Casualty of Love

By fictiontp

6.8K 853 308

Jo Yuri y Choi Yena tienen un sueño en común, sin embargo la forma en que cada una entiende la vida no coinci... More

~PRIMERA PARTE~ 1.Podemos no tener todas las respuestas
2. Podemos cambiar algunas cosas más allá de nuestro control
3. El ritmo te guiará de regreso a mí
4. A veces es un juego de dar y recibir
5.Ten un poco de fe
6. Seré la fuerza que necesites cuando te pierdas entre la multitud
7. Si caigo, me pondré de pie
8. Nuestra batalla podría ser simple
9. Escapar sin que nos hieran
10. El amor es nuestro escudo
11. Déjame ser tu soldado
12. No te dejes llevar por el orgullo
~SEGUNDA PARTE~ 13.- Cierra los ojos y toma mi mano
14. Prometo mantenernos con vida
15. Es fácil de romper
16. Aguarda y espera
17. Me daré por vencida
18. Hasta el último round
19. Todo es válido en el amor y en la guerra
21. Este es el precio que pagaré
22. Víctima del amor
Epílogo

20. A través del fuego y la lluvia

257 29 20
By fictiontp

Yena abría lentamente los ojos, tenía su cara hinchada producto de todo lo que durmió durante la noche y gran parte de la mañana.

- Al fin despertaste patito feo.- Sungmin estaba sentado al lado de la cama.

- ¿Cuánto dormí?-

- Bastante, lo suficiente para que avisáramos a tu trabajo que no irías.-

- ¿Qué? Imposible.- La pelimagenta intentó levantarse pero fue detenida por su hermano.

- Tranquila mujer, avisamos que no te sentías bien y lo entendieron a la perfección.-

- Debiste despertarme...-

- Pienso eso mismo. No te imaginas todo lo que hablaste mientras dormías, era como si estuvieses peleando con alguien. Pero como al final terminaste durmiendo plácidamente mamá no me dejó hacerlo.- Sungmin acarició por sobre las sábanas las piernas de su hermana. – De nuestros padres fue la idea de no dejarte ir a trabajar.-

Yena dio un gran suspiro y dejó caer la cabeza en la almohada. Odiaba sentirse tan vulnerable, odiaba sentir que aquellas situaciones que la ponían extremadamente ansiosa y nerviosa la superaran cada vez con mayor facilidad.

- Tienes una visita.- Su hermano buscó su atención. –Mi querida cuñada está abajo. Anoche intentó mantenerse tranquila pero tenía una cara tanto o más asustada que tú.-

- Yuri...- La pelimagenta decía en un tono cabizbajo e intentaba recordar su llegada a la casa anoche, pero por alguna razón solo venía a su mente el momento de cuando llegó a su habitación y se lanzó a la cama.

- No te fuerces en recordar.- Sungmin notó el rostro de su hermana. –Cuando mi cuñada te trajo estabas totalmente ida.-

Yena chasqueó la lengua y puso cara de molestia. Molestia con ella misma.

- Cambia la cara si quieres que le diga que suba.-

- Bueno...-

Al llegar Yuri a la habitación fue directo a abrazar a la pelimagenta y darle besos por todo el rostro.

- Joyul es muy temprano para que hagamos travesuras.- Yena intentaba cambiar su ánimo bromeando con su novia.

- Tonta.- La menor soltó una risa. – ¿Cómo dormiste?-

- Eeehmmm bien... pero te aseguro que ahora que estoy una linda ángel estoy mucho mejor.- La pelimagenta dio pequeños golpes sobre su cama, para incentivar a que la rubia se sentara a su lado y no en la silla.

- Me alegra que despertaras de buen humor....- La mirada de Yuri cambió a una de preocupación. –Sobre lo de anoche... cuando íbamos hacia la casa de Hyewon Unnie...-

Eso si alcanzaba a recordar.

- No me creen que alguien nos seguía ¿Cierto?-

- No es eso Yena... es solo que por la forma de la calle era prácticamente imposible que si alguien nos estuviese siguiendo desapareciera como si nada.-

- No estoy loca.-

- Nadie ha dicho eso.-

-¿Entonces?- La mayor tragó saliva, esperando respuesta.

- Tú te viste mayormente afectada con nuestras acciones para deshacernos del acosador. Así que es normal que a veces te sientas muy nerviosa y estresada.- Yuri depositó sus labios en los de la contraria y luego le dio la más adorable de sus sonrisas. – Recuerda que estoy en esto contigo.-

Yena asintió débilmente y para contener las lágrimas que estaban a punto de salir, se sentó rápidamente en la cama, tomó a Yuri por la cintura y la arrastró a acostarse con ella, mientras le daba múltiples besos en el rostro y cuello.

- jjaajjajajajajjajaj- La menor reía sin parar. -¿Quién dijo que era muy temprano para las travesuras? Jajajajaa –

- No sé quién habrá sido.- La pelimagenta seguía esparciendo besos. – De seguro la que lo dijo aún tenía lagañas en los ojos y no vio bien a la preciosura que tenía al frente.-

Entre risas, Yuri comenzó a contraatacar con más besos. Después de varios minutos, ambas chicas cansadas de juguetear entre ellas se mantuvieron sobre la cama abrazadas mutuamente. Yena se acurrucó más estrechamente y ocultó su rostro en el pecho de la menor.

- Me gusta tanto como hueles. Podría estar así toda la vida.-

- A mí también me gustaría estar así para siempre.- Yuri acariciaba la cabeza de la pelimagenta.

Las dos jóvenes cayeron rendidas en una dulce siesta.

La chica de Busan se había quedado durante todo el día hasta la cena. A la pareja se unieron el hermano de Yena y sus padres.

- No es necesario que me ayudes acá.- La señora Choi le hablaba maternalmente a Yuri. –Eres nuestra invitada, solo ve a sentarte con mi hija.-

La rubia miró por la puerta de la cocina hacia el living-comedor donde estaban Yena, Sungmin y el señor Choi jugando a la lucha libre sobre la alfombra. Le causaba mucha gracia como su novia intentaba hacer algún tipo de llave a su padre, pero a la vez era atacada por su hermano y la elevaba por los aires. El lugar era un verdadero desorden, pero le alegraba mucho ver como se divertían. De cierta forma deseó haber tenido una dinámica familiar similar cuando era más jóven.

- No creo que sea posible ir a sentarme con Yena.- Riendo, Yuri volvió a girar hacia la señora Choi.

- Con todo el ruido que escucho te apuesto que están jugando a la lucha libre.-

- Acertó.- Ambas se miraron y rieron juntas.

- ¿Por qué se ríen?- Una Yena con el pelo desordenado y aún con la respiración agitada entró a la cocina, abrazó por la espalda a Yuri y puso la barbilla en su hombro.

- ¿Perdiste cierto?- Preguntaba la madre de la pelimagenta.

- Esos dos se alían contra mí.-

- Vas a tener que seguir practicando entonces.-

- ¡Sí!- La chica pato ponía una cara de determinación.

- Aviso que te quiero viva hasta que envejezcamos.- La rubia intervenía sonriendo coquetamente, lo que hizo enrojecer a Yena y ocultar su rostro en el cuello de la menor.

- No digas esas cosas en frente de mi mamá.- La mayor decía en un murmullo.

La señora Choi miraba la escena enternecida.

En la cena los cinco comían y conversaban alegremente, hasta que el dueño de casa intervino para hablar de un tema serio. Los padres de Yena habían decidido que su hija fuera a ver a un psicólogo.

- Eso es para locos.- El buen humor que la menor de los Choi había tenido se estaba yendo.

- Hija, creemos que es lo mejor. Lo de anoche no fue la primera vez que tenías un comportamiento extraño.-

- No iré, no lo necesito.-

- Yena por favor.- La señora Choi intervenía. –Sabemos que no lo estás pasando bien por todo el tema de tu suspensión en la Academia y de la revelación de tu relación con Yuri.- La mencionada bajó su cabeza. –Queremos ayudarte para que puedas enfrentar todo de la mejor manera.-

- ¡Dije que no!- La pelimagenta comenzaba a alterarse. –Puedo tratar con esto. Lo anterior fue solo una traición de los nervios, pero nada más.-

- Vamos patito feo. Ver cosas que no existen y quedar totalmente ida en tu mente no son cosas normales.- Sungmin también se unía a sus padres.

-¡Qué sabes tú! ¡Cállate! – Yena se levantó bruscamente de la mesa y subió a su habitación.

Todos en el comedor se quedaron en silencio, incómodos.

- Voy a buscarla.- Yuri rompió la tensión y se levantó también.

- Querida, por favor no quiero que pienses que estamos exagerando con nuestra hija.-

La menor negó con la cabeza.

- No lo están. Estoy de acuerdo con ustedes, pero ustedes saben mejor que yo lo terca que puede ser Yena.-

Arriba en su pieza, la pelimagenta tomó su celular y entró a las redes sociales a buscar comentarios bajo su nombre.

- Estas cosas no me molestan.- Se decía a si misma testarudamente. Pero claramente estaba equivocada. Al abrir las redes sociales nuevamente encontró dichos dolorosos sobre ella y Yuri, los que causaron que la pelimagenta comenzara a sollozar y a sentir aquel ruido intenso en su cráneo. Cerró sus ojos y los mantuvo fuertemente apretados, mientras con una mano tocaba su frente.

De repente sintió la puerta de su habitación abrirse y al mirar hacia esa dirección apareció ante ella la sombra que la había perseguido anteriormente, veía como aquellos ojos se posaban en ella, lo que le causaba un terror que llegaba hasta la médula de sus huesos. En un acto desesperado, Yena toma un peluche de cerdo que tenía cerca y lo lanza directo hacia aquel ser que la acechaba.

- ¡Vete! ¡Qué quieres de mí!- La pelimagenta ahora se encogía en la cama, temblando y abrazando sus rodillas.

- ¡Yena qué pasa!- Yuri intentaba sacarla del trance en que estaba sumida. – Tranquila mi amor, estoy acá contigo.- La menor la abrazaba fuertemente, consolándola.

Yena volvió en sí y al elevar la mirada se encontró con una Yuri al borde de las lágrimas. A la chica de Busan le dolía mucho ver a su sonriente y alegre patito de esa manera.

-¡Joyul!- La pelimagenta palpaba los brazos y la cara de la menor. -¿Estás bien? La persona que iba a entrar a la pieza no te hizo nada? –

- No había nadie más... solo entré yo...- Yuri vio la mirada incrédula de la mayor.

- No es así, yo vi...- Yena bajó la mirada. –No puede ser...-

La chica de Busan desvió sus ojos sobre la cama, donde estaba el celular de la pelimagenta, en este pudo divisar que estaba abierta la sección de comentarios de una página web.

- ¿Lo volviste a hacer?- Yuri volvió su mirada hacia su novia. -¿Volviste a leer los comentarios?-

- Estoy bien con eso...-

- No Yena, no lo estás y no lo has estado hace días. Por favor... por favor haz lo que están recomendando tus padres.- La rubia miraba suplicante a la mayor.

- Perdón por ser tan débil...-

- No.- La menor negaba fuertemente con su cabeza. – Es normal que te afecte todo esto. No tienes que pedir perdón-

- ¿Crees que me irá bien en el psicólogo?-

- Si, te va a ayudar mucho.-

Yena se mantuvo mirando por varios segundos los ojos de Yuri y finalmente asintió.

-----------------------------------------------

- Ataques de pánico.- El Dr Park le decía seriamente a su joven paciente. – Con lo que me describes es muy probable que sea eso.-

- No puede ser eso... Usted sabe a lo que me dedico... si tengo ataques de pánico no voy a poder desempeñarme bien en el escenario.-

- Srta Choi... entiendo su preocupación, pero que usted padezca esto no quiere decir necesariamente que no pueda realizar sus labores con normalidad. Siempre y cuando siga el tratamiento adecuado.- El doctor estaba muy consciente del temor de la pelimagenta. – Lo bueno es que sabemos cuales son los pensamientos gatillantes de esos ataques, lo que nos debiese hacer más fácil poder controlarlos si conseguimos alejarnos del estresor.- El psicólogo intentaba calmarla con sus palabras.

Yena tomó con ambas manos su cabeza, se le hacía difícil entender lo que estaba escuchando.

- Necesito que por ahora esté alejada de todos los medios de comunicación, al menos hasta que se detengan las noticias sobre ti y tu pareja.- Continuaba el doctor, mientras la pelimagenta asentía.-

Continuaron hablando por una hora aproximadamente, en donde el psicólogo le fue enseñando a Yena algunas maneras de controlar esas crisis, de las cuales la más importante a su parecer era la necesidad de no sentirse forzada a mostrar siempre su lado alegre y divertido. La pelimagenta sabía que muchas veces ocultaba sus preocupaciones solo porque no quería decepcionar la imagen que las demás personas tenían de ella.

Al salir de la consulta vio a Yuri que la estaba esperando sentada en una banca.

- Pensé que hoy salías más tarde de la Academia.-

- Me esforcé en terminar todas mis labores lo más pronto posible.- La chica de Busan le sonrió. -¿Cómo te fue?-

- Supongo que bien.- Yena rascaba su nuca. – Tengo tareas que hacer...-

- Todo estará bien. Las chicas te mandaron muchos saludos.-

La pelimagenta estaba agradecida de contar con grandes amigas, una familia que la apoyaba y una novia que siempre estaba ahí para ella.

- ¿Quieres ir por un helado?- Continuaba hablando Yuri.

- Prefiero que no... estoy un poco cansada.- Desde ese mismo momento Yena intentaba poner en palabras sus sentimientos. – ¿Pero te gustaría venir a cenar a mi casa? Así puedo contarte con mayor detalle todo lo que conversé con el doctor.-

- Por supuesto que me gustaría.- Ambas se miraron intensamente.

- Excelente, entonces llama de inmediato a tu madre para que le avises que te quedarás conmigo esta noche.- La mayor cambió el tono de su voz a uno más juguetón.

- ¿Para seguir conversando?- Yuri le seguía la broma a su novia con una sonrisa coqueta.

- Sip, para conversar toda la noche.- Yena levantó sus cejas.

La rubia soltó una carcajada y acto seguido llamó a su madre.

Habían pasado algunas semanas desde que Yena comenzó a asistir al psicólogo y aunque sus ataques de pánico habían disminuido o eran menos intensos, lo que continuaba sin ninguna modificación era el fuerte ruido que sentía en su cabeza cuando aquellas crisis se presentaban.

Con las noticias más calmadas, la Academia de Artes decidió que quitaría la suspensión de la pelimagenta apenas el Dr Park considerara que la joven estuviese mejor para volver a enfrentar al público. Esto la entusiasmó aún más a poner todos sus esfuerzos en recuperar la estabilidad en su estado mental.

En cuanto a Yuri, se decidió que su debut pospuesto se llevaría a cabo en solo un par de semanas más. Por lo que la menor empezó a estar más ocupada con sus actividades de promoción.

- ¿Cómo has visto a Yena en el trabajo?- Yuri hablaba por teléfono con Jimin, el chico compañero de la pelimagenta en la tienda de instrumentos. Luego que éste supiera lo que le había estado pasando a la chica pato, decidió darle su contacto a la familia Choi y a Yuri, con el objetivo informarles cualquier emergencia o situaciones incómodas en el trabajo.

- No negaré que han llegado un par de clientes que aún le lanzan comentarios hirientes. Pero patito ha logrado responder bien a esa gente y yo también estoy muy atento para echarlos de inmediato de la tienda.-

- Gracias por la ayuda.-

- No hay de qué.-

El joven colgó su teléfono y miró en dirección a la pelimagenta, quien estaba con una niña de unos 13 años junto a su madre. Les estaba enseñando unos micrófonos.

- Perdón.- Intervenía la madre. -¿Te molestaría si dejo a mi hija un momento a solas para ir al baño?-

- Claro que no. Puede ir sin problemas.- Respondía Yena.

- Gracias.- Ahora la madre se dirigía a su hija. –Por favor Shuhua, se una niña responsable y pórtate bien ¿si?- La pequeña asintió.

- ¿Así que te gusta cantar?- La pelimagenta intentaba entablar una conversación con la menor.

- ¡Si, me encanta! Cuando grande quiero ser cantante profesional.- Shuhua respondía con una gran sonrisa en la cara.

- Me gusta tu ambición. No dejes que nadie te la vaya a quitar ¿ok?-

- ¿Puede pasar eso Unnie?-

- Si...- Yena recordaba la época en que recién conocía a Yuri. – Tengo una amiga que canta hermoso y ama la música, pero por culpa de algunas circunstancias casi deja su sueño de lado.-

- ¿Esa amiga es tu novia Unnie?- La pequeña ladeaba la cabeza y vio como el rostro de la pelimagenta se congeló.

- Per... ¿Perdón?-

- Yo soy fan de tu grupo...- Shuhua bajaba la cabeza avergonzada. – Y supe que tú tienes una novia que canta muy lindo... pero por favor no se lo digas a mi mamá.- La niña juntaba ambas manos. –Cuando ella supo eso dijo que no debía gustarme tu grupo...-

- Entiendo...- Yena suspiró y se puso a la altura de la menor. –Este es otro concejo, no dejes que nadie cuestione tus gustos, porque ellos conforman tu identidad.-

- Quiero que vuelvas, me gustaba mucho como bailabas y actuabas en los programas de variedades...-

- Pronto volveré.- La pelimagenta le sonrió y acarició suavemente la cabeza de la pequeña. Lo que causó que ésta se sonrojara.

- ¡Qué estas haciendo!- La madre de Shuhua aparecía abruptamente. –Escuché lo que conversaron. ¡Quita tu mano de mi hija!-

Yena se alejó rápidamente de la niña y quizo calmar a la mujer.

- Espere... no sé qué se imaginó, pero de seguro es un mal entendido.-

- ¡De mal entendido nada! ¡Suéltala pedófila!-

Aquellas palabras dejaron inmóvil a Yena, había leído algunos comentarios así cuando anteriormente se dedicaba a ver las noticias sobre ella. Pero era muy diferente a que le dijeran de frente algo como eso.

- ¿Algún problema?- Jimin se acercó lo más rápido que pudo hacia las tres mujeres.

- Confiando en esta chica, dejé a mi hija con ella mientras iba al baño y cuando vuelvo ¡la estaba acariciando! ¡Y más encima me entero que se trata de esa sucia que apareció en la televisión tiempo atrás! ¡Esos gustos desviados son el causante de la pedof...!-

- ¡Señora por favor!- El chico la detuvo. – Usted está totalmente equivocada con ese pensamiento. Voy a pedir que se retire por favor.-

- ¿Qué yo me retire?- La mujer estaba muy ofendida. – Es esa enferma la que no debería estar acá. ¡Sobre todo cuando vienen niños!-

- Señora por favor.- Insistía Jimin.

- Por favor, también pido que se retire.- Finalmente Yena intervino con la mayor calma que le fue posible. –Mire a su hija, está asustada con la actitud que está teniendo.- Apuntó a Shuhua, quien se encontraba en una esquina con una mirada temerosa hacia su madre.

- No te metas en cómo debo actuar ante mi hija.- La madre de Shuhua se acercó a la niña, la tomó de la mano bruscamente y se retiró de la tienda, sin antes lanzar un último comentario hiriente. – Sobre todo tú que nunca sabrás lo que es procrear.-

- ¡Maldita!- Jimin se iba a abalanzar a buscar a la mujer, pero Yena lo detuvo.

- No vale la pena perder los estribos por gente así.- La pelimagenta dio pequeños toques en el hombro de su compañero. – Bien, a seguir trabajando.-

- ¿En serio estás bien con lo que sucedió?-

- No.- Yena tragó saliva. – Esa señora dijo cosas que me dolieron mucho, así que es imposible que esté bien. Pero no te preocupes, cuando llegue a casa podré llorar tranquila al lado de mi familia y mi linda novia.- La pelimagente elevaba sus hombros, se giró para volver a sus labores. Su compañero la quedó mirando unos segundos, podía observar lo abatida que estaba, sin embargo le era imposble imaginarse realmente el dolor que estaba teniendo Yena en ese instante.

Al llegar a su casa, la chica pato se encontró con Yuri en la entrada, quien al verla fue corriendo a abrazarla fuertemente.

- Apuesto que mi chaperón en el trabajo ya te contó lo que pasó.- La pelimagenta devolvía el abrazo, a la vez que ocultaba su rostro en el cuello de la menor.

- Si, lo hizo.-

- Bien, entonces puedo dedicarme a llorar tranquila.-

Y Yena empezó a dar grandes sollozos, sus lágrimas expresaban el gran sufrimiento que su alma estaba teniendo. El zumbido volvió a aparecer atravesando su cráneo, su respiración comenzó a ser cada vez más agitada, sentía que el aire que inhalaba no le era suficiente.

- Aquí viene de nuevo.- La pelimagenta dijo entre llantos.

- Tranquila, estoy contigo.- Yuri intentaba calmarla, a la vez que lanzó un grito hacia la casa de Yena. -¡Ayuda!-

Sungmin apareció rápidamente y ayudó a la menor a llevar a la pelimagenta hacia su habitación.

--------------------------------------------------

Quedaba una semana para el debut de Yuri y ya habían pasado dos, desde la última crisis de pánico de Yena. Luego de eso, por recomendación del doctor, dejó de trabajar. Debía enfocarse cien por ciento en su recuperación.

- ¿Puedes responder lo que Minju te está preguntando?- Chaewon se dirigía a la pelimagenta, la cual estaba con la mirada perdida hacia una pareja que compartía románticamente su helado.

- ¿Ah? Lo... lo siento.- Yena volvía la vista hacia sus amigas. -¿Qué me preguntabas Minguri?-

- Que cuál color es el favorito de Yuri.-

- Naranjo...-

Chaewon, Minju, Hyewon y Yena habían ido al centro comercial a buscar regalos para hacerle a la chica de Busan en su debut.

- ¿Y cuál es su pastel favorito?- La pelinegra también preguntaba.

- ¿Vas a llevarle un pastel?- La pelirroja hacía una mueca de disconformidad. – ¿No crees que es mucho para ella?-

- Pero también podemos comer nosotras.- Hyewon defendía su elección. –Además que...- Ahora la amante de la comida miraba a su mejor amiga. – Quiero hacer un regalo simple para que no opaque el de mi sister.-

Chaewon y Minju se miraron no entendiendo a qué se refería.

- Es hora que le cuentes Duckie.- Continuaba Hyewon.

- Eeehmmm...- Yena rascaba nerviosa su mejilla. –No es nada de otro mundo...- La chica pato desvió su mirada. – Un anillo.- Dijo esto último en un murmurllo.

- ¡Un qué!- La pelirroja se acercó bruscamente a la pelimagenta.

- Aish... un anillo.-

Chaewon quedó mirándola sin palabras, Minju gritaba de emoción y Hyewon hacía una mueca de desagrado mientras se llevaba a la boca unas cabritas.

- No tengan esas reacciones.- Yena estaba completamente roja. – Que Yuri debute como cantante es algo muy especial, por eso quiero hacerle un regalo especial también...- Ocultaba su rostro entre sus manos, para desviar la atención sobre ella agregó. – ¿Acaso Chaewon no le has hecho nunca un regalo así a Minguri?-

Al estado mudo de la pelirroja, ahora se sumaba su rostro completamente pálido. Minju por otro lado sonreía incómodamente, a la vez que hacía una leve negación con su cabeza.

- Duckie, aborta misión si no quieres ser la causante de un quiebre amoroso.- Hyewon se acercó a susurrarle a su mejor amiga, la que con la boca abierta al darse cuenta de su desacierto, asintió con la cabeza y tomó un puñado de cabritas de la pelinegra para llenarse completamente la boca con ellas.

Superado el momento de tensión, se detuvieron a comer helado antes de ir a la joyería. Al sentarse en una banca vieron como en uno de los pilares del centro comercial había una gigantografía promociando el minialbum de Yuri. Lo que llenaba de orgullo a Yena.

Se encontraba contemplando la publicidad cuando de pronto escuchó a dos chicos conversando entre sí.

- ¿Esa no es Jo Yuri? ¿La que apareció en esas noticias de que era lesbiana?-

- Si, estaba con una chica de un grupo que ya había debutado.-

- ¡Ah si! La que suspendieron. No me extrañaría que ella se haya aprovechado de la fama de ese grupo para poder debutar.-

- jajajaja ¡Si! Pero de todas maneras, ella es muy guapa ¿No te parece un desperdicio que a Jo Yuri le gusten las mujeres?-

- Ufff si... le debe faltar un hombre que la haga sentir mujer.-

Yena apretaba sus puños fuertemente y su rostro estaba enrojecido de la ira.

- Duckie.- Hyewon al darse cuenta del estado de la pelimagenta tomaba su brazo para alejarla de allí.

- No quiero.- La ira de Yena seguía aumentando.

- Vámonos de aquí.- Chaewon se unía a la pelinegra.

Luego de un gran suspiro la pelimagenta dio la vuelta para irse del lugar junto a sus amigas. Pero luego de unos pasos se detuvo de golpe, estaba comenzando a sentir el ruido en su cabeza.

- Esperen.- Arrugaba su ceño. – Necesito descansar.-

Y en ese momento escuchó el comentario que cambiaría su vida.

- ¡Si! De todas maneras le falta un hombre para saber lo que es realmente bueno. Créeme que yo no tendría ningún problema en hacerla sentir mujer, uuuff.-

En eso Yena se gira velozmente y fue directo a abalanzarse contra aquel chico, al cual comenzó a propinarle fuertes golpes en la cara. Hyewon y Chaewon intentaron detenerla, pero era imposible, la pelimagenta estaba completamente fuera de si. Su zumbido ya no dejaba escuchar los gritos de sus amigas y de la gente alrededor.

El chico yacía en el suelo con la nariz completamente rota, los puños de Yena estaban llenos de sangre, pero aún así ella no se detenía, estaba decidida a acabar con él. Daba un golpe, luego otro, y otro, otro más, hasta que dos guardias de gran tamaño lograron tomarla por ambos brazos para alejarla del muchacho ya inconsciente.

-¡Suéltenme!- Yena gritaba a todo pulmón. -¡Lo voy a matar!-

Su respiración comenzó a ser cada vez más rápida, con todas sus fuerzas se soltó de los guardias y llevó ambas manos a su garganta. Su tráquea se cerraba, el oxígeno presente en el aire no era suficiente para ella. Con sus ojos llenos de lágrimas dio una última mirada a sus tres amigas y cayó al suelo.


Continue Reading

You'll Also Like

18.8K 2.5K 42
Hace mucho tiempo fueron creados 20 libros, los cuales llevaban a seres de otros mundos a un solo planeta. Creados para ciertos elegidos, que en su c...
7.6K 495 24
Santana Lopez tiene dislexia. Ella lo oculta por miedo a que ser burlen de ella. Pero lamentablemente no todo sale bien y su secreto sale a la luz. L...
3.8K 171 9
Eva, desesperada, explota su último recurso: una carta. Puede ser la última semana de Anne y la gallega tiene mucho que decirle, pero no puede ser de...
1.2M 94.4K 48
¿Cuánto esta bien entregarle al otro? ¿Con cuanto alguien se siente satisfecho? Dinero, fama, éxito.. O tal vez... ¿nuestra propia vida? Fiorella se...