la vida universitaria en el extranjero.
Levanto la mirada cuando escucho la puerta de la tienda abrirse. De inmediato tomo mi celular, listo para llamar a la policía si es necesario.
Suspiro aliviado cuando me doy cuenta de que se trata de sólo un cliente más. Mi corazón que se ha acelerado poco a poco recupera su ritmo habitual.
Desde ese día en que Kevin vino, no me he sentido seguro. Todo el tiempo estoy con el corazón en la boca, sintiendo que en cualquier momento podría regresar. En ocasiones, siento como si estuviera siguiéndome, y tal vez sea mi imaginación, pero a veces pienso que no es así.
— ¿En qué puedo ayudarle? - le pregunto al cliente mientras me pongo de pie. El cliente sonríe al verme y notar mi embarazo.
— Oh, querido, ¿cuantos meses tienes? - me pregunta.
— Ya casi los siete meses. - contesto mientras acaricio mi vientre.
— No te ha crecido tanto el vientre. Es bueno, recuperarás tu figura rápido. - sonrío.
Me acerco para mostrarle los diferentes objetos de la tienda mientras el cliente me dice lo que está buscando. Intento concentrarme, pero de pronto de nuevo tengo la sensación de que me están observando.
Volteo a ver hacia la calle por el ventanal de la tienda, pero no veo el carro de Hyungsik como otras veces. Un leve escalofrío recorre mi cuerpo. ¿Y si es Kevin? Dios, necesito tranquilizarme y dejar de pensar en lo que me dijo ese día.