-Hades, debes despertar... Hades, amigo
Sintiendo como si su cabeza fuera a estallar en mil pedazos, Hades comenzó a abrir los ojos, dándose cuenta que estaba en su casa, en el Hades, más específicamente en su cama, con Hérmes mirándolo con preocupación.
-¿Qué pasó?- preguntó el dios del Inframundo, sentándose en la cama.
Hérmes apretó los labios y frunció el ceño.
-No lo sé, dímelo tú. Te encontré inconsciente afuera de tu casa, y no hay rastro de Perséfone por ninguna parte.
-Baekhyun... - interrumpió Hades.
-¿Disculpa?- Hérmes no entendía.
Hades negó con la cabeza.
-A él no le gusta el nombre Perséfone - aclaró- por eso lo llamo Baekhyun.
El dios mensajero asintió.
-Su cara de bebé coincide más con un nombre como Baekhyun que como Perséfone- bromeó.
El alto asintió y, recordando lo que había sucedido, se paseó de lado a lado por la habitación. Le había prometido a Baekhyun que lo protegería, pero había fallado miserablemente.
Y es que, definitivamente, no se esperaba la emboscada que le tendieron al llegar al final del río Estigia, casi a las puertas de su casa. Hestia, Artemisa y Apolo. El menor de los mellizos había utilizado su propio casco de la invisibilidad, el cual Hades creía que estaba en manos de Perseo, para atacar a Cerbero y luego a él.
Con Cerbero fuera de juego, fue fácil para Apolo abrir una de las entradas para Artemisa y Hestia, y de esa forma, tomar a Baekhyun con ellos mientras él se encontraba incosciente.
-Debemos recuperar a Baekhyun- sentenció el alto- Helios nos puede ayudar.
Hérmes sonrió con suficiencia, y carraspeó para atraer la atención de su amigo.
-Si Apolo tiene a Baekhyun, entonces nosotros mismo podemos rastrearlos desde aquí.
Hades centró su atención en su amigo- ¿Cómo?
El mensajero juntó sus manos y entre estas apareció su caduceo, aquella vara con alas que solía utilizar para abrir y cerrar los ojos de los muertos.
-Esto me fue otorgado por Apolo- explicó Hermes- por lo que existe una conexión con su dueño original, la cual podemos usar para rastrearlo. ¿Qué te parece, querido amigo?
Hades sonrió con malicia, haciendo que su cabello blanco se moviera como un halo alrededor de su cabeza.
-¿Y qué esperas para localizar a ese bastardo cara de niña?- preguntó con impaciencia.
-Tomará un tiempo- Hérmes cerró sus ojos y concentró su magia en la vara- Debo buscar en cada rincón del mundo, y eso, aunque yo sea el mensajero de los dioses, requiere una gran cantidad de energía.
Hades suspiró, y asintió a su amigo.
-Iré a ver a Cerbero.
Al no recibir respuesta, el dios del inframundo dejó a Hérmes en su habitación y salió a ver a su mascota.
Cerbero era el guardián del Inframundo, quien protegía la entrada a la morada de las almas y mantenía lejos a aquellos que no pertenecían, como también mantenía en el Hades a quienes pertenecían allí. No sería bueno para nadie que la entrada al Inframundo estuviera desprotegida por mucho tiempo.
Por suerte para él, Cerbero se encontraba en pie, con sus tres cabezas vigilando que todo estuviera marchando bien. Y en cuanto el guardián lo vio, le ladró, alertando a todos en el Inframundo que el Rey estaba en casa.
-Todo está bien, amigo- consoló el dios- Nos tendieron una trampa y jugaron de manera sucia con nosotros.
Cerbero gimoteó con tristeza.
-Lo encontraremos, y lo traeremos aquí, con nosotros, en donde nadie volverá a hacerle daño nunca más.
Recibiendo un ladrido como respuesta, Hades se acercó a su mascota y acarició su pelaje.
-Te dejo a cargo mientras visito a las tres viejas locas que tenemos como huéspedes. Es hora de que paguen algo por el alojamiento.
Alejándose de Cerbero, Hades caminó por la orilla del río Estigia. Por suerte para él, las Moiras no vivían muy lejos de su casa. Eran algo así como vecinos, indiferentes entre sí. De esa manera mantenían la armonía en el Hades, y ninguno se inmiscuía en los asuntos del otro.
La casa de las Moiras era de aspecto humilde. Nada parecido a la gran mansión que él había construido cuando se mudó a aquel sitio. Sino más bien como una casa de campo a orillas del río. El lugar perfecto en donde las tres hilanderas podían tejer los hilos del destino de toda la humanidad.
Cloto, Láquesis y Átropos, las tres hilanderas que hilaban, median y cortaban los hilos de la vida. Respetadas por todos los seres, tanto divinos como mortales, y a la vez odiadas por los mismos. Hades esperaba que le ayudaran a encontrar a Baekhyun.
Tocando la desgastada puerta de madera, fue inmediatamente recibido por Láquesis, quien esta vez lucía una apariencia juvenil y refrescante, como si no se encontrara en medio del Hades.
-Por lo que veo, has decidido volver a tus dominios, Hades- habló la mujer con el ceño fruncido- Nosotras pensábamos que el trono estaba libre.
Hades frunció el ceñó y masculló entre dientes.
-No estoy aquí para hablar sobre mi regreso- cortó con molestia- Vengo a verlas por algo más importante.
-Lo sabemos- interrumpió Átropos, apareciendo detrás de su hermana, y viéndose igual de joven- Estás aquí para hablar sobre el futuro del Rey del Inframundo.
El alto gruñó y negó con la cabeza.
-No estoy aquí para hablar de mí. Quiero saber sobre...
Otra voz se hizo presente, cortando sus palabras.
-Átropos no hablaba de ti, Hades- Cloto miró a sus hermanas, y estas se alejaron de la puerta- Pasa.
Hades entró a la casa, y siguió a las hermanas hasta una mesa llena de hilo.
-Perdón por el desorden- Láquesis apuntó a los hilos desparramados por todas partes- No estamos acostumbradas a las visitas.
Átropos apuntó hacia una de las sillas vacías, invitando al dios a sentarse.
-El secreto de Perséfone está a punto de ser revelado- comenzó Cloto, yendo directamente al punto- Y con esto, el orden natural que se ha implantado, luego de la caída de los titanes, se verá comprometido por la ambición de aquellos que no fueron considerados por los tres hermanos.
Hades meditó las palabras de la mujer por un momento, tratando de darles sentido en su mente.
-¿Hablas de Zeus, Poseidón y yo?
Láquesis asintió.
-Aquella que perdió su título tratará de recuperar su lugar, y herirá a sus hermanos en el proceso. La que se conoce como la primera y la última quiere establecer su poder sobre el resto, y buscará apoyo en aquellas que han sido heridas por los hermanos.
Hades asimiló las palabras de la Moira, pero un sonido llamó su atención, centrándose ahora en la última de las hermanas.
-Pero la vida y la muerte se han enamorado- dijo Átropos- Una unión que comenzó hace años y que se consolidó con un beso. La fuerza de uno es la salvación del otro. Sus corazones abiertos y palpitando al mismo tiempo. La herida a sanado, y tú, Hades, deberás abrir los ojos y enfrentar aquello que tanto has querido borrar de tu corazón.
Dichas estas últimas palabras, las tres hermanas hicieron una venia con la cabeza y apuntaron hacia la puerta de su casa.
-Ya tienes las respuestas que querías, ahora dependerá de ti el qué harás con la información que te dimos. Lo único que te diremos es que pienses bien en quienes vas a confiar. Aquella que fue tu enemiga, ahora puede ser tu más grande aliada.
Y con esas últimas palabras, la puerta de la casa se cerró, dejando a Hades con un mal sabor en la boca.
-Así que tendré que volver a verle la cara a esa vieja bruja- masculló el dios con frustración- volveremos a encontrarnos, Deméter.
Apresurando el paso, corrió hasta su casa. Si la interpretación que había hecho de las palabras de las Moiras era correcta, Hestia quería vengarse de él y sus hermanos debido a la forma en que repartieron el mundo luego de la caída de Chronos. Y eso significaría alterar por completo el orden divino.
Subiendo las escaleras de dos en dos, abrió la puerta de su habitación, solo para encontrar a Hérmes atendiendo a un cuerpo que se encontraba sobre la cama. Reconociendo su propio casco sobre el velador, se acercó con ira hasta los otros dos.
-¿Por qué Apolo está sobre mi cama?- preguntó, tratando de pensar con lógica- ¿Dónde lo encontraste?
Hérmes dejó de prestar atención a Apolo y centró la centró en Hades.
-Caronte lo trajo hasta aquí- explicó el dios mensajero- Tu barquero no es de los muy habladores, pero me dio a entender que lo encontró flotando en el Aqueronte, siendo arrastrado por las almas.
Hades miró a su sobrino y suspiró con cansancio.
-Supongo que fue abandonado por Hestia ¿O me equivoco?
-Yo también llegué a la misma conclusión- respondió Hermes sonriendo - Lo bueno es que recuperamos tu casco.
Hades asintió, el casco les sería de utilidad si es que una segunda gran guerra se desataba.
-Fui a hablar con las Moiras.
El dios mensajero se puso serio, perdiendo su habitual aura positiva.
-¿Qué dijeron?
-Al parecer, la diosa de la paz perdió la paciencia, y ahora quiere, literalmente, ver el mundo arder.
-¿Y qué planeas hacer?
-Hablar con Deméter y Zeus, y pedir su ayuda para rescatar a Baekhyun.
Hérmes se mostró de acuerdo. La vida de Perséfone estaba en juego, y Hades estaba demasiado comprometido con la causa como para pensar con claridad. Lo mejor para todos sería que Zeus interviniera y sometiera a Hestia y sus secuaces.
Un movimiento por el rabillo del ojo llamó su atención. Apolo estaba despertando
-Pero mira quien a decidido honrarnos con su presencia- bromeó Hérmes, poniendo la atención de ambos en Apolo- ¿Te sentó bien la siesta, hermano?
Apolo se sujetó la cabeza, tratando de ordenar sus pensamientos.
-¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?- preguntó el dios del sol con aturdimiento.
Hades, quien hasta ese punto había logrado controlar su ira con éxito, terminó explotando. Se acercó rápidamente hasta su sobrino y lo tomó por las correas de su armadura.
-Tú, pedazo de mierda, me vas a contar todo lo que sepas sobre el plan de Hestia, y el por qué quiere a Perséfone. Si no, me aseguraré de que le hagas una visita de larga estancia a tu abuelo Chronos en el Tártaro.- amenazó el dios del Inframundo.
Su cabello blanco prendido en llamas y sus ojos, usualmente azules, volviéndose de color negro, daban a Hades la apariencia del mismo demonio. Presente ante ellos se encontraba el Rey del Inframundo en todo si esplendor.
-Si fuera tú, hermano, ya habría comenzado a hablar- agregó Hérmes con seriedad.
Apolo observó a su tío y maldijo silenciosamente.
-Hestia sabe que Perséfone es, realmente, un dios varón- comenzó el dios del sol- también sabe el cómo lo ha hecho Deméter para convertir a su hijo en una diosa ante los ojos de todo en el Olimpo.
-Eso ya lo sabíamos. No es necesaria la sabiduría de Atenea para darse cuenta de ese detalle. - escupió Hades con irritación-Lo que quiero saber es el cómo se enteró Hestia de esa información- ¿Deméter se la compartió?
Apolo negó con la cabeza.
-Deméter no sabe que Hestia y Artemisa han estado buscando a Perséfone. Se suponía que lo raptaríamos y te echaríamos la culpa a ti, Hades- explicó el dios con calma- Una de las ninfas de Deméter, Daphne, ha sido mi amante en los últimos siglos, y ella me contó sobre la λευκή ορχιδέα, la orquídea blanca, y el poderoso elixir que se puede extraer de ella. También me contó sobre los experimentos de Deméter en algunos sátiros y faunos, y bueno, también habló sobre la condición de Perséfone.
-¿Y tú se lo contaste a Hestia?- cuestionó esta vez Hérmes.
Apolo volvió a negar con la cabeza.
-Se lo conté a Artemisa.
El mensajero frunció el ceño, mordiéndose el labio inferior.
-Y ella se lo contó a Hestia- afirmó con certeza.
-Mi hermana se sintió traicionada por Perséfone- defendió Apolo- Se suponía que eran mejores amigas. Perséfone debió confiar en Artemisa y decir la verdad sobre su condición. Él y su madre nos han engañado a todos por siglos.
Hades se acercó a su sobrino con calma, haciendo desaparecer las llamas de su cabello.
-¿Y qué planean hacer Hestia y Artemisa con Perséfone?- preguntó.
Apolo miró hacia todos los lados, de manera nerviosa, negándose a contestar. Pero la mirada de Hermes y Hades en él lo hacían sentir presionado.
-Hestia quiere que los demás dioses la apoyen para destronar a Zeus como líder. Lo va a acusar de querer corromper el Olimpo con sus perversiones.- reveló de manera dramática.
-Pero Zeus nunca ha ocultado sus perversiones- reflexionó Hérmes- Y Perséfone no tiene nada que ver con las acciones de su padre. Zeus ha matado, secuestrado y hecho lo que ha querido por siglos. Si el resto de nosotros no ha hecho nada contra eso en todo este tiempo, no entiendo por qué lo haríamos ahora. Eso no tiene sentido.
Apolo se encogió de hombros.
-Ese es el plan de Hestia- contestó con simpleza- es todo lo que sé.
Hades asintió a las palabras de su amigo.
-Si ese es el plan de Hestia. Entonces, ¿Por qué te dejaron aquí, en el Inframundo?
Apolo abrió la boca para contestar, pero no salió ningún sonido de ella.
-No tengo una respuesta para eso- dijo finalmente.
El dios del inframundo se acercó a su sobrino, y sin que este se lo esperara, le propinó un derchazo que volvió a sumir a Apolo en un profundo sueño.
-¿Por qué hiciste eso?- preguntó Hermes.- Aún hay cosa que no sabemos y que él pudo habernos dicho.
Hades dejó el cuerpo inconsciente de su sobrino sobre la cama e hizo una seña a su amigo para que lo siguiera.
-Ese idiota no sabe nada más de lo que ya sabemos nosotros. Lo mejor será que lo dejemos atrás y vayamos por Deméter.
-¿Por qué es tan importante encontrar a Deméter?- preguntó Hermes- Tú la odias.
El alto hizo un sonido con su garganta.
-Baekhyun es más importante que cualquier disputa que pueda tener con Deméter, y estoy seguro de que ella creerá lo mismo.- aclaró Hades- Si lo que dice Apolo es cierto, y Hestia tiene el elixir de Deméter, estoy seguro que lo utilizará para algo más que hundir a Zeus.
Hermes meditó las palabras de Hades, y por primera vez en su vida sintió verdadero temor. Si todo era correcto, Hestia tenía un arma muy peligrosa en su manos, la cual no dudaría en utilizar para sus propios beneficios.
***
-Despierta cariño- susurró una voz femenina en su oído- es hora de que tus ojos se abran.
Baekhyun sentía un ligero dolor en su cabeza, y su cuerpo estaba tardando en responder. Se sentía pesado, como si llevara durmiendo un año entero en una misma posición.
-Vamos Perséfone, muestra tus hermosos ojos a tía Hestia.
Ante la mención de ese nombre, Baekhyun se obligó a abrir sus ojos, solo para darse cuenta que no sabía en donde exactamente estaba. Sus manos y pies estaban atados a una silla con cadenas de oro. Por la forma y el grosor de ellas, seguramente eran cadenas forjadas por Hefesto, lo que indicaba que sería imposible romperlas.
La habitación en la que se encontraba contaba con paredes rojas y piso de madera. Una ventana dejaba pasar la luz del sol, por lo que se dio cuenta que era aún de día, pero ningún otro detalle era suficiente para determinar el lugar exacto en el que estaba. Y el escaso inmobiliario de la habitación tampoco le entregaba demasiada información.
Hestia y Artemisa se encontraban frente a él, una de ellas mirándolo con una sonrisa, y la otra con molestia.
-¿Dónde estoy?- preguntó Baekhyun, rompiendo el silencio que se había instaurado- ¿Por qué me tienen aquí?
Hestia rió, causando escalofríos en el cuerpo del menor.
-Te rescatamos, cariño- explicó la mayor- Hades te secuestró y nosotras fuimos a tu rescate. Fue una pelea dura, pero logramos sacarte de las garras de mi hermano.
Baekhyun frunció el ceño.
-¿Y para qué son las cadenas?- apoyó su punto, tratando de moverse, pero era inútil, el agarre era demasiado fuerte. - ¿Dónde está mi madre?
La diosa mayor se acercó a su sobrino y le acarició la mejilla de manera delicada.
-No te preocupes por las cadenas, cariño. Te estabas moviendo mucho, así que te amarramos para que no te hicieras daño- el falso tono dulce de Hestia tenía a Baekhyun a punto de vomitar- Pero ahora que estás despierto, Perséfone, te soltaremos. Pero antes de que te vayas, queremos pedirte un favor.
El menor sintió cómo todas sus terminaciones nerviosas se ponían en alerta al escuchar a Hestia decir "despierto" en vez de "despierta".
-¿Qué quieres que haga, tía Hestia?- preguntó Baekhyun, tratando de mantener su tono de voz en calma.
Hestia sonrió complacida con la respuesta.
-Oh, cariño, no te preocupes. No es nada muy difícil- habló- Lo único que necesito de ti es que me des la receta exacta del elixir de orquídea blanca que tu madre a usado en ti para hacerte pasar por una diosa.
Artemisa se acercó de manera rápida hasta el menor, propinándole una fuerte cachetada.
-¡Me mentiste!- gritó la diosa de la caza de manera exaltada- Hemos sido amigas desde hace mucho tiempo, y no tuviste el coraje de decirme que no eras una mujer. ¡Eres un cobarde!
-Calma, mi niña- intervino Hestia, pero su sobrina no la escuchó.
Dando otra bofetada a Baekhyun, continuó.
-Te he confiado mis más preciados secretos. Te traté como a la hermana que siempre quise. Pero para ti nuestra amistad no ha significado nada.
El menor sintió como sus lágrimas inundaban sus ojos. La mirada herida que Artemisa le estaba dando estaba estrujando su corazón.
Tal ves las palabras de su amiga sí eran ciertas, y él era un cobarde. La idea de huir del Olimpo era principalmente para evitar esta confrontación. Quería mostrarse al mundo como realmente era, pero al mismo tiempo quería evitar los juicios de los demás dioses. Sobretodo de aquellos que eran cercanos a él.
-Jamás fue mi intención el lastimarte, Artemisa- se disculpó Baekhyun- Pero, tenía miedo a que me rechazaras si descubrías quien era yo realmente.
Artemisa limpió las lágrimas que silenciosamente corrían por sus mejillas, y se dio vuelta, dándole la espalda al menor.
-Desde ahora en adelante, dios de la primavera, lo mejor será que hagamos como si no nos conociéramos- dijo la diosa de la caza con dolor en su voz- Mi amiga Perséfone ha muerto, y no estoy interesada en reemplazarla con alguien que solo sabe mentir.
Dicho esto último, Artemisa salió de la habitación, dejando a Hestia a solas con Baekhyun.
-Esa chica es demasiado dramática- se burló la mayor- pero ya se le pasará.
Baekhyun agachó su cabeza, tratando de ocultar las lágrimas, y el dolor de su corazón al perder a alguien importante para él.
Artemisa, aquella chica que había tratado de enseñarle la vida de los dioses, que lo había recibido con los brazos abiertos cuando su madre lo llevó al grupo de diosas vírgenes. Nunca se perdonaría por herir a tan leal diosa.
-No conozco los ingredientes del elixir de mi madre- murmuró lo suficientemente alto para ser escuchado por la diosa-ella lo prepara en su laboratorio privado, al cual jamás he entrado.
Hestia asintió, borrando su sonrisa y cambiándola por una mueca seria.
-Es una lástima que no quieras cooperar- la mayor se paró justo delante de su sobrino, separados solo por unos pocos centímetros- pensé que serías un poco más inteligente que tu madre, y te unirías a mí.
Baekhyun negó con la cabeza.
-¿Qué es lo que quiere lograr con todo esto?- preguntó.
Hestia se sentó sobre las piernas de su sobrino, pasando uno de sus brazos por su cuello, en una posición bastante íntima.
-Eres muy hermoso, Perséfone- alabó la mayor mientras acariciaba el rostro de Baekhyun- Y, a pesar de ser un hombre, has sido criado como una mujer, lo cual te hace muy atractivo ante mis ojos, porque entiendes, y has visto, como el resto de los dioses nos excluyen por considerarnos inferiores.
Sin esperarlo, Baekhyun vio con horror como Hestia se acercaba a su rostro, hasta que logró juntar sus labios en un beso, que trató de ser sensual, pero al menor solo le causó asco y repulsión. Los únicos besos que él quería eran los de Chanyeol.
Hestia rió al ver la expresión de su sobrino.
-Apuesto a que estabas pensando en Hades- afirmó con confianza- mi hermano puede ser muy encantador cuando se lo propone.
Baekhyun frunció el ceño.
-¿Qué quieres decir con encantador?
La diosa depositó otro beso fugaz en los labios de su sobrino, y se levantó de su posición sentada, optando por caminar alrededor del menor.
-¿Crees que eres el primero al que Hades ha tratado de conquistar?- preguntó Hestia con evidente burla en su voz- Claro que han habido otros antes que ti.
El menor se movió, ofuscado por las ataduras que lo mantenían cautivo.
-¡Claro que sé que no soy el primero!- declaró Baekhyun con convicción- Pero lo que hay entre él y yo es verdadero.
Hestia se carcajeó de manera exagerada, volviendo a sentarse en las piernas de su sobrino, pero esta vez juntando sus frentes.
-No pensé que fueras tan ingenuo, sobrino, pero eso es culpa de tu madre. Deméter te ha sobreprotegido demasiado.- La mayor hizo una pausa exagerada, para dar mayor dramatismo a sus siguientes palabras- ¿Alguna vez has escuchado hablar de Mente?
Baekhyun buscó en su memoria algún indicio de ese nombre, pero no le sonaba para nada.
-No, no reconozco el nombre.
Hestia acarició el cabello de Baekhyun.
-Mente fue una de las numerosas amantes de Hades- soltó de golpe, haciendo que el corazón de Baekhyun doliera- Pero la diferencia de ella con las otras está en que Hades quería que Mente se convirtiera en la reina del Inframundo, y gobernara junto a él por la eternidad.
El menor jadeó involuntariamente, lo que causo que la sonrisa de Hestia se agrandara aún más, si eso era posible.
-¿Qué tiene que ver eso conmigo?
-Bueno, Mente tuvo un final trágico- explicó la mayor con fingida tristeza- jamás llegó a cumplir el sueño de estar con la persona que amaba.
-¿Le sucedió algo?- preguntó Baekhyun, sospechando que no le gustaría la respuesta.
Hestia tomó las mejillas de su sobrino entre sus manos, dejando suaves caricias sobre estas.
-Tú le sucediste.
No entendiendo que quería decir su tía, Baekhyun se removió, incómodo.
-Yo jamás he conocido a alguien llamada Mente.
-Eras muy pequeño cuando todo esto sucedió- dijo- Mente vio a Hades mirándote a ti. A mi hermano siempre le han gustado las cosas bonitas. Lo que es entendible, viviendo en el Inframundo, no es común para él encontrar cosas bellas, y cuando las ve, se emboba con ellas.- Hestia bajó su mano hasta llegar a la entrepierna de su sobrino, dando un ligero apretón ahí- Y Mente, una ninfa celosa, no vio con buenos ojos el interés de Hades en ti, así que trató de matarte. Te llevó al inframundo y trató de tirarte al Tártaro, con los titanes. Pero mi hermano lo impidió. Te salvó de las garras de Mente y te llevó de vuelta con Deméter.
Baekhyun sintió cómo la bilis subía por su garganta. Él no tenía recuerdos de haber estado en el Inframundo antes, menos en el Tártaro.
Un nuevo apretón en su entrepierna trajo al menos de vuelta a la realidad. El tacto de Hestia lo tenía asqueado, pero su interés en la información que estaba recibiendo lo tenía lejos de las caricias que la diosa le estaba dando a su cuerpo.
-¿Hades castigó a Mente?- preguntó con falsa calma.
-No, Hades no castigó a Mente. Él la amaba- sonrió al ver el efecto de sus palabras en su sobrino- fue tu madre quien se encargó de castigar a Mente.
-¿Qué fue lo que hizo mi madre?- está vez temía la respuesta.
-Deméter la pilló desprevenida, y, con ayuda de algunos faunos y sátiros, la llevó hasta su invernadero personal. Ahí terminó convirtiendo a la pobre Mente en parte de su colección personal de plantas. Creo que la llamó Menta, que por cierto da un sabor delicioso al té.
Baekhyun se estremeció, reconociendo el nombre de aquella planta medicinal que su madre solía utilizar para hacer medicamentos. Una extraña adquisición que su madre guardaba celosamente en su invernadero personal.
-Hades odia a mi madre, ¿No es así?- aseveró el menor, sabiendo a donde quería llegar Hestia con su historia.
-¿No te pareció raro que Hades cayera tan rápido por los encantos de un dios que ni siquiera sabe quien es en realidad? ¿Un chico o una chica?- cuestionó con malicia- En serio creíste que Hades iba a amar al hijo de la asesina del amor de su vida. Mi hermano jamás a tomado a un hombre como amante. ¿Por qué te elegiría a ti como el primero?
El entendimiento llegó rápido, al igual que el dolor en el pecho y las lágrimas que inundaron sus ojos. Un sollozo desgarrador dejó sus labios, y el sentimiento de traición inundó cada fibra de su ser.
No debería haber caído tan fácil por los besos de Hades. Pero esos hermosos ojos lo habían cautivado desde el primer momento en que se habían visto. El alto y varonil humano, y el fuerte dios del Inframundo. Baekhyun sabía que había perdido la batalla desde el primer encuentro entre ambos.
-Tranquilo, cariño- lo consoló Hestia- Esos dioses solo buscan su satisfacción personal, no preocupándose por los sentimientos del resto. Zeus, Poseidón y Hades están cortados con la misma tijera. Pero tú y yo podemos hacerlos caer.
Congelándose por un momento, Baekhyun sintió que lo siguiente que dijera su tía sería importante.
-¿Cómo?
-Con la ayuda del elixir de tu madre.- respondió la mayor con los ojos brillantes de excitación- Imagínate. Convertir a los imponentes dioses en hembras. Perderían todo el respeto que el mundo les tiene, y dejarían de temerles. En resumen, serían tratados como el resto de nosotras. Y nosotras, las diosas, podríamos sobreponernos. Imagínate, con la sabiduría de Atenea, la fuerza de Artemisa, el renombre de Hera, la resiliencia de Deméter, sumado a tu poder y al mío. Seríamos invencibles, y haríamos del mundo un lugar mejor.
Baekhyun iba a contestar, pero todo lo que vino a continuación pasó demasiado rápido como para detenerse a pensar en algo.
Un gran estruendo se escuchó fuera de la puerta, y antes de que alguien alcanzara a hacer algo, la madera de la puerta salió volando. Un rayo traspasó el umbral, y fue a dar directamente a Hestia, quien salió volando hasta chocar con la muralla que se encontraba detrás de ellos.
El brillo fue cegador, y Baekhyun debió cerrar sus ojos para evitar dañarlos. Sus oídos zumbaban, y su cuerpo se tensó en estado de shock, no sabiendo que estaba sucediendo realmente. Unos murmullos se hicieron presentes en la habitación, y la presencia de otras personas se hizo clara para el menor.
-Se acabó, Hestia- la profunda voz, como si de un trueno se tratara, retumbó en cada esquina de la habitación.
Un toque suave fue depositado en su mejilla, y, al abrir sus ojos, se encontró con aquella mirada que tanto había amado en las últimas semanas.
-Te encontré, mi flor de loto- murmuró Chanyeol sobre los labios de Baekhyun- perdón por demorar tanto.
Un sollozo, pero de felicidad, abandonó los labios del menor. Sintiéndose a salvo.
Un vistazo por la habitación le permitió ver quienes se encontraban ahí. Al primero que vio fue a Zeus, quien se encontraba con Hestia, la cual estaba inconsciente. Hera y Atenea tenían a sujeta a Artemisa, evitando que ésta escapara. Hermes y Poseidón vigilaban el umbral de la puerta, mirando si es que había otro dios ayudando a Hestia. Y por último, su madre, Deméter, mirándolo con aflicción.
Deméter se acercó rápidamente a su hijo, empujando sin delicadeza a Hades para ocupar su lugar frente a Baekhyun.
-Mi bebé precioso- sollozó Deméter, tomando las cadenas que aprisionaban a su hijo y rompiéndolas con sus propias manos- Te he buscado por todas partes.
La diosa se abalanzó contra su hijo y comenzó a repartir besos por todo su rostro, mientras los tocaba, revisando si tenia alguna herida grave.
-Mamá- Baekhyun correspondió las caricias de su madre, abalanzándose sobre ella, terminando por caer los dos al suelo, pero sin terminar su abrazo- Tenía mucho miedo, mamá.
Deméter soltó una risa nerviosa, y hundió su rostro en el cuello de su hijo para aspirar el aroma de este. Frunció el ceño al reconocer el aroma de Hades en él, pero decidió dejar esa discusión para después. Si las palabras de su hermano eran ciertas, su pequeño Perséfone abandonaría el nido muy pronto.
-Esto es mi culpa, bebé- se disculpó la diosa- Si no te hubiera obligado a vivir como una diosa, nada de esto habría pasado- Deméter tomó el rostro de su hijo entre sus manos, y depositó un dulce beso en la nariz de botón de éste- Debí aceptar a mi hijo, y no dedicarme a experimentar con él. Pero temí que, por tu poder, los demás dioses se aprovecharan de ti. Creí que la solidez del círculo de Hestia sería capaz de mantenerte a salvo de la maldad del resto. Pero yo misma te envié a la boca del lobo.
Baekhyun negó con la cabeza.
-No debes culparte, mamá- tranquilizó el menor- Su resentimiento no tenía nada que ver contigo.
Deméter asintió y apretó la cara de Baekhyun contra su pecho, tal como hacía cuando su hijo era más pequeño y tenía miedo de algo. La diosa levantó la vista, y conectó su mirada con Hades. Una conversación muda sucedió entre ambos, y Deméter movió su cabeza afirmativamente.
-Tienes muchas cosas que explicar, Deméter- la voz de trueno de Zeus volvió a resonar en la habitación- Tus acciones pusieron en peligro el orden divino. Mentir y ocultar la naturaleza de tu hijo, sumado a los experimentos que has estado llevando a cabo de manera clandestina. No es algo que pueda pasar por alto.
Deméter bajó su cabeza en señal de respeto.
-Lo sé, y aceptaré cualquier castigo que me impongas- respondió sumisamente la diosa.
La atención de Zeus se desvió a Baekhyun.
-En cuanto a ti, Perséfone, también serás castigado por ser cómplice de tu madre.
Baekhyun cerró sus ojos, esperando la sentencia final.
-Puedo sugerir algo, hermano- interrumpió Chanyeol- Bueno, tú sabes que el trabajo en el Inframundo es complicado, y yo no me vuelvo más joven.
-Al grano- habló con impaciencia Zeus.
-Me vendría bien un poco de ayuda en el trabajo, y el chico sería ideal para eso- Chanyeol apuntó al menor- podrías enviarlo a mi casa y yo podría supervisar su trabajo.
Hermes murmuró algo muy parecido a "seguro el trabajo que le tienes es en tu cama", lo cual causó risas en Atenea y Hera, y un gruñido por parte de Deméter.
-Me parece justo- concordó Zeus- Perséfone ayudará a Hades en el Inframundo, y Deméter, tú- el dios se lo pensó un poco antes de revelar su sentencia- tu castigo lo discutiremos en privado.
Para ninguno de los presentes pasó desapercibido el brillo lujurioso en los ojos de Zeus. Hera decidió ignorar las palabras de su esposo.
-En cuanto a Hestia, ella irá a visitar a nuestro padre al Tártaro por una temporada. Y tú, Artemisa, serás entregada a Atenea para que ella decida tu castigo.
Atenea asintió, tomando a Artemisa y desapareciendo en el acto.
Zeus también hizo lo mismo, llevándose a Hestia consigo. El resto siguió el ejemplo, quedando solo Hermes, Hades, Deméter y Perséfone en la habitación.
-Gracias por cuidar de mi hijo- habló Deméter a Hérmes y Hades- Sé que ustedes se han preocupado por el bienestar de Perséfone en el mundo humano.
-Baekhyun...- interrumpió Hades sin poder evitarlo.
Deméter frunció el ceño.
-¿Perdón?
-El nombre humano de Perséfone es Baekhyun- explicó Hérmes con calma- y a tu hijo parece gustarle.
-Baekhyun- murmuró la diosa, sonriendo maternalmente a su hijo- queda bien en ti. ¿Quieres que te llame de esa forma?
Baekhyun asintió.
-Lo prefiero de esa forma.
-Está bien, lo entiendo- la diosa miró a su hermano, y sonrió burlonamente- ¿Y supongo que tú eres Chanyeol?
Hades se sonrojó furiosamente, causando que su hermana se riera aún más fuerte, de esa manera melodiosa que Baekhyun no había escuchado en mucho tiempo.
-¿Có...Cómo lo sabes?
Deméter paró su risa y miró a su hermano de manera enigmática.
-Sabes que, si hubiera querido, hubiera ido a buscar a mi hijo hace mucho tiempo.
Hades y Hermés se miraron sorprendidos.
-¿Acaso tú?
-Pers... Baekhyun nació de este vientre- apuntó la diosa a su estómago- Parí a mi hijo con dolor, y he hecho demasiados sacrificios para protegerlo. Por eso, jamás dejaría que algo malo le pasara. Lo conozco como la palma de mi mano, y sé reconocer cada mirada, cada suspiro, y cada respiración que sale de sus labios.
-Sabias que él escaparía- sentenció Hérmes con seguridad- Por eso fue tan fácil escapar de ti.
Deméter les guiñó un ojo. Tomó a su hijo de la mano y comenzó a caminar hacia la salida de la habitación.
-Dame un tiempo a solas con él, y luego lo iré a dejar al Inframundo para que cumpla su castigo.
Ante la atónita mirada de ambos amigos, madre e hijo desaparecieron de su vista.
El único consuelo de Chanyeol fue una pequeña flor de loto que apareció en su mano. Señal de que se volvería a encontrar con Baekhyun.