“-Si qué?-pellizcó mi pezón
-Si-jadeé- te quiero-su boca estaba sobre la mía dura y caliente derritiéndome por dentro, hasta que”… es sonido de la puerta nos interrumpió, nos sobresaltamos, me baje rápidamente de su escritorio y me puse la ropa, Diego se arregló el pelo alborotado, tenía los labios rojos e hinchados por nuestros besos, abrió la puerta y salió para hablar con su secretaria, me dispuse a recoger unos cuantos papeles que habíamos votado por nuestra ola de pasión, me incline a recogerlos cuando sentí algo clavarse entre mis nalgas y unos brazos en mi cintura, me enderece soltando un gemido
-Odio cuando nos interrumpen-dijo sobre mi oído
-No te preocupes-enrede mis brazos en su cuello-prometo recompensártelo esta noche-besé sus labios, me aleje de él y recogí mi bolso del suelo
-¿Te vas?-hizo puchero
-Si caballero, algunas personas tenemos deberes por hacer-dije, me acomode la ropa, tome la manilla de la puerta pero él me detuvo
-Antes dame un beso-estiro sus labios, solté una pequeña risita, aproveche que tenía los ojos cerrados, abrí la puerta, bese mi mano y se la planté en los labios para luego salir corriendo- Me las pagaras pequeña traviesa-grito desde la puerta, salí en dirección a la casa de James, tenía llaves de su casa, así que cuando llegue abrí la puerta para encontrarme con una sorpresa, mis dos mejores amigos se estaban prácticamente devorando sobre el sofá
-Vaya, vaya, miren lo que tenemos aquí-me cruce de brazos, ellos se separaron sobresaltados
-No es lo que tú crees-saltó James, Daisy le pego en el brazo poniéndole mala cara- Bueno si lo es-dijo bajito
-Cuando planeaban decirme de sus prácticas sucias-alce las cejas varias veces de forma divertida, ellos se miraron y se sonrojaron- ¿Y bien? ¿Desde cuándo?
-No hace mucho-dijo Daisy sonrojada
-Hace como dos semanas-dijo James
-Bien-sonreí- me alegro por ustedes-los abrace- pero ahora debemos hacer el trabajo, debo irme pronto-dije
Al terminar el trabajo corrí a mi casa, Diego ya estaba en su casa porque su auto estaba ahí, le había contado a Daisy sobre mi “relación” con el, no me juzgó ni nada, lo comprendió, así que ella me ayudaría a mentirle a mi mamá, entre a casa, bese la mejilla de mi hermana para encontrarme con mi madre en la cocina
-Mami-bese su mejilla- puedo quedarme en casa de Daisy esta noche, mañana nos iremos al colegio juntas-ella dudo-porfaaaaa-puse mi cara de perrito
-Bueno hija, entonces ve a arreglar tus cosas
-Gracias mamá, eres la mejor-la abrace y corrí hacia mi habitación, puse en mi mochila los cuadernos y la ropa que usaría, puse la mochila en el balcón para mañana pasarme del balcón de Diego y tomarla, me puse un sexy conjunto de ropa interior y un vestido, me arregle el cabello, me puse perfume y baje-Adiós mamá-grite, aproveche que no estaba y salí, corrí hacia la puerta de Diego , toque a la puerta y me abrió, estaba tan sexy con esos vaqueros y la camisa abierta, mordí mi labio al imaginarlo desnudo junto a mí, me tomo de la cintura obligándome a entrar, me empujó contra la puerta para besarme apasionadamente
-Qué bueno que viniste pequeña-tomo mi mano- ¿Tienes hambre?-Sí cariño, pero de ti, mordí mi labio ante tal pensamiento
-Sí-me sonrojé
-No sé qué pasará por esa cabeza pervertida tuya-beso mi mejilla, tenía la mesa puesta, todo estaba iluminado por velas- siéntate- me senté en la silla que el aparto para mí, puso un rico plato de lasaña ante mis ojos, se sentó junto a mí, le di una pequeña mirada y me di cuenta que se había abotonado la camisa
-¿Qué?-dijo divertido
-Me gustabas más con la camisa abierta-dije haciendo puchero
-¿Y así no te gusto?-dijo seductoramente, puse mi mano en su rodilla
-No lo sé-ladee mi cabeza mirándolo, pase mi mano por su pecho- siempre me gustas-mordí su labio para besarlo
-Será mejor que comamos antes de que me vaya directo al postre-dijo con voz ronca
Terminamos de comer, entre coqueteos y unos cuantos besos, estaba fregando los platos, Diego no me había dejado pero insistí tanto que se rindió, abrí mucho la llave e hizo que me saltara agua empapándome, di un pequeño gritito
-Que paso-dijo Diego entrando rápidamente a la cocina
-Mira-me giré dejando ver mi vestido empapado, el paso su lengua por los labios, no me di ni cuenta cuando ya lo tenía cerca de mí, me tomo de los muslos subiéndome al fregadero, su boca se encontró con la mía en una batalla fiera, lo apegue más hacia mí, nunca tendría suficiente de sus labios, al quedarnos sin aire bajo sus labios a mi cuello, quería que me hiciera suya, baje mis manos hacia su camisa para desabrocharla, el me ayudo a quitársela, acaricié sus brazos desnudos para luego bajar por su gran espalda
-Vamos arriba que quiero hacerte mía-dijo con voz ronca
Enredé mis piernas en su cintura y sin dejar de besarnos subió las escaleras, me apegó contra la pared de su habitación apegando su erección hacia mi centro
-No sabes cuánto te deseo-me quito el vestido para devorarme con la mirada- Dios-gruño- eres pequeña pero sabes cómo hacerme perder la cabeza- bajo mis manos a mi centro para acariciarlo lentamente, me arqueé contra el para luego besarlo salvajemente callando mis gemidos
-Die..Diego no ohhh aguanto… hazme tuya-gemí en su oído, me atrajo en sus labios y tomándome en sus brazos me llevó a la cama para depositarme lentamente en ella, paso sus manos por mi cuerpo, quito mi sujetador y acaricio suavemente mis pecho y deposito pequeños besitos en ellos
-¿Estas segura pequeña?-me miro con sus ojos llenos de lujuria
-Si Diego , hazme tuya-sonrió, se acercó a mis labios, los besó lentamente, se separó de mi para tomar un sobre plateado, bajo sus bóxer liberando su gran ere*cción, abrí mis ojos al ver su tamaño, el rio al ver mi expresión
-No te asustes-me dio un pequeño besito, se colocó protección y se inclinó hacia mí- ¿Estas lista?-asentí- solo relájate y concéntrate en nuestro beso-tomo mis labios con los suyos, nuestras lenguas se acariciaban suavemente, sentí la punta de su ere*cción entrando en mí, acaricio mi espalda suavemente ayudando a relajarme, me concentré en el dulce sabor de sus labios, entro lentamente en mí, me inundó un dolor en mi parte baja, solté un sollozó sobre sus labios-¿Te lastime?-pregunto preocupado, negué con la cabeza, lágrimas cayeron sobre mis mejillas-Lo siento cariño, no era mi intención lastimarte-dijo angustiado-perdóname-beso mis labios, nos quedamos unos minutos besándonos, apreté su trasero
-Muévete por favor-dije sobre sus labios, el negó con la cabeza-vamos Diego -acaricie su espalda-hazme tuya-solté un gemido sobre su oído, comenzó a moverse lentamente, el dolor desapareció reemplazándolo por el placer- ohhh Diego ma..más-gemí, la habitación se inundó de nuestros gemidos y gruñidos
-Ohh pequeña-gruño- me encantas-beso mis labios
-Die ohhh Diego
-Córrete preciosa, hazlo conmigo-dijo, Diego mordió el lóbulo de mi oreja esa acción tan erótica me hizo llegar
-Oohhhhhh Diego -me arqueé contra el sintiendo los espasmos llegar
-Pequeña-gruño derrumbándose sobre mí.
Abrí mis ojos lentamente, unos fuertes brazos me rodeaban, recordé lo sucedido anoche, por fin me había entregado a Diego , mire el reloj de la mesa de Diego , mi *erda, estaba atrasada, me levante rápidamente
-¿Qué pasa pequeña?-dijo el restregándose los ojos
-Voy tarde a la escuela-dije recogiendo mi ropa, el me tomo en sus brazos, chillé por la sorpresa, me llevó a la cama con el
-No vayas-se acurruco a mi lado
-Diego …
-Por favor-dijo haciendo puchero
-Me quedaré-dije-pero con una condición-el me miro
-¿Cuál?
-Que te duches conmigo-dije, él sonrió
-Dalo por hecho preciosa- se colocó encima de mí y me besó-Que te parece si vamos ya-tiró de mi hacia el baño, encendió la ducha y nos metió bajo la lluvia artificial, me beso ferozmente, me puse en puntas de pie y enrolle mis brazos en su cuello, correspondí su beso con tal ferocidad que nos separamos jadeando- Quiero hacerte mía siempre, duro y caliente, y quiero hacerlo ahora.