Oficialmente en la escuela piensan que Tom y yo somos una pareja, pero nadie lo conoce en realidad, tan si quiera yo, pero por lo menos lo conozco lo suficiente para saber que el piensa en mi como su objeto, algo de su propiedad.
No puedo aguantar más estar junto a él, pero ha amenazado con hacerle algo muy malo a mi mejor amiga si no hago lo que me dice que, principalmente, es quedarme a su lado y fingir que lo amo, cosa imposible.
Nadie puede amar a un ser tan mezquino y oscuro, alguien que disfruta con el dolor que genera en las personas, como por ejemplo cuando inculpó al alumno de tercer curso de mi propia casa por la apertura de la Cámara de los Secretos. Tuve que presenciar la muerte de una pobre chica, y tan si quiera pude hacer nada, si no, obligaría al basilisco a mirarme a mí.
- Ciara, tienes que ir a mi lado - Dice Tom en cuanto me distraigo y me quedo atrás, evito pensar en la pobre de Myrtle y vuelvo a agarrar su mano. Una cosa que no soporto de él, es que es demasiado dulce en sus toques, pero yo he visto como en realidad es, un monstruo - Quiero que todos vean tu belleza sabiendo que nadie más, a parte de mí, puede disfrutarla.
- ¿Por qué no te buscas a otra chica que sea de Slytherin? - Pregunto sacando valor de no sé dónde - Realmente podrías tener a la perfecta chica que te siga sin quejarse o sin estar deseando alejarse de su lado.
- En Slytherin no hay nadie como tú - Dice Tom sonriendo, pero no de forma amable, sino de forma amenazadora, aterradora - Eres mía, acostúmbrate.