Sábado 10:06h
Siento como si mis pestañas estuvieran perfectamente pegadas unas con otras, la fila superior a la inferior. Sé que el vecino que me acabo de encontrar en la puerta de la escalera ha debido asustarse por mi gran bostezo y mis gestos abruptos a forzar mi rostro para despertarse, pero aún así hemos pronunciado el típico "buenas" educado a modo de saludo y despedida que se realiza con desconocidos en estas circunstancias.
Subo las escaleras dando pequeños trotes y cuando llego a su piso me paro frente a esta vieja puerta descolorida y marchitada por los años bastante conocida para mí. Llamo al timbre con el codo y espero a que él me abra luciendo tan enérgico como sonaban sus audios desesperados pidiendo ayuda. Y, aunque con el nerviosismo en sus pies, su cuerpo parece tan o más cansado que el mío. Lleva sus típicos pantalones negros, una camiseta de manga larga granate y el pelo deshecho; en su nuca caen varios mechones de pelo ondulados al igual que por su frente.
Me encantaría abrazarlo por lo agotado que refleja estar, pero la risa me conquista y me invade al ver la cantidad inhumana e indispuesta de purpurina de todas las gamas de colores que hay por su pelo, cara, ropa y manos.
-¿Te ha vomitado un unicornio encima o has hecho la croqueta alrededor del hemisferio del arcoíris? -Sus ojos claros, escondidos tras sus viejas y enormes gafas de vista, me fulminan como si con ellos pudieran hacerme algún tipo de daño.
-Me he follado con un hada... -Habla con parsimonia haciéndose a un lado para dejarme pasar al cargar esta enorme caja rellena de puros y cigarrillos. -O una Drag Queen. -Añade cuando cierra la puerta y se mira en el espejo de la pequeña entrada de su viejo apartamento con J-Hope y Hyuna. -No sabría decirte. -Lo miro y sonrió, él se planta de puntillas al ir tan solo en calcetines para alcanzar mis labios y darnos un corto beso a modo de saludo. La normalidad y claridad con la que se siente esto me hace reaccionar cohibido. Con Jimin todo siempre ha sido muy brusco y dramático.
-¿Cómo ha ido el trabajo? -Él me rodea y me indica que lo siga hacia su cuarto señalándolo con su cabeza. -¿Cuándo terminas las prácticas? ¿Vas a aprobar?
-¿Dudas de mis capacidades como enfermero? -Me rebate parándose en mitad del pasillo, frente al baño e intencionadamente le doy un golpe en su espalda con la caja que cargo pesadamente.
-No he dicho eso. -Me defiendo, él retoma el paso. -No saques las cosas de contexto.
-Estoy estresado y por ende susceptible, ¿vale? -Ataca y se defiende, realmente asusta lo que puede influenciar tal cosa en las personas. -Las circunstancias no ayudan a mi estado bipolar. -Entramos a su habitación; su organización es la misma, los muebles son los mismos, la colcha es la misma, los cojines también y el tornado que ha pasado en el suelo a los pies de la cama es sofocante a la par de gracioso. Pintura derramada, recortes de papel, su portátil con música dejado de cualquier forma, purpurina brillando bajo los rayos de sol que entran por la ventana, fotos por todas partes, globos hinchados y a medio hinchar, rotuladores, barras de pegamento abiertas y gastadas...
-Eres un desastre. -Vuelvo a reír llamando su atención, me sonríe contagiado por mi risa como sé que solo los enamorados pueden hacer.
-Es el agobio. -Se justifica. -¿Por qué? Dime porqué. -Me demanda dramatizando a propósito poniendo sus manos sobre las mías que siguen sujetando la caja con los puros y cigarrillos como presentes y las fotos de Suga y Tae que aún hacían falta imprimir para los detalles.
-¿Por qué, qué? -Le pregunto mirando de nuevo el suelo inútilmente buscando un hueco para dejar la razón de que mis brazos empiecen a adormecerse.
-¿Qué clase de personas organizan su boda para dentro de un año y la adelantan para dentro de tres semanas porque una pareja ha cancelado su boda y queda bacante su fecha en el río Han? -Su acento japonés destaca notablemente al hablar rápido y con las facciones de ojos descolocados, fuera de sí. -No puedo hacer todo esto para la fecha; iba relajado, con tiempo y... -Sigue hablando y sus manos van apretando cada vez más y más las mías así que hago lo único que se me ocurre en este momento, inclino mi cuello hasta golpear con mi frente su cabeza con un golpe seco. Mi frente duele ahora, pero al menos he conseguido que se detenga. - ¿Qué haces? -Se descuadra y queda desorientado hasta que se aleja de mí un paso hacia atrás.
-Hacerte reaccionar. -Digo tranquilo, él me mira pidiendo que mi acto tenga más sentido. -Ibas a entrar en bucle y cuando te estresas consigues estresar a todo el mundo. -Doy un par de pasos hacia la cama evitando pisar cualquier cosa que engloba el suelo y dejo allí la caja, me giro hacia él y tomo sus manos entre las mías para llevarlas a mis labios y besarlas. -Venga, vamos a poner buena música k-pop y a trabajar. -Él asiente a regañadientes porque cambie el género de música que está escuchando, pero agradecido por tenerme aquí. Ambos nos sentamos en el suelo con nuestras piernas cruzadas una sobre otra. -¿Qué hago? -Pregunto mirando el enorme desastre y golpeando con mis manos mis piernas como un niño pequeño que espera que comience un juego.
-Tú recortas las fotos y las colocas aquí, yo el resto. -Me entrega unas tijeras y un enorme puñados de fotos junto a una pequeña caja que saca de debajo de la cama con unos pequeños porta-fotos móviles. -¿Y tus abuelos? -Pregunta cuando comienzo a recortar el primer borde de una de las fotos que Suga tuvo durante años como icono de perfil.
-Bien, como siempre. -En casa los he dejado preparándose para almorzar tras tomar un rápido café con ellos.
-¿Y tus padres? -Sus grandes manos pálidas fuerzan a un globo a entrar en un embudo para después vertirle dentro purpurina de colorines.
-Mi madre mejor, quiere que vayamos a comer con ella un día a su nueva casa. -El piso/apartamento pequeño de unos 60 metros cuadrados que mi madre ha alquilado es diminuto y algo viejo, pero tiene cierto encanto y un aroma a comida de madre casera que nunca había podido disfrutar por lo que aparecer allí un día si y otro también para ver sus avances es algo encantador. Cada día me pregunta por Jimin y cada día le digo que está bien con una enorme sonrisa. Sé que el japonés tiene el don de enamorar y cautivar a todos los que lo rodean, pero de todas los enfermeros que se hicieron cargo de mi madre en estos cinco años de ingreso en el hospital Jimin es el único que realmente se ganó su corazón siendo un amigo para mi madre.
-¡Sí!- Me responde él con ilusión y una energía radiante. En el brillo que desprenden sus ojos y enmarca su cuerpo puedo ver que siente como mínimo el mismo afecto hacia mi progenitora. -Tengo ganas de verla, era mi paciente favorita.
-Y mi padre desaparecido en combate. -Añado cuando veo oportuno tras un pequeño silencio.
-¿Estás bien con ello? -Su pregunta también tarda en llegar.
-Estoy estupendo. -Digo sincero sin remordimientos y sin el dolor que en el pasado esto podría haberme causado.
-Amor; sé que estás cansado, tienes sueño, lo entiendo. -Mis manos juegan a pasar las tijeras enormes de una mano a otra con un ritmo de una vieja canción cuyo nombre o autor ni creo saber, pero que ahora mismo está sonando desde el portátil de Jimin. -El turno de noches es mierda pura, pero intento distraerme para no saturarme más y mantenernos despiertos a ambos. -Mis ojos vuelven a mirarlo y él ha dejado su faena para reprocharme con un aire dulce y ciertamente sarcástico. -Cuéntame algo. -Pide con cierto atisbo de súplica, sus ojeras bajo sus gafas se hacen presentes en mi observación. Realmente no sé sobre qué podríamos hablar, así que me esfuerzo en buscar algo que quisiera saber y no he visto el momento indicado para hacerlo por llamada, mensajes o en las escasas situaciones dramáticas que hemos vivido hasta el momento.
-Tengo una pregunta. -Hilo sus preguntas con las mías y él asiente volviendo a su faena dándome paso libre a cuestionar. -En todos estos años, ¿has visto a tu madre? -Sus labios se tuercen antes de responder con la voz baja.
-Dos veces, en el juicio contra mí y en el juicio contra ella.- Mis cejas se levantan y mis ojos lo miran fijamente, él que es consciente de que quiero más información sobre esa última vez que vio a su madre añade. Al parecer yo recuperé a la mía, pero él perdió a la suya definitivamente. -Pedí una orden de alejamiento y quitarme su apellido. -Algo en él resplandece y resalta un gran orgullo cuando dice su nombre completo al igual que el de sus primos. -Park Jimin de Jung. -Sonríe. -No puedo decirte mucho más, sabes que está loca.-Siento la necesidad del cambio de conversación e indago en algo más trivial.
-¿Y con las prácticas entonces qué? -Su lengua repasa el perfil bajo de la fila superior de sus dientes blancos y naturalmente perfectos.
-Voy a solicitar plaza en el hospital cuando termine en tres semanas aunque... -Habla relajado, siendo como es él sin elevar su voz ni canturrear; solo un hilo perfecto y armonioso con ápices de su acento japonés englobando el coreano. Mas el sonido de la puerta principal abriéndose y cerrándose lo interrumpe y renace, como el caótico jugador Park, un grito de lo más profundo de su interior llamando a su primo. -¡J-Hope!
-¡No! -Responde de igual modo la otra compañera de piso.
-¡Hyuna! -La llama, la pelirroja llega al poco hasta nosotros, pero se queda plantada, apoyada en el marco de la puerta del cuarto de Jimin mirando el mismo desastre que me ha impactado hace rato a mí. -Noona, ayúdanos. -Jimin mueve sus hombros, cabeza y cuello mientras canturrea la palabra solicitando auxilio de cierto modo cómico haciendo reír a Hyuna y haciéndome pensar que cada minuto que pasa está más loco.
-Acabo de salir de trabajar pequeño Park. -La mejor amiga de J-Hope no deja de sonreír, pero en su voz se percibe el cansancio.
-No me jodas, llevo toda la noche sin dormir. -Me meto en la conversación quejándome y señalando mis ojeras y mi horrible cara somnolienta. Finalmente tras pensarlo unos segundos suspira y asiente para sentarse en la cama de Jimin y comenzar a empaquetar puros y cigarrillos en las diferentes cajetillas que Jimin ha estado adornando con purpurina.
-Pero, ¿por qué yo y no J-Hope?-Habla mirando la caja con incomprensión hasta que dejo una de las fotos que he recortado sobre el centro de la tapa en el espacio justo que queda vacío y soso, asiente haciendo una cara de asombro fingida bastante absurda que me hace sonreír. De todo el grupo de amigos siempre ha sido, junto a J-Hope, la más payasa y graciosa de todos.
-No está en casa, sino también lo habría enganchado para trabajar. -El perdedor lo excusa sin dejar de mirar el paquete de globos que tiene ahora frente a él y que debe llenar de confetis y purpurina con el embudo antes de pegarse un gomazo él solo con uno de ellos. Lo miro riéndome, pero está tan concentrado que ni se da cuenta. El pie de Hyuna me da un golpe en la espalda y me giro para verla.
-Probablemente siembre el caos. -Me dice bajo y tan solo a mí. -Pero no solo voy a pringar yo. -Carraspea fuertemente y Jimin la mira, claramente veo en su rostro la pregunta "¿era necesario hace tanto ruido?". Hyuna le sonríe tiernamente ladeando su cabeza. -J-Hope lleva dos horas en su habitación porque me ha pasado una foto haciendo el gilipollas.
-¿Qué? -El shock de sorpresa le hace reaccionar en japonés. - ¡¿Qué?! -Grita repitiendo la palabra mientras sale del asombro y comienza a entrar en cólera. -¡Park Hoseok de Jung! -Miro a Hyuna en el instante en que Jimin cierra sus ojos tratando de contener su enfado.
-Mal asunto, lo ha llamado por el nombre completo. -Hyuna asiente, pero sin apartar la sonrisa de niña pequeña que acaba de realizar una travesura de su rostro, a mi afirmación.
Jimin se pone en pie de un salto en el instante en que vuelve a abrir los ojos al no recibir respuesta alguna por parte de J-Hope y pasa por encima del desastre del suelo de su cuarto dando fuertes golpes secos con sus pies delcalzos al suelo, cuando pasa por mi lado irradia furia; una furia que estalla en gritos que más que nada es una conversación de tan solo una dirección, como una regañina, rebotando por el pequeño pasillo de la casa tras abrirse con un estruendo la puerta del cuarto de su primo.
-¿Cómo eres así de egoísta? Me estás escuchando desde hace más de una hora quejarme agobiado, me oyes llamar a Jennie y a Kook, pedir ayuda a Hyuna...y... -Su voz se vuelve a oír clara en el momento en que vuelve con Hyuna y conmigo quienes nos hemos estado riendo en voz baja para no aumentar el fuego. Con sus dedos índice y pulgar de la mano derecha sujeta la nariz de su primo, de la cual tira para traerlo a la fuerza y a regañadientes hacia nosotros. -¿Y no eres capaz de ayudar? No, te quedas en tu habitación, atrincherado en silencio, para que no sepa que estás. -Las palabras en japonés que le escupe tirando más y más de su nariz hasta hacer que su frente baje hasta que choca con la de él y así encararlo a la misma altura hacen que tanto la risa de Hyuna como la mía contenida estallen haciendo que nuestro amigo se sienta avergonzado cuando su primo menor hace más presión sobre el puente de su nariz.
-¿Los entiendes? -Me pregunta Hyuna volviendo a inclinarse hacia mí.
-Bastante, ¿y tú? -Le respondo viendo como sus cejas se fruncen mientras mira como J-Hope trata de justificarse inútilmente bajo los ojos acusadores de Jimin.
-Al final aprendes de tanto escucharlos pelear. -Nuestras risas resaltan en la pelea de los japoneses que se interrumpen unos segundos hasta que volvemos a callarnos y vuelven a centrarse.
-Es la boda de uno de tus mejores amigos y tú pasando de todo. -Le recrimina ahora Jimin. J-Hope lo tiene ahora cogido del hombro ejerciendo fuerza hacia abajo para hacerlo caer o que al menos suelte su nariz, pero él se aferra como si le fuera la vida en ello, aunque está más claro que es el orgullo.
-¡Vale! -El grito de rendición rebota entre las cuatro paredes y nosotros cuatro, ídem. -Ya ayudo,¿vale? -Jimin mira fijo los ojos de su primo unos segundos hasta que asiente como si hubiera querido comprobar que no mentía y saldría corriendo en el momento en que fuera liberado. Suelta su nariz y él suelta su hombro, ambos se ponen erguidos al fin sobando sus partes adoloridas.
J-Hope con la cabeza gacha al ser derrotado se sienta junto a mí en el suelo, Jimin rápidamente hace lo mismo mientras muestra una gran sonrisa orgullosa de victoria cuando Hyuna y yo volvemos a reír por la rojez que ha quedado en la nariz del Park mayor. Hyuna incluso se inclina y estira entre nosotros para alcanzar la nariz de su mejor amigo para darle ligeros golpes riendo provocando que el japonés enfadado ahora sea él.
-¿Has escrito algo del discurso? -Pregunto sin dejar de ver la foto que estoy recortando ahora, tratando de relajar el ambiente.
-¡¿Hay que hacer un discurso?! -J-Hope grita con una cara tan deformada por el susto y la sorpresa que todos volvemos a reír.
-¿Eso no es cosa del padrino? -Pregunta calmada Hyuna colocando meticulosamente unos cigarrillos en una cajetilla.
-Tae quiere que también escriba y lea yo algo. -Me responde al fin Jimin y los nervios desaparecen de los otros dos individuos que sin saber si la historia iba con ellos ya se habían alterado. -Ya me agobio otra vez, ¿de qué escribo? ¿sobre qué? ¿cómo? -De nuevo es el chico que me ha abierto la puerta de su casa alterado y agobiado hasta la médula, mis manos ahora están pegajosas y sucias por lo que me reitero acercándome a él para darle otro ligero cabezazo. Al instante Hyuna y J-Hope le dan uno a la vez, Hyuna en la parte posterior de su cabeza y J-Hope en el mismo lugar que yo. -Pero, ¿qué mierda os pasa? -Nos pregunta tras sobar su cabeza por toda partes llenándola más si es posible de purpurina.
-¡Eres escritor! -Los tres le gritamos la respuesta a la vez que le mostramos nuestras manos sucias, pegajosas, con pegamento o ocupadas.
-¡No ayudáis pegando y gritando a mis nervios! -Ataca moviendo la cabeza hacia todos los lados como un lunático poseído. -¡En absoluto! -Nos mira uno a uno. -Prefiero que me manchéis. -Sonrío juguetón, con mi media sonrisa antes de abalanzarme con mis manos ennegrecidas de tinta restante de las fotografías a sus mejillas para apretarlas con mis dedos y darles tirones y moverlas pellizcándolas.
-Relájate, ¿vale? -Le pido sin dejar de jugar con su cara cerca de la mía. -Podemos, los dos juntos, hacer realidad la boda que Tae y Suga desean. Sin estrés, ¿vale? -Paro de pellizacarlo y él tiene sus ojos cerrados por mis molestias.
Aprovecho y beso su frente, sus mejillas ahora rojas, todo su rostro fuertemente y sonoramente hasta que finalmente escucho su gran carcajada estallar para abrir paso a su melodiosa risa. El silencio nos envuelve mientras volvemos a nuestras respectivas faenas, de reojo veo las miradas cómplices y algo de jacta de J-Hope y Hyuna.
-¿Qué? -Jimin también las percibe y pregunta sin dejar de sonreír embobado. Embobado por mí, es un ser tan precioso.
-Nada. -Dice Hyuna sin mirarlo.
-¿No eres del equipo KookMin? -Le pregunto volviéndome hacia ella.
-¿Nombre conjunto enserio? ¿No seréis de esas parejas que hablan el uno por el otro o en plural, no? -Nos pregunta antes de mirar a J-Hope con una mirada exageradamente tierna mientras pestañea demasiadas veces seguidas. -A él ponle una cerveza.
-Él lo quiere de vainilla. -J-Hope se une a su mofa echando sus hombros hacia atrás como si yo caminara siempre con el pecho erguido.
-Nosotros somos súper amantes de las iguanas. -Añade Hyuna y los gestos faciales de Jimin se desmontan para mirarlo raro.
-Kook odia las iguanas, los lagartos en general. -Habla J-Hope defendiendo, o eso espero, mi miedo.
-Son bichos con escamas, uñas largas y lenguas raras fuera de la complexión y coordinación entre lengua y boca. -Me explico haciendo pucheros.
-Idiota. -Le insulta Jimin a Hyuna. -No somos así.
-Ya ha empezado a hacerlo. -La pelirroja se lamenta falsamente y reímos otra vez todos juntos.
-Debes buscarte un novio. -Le sugiere Jimin. -Desesperadamente.
-No tengo tiempo ni quiero. Me gusta ser soltera, la soltera del grupo. -Se defiende encogiéndose de hombros.
-¿Y Jin? -Le pregunto a J-Hope recordando que tal vez este tema esté incomodando más de lo que debería. Él suspira antes de hablar sin dejar de mirar su faena de embolsar.
-Lo puedo llegar a perdonar, pero no olvidar lo que ha pasado. Lo soporto cuando es necesario y el tiempo lo mejorará. -Sé que Jin es difícil, siempre lo supe, pero una parte de mí siempre quiso pensar que lo dejaría atrás con la madurez. Tal vez las personas no cambien tanto como pensamos que lo pueden llegar a hacer. -Aunque me he dado cuenta de algo; no lo estoy pasando tan mal como debería porque sí, me duele el acto de la traición, pero no que me lo hiciera él en particular. -Me mira y se explica. -No lo echo de menos. Ahora entiendo mejor que él se sintiera solo.
-Los momentos malos no duran para siempre. -Le aseguro tratando de animarlo. -Como tú dices; no olvides para aprender de todo esto cosas para ser mejor novio o lo que sea, pero no lo recuerdes. No dejes que te consuma. -Un silencio incómodo, algo doloroso nos envuelve y la incomodidad en el cuerpo que antes estaba relajado de Jimin a mi lado se incrementa fuertemente al saber que hablo por experiencia propia. Él mismo es quien rompe el silencio.
-¿Cuándo llegará Jackson?
-¿Tu hermano viene a la boda? -Pregunto sorprendido, el famoso hermano mayor que llamé hace más de seis años y que me pidió que cuidara de Jimin y del cual conozco prácticamente todos sus gustos y su vida por los recuerdos y anécdotas que tanto Jimin como J-Hope han contado a lo largo de los años.
-Obvio, ¿con quién crees que se juntó Tae en China hasta que comenzó a conocer gente? -J-Hope me responde con una cara de asco extrema riéndose de mi ignorancia del tema. -Al final hasta se hizo amigo de Suga.
-El don de los Park; conquistamos, enamoramos y encantamos a todo el mundo. -Y lamentablemente los Park lo sabéis, pienso tras escuchar la declaración de Jimin.
-Y sois muy humildes. -Añado con burla, el puño de Hyuna cerrado aparece en mi campo visual para que lo choque con ella en señal de victoria tras mi comentario rudo y exitoso.
-Viene en dos semanas creo. Un par de días antes de la boda. -Le informa.
-¿Se quedará aquí?- Pregunta Hyuna.
-Supongo, como siempre. -J-Hope parece indiferente con ello.
-Jimin; tienes razón, debo buscarme novio para poder irme a su casa los días que Jackson esté aquí. -Actúa rápido la pelirroja .-Porque un Park es echarte unas risas, dos ya puede ser exasperarte, pero tres...¡tres! -Me mira alarmada. -Esto será una casa de locos otra vez.