—Hola, ustedes—saludó JiWon, quien estaba afuera de la casa, esperando a que ellos llegaran, acompañada de RyuJin, solo que esta última prestaba atención a su celular, frunciendo su ceño y no se preocupaba realmente de lo que sucedía a su alrededor.
—Hola, oppas—respondió la menor de la familia, sin levantar la vista del aparato.
—¿Qué pasa con ese humor?—indaga el mayor—. Tienes una alegría contagiosa—añade sarcástico.
La alfa solo gruñó despacio por los comentarios molestos de su hermano mayor.
—Déjala—dice JiWon—, está así porque Lia se emparejó con YeJi y ahora sufre por amor—antes de seguir hablando, miró con ternura el sobresaliente vientre de su no cuñado—. ¿Cómo estás, Sunggie? ¿Cómo está mi sobrino? ¿Ya saben qué será?
JiSung miraba para todos lados, admirando lo bonito del lugar, la casa era de dos pisos, algo espaciosa y con la pintura descascarada, poseía un gran jardín cubierto de césped, aunque si le preguntan al omega con aroma a galletas, él le pondría unas cuantas flores al lugar para hacerlo más lindo y amigable, quiso seguir escudriñando el lugar, no obstante, sabía que debía responderle a JiWon su amable pregunta.
—Estamos bien, noona, gracias por la preocupación—sonrió tímidamente—. Y todavía no sabemos que será, la próxima semana tengo el control de los cinco meses, con un poco de suerte lo sabremos ese día.
—Eres tan tierno—soltó la omega.
—¡Oye!—dijo MinHo.
—Oppa, eres ridículo—se burló RyuJin—, lo último que alguna de nosotras podría hacer sería quitarte a JiSung oppa, con todo lo que lloriqueaste por él, no seríamos capaces.
—¿En serio?—pregunta el omega, sorprendido sintiendo un revoloteo adueñarse de su estómago y la esperanza crecía en su interior. Miró al mayor tratando de corroborar lo que su hermana dijo, sin embargo Lee mantenía su rostro muy serio.
—Gracias, Yoo RyuJin—habla sarcástico el mayor.
—Cuando quieras, Lee MinHo—la chica le guiñó un ojo, divertida.
—Bien, a lo que vinieron, no me gustaría que JiSung se canse—interrumpe JiWon la discusión mínima de sus hermanos alfas—. ¿Qué te parece la casa?
—Es linda—aceptó—, aunque requiere unos cuantos cambios por el exterior, quiero ver si en el interior es lo mismo.
—Créeme, yo no sé nada de decoración de casas, pero puedo predecir que entrarás y querrás remodelar todo—dice Ryu.
—¿Vivirán las dos aquí?—indagó, siguiendo a las hermanas Yoo, sintió como MinHo caminaba detrás de él, resguardándolo. Estos días, Lee había estado más sobreprotector con él, lo asociaba al indeseado encuentro que tuvieron con HeeSang.
—Así es—acepta JiWon—, compramos la casa hace poco, nos gustó el lugar pero automáticamente supimos que necesitaríamos ayuda con la decoración—abrió la puerta y todos ingresaron a la casa.
Tal como la hermana menor de MinHo dijo, apenas Im puso un pie en el interior, tuvo ganas de redecorar todo el lugar, con el pasar de los años sus antiguos dueños habían descuidado la casa por completo, algunos muebles estaban desgastado, cortinas rotas, paredes rayadas, también había un poco de moho y parecía que hace mucho tiempo no reforzaban la pintura.
Sin pensarlo, hizo una mueca.
El resto rió por su acción.
Para su sorpresa, la casa quedaba a unas pocas calles de la suya, recuerda que desde que era niño, había pasado por ahí un par de veces y le llamaba la atención lo triste que se veía la vivienda, en varias ocasiones había pensado que le gustaría decorarla y volverla un poco más alegre. Podría decirse que gracias a las hermanas Yoo, estaba cumpliendo uno de sus sueños.
—¿Algo que deba tener en consideración que les gustaría?—pregunta Sung—. Como colores, luces, muebles, cualquier cosa.
—Siendo honestas—habla RyuJin—, MinHo oppa nos dijo que eras muy bueno y que dejáramos todo en tus manos, hemos visto tus decoraciones anteriores así que sabemos que sabes perfectamente lo que haces.
—Por si acaso, sabemos que en tu estado no puedes hacer fuerzas y cosas así—añadió JiWon—, es por eso que pondremos a un par de personas de la constructora a tu disposición para hacer los cambios, tu solo darás las órdenes y ellos van a ejecutarlas.
—¿No sería algo injusto?
—Es por tu bienestar y el del cachorro—refutó MinHo—. Si es que me llega un mensaje diciendo que estabas moviendo cosas o algo por el estilo, yo mismo vengo a supervisar la obra.
—Bien—puso los ojos en blanco, mientras sacaba su celular.
—¿Qué haces, Sunggie?—vuelve a hablar MinHo, mirándolo con una ceja alzada.
—Tomo nota de los cambios que debo hacer. Sin ver el segundo piso, sé tendré una gran cantidad de trabajo.
—¿Estás cómodo?—le pregunta el alfa a lo que el omega asiente sin mirarlo, admirando la linda vista frente a él.
Ambos estaban sentados sobre el césped, apoyados contra un árbol, o MinHo lo estaba, porque la espalda de JiSung descansaba en el pecho del alfa, sentado entre las piernas del mayor. Lee rodeaba el estómago de Im con sus largos brazos y tenían sus manos entrelazadas sobre el vientre del menor.
Hace media hora que se habían ido de lo que sería la nueva casa de las hermanas Yoo, Sung prometió comenzar a trabajar desde el día siguiente en la decoración, lo primero que haría sería elegir colores, papel mural y baldosas para la sala, la cocina y los baños que la vivienda poseía.
Después de que JiSung revisara hasta el más mínimo detalle de la casa, se despidieron y MinHo le dijo que quería llevarlo a un lugar relajado, así que fueron a pasear al río Han. Luego de una tranquila caminata, decidieron tomar asiento y ya llevaban alrededor de diez minutos en esa cómoda posición, dado que casi no había personas a su alrededor se sentían únicos en el lugar, sentían que estaban sólo ellos dos, admirando los rayos del atardecer acariciar el agua del río, no habían intercambiado muchas palabras en todo ese tiempo y tampoco lo sentían necesario, JiSung se permitía sumergirse en la intimidad que los rodeaba.
Se estremeció al sentir la cálida respiración del mayor chocar contra su oído, MinHo tenía su mentón apoyado en el hombro derecho del omega.
—Estás nervioso—dijo el alfa.
—No, no es verdad—mintió.
Realmente, sí lo estaba, la cercanía de ambos era algo que constantemente lograba hacer que sus nervios aumentaran, su respiración fallara, un revoloteo se instalara en su estómago, su corazón se acelerara, sus palmas sudaran, un gran calor lo invadiera y sus pensamientos lo perturbaran.
Amaba a Lee MinHo, eso era un hecho que hasta sería absurdo negar, pero el no saber qué sentía el mayor por él lo mataba e inconscientemente dañaba a su omega, quien pedía a gritos que su alfa lo reclamara. MinHo lo había llamado su omega un montón de veces, pero JiSung nunca ha escuchado un "te amo", un "te quiero", o un simple "me gustas", así que no sabía como interpretar la situación. Las acciones románticas del alfa lograban una gran lío mental que el embarazado no podía resolver y se consideraba muy cobarde como para siquiera preguntar, así que estaba dispuesto a quedarse con la duda y negarse a estar con Lee.
—No intentes mentirme, Sung—pidió el mayor—. ¿Te sientes bien?
—Sí, tranquilo, estoy bien—sonrió—. He estado pensado en algo, hyung.
—¿Ah, sí? ¿En qué?—sonó curioso.
—¿Qué te gustaría que sea nuestro cachorro?—se recostó aún más en el pecho de MinHo, su cuerpo agitándose levemente por las pausadas respiraciones del mayor.
—La verdad es que no me importa—respondió—. Mientras esté saludable, sea feliz y esté con nosotros siempre, todo bien.
—So cute—dijo en inglés, enternecido, una costumbre que desarrolló desde que era niño al pasar toda su vida junto a dos australianos—. Pero debemos elegir el nombre, no podemos decirle cachorro siempre.
—¿Por qué no?—pregunta MinHo, con tono bromista—. Lee Cachorro, lindo, tierno e innovador. Me gusta, yo digo que elijamos ese.
Dejó escapar una risa al escuchar la idea y Lee amó ser el causante de ella.
—Hyung—habla entre risas—, no le haré eso a mi hijo. Busca otra idea, algún nombre que te guste.
—De acuerdo, entonces si es niño llamémoslo MinHo—propuso.
—No—negó.
—Pero si es hermoso—se defendió—. Lee MinHo, que nombre tan hermoso, será en honor a su padre.
—No—repitió, aguantando la risa—. Además, todos pensarán que es en honor al actor.
—Y él dirá que es en honor a su padre—repuso—, es fantástico y si es niña...
—Te prohíbo que me digas que le quieres poner Mina si es niña—se vio interrumpido por Sung.
—Pufff, no—resopló—, ¿cómo se te ocurre? Sería MinHa, con H.
—¡Lee MinHo!—exclamó por la falta de seriedad del mayor.
—¿Apoyas ese nombre? Muy bien, así se queda... ¡Auch!—por dárselas de bromista, se ganó un golpe en su brazo—. ¡Agresivo!
—Esto es serio—se quejó el omega.
—Ya, está bien. ¿Se te ocurre alguno? Aunque yo también le pondría JiSung.
—Basta, hyung.
—Está bien, dime tus opciones.
—Me gustaría SungMin si es niño—confiesa el omega—, y si es niña, SungMi.
—Son nombres muy bonitos—coincidió el alfa—, pero, ¿por qué esos?
"Porque es una combinación de tu nombre y el mío" pensó, pero obviamente, no lo diría.
—Los vi hace unos días y me gustaron—respondió en su lugar—, ¿qué me dices?
—Lee SungMin o Lee SungMi—el alfa disfrutó escuchar ambos nombres, no era idiota, sabía exactamente porqué Sung eligió esos nombres, pero quería escucharlo directamente de la boca del omega. Se emocionó ligeramente, con cada decisión que tomaba respecto a su cachorro, sentía que estaba más cerca de él—. De acuerdo, me gustan, me convenciste, esos nombres serán.
—¿De verdad?
—De verdad—confirmó—. ¿Cuándo es tu próximo control exactamente?
—El miércoles de la próxima semana—responde Sung—, no es necesario que me acompañes, hyung.
—Sí es necesario.
—Pero no quiero molestar—insistió—, esto podría afectar en tu trabajo, últimamente pasas mucho tiempo conmigo y no quiero causar problemas.
—¿Acaso eso te molesta?
—¿El qué?
—Que pase mucho tiempo contigo.
Tragó saliva, con los nervios a flor de piel.
—No, no me molesta, pero esto podría afectar en tu trabajo.
—Lo que no hago en la semana, lo hago los sábados y domingos, tú no te preocupes. Prometí que te acompañaría y es lo que voy a hacer.
—¿A tus madres no les molesta?
—No—MinHo le dio un leve apretón a sus manos entrelazadas—, incluso se alegraron cuando les dije que te acompañaría a los controles, quieren copias de todas tus ecografías.
—Okay—suspiró.
Se quedaron en silencio, mirando a unas pocas personas caminar a unos cuantos metros frente a ellos, los faroles del parque ya comenzaban a encenderse para iluminar la calle, aún el sol estaba presente pero en menor cantidad ya que estaba oscureciendo, quedaba poco tiempo antes de que la noche llegara junto con la luna y las estrellas.
MinHo miró a JiSung y vio que este llevaba ropa ligera, una leve ráfaga de viento apareció, haciendo que el omega se estremeciera y se acomodara aún más sobre Lee, tratando de obtener un poco de calor. Era obvio que el omega tenía un poco de frío y no quería que llegara a resfriarse, así que concluyó que lo mejor sería ir a dejarlo a su casa.
—Sunggie, será mejor que nos vayamos—trató de alejarse un poco del omega para levantarse del césped, pero este no lo dejó.
—¡Quédate quieto!—ordenó, exaltado.
El alfa automáticamente se preocupó el tono que utilizó cuando dio la orden y su lobo comenzó a creer que algo malo sucedía con su omega.
—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? ¿Te duele algo? ¿Quieres ir a un médico?
JiSung giró su cuello para ver su rostro, con una notable expresión de sorpresa y extrañeza.
—¿Acaso no puedes sentirlo?
—¿De qué...?
Dejó la frase a la mitad cuando entendió de que estaba hablando el menor; debajo de sus manos entrelazadas sobre el vientre del omega, el alfa sintió un leve movimiento, un leve golpe, una leve patadita. Su cachorro se estaba moviendo, estaba pateando despacio desde el interior del menor. Miró directamente los ojos de Sung, los cuales demostraban sorpresa, al igual que los suyos. Había escuchado que la sensación era hermosa pero esa palabra quedaba increíblemente corta, no lograba transmitir el verdadero sentimiento que provocaba en él sentir las pataditas de su cachorro.
—¿Lo habías sentido antes?—pregunta cuando el cachorro por fin se quedó quieto, dejando a sus padres anonadados.
—Lo había sentido moverse pero era algo muy leve, no era pataditas, ni siquiera podía sentirse—respondió.
—Gracias, Sung, por darme la oportunidad de sentir esto—MinHo recorrió todo el rostro del menor con sus ojos, sintiendo como a JiSung se le cortaba la respiración al notar que hacía el mayor. Lee centró su atención en los tiernos labios del embarazado, quien se mordía el labio inferior sin llegar a hacerse daño, al sentir la tentadora emoción de besarse recorrerlo—. Lamento la cantidad de veces que te hice sentir mal antes.
—Está bien—susurró Sung, cerrando sus ojos, respirando profundamente, llenándose del olor a café que transmitía mayor, dejándose llevar por su omega, quien le pedía acercarse más al cuerpo de MinHo, pero era casi imposible porque estaban muy cerca. Exhaló y sin darse cuenta, acercó un poco más su rostro al de Lee, entreabriendo sus labios un poco, sintiendo como su nariz rozaba la del mayor y sus respiraciones se mezclaban siendo una sola porque ambos respiraban al mismo tiempo.
MinHo pasó su lengua por sus labios, admirando la escena frente a él; hace mucho tiempo que no tenía un momento tan íntimo con JiSung como ahora y debía admitir que extrañaba los tentadores labios del menor, labios que se encargó de degustar cada vez que pudo en el pasado, sentía a su alfa ordenarle que besara a Sung, porque no soportarían estar a tal cercanía y no hacerlo.
Ahora que podía, no perdió la oportunidad y bajo la luna y las estrellas que adornaban aquella pacífica noche el cielo oscuro de Seúl, Lee rompió la distancia que los separaba, tomando los labios de su futura pareja con los suyos, formando un beso que ambos ansiaban desde hace mucho tiempo.