Somin había prometido volver pronto. Ese día tenía otro compromiso de antemano que no podía olvidar. Así que, prometiendo una nueva visita, salió de la casa con rapidez. Los dueños se sintieron aliviados al no tener más allí a la energética chica. Taehyung juraba que no había dejado de moverse y hablar desde que llegó. Incluso había perdido el hilo de cuantas veces había peleado con su hermano.
Observó a Jungkook. Había empezado a preparar las cosas para su pequeño picnic. Taehyung nunca había ido a hacer un picnic. Tampoco pensó que alguna vez fuera a hacerlo. Entre sus amistades, aquello no estaba muy de moda.
En realidad, Jungkook tampoco había ido nunca de picnic. Nunca había tenido el tiempo para ello. Tampoco la compañía. Ahora, no le vendría mal un descanso, y la compañía era excelente. Sonrió. Quería sorprender a Taehyung. Le gustaba escucharlo reír. O verlo sonreír. Él realmente se veía atractivo con el leve sonrojo que se formaba en sus mejillas.
Jungkook había encontrado una nueva afición. Quería verlo sonrojarse. Quería ser él el que provocase todos sus sonrojos. Le gustaba ese lado tímido e inocente del mayor.
- Oye, Jungkook - lo llamó Taehyung. Tenía una duda que quería aclarar desde que Somin se había ido -. ¿Por qué no le contaste a tu hermana la verdad?
- ¿La verdad? - preguntó confundido. No entendía a lo que se estaba refiriendo.
- Sí... La razón por la que vivimos juntos - explicó -. Vamos, ¿por qué no negaste que éramos parejas? - fue directo al punto.
En los últimos días, Taehyung sentía que su relación con Jungkook se había vuelto una montaña rusa. Había días en los que el castaño realmente se veía perdido en el contrario, irremediablemente. Otros en los que el miedo crecía en él, como si una alarma hubiera empezado a sonar. Una advertencia. No sabía nada del hombre frente a él.
Sentía que todo lo referente a Jungkook era demasiado abrumador. Él no entendía cómo una persona podía lograr a alterarlo tanto.
- Ah, eso...
La voz del contrario lo sacó de su ensoñación. Jungkook trataba de no mirarlo. Intentaba no mostrar sus ardientes mejillas. El calor había subido rápido hasta su rostro.
- Verás, yo... - se aclaró la garganta - La verdad es que no tengo explicación para eso.
Kim frunció el ceño. ¿Cómo no iba a tener explicación para eso? Taehyung lo observaba como si le hubiera crecido una segunda cabeza de repente. Pero no dijo nada. Suponía que Jungkook no le había querido decir la razón.
Tenía razón en su pensamiento.
Durante unos segundos, Jungkook se había olvidado que sus besos eran cortados, que se suponía que no dormían abrazados durante toda la noche. Por un momento, Jungkook se había olvidado que ellos no eran los verdaderos padres de Jaemin. Bueno, sí lo era. Después de que pasase por todos los papeleos correspondientes, habían podido adoptar al bebé. Habían necesitado hacer aquello para poder inscribirlo en una guardería al año siguiente. O a un colegio en un futuro.
Kim Jaemin era, oficialmente, su hijo. Pero no porque ambos amorosamente hubiesen decidido adoptarlo. De hecho, Jungkook, por ese entonces, no se sentía especialmente ilusionado con la noticia.
Aunque ahora no podía evitar sonreír cada vez que pensaba en eso. Jaemin siendo su hijo.
- Entonces, ¿cuándo crees que venga tu hermana de nuevo? - preguntó Taehyung, tratando de aliviar la atmósfera que se había creado a su alrededor.
- Conociéndola, mañana mismo se presentará aquí con todo el que pueda - murmuró. Ya se imaginaba el dolor de cabeza que su hermana pequeña le iba a causar -. ¿Estás preparado para conocer a todo el mundo?
- ¿A todo el mundo?
- Sí. Ya sabes... El resto de la familia - dijo como si nada.
Los ojos de Taehyung se abrieron. Jungkook debía estar bromeando con él. Es decir, ellos no eran nada. Tenían una relación de compañeros de piso, de padres de un bebé, de empleado-jefe. La única extraña era la de padres de un bebé, pero tenía su explicación lógica si llegaban a hablar con ellos.
No podían dejar al pequeño Jaemin en la calle. No eran tan desalmados.
Además, Jaemin se había hecho un hueco en sus corazones. Ese niño era tan fácil de querer, de amar, que ambos habían caído como tontos ante sus naturales encantos. No se querían ni imaginar cómo sería el pequeño cuando creciera. Seguramente, conquistaría a todo el mundo.
- Es una... ¿broma?
- Claro que no. Con estos temas no se bromea, Taetae - habló Jungkook con confianza.
- ¿Te das cuenta de que no somos una bonita pareja estable y amorosa? - preguntó Taehyung, queriendo expresar lo retorcido de la situación.
Jungkook lo pensó durante unos momentos. Su mente cada vez le jugaba más malas pasadas. Tendía a olvidar que él y Taehyung no eran nada realmente. Al menos no de forma romántica.
Debía hacer algo para parar a su mente fantasiosa.
Algo que no fuera besas los bonitos labios del castaño, porque sabía que aquello no sería bueno. Lejos de ayudarlo, lo enterraría vivo. Besar a Kim Taehyung podía convertirse en su condena. Aunque no negaba que estaría dispuesto a ser condenado una y mil veces si era por eso.
Sacudió la cabeza. Todos sus pensamientos acababan en una conclusión parecida últimamente.
- Tae... pero mi hermana cree que somos novios - dijo con un pequeño puchero.
Adorable. El modelo se mordió el labio inferior tratando de acallar las ganas de gritar y de besarlo en ese momento. Jungkook era algo fuera de este mundo. Debería ser ilegal ver a alguien así.
Si Jeon no fuera un empresario. Sin duda, le diría que tiene un futuro increíble como modelo. Cumplía todos y cada uno de los requisitos. Desde su cuerpo, hasta su rostro. Taehyung no entendía cómo no se cansaba de ser tan guapo.
- Pero no lo somos - refutó de nuevo.
- Pero podríamos serlo.
Un silencio. Las mejillas de ambos sonrojadas. La boca de Taehyung entreabierta, asombrado.
- Quiero decir, ¿fingir? - aclaró Jungkook no muy seguro.
- ¿Fingir? - repitió el castaño.
- Sí, ya sabes. Podemos actuar como una linda pareja para las personas que vengas. Por favor, Tae. Si mi hermana llega a enterarse de que no es cierto... - un escalofrío recorrió su cuerpo. Su hermana se estaría burlando de él por el resto de sus días - No, no quiero ni pensarlo.
- ¿Y si le decimos que hemos roto? - preguntó Taehyung inocente.
Jungkook parpadeó varias veces, como tratando de procesar lo que el castaño había dicho. El castaño, al ver la reacción, reflexionó ante sus palabras. Dándose cuenta de lo tonto que había sonado su plan.
Se suponía que si habían adoptado a un bebé, no iban a romper de un día para otro. Además que Taehyung tampoco podría evaporarse de la casa. Sus cosas, todo se quedaría ahí. Llevó una mano hace su frente. Tenía ganas de golpearse en esos momentos por lo que había dicho.
- Olvídalo, he dicho una gilipollez - murmuró.
- Un poco - se rió Jungkook.
Taehyung lo miró mal durante unos segundos. Pero ninguno aguantó demasiado, riéndose sin parar. Ambos sentían el corazón cálido en momentos como esos.
Luego de quedar en que, cuando todas esas personas se encontrasen en la casa, ellos iban a fingir ser una pareja. Jungkook siguió preparando las cosas mientras que Taehyung iba a la cuna de Jaemin. Lo había dejado allí jugando con unos peluches antes de ir a hablar con Jungkook.
- ¡Tete! - gritó el niño cuando lo vio aparecer, estirando sus pequeñas manos hacia él.
A Taehyung estuvo a punto de escapársele una traviesa lágrima. Tenía suerte de tener a Jaemin en su vida. Él había llegado como un pequeño rayo de sol. Había traído esperanzas y mucha diversión. ¿Y por qué no? También tenía suerte de tenerlo con Jungkook. Estaba seguro de que estaban haciendo un buen trabajo con Jaemin.
- Jaeminnie, ¿tienes ganas de ir al parque? - le preguntó en una dulce voz mientras lo cogía.
El niño solo se rió ante el tono que su padre había usado. A Taehyung realmente se le daban muy bien los niños. Y viendo a Jaemin, Taehyung solo se imaginaba cómo sería tener más pequeños.
Inconscientemente, se imaginaba a su pequeña familia creciendo. Jungkook, Jaemin y él recibiendo a otros pequeños niños. Sonrió.
En su mente, él podía soñar lo que quisiera.
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Recién llegué de hacer un examen solo para escribirles el cap. Lo siento si estos empiezan a ser más parados o peores. Pero quiero cumplir con ustedes y con la historia. Espero pronto, cuando termine mis exámenes, poder traer más contenido de calidad.
Por cierto, oficialmente Fraude es mi historia más larga, y es todo gracias a su apoyo indefinido. Muchas gracias por sus comentarios, sus votos y su amor, en general.
Hacen que sea mucho más fácil para mí escribir la historia.