Nuevo año, nueva vida Escolar, tenía trece años y empezaría primero de secundaria.
Hace unos años su padre se dio cuenta de que su niña no tenía síntomas de un autista, volvió a llevarla al médico, pero esta vez a un especialista, este le dijo que su hija estaba perfectamente sana, simplemente era algo tímida.
Sus problemas parecían resolverse, sin embargo cuando entró de nuevo al colegio se dio cuenta de que ya todos tenían sus grupos y que no tenía amigos.
Eso la empezó a representar como la rara del Salón, pero ella no era estúpida ni demasiado inteligente, pero no hablaba con nadie eso la hacia rara y todos buscaban defectos los cuales criticar.
Uno de esos era que tenía su oreja izquierda totalmente roja, esto era una marca de nacimiento, pero lo veían como el error más grande.
Fue tanto el bullying que sufría que empezó a tener ansiedad, se mordía las uñas y la labios, teniendo siempre heridas, y se rasguñaba los brazos.
Su padre al ver todo esto decidió cambiarla de escuela sin embargo durantes estos días paso lo que hoy en día Ramé lo llamaba como el peor día de su vida: 24/7.
El día 24 del mes siete del año 1980, durante los procesos de cambio de escuela, ella seguía recibiendo clases, por lo tanto seguía recibiendo acoso.
Una de las niñas que más la molestaban decidio que era buen día para molestar a Ramé, pero fue su peor decisión.
Eran las 4 de la tarde, hora de receso, estaba tranquilamente en la fila para tomar su almuerzo, se dirigió hacia una mesa vacía, pero un pie ocasionó que cayera al suelo, encima de su comida.
Se levantó rápidamente y corrió hacia el baño.
Segundos después vio a través del espejo como entraba la chica que ocasionó la caída.
-Oh, ¿te manchaste mucho?, lo siento. - dijo con evidente sarcarmo.
-Dejame te ayudó. -dijo acercandose pero Ramé quito con agresividad a la chica, empujandola hacia uno de los cubliculos del baño.
-¿Que te pasa? - pregunto con horror cacheteando a la chica en frente de ella.
Decidida a repartirle más golpes, acercó su puño a su estómago, dejando sin aire a Ramé.
-Te metiste con la persona incorrecta.
Algo en Ramé se encendió, levantando una mano y agarrando el cuello de la camiseta de ella chica, golpeando fuertemente su rostro con un puño.
Y como si algo la obligase a hacerlo no dejó de golpear el rostro, este empezó a sangrar, su ojo derecho se inflamo su labio inferior también, su ceja izquierda tenía un corte ocasionado por el anillo en su dedo.
Siguió repartiendo golpes hasta ver que la chica estaba inconciente, pero no le bastó, sumergió su cabeza en el inodoro.
Todo el tiempo estuvo consciente de lo que hizo, y sabía que estaba mal, lo sabía.
Paro y suspiro pesadamente, agarro la cabeza de la chica para asegurarse que seguía respirando pero su preocupación estalló cuando vio que su pecho estaba quieto, de su nariz no salía aire, y su presión bajo.
Empezó a temblar, agarro sus cabellos jalandolos y empezó a llorar.
En eso paso una profesora escuchando el llanto dentro del baño de mujeres.
-Oiga, señorita sabe que estamos en horario de clase porque no es- y sus palabras quedaron en el aire al entrar y encontrarse con aquella escena.
Ramé, una de sus mejores estudiantes y Sakura, una estudiante promedio, Ramé estaba sentada en el suelo arrancado sus cabellos y llorando con desesperación, y el cuerpo de Sakura tirado en uno de los cubículos lleno de sangre, que también chorreaba por las manos de Ramé