Afuera de la bodega solo me encontré con Henry y Rob y no había ni rastro de Joan. Henry me contó que la había visto salir corriendo del bar con sus cosas en mano, sin siquiera darle una explicación a Rob, me encogí de hombros y traté de restarle importancia, me sentí un poco mal por la forma en que nos había encontrado dentro de la bodega, seguramente se sintió tan avergonzada que por eso se fue pero, a fin de cuentas, se supone que estaba fingiendo ser la novia de Matt para mantenerla alejada y había logrado el cometido. Rob se molestó bastante; no le gustaban las personas incumplidas, mucho menos que le dejaran el trabajo botado de buenas a primeras, mucho menos siendo domingo y con un evento a la vuelta de la esquina.
Me ofrecí a ayudarle en la fiesta que habría en la tarde, me dio las gracias pero me dijo que lo tenía todo cubierto y no quería abusar de mi tiempo. Para mí no era ninguna molestia ayudarle, sin embargo, no le insistí debido a que eso sería pasar más tiempo cerca de Matt y justo en ese momento no deseaba ni regresar con él a la casa en el mismo automóvil.
Cuando terminamos de limpiar ya eran casi las tres de la tarde y estaba comenzando a llegar la comida que se serviría en la fiesta de esa noche, así que mientras descargaban las cosas en la bodega me quedé limpiando la barra de la cantina y terminé por enviarle un mensaje de texto a Lía, necesitaba poder charlar de lo sucedido con alguien y que mejor que mi mejor amiga para hacerlo.
Le pregunté si tenía tiempo para salir más tarde, que necesitaba hablar de algunas cosas con ella y que podríamos ir de compras a la plaza. Me contestó enseguida, me dijo que claro que tenía tiempo, y preguntó en dónde quería que nos viésemos, le contesté que nos viéramos en la plaza dentro de una hora.
— Ya terminamos de descargar la comida— comentó un Rob cansado mientras se acercaba a la barra seguido de Matt y Henry. — chicos, muchas gracias por su trabajo el día de hoy y te agradezco que hayas venido a ayudarnos Emme, después de que Jo se fue sin decirme nada, nos vino muy bien tu ayuda.
— No hay de que Rob, sabes que tratándose de ti jamás me negaré a nada— sonreí feliz, ignorando por completo a Matt.
— Rob tiene razón— señaló Henry sonriéndome— gracias por tu ayuda.
— De nada— le devolví la sonrisa— yo feliz de estar aquí.
— Más bien, — se burló Rob— feliz de poder pasar más tiempo con Matt, ¿no? Ahora que están saliendo juntos, seguramente desean pasar juntos todo el día.
— No te creas Rob, — bromeé— a veces él puede llegar a ser bastante molesto, sea o no mi novio.
Tanto Rob como Henry no pudieron aguantar la carcajada que les provocó mi comentario y sentí los ojos de Matt clavándose en mi rostro pero decidí no mirarlo. Algo bastante difícil cuando se acercó a mí para abrazarme por la cintura.
— Tampoco eres una perita en dulce enana— me planto un beso en el cabello. — también te encanta complicar las cosas nena.
No contesté, tan solo rodeé los ojos.
En ese momento Henry interrumpió para decir que ya tenía que marcharse, y que volvería más al rato para seguir trabajando, se despidió y se marchó unos segundos después.
Rob se cruzó de brazos, continuando con la conversación.
— Yo si comprendo a Emme, no debes de ser nada fácil, con el temperamento que te cargas... al menos espero que con una chica tan linda como ella de novia dejes de beber todos los fines de semana.
Matt hizo una mueca de dolor mientras yo soltaba una risita.
— ¿cómo sabes eso Rob? Ni siquiera me embriago aquí en el bar...
— Yo tengo mis formas muchacho, así que vete con cuidado con eso de beber en exceso
— Ya... bueno, basta de regañarme frente a ella, es capaz de unírsete...
— Porque yo, más que nadie, soy consciente del estado en el que terminas. — me crucé de brazos.
— Te lo dije amigo— Matt soltó un profundo suspiro— ahora no parara de mencionármelo todo el camino de vuelta.
— Ni te preocupes por eso, quede de verme con Lía en la plaza para ir de compras, así que no será necesario que me lleves a casa.
— Ah, no lo sabía— me miró extrañado, seguramente sospechando que lo que no quería era regresar con él.
— Si..., es que necesita hablarme de algo, así que fue una invitación repentina.
— Oh vaya... que repentino...demasiado...— entrecerró los ojos.
Rob carraspeó
— Vamos Matt, no seas tan sobreprotector con tu novia, ella tiene todo el derecho a salir sola con sus amigas, no seas de ese tipo de novios que no la dejan salir con sus amigos ¿eh? No lo toleraría en mi presencia.
— Claro que no amigo, no soy "ese tipo de novios" simplemente me sorprendió, — se giró para verme— no me dijiste nada, pero si quieres, puedo acercarte a la plaza...
— Claro...— no podía inventar ningún tipo de excusa— si no te molesta está bien.
— Pues entonces vámonos, ambos sabemos lo impaciente que es Lía...— hizo una mueca de fastidio y después se dirigió a Rob— volveré más tarde, cuando comience el evento.
— Muy bien Matt, vayan con cuidado y Emme— me tomó de las manos para despedirse— si este bruto se atreve a faltarte al respeto con mucho gusto le parto la cara
Matt soltó una carcajada
— Como si pudieses...
— Descuida Rob, si él se atreve a hacer algo mal... yo misma puedo partirle la cara— sonreí y me despedí de él.
Después de decirle adiós a Rob y tomar nuestras cosas del casillero de Matt nos encaminamos a la salida y, cuando subimos al jeep, todo quedó en absoluto silencio. Fueron los quince minutos más largos de mi vida. Cuando llegamos al estacionamiento de la plaza y comencé a abrir la puerta del auto me detuvo del brazo.
— Espera Emme, aún tengo que hablar contigo.
— ¿so-sobre qué Matt?— nerviosa, mantuve la mano en la puerta entreabierta, para poder salir corriendo en cuanto las cosas se pusieran un tanto complicadas.
— Pues...sobre nosotros...
— Pues yo no quiero hablar, no hasta que me aclares lo que te pedí...— quité su mano de mi brazo y tomé mi chaqueta y la bolsa que traía conmigo.
— Ya te dije que yo no tengo nada que ver con Abby— pasó sus manos por su rostro en un gesto lleno de frustración— y ya te expliqué lo que pasó ayer en tu habitación
— Y ya te dije que eso yo no me lo trago, ahí había algo más que no me quieren decir. Talvez a la que debería de interrogar sea a mi madre...
— No Emme— corto tajante— no le preguntes nada a ella— su tono volviéndose sombrío
— Es la única manera que conozco para poder comprender lo que está sucediendo en mi familia...
— Te lo he dicho una y mil veces— apretó los puños— tú y yo no somos familia...
— Muy bien, tu y yo no, pero a Dan sí que lo considero casi como a un padre y se me haría una traición horrible no decirle lo que está pasando en nuestra casa...
— ¡a mi padre no le dices nada de nada!— Me gritó
— ¡Entonces dime que carajos sucede entre tú y mi madre!— grité de vuelta
— ¡NADA! — exclamó para acto seguido golpear el volante del coche
— ¡Matt!— advertí
Él se sorprendió por mi grito y, luego de unos momentos de silencio, se tranquilizó lo suficiente como para hablar en un tono mucho más neutral.
— Lo siento Emme, — su expresión era de total culpabilidad— pero te juro que no está pasando nada de lo que te estas imaginando entre tu mamá y yo, te lo prometo...
— Entonces ¿Qué...?
— No puedo decírtelo... no ahora— sus ojos miraban lejos de ahí— es algo que cuesta decir, sobre todo cuando no es tu secreto...
Suspiré sintiéndome derrotada pero manteniéndome firme le dije:
— Pues de igual forma Matt, yo no me siento lista para hablar acerca de lo que sea que sucede entre nosotros..., es verdad que no te entiendo, y me provocas desconfianza... discúlpame— abrí la puerta del jeep preparándome para bajar.
— Espera— pidió — déjame ayudarte
Asentí y lo esperé para que bajara del jeep y rodeara el coche. Cuando me ayudó a descender del automóvil me miró unos momentos a los ojos y me besó muy suavemente en los labios. Sin decir ni una palabra más, cerró la puerta del copiloto, rodeó el jeep y subió de vuelta en el asiento del conductor para después arrancar el coche y marcharse sin decir ni una palabra más.
Me quedé ahí parada, sin saber que otra cosa hacer más que mirar al jeep salir del aparcamiento. Me encontraba sumida en mis pensamientos hasta que de repente sonó mi teléfono. Era Lía, ya había llegado y me estaba buscando; le dije que me encontraba en el estacionamiento y que ya me dirigía a la entrada de la plaza, en donde quedamos de vernos.
Casi llegando a las puertas eléctricas de la plaza la vi recargada en la pared, al lado de estas. Al mirarme a lo lejos, me saludó y sonrió. Como siempre, traía puestos unos tacones lo suficientemente altos y una camisa roja que le llegaba a la mitad del muslo, debajo de ésta había unos pantalones cortos de mezclilla. La saludé un poco desanimada cuando llegué a su altura y de repente ella me dijo:
— ¿Qué pasa? ¿Qué tienes?
— Yo... creo que debo..., tengo que contarte ciertas cosas
— Claro, vamos a sentarnos adentro y me cuentas todo.
Nos dirigimos a una de las mesas de la plaza y, cuando tomamos asiento, le conté todo acerca de Matt y su extraño comportamiento de ese fin de semana.
— ¿Lo hiciste con Matt? — exclamó sorprendida
— Baja la voz Lía— susurré— no lo hice con Matt, bueno...no hubo sexo como tal...él sólo...
— Te metió la lengua hasta las anginas y la mano dentro de los pantalones...— se cruzó de brazos muy segura de sí misma
— Pues...sí. Técnicamente eso hizo...
— Vaya...que escondido se lo tenía... y ¿Qué es eso de que fingieron ser novios? Cielo, sé que Matt está actuando raro contigo pero tú ¿porque aceptaste?
— Porque le debía una, la verdad, no deseo entrar en más detalles, el punto es que no entiendo que es lo que Matt está buscando haciendo todas estas cosas, ya no sé que es lo que quiere conmigo...— me encogí de hombros fatigada.
— Cielo, no estoy segura de cuales sean los sentimientos de Matt hacia tu madre, pero créeme cuando te digo que a Matt le has gustado desde hace mucho. Lo único que me impresiona es que al fin se haya decidido a hacer algo al respecto— sonrió
— ¿Cómo es que estas tan segura de que Matt siente algo por mi?
— Porque es algo bastante obvio, además Cam me cuenta cosas que a ti no. Él estaba seguro de que Matt estaba enamorado de ti cuando tenían doce años— me guiño el ojo— así que ten un poco más de confianza en eso y disfruta tantito. Ya es justo que aprendas algo más sobre el sexo...
— ¡Lía! — exclamé avergonzada para a continuación reír genuinamente
— ¿Qué? Ya necesitas dejar de ser virgen... y que mejor que Matt para ayudarte con eso... y hablando de, ¿Qué tal estuvo?
— ¡Lía! Ya te dije que no tuvimos sexo...
— Ay ya..., sólo te manoseó un poco, de acuerdo...— soltó una enorme carcajada— no te compliques tanto y disfruta la vida amiga, necesitas dejar de usar ese cerebrito tuyo...
Sonreí divertida por sus palabras y asentí.
— Ahora vámonos de compras, mirar la ropa te hará sentir mejor
— ¿A ti o a mí?
— De acuerdo— rodó los ojos— eso me hace sentir mejor a mí pero es divertido mirar ¿no?
Sonreí
— Si lo es, vamos— nos levantamos de las sillas y comenzamos a pasear
— Por cierto Emme, llamé a Seth— dijo Lía cuando entramos a la primera tienda de ropa.
— ¿Y luego? ¿Para cuando será la boda?
— No seas tontuela— Se rió — no me voy a casar con él pero sí acepte tener una cita con él..., será tan extraño...nunca he salido con nadie menor que yo...
— Espero que todo salga bien amiga, Seth es un buen muchacho.
— Y un buen besador ¿no?
Me sonrojé
— Oh Lía... en verdad discúlpame, no era mi intención...
— Calma, jaja, ya me contaste lo que sucedió, descuida, ya deja de pensar tanto las cosas
Paseamos un buen rato por las tiendas, hasta que se hizo lo suficientemente tarde como para abrirnos el apetito, decidimos comer una hamburguesa en el área de comidas y al terminar nos dirigimos al auto de Lía, guardamos las bolsas con las dos nuevas blusas de ella y nos subimos al auto, con dirección a mi casa.
Al llegar a casa noté algo diferente, en el patio de enfrente había estacionado un Chevy, el cual era propiedad de mi hermano Thomas.
¡Esta en casa! Pensé contenta.
— Ese auto ¿no es el de tu hermano? — Me preguntó mi amiga
— Si, lo es. Él está de vuelta— contesté emocionada— Pero no nos dijo nada el muy desconsiderado...
— Wow... ¿seguirá tan delicioso como siempre?
— ¡ugh! Lía, es mi hermano, controla tus ansias sexuales ¿quieres?
— No prometo nada, no si sigue tan guapo como hace seis meses— se burló mientras estacionaba el coche, detrás del auto de mi hermano
— Vamos, ya quiero saludarlo— le dije entusiasmada, salí del auto y corrí a toda prisa a la entrada de la casa.
Cuando abrí la puerta me encontré frente a frente con mi querido hermano mayor.
Seguía igual de alto que siempre; me sacaba casi una cabeza y media, su lacio cabello estaba un poco mas corto que en la navidad pasada y lo tenía alborotado y en puntas, en su delgado y fino rostro tenía plasmada una gigantesca sonrisa, mostrando esos dientes perfectos que yo no heredé (yo tuve que usar frenos a los catorce, justo como mi madre cuando tenía esa edad).
Su aspecto se parecía más al de un rudo motociclista; con esa chaqueta de cuero y sus pantalones de mezclilla negros, que al de un formal abogado. Sus ojos eran de un gris profundo y chispeante, muy parecidos a los de Matt. A veces, me daba la impresión de que Tom parecía más hermano de Matt que mío...
— ¡Tom! — Grité saltando sobre él y abrazándolo por el cuello— Que gusto que estés aquí
— Yo también te extrañé mocosa, ¿Cómo estas?
— Muy bien ¿y tu? ¿Qué tal van esos casos?
— Me está yendo muy bien Emme, estoy muy feliz en mi trabajo— me soltó y miró detrás d mi— Hola Lía ¿Cómo te va?
— No tan bien como a ti Tom, que gusto verte de nuevo
— Igual, me alegra que aún no te hayan encerrado por faltas a la moral en los baños ajenos
— ¡por dios! ¿Tu también? Sólo lo hice una vez en un baño, ¡una!
Tom y yo nos reímos
— Lo siento chica, no lo pude evitar, Matt me contó la historia y fue algo gracioso ¿en serio te descubrió la mamá del chico?
— No diré nada si no está mi abogado presente— levantó la mano despidiéndose— Mejor emprendo la retirada antes de que suceda algo más, adiós chicos— Se despidió y subió a su auto, yéndose a toda velocidad.
— En serio ¿Cómo e que obtuvo su licencia?
— No lo sé — Me encogí de hombros — y la verdad, prefiero no saber...
— Y tú ¿Cuándo aprenderás a conducir?
— Créeme hermano, soy un asco detrás de un volante— aseveré entrando a la casa con él justo detrás de mí.
En la sala de la casa se encontraban Dan y mi mamá sentados, con vasos de limonada entre las manos y unos rostros muy felices.
— Así que... ¿por qué estamos todos reunidos?
— Bueno querida hermana, te tengo una enorme noticia— Tom me tomó de los hombros desde atrás
— ¿Qué...noticia? — Me giré para ver a mi hermano
— ¡voy a casarme!
— ¿Qué? ¿Con quién?
— Se llama Charlotte, la conocí en el despacho, salimos juntos varios meses y vendrá mañana para conocer a mamá y a Dan.
— ¿Por qué no me lo habías dicho? — Lo golpeé en el hombro
Escuché como Dan soltaba una risotada
— Lo siento mocosa, no quería decir nada hasta no estar seguro de a dónde iba mi relación— contestó un muy alegre Tom
— Vaya...estoy muy feliz por ti— Lo abracé de nuevo
— Todos lo estamos cariño— Dijo mi madre acercándose
— De hecho— Continuó Tom— vine a darles la noticia en cuanto ella me dijo que sí, Charlie me dijo que viajaría mañana para conocerlos a todos y comenzar a hacer planes a futuro. Espero que la conozcan y que la adoren, es una mujer fantástica
— Mientras tú la ames— dijo Dan— a nosotros nos parecerá la chica mas fabulosa del mundo
— Exacto hijo, ¡estoy muy feliz por ti cariño!
— Gracias mamá
En ese momento se abrió la puerta de entrada y Matt apareció detrás de nosotros, en el umbral de la sala. Cuando vio a Tom, su habitual expresión de fastidio cambió por una enorme sonrisa.
— ¡Tom, que gusto que estés aquí! — Lo saludó y le dio un abrazo lleno de camaradería— ¿Qué te trae a casa?
— Amigo..., ¡me caso!
— ¡felicidades! Estoy muy feliz por ti hermano
— Muchas gracias Matt. Mi prometida vendrá mañana, espero que puedas estar aquí para conocerla
— Por supuesto que sí, aquí estaré sin falta
Sonreí al notar cómo Matt se transformaba en un niño pequeño cada vez que Tom estaba en casa; sonreía de forma honesta e infantil. A veces, deseaba ser yo quién pudiese plasmar ese tipo de sonrisa en su rostro.