❛ Parte 1. ❜
❛ ¿Por qué me mientes cuando prefiero la verdad? ❜
La nieve seguía cayendo y cayendo sin cesar sobre su pálido rostro. Los copos se amontonaban sobre sus mejillas y sin embargo, y a pesar del frío; la sonrisa seguía dibujada en su pálido rostro mostrando su inminente felicidad.
━¿Por qué estás ahí?━preguntó el ojiazul, acercándose a la chica mientras ella balanceaba sus piernas en el balcón, disfrutando del aire chocar con sus cabellos grises.━Hace frío, deberías entrar.━le dijo, pero la contraria negó con su cabeza.
━Disfrutar del día... Supongo.━confesó mirando al cielo nublado.━Si tienes tanto frío entra a casa, yo estaré aquí un rato más.━le respondió cerrando los ojos, Giyuu solo negó con la cabeza acercándose a ella y tomándola de la mano.
━No te dejaré sola.━contestó mientras la miraba firmemente a los ojos, la chica seguía sonriendo.
Tomioka solo suspiró, mirando el paisaje y apretando el agarre. No podía corresponderla cuando le ocultaba tantas cosas que le harían daño, necesitaba protegerla; no quería perderla por nada del mundo.
━¡Salgamos a jugar con la nieve!━exclamó contenta, y algo emocionada por salir de la finca.
El pelinegro alzó la cabeza y observó algunos claros en el cielo nublado: era de día, seguía siendo peligroso para alguien como ella, no podía arriesgar nada.
━No es una buena idea, créeme.━dijo, volviendo el tono en su voz serio y seco.━Vuelve a descansar, será lo mejor.
Giyuu la tomó entre sus brazos y la alzó, recibiendo un quejido por parte de la menor, que no quería marcharse aún de allí.
━¡Déjame, quiero seguir aquí Tomioka!━bufó la chica, apartando la vista del ojiazul y cruzándose de brazos.
━Un no es un no, Hyun.━respondió finalmente, empezando a caminar por los pasillos en dirección a la habitación de la peligris.━Luego por la noche saldrás un rato, ahora no.
Giyuu mentiría si no dijese que estaba nervioso por la actitud de la menor. De hecho, estaba mintiéndole descarademente en aquel momento. Ella no iba a salir a la luz del sol mientras él estuviera presente, protegiéndola siempre.
Porque aunque no lo supiera, era un demonio.
Y no pensaba decirle la verdad... ¿Cierto?
