Almost dead. KACCHAKO FF Ocha...

By FanFicGirl1598

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Después de sufrir una aparatoso accidente, Bakugou Katsuki comienza a experimentar las consecuencias de este... More

Capitulo 1: Accidente.
Capítulo 2: Futuro incierto.
Capitulo 3: Cara de ángel.
Capitulo 4: Comienzo de la pesadilla.
Capitulo 5: Guardaré tus secretos.
Capítulo 6: ¿Visiones?
Capitulo 7: Diagnostico.
Capítulo 8: crisálida.
Capítulo 9: ¿Bakugou?
Capítulo 10: ¿Lo sientes?
Capítulo 12: Psicosis.
Capítulo 13: Encrucijada.
Capítulo 14: Cúspide. [extra como disculpa]
Capítulo 15: Letterbomb.
Capítulo 16: Ground zero 2.
Capítulo 17: Confrontación.

Capítulo 11: Ground Zero.

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By FanFicGirl1598

Sus ojos castaños la veían fijamente desde el reflejo, sentía que su propia mirada reflejaba lastima y burla. Tomo entre sus manos un poco de agua para después echársela al rostro, sintiendo el frescor en los ojos y su rostro caliente de la vergüenza y de haber llorado. Aún pensaba en si aquella excusa de la alergia había sido suficiente para el rubio, que, aunque estuviera enfermo o loco estaba segura de que no dejaba de ser astuto y perspicaz.

Respiro profundamente para después salir del cuarto de baño con una sonrisa como las que siempre adornaban su rostro.

En la mesa del comedor la esperaba un plato con un delicioso pan francés bañado en maple y coronado con unas fresas frescas, su estómago rugió de hambre al imaginar aquel dulzor en su boca. Se acercó a la silla y tomó asiento, viendo la espalda del rubio que seguía concentrado en la cocina, tomó un tenedor y comenzó a cortar una pequeña porción para después llevarla a la su boca. El sabor de la mantequilla y maple inundó sus papilas gustativas, pero un estruendo la hizo echar un brinco en su asiento.

- ¡Mierda, no puedo, Ochako! – Gritó azotando un globo para batir y derramando la mezcla por la barra y el piso. Uraraka sentía los latidos de su corazón en su garganta, pero tomó valor del fondo de su alma y le habló.

- ¿Qué es lo que ocurre, Bakugou? – Preguntó en el tono más casual que pudo salir de su garganta.

El rubio recargó sus codos en la barra, con la cabeza baja y enterrando las yemas de sus dedos entre su mata de cabello, mostrando claros signos de ansiedad.

- Están en todas partes Ochako, no puedo dejar que hagas algo tan asqueroso como comerlos. – Respondió con una voz ansiosa y con un tinte de desesperación. Uraraka nunca había imaginado asociar esas emociones con él, pero a pesar de eso sabía a lo que se refería. Era el delirio que más le agobiaba.

La castaña estaba por hablar cuando Katsuki se levantó de golpe y camino al comedor para tomar el plato de Uraraka y tirarlo al bote de basura, rompiendo el plato con el impacto al lanzarlo.

Sus palabras no salieron, se quedaron atascadas en alguna parte de su pecho, al ver esa mirada de nuevo, esa mirada desquiciada, con miedo.

Katsuki se acercó al lavabo de la cocina abriendo el grifo con la presión máxima y tallando sus brazos con agua, mojando las mangas de su camiseta, sus manos ansiosas siguieron en su cuello y rostro, en este punto Uraraka estaba congelada en la silla del comedor, viendo la escena completamente quieta. No tenía idea de cómo lidiar con todo eso.

- ¡Nunca se van, Ochako! ¡Estas mierdas me tienen harto! – Decía mientras frenético, tallaba su piel.

La piel del rubio comenzaba a verse roja y la cara de Bakugou ya era de desesperación. Uraraka se levantó del comedor y se acercó a él, pero manteniendo una distancia prudente. Planificando mentalmente. Sus ojos brillaban, eran lágrimas y lo sabia.

Las manos de la castaña se movieron solas, casi con necesidad, tomándolo de los hombros por la parte de atrás y le hablo con una voz calma.

- Vamos a la regadera, se irán. – Bakugou la miro a los ojos, ella hizo lo mismo.

Y le dolió. Le dolió el alma, por primera vez sentía una conexión tan intima, pero que había nacido de una forma tan dolorosa, que quería que no existiera, pero ahí estaba y se quedaría.

Su mirada le confirmaba todo aquello. Su mirada le decía que lo que más temía existía y que ese dolor era el inicio de un sinuoso camino sin final feliz. Una comprensión dolorosa. Una conexión.

Aun con las manos aferrándose a él, lo encamino por la casa a paso lento hasta el baño. No quería hacer ninguna clase de movimiento brusco por temor a alterarlo más.

Su corazón golpeaba en su garganta y las piernas de tambaleaban. El camino al baño le pareció infinito, podía sentir la respiración irregular del rubio que hacia su parte por mantenerse lo más que podía en su lado racional, algo que notaba que era cada vez más difícil para él.

Llegaron a la habitación y Ochako lo guio a la regadera donde con cuidado lo hizo sentarse en el cubículo, donde el apenas y se sentó se hizo un ovillo, sujetando con fuerza sus piernas con sus manos y cerro los ojos, aguantando las lágrimas. Ochako sintió un nudo en la garganta, abrió el grifo de la ducha y el agua tibia los comenzó a empapar a ambos.

El sonido del agua chapoteando en la baldosa beige fue la que contrasto el llanto quedo del rubio que oculto su rostro.

Uraraka se arrodillo junto a el y lo rodeo con sus brazos. La ropa empapada la hacia sentir pesada y el agua acumulada en su calzado ahora era incomoda, pero estar bajo la regadera, junto a él, apoyándolo, era lo más importante.

Su mano lentamente se encamino a su cuello, donde clavo la aguja con culpa. Los orbes rojos la miraron a los ojos, enrojecidos por llorar, la castaña entre gimoteos habló:

- Perdón, Katsuki. – Comenzó a llorar, cabizbaja frente a él. Ocultando sus lagrimas con el agua de la ducha.

El rubio le regalo una sonrisa somnolienta para por fin caer ante los efectos del calmante.

[...]

Uraraka lo arrastraba fuera de la ducha, sin camisa ni pantalones, esto para aminorar el peso por la ropa empapada. Cuando finalmente lo logro sacar, lo recostó sobre la cama.

Suspiro con cansancio cuando por fin lo había logrado trasladar. Ya en la cama, se tomo la libertad de arroparlo y dejarlo en la cama. Cerro la puerta de la habitación y se sentó en el sofá, agobiada.

Su mirada estaba perdida en el techo, pensando en cuan sola se sentía sin el rubio. Giro su cabeza con cansancio, viendo al gato hecho un ovillo a su lado, durmiendo plácidamente, lleno de mezcla de huevo, vainilla y leche. Supuso que fue Hermes quien se encargo de limpiar el desastre de su dueño.

Cerró los ojos, sintiendo como una lagrima corrió por su mejilla.

"¿Debería renunciar ahora?

Enamorarme no esta bien, mucho menos si ni siquiera se como controlar algo como esto."

Enamorarse...

El amor siempre es un asunto de azar, pero casi siempre terminaba bien, en este caso dudaba mucho que fuera así.

El cansancio le estaba ganando y su estomago le dolía de hambre, pero sus ojos no querían abrirse, estaba agotada física y mentalmente.

"Quizá sea lo mejor..."

El teléfono comenzó a vibrar con una melodía familiar para ella, era su celular que gracias a todo estaba en el comedor. Se levanto y contesto la llamada sin siquiera ver quien era.

- ¿Hola? – Habló con desgano.

- Hola ¿Cómo estás? – El colmo, era Izuku.

Ochako resoplo harta.

- Midoriya, perdona, pero no estoy de humor. – Estaba por colgar, pero el rizado siguió.

- Perdona, ayer me preocupe porque no respondías y quería saber si estabas bien. – La castaña rodeo los ojos, molesta.

- No conteste porque no quería hacerlo Izuku. – En este punto ya no le importaba si sonaba o era grosera, Izuku era demasiado insistente y estaba segura de que seguiría por más tiempo si lo evitaba con amabilidad.

- Entonces supongo que es un sí. Estás enamorada de él y por eso me rechazas. – Las palabras filosas de Izuku dieron en el clavo.

[...]

El rubio se revolvió entre su manta al escuchar la voz de Ochako en un tono muy distinto al que usaba con él.

- Oye, Ochako ¿Qué demonios pasó? – Pregunto mientras se levantaba de la cama y veía a su alrededor. Su habitación se veía iluminada como por el sol, como si todas las persianas hallan sido abiertas de golpe. Sus ojos resintieron por la luz.

- ¿Ochako? – Volvió a preguntar, siguiendo su voz, pero sin hallarla. La sala de estar estaba vacía, pero podía escuchar su voz - ¿Dónde mierda se metió? – Seguía buscando con la mirada hasta que sus ojos chocaron con la castaña, esta vez con un vestido negro largo, como de gala.

Entonces su cabeza hizo clic, esa no era Ochako, ese no era su apartamento y seguramente nada de lo que veía era real.

Suspiro y camino hacia la Ochako de sus sueños que lo veía con una sonrisa juguetona.

- ¿Qué mierda paso? – Escupió con molestia, ella resoplo en tono de burla.

- Bienvenido al ground zero, donde todo es nada y la nada son tu todo. Estas sedado como un caballo en el veterinario. – Se burlo. Katsuki volvió a mirar a su alrededor, poniendo atención en todo, notando que era su apartamento, pero la diferencia era que todo se veía nebuloso, como si estuviera atrapado en una nube de polvo.

- ¿Entonces porque escucho a Ochako? – La Ochako frente a él sonrió con sorna - la real. – Aclaro.

La castaña se levanto y comenzó a caminar alrededor suyo, deslizando su dedo por el cuerpo del rubio. Sin lograr un toque real, ya que su mano estaba enguantada.

- Porque las drogas están disipándose de ti. – Paro cuando estuvo frente a él – Pronto despertaras. Este es el punto de encuentro de tu mente a la realidad. – Puso sus manos sobre su rostro, acunando al rubio – Pero creo que deberías de quedarte. – Lo miro a los ojos – Quedarte y aceptarte. –

Se acerco a él y lo beso envolviendo su lengua con la del rubio. saboreándolo.

Entonces Katsuki lo noto. Ahí, en su ground zero, ese punto muerto, se sentía vivo. Se alejo de ella y habló.

- No me puedo quedar porque justo aquí, es cuando me doy cuenta de que es verdad. Estoy vivo. – Le respondió con convicción.

La castaña rio en voz baja.

- ¿No te has dado cuenta? – Hizo una pausa, Katsuki reflejo la curiosidad que había nacido en él ante aquella pregunta – Todo es un truco. Ella lo esta haciendo. Ella te quiere eliminar. – Sonrió con malicia y alejo lentamente sus manos de las mejillas del rubio.

- ¿Quién es ella? ¿De que hablas? – Pregunto confuso.

De pronto todo a su alrededor se nublo y la figura de la castaña se fue disolviendo con el resto de aquel sitio.

- Pronto lo sabrás, Kacchan. –

[...]

- Espero y no solo entiendas, sino que respetes mi decisión, adiós. – Colgó la llamada y después de haber estado por casi una hora dando vueltas en la habitación, fue a ver al rubio.

Katsuki se revolvía entre las sabanas esta vez despertando de verdad, lo primero que hizo fue ver a Ochako, en silencio y confundido.

- ¿Ochako? – Susurro aun adormilado.

Uraraka se acerco de inmediato a él, con el alivio en el rostro.

- ¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor? Perdóname, enserio, no sabia que hacer, tenía miedo de que te lastimaras. – Comenzó a hablar con urgencia y con evidente preocupación, esto enterneció a Bakugou.

Negó con la cabeza restándole importancia mientras se restregaba el rostro, sintiendo de nuevo la asquerosa sensación pegajosa, mohosa y húmeda de su piel putrefacta.

El sentimiento de vida que le había nacido en el ground zero se extinguió, pero varias preguntas nacieron en su mente.

¿Ella? ¿Ochako? ¿Momo? ¿Quién estaba haciendo qué?

Sus ojos se enfocaron en elrostro de angustia de la castaña que seguía viéndolo, esperando una respuesta. 

**No tengo excusa justa por todo este tiempo de ausencia así que me reservare a esconder mi cara de vergüenza y dejarles el cap de hoy (que para acabarla es de transición jajaja) no sin antes adelantar que pronto regresare con otro para rellenar ese día que no subí unu sin más, un abrazo un beso y de antemano un gracias a quienes esperaron unu**

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