Sabían posiblemente que no eran bienvenidos al funeral de su compañero. No imaginaron el día en que Anthony Stark dejaría de respirar, la noticia se había expandido como un feroz incendio. Cada canal de noticias trasmitía la muerte. El asesinato del magnate. Todo era un remolino de sentimientos, dolor, impotencia e ira por no estar ahí para él. Podrían haberse separado hace meses, podrían haberse distanciado y alejado. Podrían haber desecho a los Vengadores. Pero...eran una familia, las familias discuten y pelean pero tarde o temprano debían reconciliarse. Y ellos jamás tendrían esa oportunidad.
"¿Quién...?." Steve Rogers no espero que una joven castaña se parara frente a él para darle la bofetada de su vida. Su rostro volteo hacía un lado debido a la fuerza ejercida. El silencio los rodeo por completo, ninguno de los recién llegados se sentían con ánimos ni con el derecho de defender a uno de sus líderes. No cuando habían perdido a uno de ellos. Sentían que era una especie de pesadilla que buscaba castigarlos por haber traicionado a Tony.
"Le prometiste que perderían juntos, se lo prometiste." Reprocha con sus ojos inundados de lágrimas, importándole poco que no entendieran quién era ella. Una pálida y demacrada Pepper Potts estaba unos pasos atrás mirándolos con una frío vacío en sus ojos. "Le mentiste y casi lo matas. Sino hubiera sido porque FRIDAY alerto a Visión él hubiera muerto en Siberia. Él fue a ayudarlos, no le importo que pudieran arrestarlo por ello, apenas reconoció su error fue tras suyo para ayudarlos". Solloza mirándolo con rabia contenida. Rogers se estremeció al recordar la misma mirada rota en los ojos marrones del genio. "Eran dos contra uno, lo golpeaste hasta dejarlo inmóvil, se reactor es lo que lo mantenía con vida y tu clavaste el escudo que mi abuelo había construido para usted y no le importo atacarlo con el..."más de uno aguanto la respiración ante las revelaciones. ¿Abuelo?, ¿Siberia?.
"¿Qué hiciste Rogers?". Pregunta Clint en voz baja con una mirada amenazante. Desde la noticia era uno de los que peores lo estaban pasando, las palabras dichas en la balsa lo atormentaban a cada miserable segundo. Deseaba descargarse. Tenía que hacerlo y en la más mínima oportunidad lo haría.
"Papá les dio todo, todo". Solloza sintiendo como el dolor la consumía. "¡Todo! Nunca les falto nada, velo por su cada uno y ustedes lo abandonaron, lo traicionaron sin pensarlo dos veces."
"¿Papá...?". Natasha pronuncio aquella pregunta que todos se estaban haciendo. Dios santo, que no fuera lo que pensaban.
"Se cree el hombre que nunca se equivoca". Morgan Stark ignora ala Viuda Negra y clava sus ojos chocolates en Rogers con toda la repulsión que sentía por él. "Cree que defiende a todos cuando sólo defiende a su pasado, aferrándose a aquello que jamás recuperara, un hombre egoísta que arrastro a todo su equipo a vivir escondidos del mundo."
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En la sala de reuniones estaban todos reunidos a petición de Friday. Los ex fugitivos se mantenían alejados y dispersos. Desde que habían descubierto el enfrentamiento en Siberia, todos se habían aislado para sumergirse en sus propias culpas. Clint Barton estaba afirmado en la pared, con los ojos cerrados luchando contra sus demonios. Steve Rogers estaba sentado al final de la mesa no soportando el dolor y la culpa. Natasha Romanoff no tenía expresión alguna en su rostro, estaba de brazos cruzados intentando no mirar la mirada llena de odio que Potts mantenía en ella.
"Señorita Stark". Un hombre ingreso a la sala para acercarse a la joven. Morgan parpadeo un par de veces sintiendo unas enormes ganas de llorar en tan solo unos segundos. Era el abogado de su padre. Ella no estaba lista para la lectura del testamento. Sólo habían pasado dos días desde el entierro. No se sentía psicologicamente preparada.
Y sabía que el testamento no sería leído sin la presencia de sus pseudos hermanos.
"Señor Murdock...no se si estoy lista". Confiesa con la voz quebrada y sus ojos llenos de lágrimas. El abogado le sonrió con comprensión. "Además, faltan..."
"Lo supuse". Reconoce con voz suave. "Pero hay algo que debe ver, es importante y su padre deseaba que los presentes pudieran ver el mensaje que dejo. La lectura del testamento será entregado sólo a los herederos, por lo tanto, FRYDAY programará la reunión."
Eso dejo sin aliento a todos los presentes. James Rhodes apretó la mandíbula con fuerza, intentando mantener la compostura. Se le estaba siendo muy difícil, en cualquier momento se quebraría y lloraría como un niño pequeño.
Mattew Murdock suspiro al ver las expresiones, tomando fuerza de voluntad alzo un bolso de donde extrajo el casco de Iron Man. Más de un jadeo hizo eco en la sala. Aún así la acomodo sobre la mesa para seguir las instrucciones de su cliente.
Un holograma del genio sentado en una silla se dejo ver. Parecía como si estuviera ahí, mirándolos como siempre lo hacía.
"Todos quieren un final feliz, ¿no?, pero a veces las cosas no salen así. Tal vez esta vez si". La voz del millonario terminaron por romper las máscaras que todos traían puestas. Las lágrimas no tardaron en llegar. "Espero que si ves esto, sea celebrando, espero que la familia vengadora se una de nuevo. Que todo se haya recuperado y que hayamos dejado los rencores atrás. Si es que alguna vez lo hubo." Los Vengadores desviaron la mirada, dolidos. "Ay, este mundo, universo...si me hubieran dicho hace 10 años que no estamos solos, y no solo eso, que de semejante magnitud, no me habría sorprendido, pero por favor, ¿quién lo sabría?. Las fuerzas épicas de la luz y la oscuridad siempre se enfrentaran y para bien o para mal esa es la realidad en la que Morgan y mis mocosos tendrán que aprender a vivir." Como si supiera donde estaba su hija, la mirada de padre e hija se encuentran y Morgan desea gritar y suplicarle a su padre que no la deje sola. "Así que decidí grabar un pequeño saludo en caso de una muerte prematura de mi parte. Digo, no es haya un buen momento para morir...pero en estos momentos me hace durar del alcance en mi vida, esa es la cosa. Y eso es lo que hace un héroe, ¿no?. Parte del viaje es su final. Ay, que me preocupo." el holograma se puso de pie con total calma, o al menos eso aparentaba. "Todo va a salir exactamente como debe ser."
Se acerca unos pasos hacía delante y se inclina hacia su hija con una sonrisa llena de amor y sinceridad.
"Te amo tres millones". Un gemido lastimero se escapo de sus labios a medida que trataba de alcanzar el holograma de su padre, pero lo último que vio fue aquella sonrisa paternal llena de amor que siempre le dirigía. "Papá..."
Sus sollozos llenaron la sala provocando miles de sentimientos en los demás miembros. Saber que Stark tenía una hija los había dejado asombrados y dolidos en partes iguales, era obvio que el genio jamás había tenido la suficiente confianza para confiarles a su más preciada creación.
Pepper se arrodillo frente a su ahijada tratando de reconfortarla aunque sea un poco. Ambas se abrazaron liberando un llanto agonizante, sus sollozos se duplicaron y los hombros de cada una temblaban descontroladamente.
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Morgan tenía las mejillas sonrojadas, su nariz roja al igual que sus ojos hinchados, prueba de que estuvo llorando toda la noche sin descanso. Su cabello lo tenía tomado en un moño desordenado, y usaba una de las camisetas de su padre con el logo de AC DC en ella. Necesitaba sentirlo cerca con una dolorosa desesperación.
Los últimos días estaban acabando con su cordura. Solo deseaba tener pronto a sus hermanos en el complejo y refugiarse en ellos.
"Buenos días, Peps." Su voz salio ronca, como si hubiera gritado durante horas. Deseaba con todo su ser que no haya sido así.
"Señorita Stark, los Vengadores están preparados para abandonar el complejo." La voz de la IA le sacaron un suspiro a la castaña, miro levemente a su madrina para ir en busca de aquellas personas que fueron importantes en la vida de su padre.
Steve al verla llegar se detuvo abruptamente y la miro sin saber que decir. Ninguno dijo nada, cada uno fue incapaz de mirarla a los ojos. Wanda apretó los labios al ver esa mirada tan vacía y rota. Ella se veía reflejada en la hija de Stark. Imaginaba lo que sentía.
"Pueden quedarse..." Musita clavando sus ojos en los suyos, Steve se estremeció ante el dolor palpable en la mirada de la primogénita de Tony. "Era la voluntad de mi papá, él quería reunir nuevamente a los Vengadores, no soy quién para deshonrar su último deseo."
"Morgan." Pepper trato de mediar pero la castaña le dio una mirada cansada, realmente agotada.
"Papá quería lo mejor para ustedes y yo se los daré en su memoria". Finaliza remojando sus labios y tragando el nudo de su garganta.
Sin más que decir, le deja su taza de café a Pepper para encaminarse a su habitación lentamente, como si cada paso le pesaran una tonelada. Tenía mucho trabajo que hacer pero primero se dedicaría a descargar su dolor. Mañana sería otro día.
"No lo merecen". Gruñe Potts golpeando el suelo con su tacón. "No lo hacen..." Aprieta sus labios en una línea recta dirigiéndoles una mirada llena de odio, pero sin ánimos de seguir discutiendo. "Bienvenidos Vengadores." escupe resentida tomando su bolso y saliendo de allí sin perder la compostura.