- ¡Chicos despierten ya! ¡Ya es mediodía! - gritaba una voz detrás de la puerta.
- Oh por Dios, ¿mediodía? - frotándome los ojos busqué mi celular.
- Un ratito más - gritó Nick aún con los ojos cerrados.
- Aish... Avanzaré con el almuerzo - respondió Addi un poco alterada.
- Amor, despierta, son las 12, ya es tarde, tengo que ayudar a Addi a cocinar, hay invitados... - sí es que no se han ido ya.
- Ven para acá - y me jaló hacia él - quiero quedarme en la habitación todo el día contigo - sus ojos, sus hermosos ojos se abrieron - quédate conmigo - susurró tan suave que mi piel se volvió a erizar.
- Ok - soy tan débil con él, acaricié su mejilla y él la mía - eres tan... - se mordió el labio inferior - jodidamente sexy...
- Rawr - eso era el peor gruñido que había escuchado en mi vida, igual no pude evitar reír - tú eres tan... jodidamente perfecta... - se acercó lentamente a mis labios para darles un mordida - quédate conmigo por favor - me pidió mientras acomodaba su cabeza en mi pecho desnudo, me había olvidado por completo que no llevaba puesto más que la sábana, pero no hice nada, más que abrazarlo y decirle en un susurro lo más cerca a su oído.
- Todo el tiempo que me lo permitas - alzó su mirada.
- Entonces eso va ser un largo tiempo - dijo con su preciosa sonrisa.
- Estoy bien con eso - acaricié su pelo, se volvió acomodar y apoyé mi mentón sobre su cabeza - tenemos que bajar amor - hizo un pequeño berrinche y asintió, nos levantamos de la cama, nuestras expresiones de felicidad cambiaron por una de dolor, para luego pasar a una risa, para ser nuestra primera vez, creo que nos pasamos de salvajes un poco.
Ya listos y bonitos, bajamos saludando a cada habitante de la casa, cuando pasamos a la cocina a saludar a Addi, ingresaron todos a los que ya habíamos saludado.